29.12.13

Final de la novela, parte 2.


12 años más tarde.

-Vale, esto ya está…-suspiro, contemplando el molde con la masa de la tarta de chocolate.- Vamos a meterlo en el horno.
-Mamá, ¿puedo meterlo yo?- me pregunta Darcy, tirándome del delantal. Yo sonrío, la cojo en brazos y la dejo en la encimera, alejada del horno. Le aliso el bonito vestido que le regalaron en su último cumpleaños, y en sus mejillas aparecen dos adorables hoyuelos. Heredados de su padre, por supuesto. También sus ojos son los de su padre, pero algo más mezclados con marrón. Aún así, ese destello esmeralda es inconfundible.
-No quiero que te quemes, amor.- sonrío, poniéndome los guantes para abrir el horno y dejar el molde dentro.
-Jo mami, ¿cuándo podré meter yo las tartas en el horno? ¡A Matt siempre le dejas!- hace un puchero. Mi hija es lista, sabe que los pucheros me pueden. Hasta cierto punto, claro está.
-Matt tiene cinco años, cariño.- río. Me encanta hacerla rabiar, reacciona igual que su padre. Se cruza de brazos con la boca torcida en una mueca y es totalmente adorable. (Matt es el hijo de Kris y Liam)
-¡Yo tengo cuatro, mami!
Meto el molde en el horno y sonrío, dejándola en el suelo de nuevo. Me agacho, quedando a su altura, y le acaricio el pelo.
-En tu cumpleaños, haremos una tarta y la meterás en el horno. ¿Te parece bien?
Ella alarga su pequeño dedo meñique, y me mira con seriedad a los ojos. Aún no puedo creer que una niña tan bonita sea mía, haya estado dentro de mí. Y de eso hace ya cuatro años. Aún recuerdo los nervios de madre primeriza, y lo tranquila que estuve en mi segundo parto. Pero todo gracias a él, si no le hubiera dejado estar en los dos partos, todo hubiera sido un desastre. A pesar de todo, la emoción de ver a mi hija, nuestra hija Darcy en mis brazos, después del sufrimiento de un parto, valió la pena. Y eso nos empujó a tener otro hijo, Ian.
-¿Me lo prometes, mami?- yo tomo su dedo meñique entrelazándolo con el mío y le devuelvo la mirada.
-Te lo prometo, cariño.
Ella me abraza, rodeándome el cuello con los brazos. Entiendo la felicidad de ser madre, la felicidad que encuentras en las pequeñas cosas como que te traigan un dibujo del colegio, o te pidan que les leas un cuento por la noche.
-¡Angie!- me llama una voz, grave.- ¿Amor?
Me levanto del suelo, tomando a Darcy de la mano. Mi marido está en la puerta de la cocina, apoyado en el marco, con el pequeño Ian en brazos. Han pasado varios años, muchos diría yo, y ahora tiene 31 años. Pero sigue siendo el mismo que cuando tenía 19. Ojos verdes, pelo rizado aunque algo más corto. Aún así, ha aparcado por completo sus converse blancas y utiliza botas o zapatos. Lleva la camisa ligeramente abierta, dejando ver las dos golondrinas de su pecho, que nunca podrán borrarse. Al lado de un ala de la segunda, lleva uno de los tatuajes más recientes, y de los que más me gustan. “Angie”, en letra muy pequeña. A veces las cosas más pequeñas son las que más importan, o las que más impresionan.
-Dime, Harry.- digo, acercándome a él.
-Ve a cambiarte, anda. Todos están al llegar.
-¿Insinúas que así estoy mal, Styles?- le digo, haciendo una pose ridícula con mi ropa de estar por casa y mi delantal manchado de chocolate.
-Estás increíble de cualquier forma.- susurra él, dándome un beso leve en los labios.- Pero me encantaría verte con el vestido que te compraste la semana pasada.
Yo le dirijo una sonrisa, y luego miro a Ian, que nos mira frunciendo el ceño. Nunca entiende por que Harry y yo nos besamos.
-Ian, ¿te vas con mamá a ayudarla a cambiarse y yo me llevo a Darcy a preparar la mesa?
-Siiiiiiii.- dice él, alargando sus pequeños brazos hacia mí. Lo cojo en brazos, y dejo a Darcy con su padre. A Ian le encanta acurrucarse en mi cama mientras yo me cambio. Siempre suele mirar el techo de encima de la cama, lleno de fotos de la familia.
Seguimos la tradición y él se queda en la cama, mirando el techo. Yo entro en el vestidor y me pongo el vestido nuevo. Le oigo preguntar.
-Mami, ¿hoy viene la tía Lis?
Me asomo a la habitación con una sonrisa. De entre sus muchas tías, Lis es su preferida. Siempre le cuenta historias y juega con él. Además, mi hijo está interesadísimo en por qué su tía tiene tanta barriga, y cuando va a tener una nueva primita. Cuando Lis le contó que esperaba una niña, todos nos esperábamos una desilusión por parte de Ian, pero en realidad le prometió a “la tía Lis” que iba a cuidarla como su hermana pequeña. Mi hijo es así.
-Sí, cariño. Hoy viene la tía Lis, y el tío Louis.
-¿Jugaré al fútbol con los tíos Louis, Liam, Niall y Zayn?- pregunta, atascándose en los nombres. Río suavemente, todos son complicados para él. Me pongo unos zapatos y me siento a su lado en la cama, acariciándole la frente.
-El tío Zayn y la tía Sam están de viaje, no vendrán hoy…- suspiro. Mi hijo hace una pequeña mueca. A mi también me entristece, pero Sam tuvo un aborto natural hace unos meses, y junto con Zayn decidieron viajar y alejarse un poco de Londres un tiempo. El tiempo todo lo cura, ¿no? En estos momentos están en China, o en ¿Sudáfrica? En realidad no se sabe, cambian de lugar muy frecuentemente.
-Mami…
-Dime, Ian.- le sonrío.
Él se incorpora y con algo de dificultad me deshace la trenza que llevaba hecha de cocinar con Darcy. Otra de las pasiones de Ian, tocarme el pelo, deshacerme peinados. Sacudo ligeramente la cabeza, y él ríe. Lo cojo en brazos y me levanto.
-Vamos ayudar a papá con la mesa, ¿si?
Camino por el pasillo, y dejo a Ian en el suelo. Justo entonces, suena el timbre de la puerta de la calle. Darcy se asoma al ventanal del salón, y grita:
-¡Mamá! ¡Abre! ¡Es la tía Kris! Sonrío por la excitación de mi hija y pulso el botón para abrir la puerta de la calle. Luego, abro la de casa y abro los brazos.
-¡Kris!
Mi mejor amiga me abraza con ganas, y su hija Jennifer de tres años, aparece por detrás de sus piernas, sonriendo con timidez.
-Hola, preciosa.- Me agacho y le acaricio una mejilla. Ella se sonroja y me da un pequeño beso en la mejilla mientras Kris abraza a Harry y a Darcy. Oigo la puerta de la calle, y veo a Liam entrar con su hijo Matt. Lleva un balón de fútbol bajo el brazo, y corre hacia mi con una sonrisa.
-¡Tía Angie!
Le abrazo sonriendo, y luego le miro.
-¡Hola, campeón! ¿Qué tal la liga de fútbol?
-¡Muy bien! ¡Ayer marqué el gol de… de…! ¡Papá! ¿Cómo se dice lo que me dijiste ayer?
Liam ríe, cerrando la puerta principal tras él. Me incorporo, y le abrazo.
-Hola, Angie. Perdón por la tardanza, el balón de fútbol es lo primero y lo habíamos dejado en el coche.- me guiña un ojo riendo y yo río también.- Ayer Matt marcó el gol de la victoria en un partido de su liga.
-¡Eso es… el gol de la victoria!- exclama Matt, emocionado.
-Eh, ¡eso es genial!- digo yo, contagiada de su entusiasmo. Les dejo pasar al salón, y veo como Darcy y Jenn ya están sentadas en el suelo, jugando a las palmas. Liam se va con Harry a hablar del vino que vamos a servir, y a contarse novedades en el negocio.
Cuando One Direction anunció que se retiraba del mundo de la música, sus componentes decidieron que no querían irse del todo. Abrieron un negocio, llamado OneFinancial con el que financian y asesoran a nuevos talentos. Se ha convertido en un auténtico éxito, y eso les ha hecho seguir en el mundo de la música, pero entre bastidores. Kris acabó estudiando Diseño e hizo un máster en Publicidad, así que se encarga de ese tema en OneFinancial. Yo acabé haciendo caso a los consejos de mi madre, y estudié Administración y Dirección de Empresas, algo de Económicas y Relaciones Internacionales. Los chicos asesoran a los artistas, y yo les asesoro a ellos. Lis empezó estudiando Química, pero el primera año se dio cuenta que aquello no era lo suyo, y empezó con Bellas Artes. Se juntó con Aria, que estudió lo mismo y ambas tienen una galería de arte en el centro en la que se compra y vende arte, además de acoger las fiestas más in de todo Londres. Sam, con su don de gentes y dado que estudió Lenguas Modernas y domina el francés, inglés, español, alemán e italiano, suele encargarse de la relaciones con clientes internacionales. Pero no estamos solos, contamos con un muy preparado equipo con profesionales y trabajadores. Eso ayuda a que no toda la presión esté encima de nosotros, y no se nos junte el trabajo con el placer. Con una buena organización y sin estresarnos, ninguna pareja se ha roto por culpa de la empresa.
-Liam quiere organizar un partido de golf el miércoles que viene.- me informa Kris, que me ha seguido a la cocina.
-No hay cosa que odie más que el golf.- bufo, mirando la tarta en el horno.
-Te alegrará saber que además, hay clientes coreanos… o chinos. Ay, no sé. Son asiáticos.
-Ah, entonces perfecto.- digo riendo.- Los empresarios asiáticos son muy buenos en golf, lo que hará que Liam y Harry pierdan el partido y se nos depriman.
-Eso pensé yo.- ríe Kris.- Así que… ¿nos escaqueamos y nos vamos al spa del resort de golf?
-Cuenta conmigo, no quiero ver como unos chinos machacan a mi pobre marido. Prefiero las burbujas.
Cuando las dos estamos en pleno ataque de risa, suena el timbre. Corro hasta la entrada, abro la puerta de la calle con el botón, y después abro la de la entrada.
-¡Lis! ¡Louis!- sonrío. Los dos están sonrientes, muy guapos, y mi prima luce el perfil de embarazada a punto de salir de cuentas.
-¡Hola!- chilla Louis, abrazándome y levantándome del suelo. Da igual los años que pasen y que Louis tenga 34 años. Sigue siendo Peter Pan, nunca madurará ni crecerá. Y eso le da juventud y alegría al grupo. Cuando acabo de abrazar a Louis y el para de achucharme, miro a mi prima.
-Y tú, ¿cuándo sales de cuentas?- pregunto, besándole la mejillas.
-Se supone que la semana que viene… ¡estoy nerviosísima!- dice ella, sonriendo.
-Estoy más nervioso yo que ella, y yo no llevo un bombo pegado al cuerpo.- ríe Louis.- ¿Están Harold y Payno en el salón?
-Sí, pasa.- río yo.
Él nos deja y Lis pone los ojos en blanco.
-Empiezo a pensar que Louis tiene algún tipo de síndrome Forever Young.- susurra ella, y ríe.
-¿Lo piensas ahora? Yo llevo estando convencida de ello desde que lo vi por primera vez.- río yo.
-Va a ser un buen padre, Angie.- confiesa, más seria.- Se preocupa tanto por mí…
Voy a contestarle cuando suena el timbre de nuevo. La hago pasar al salón, donde oigo a Kris saludarla. Abro las dos puertas de nuevo, y veo llegar a Aria y Niall rodeados por los dos gemelos de tres años, Paolo y Ewan. En brazos de Niall va Marzia, de poco más de un año. Los niños tienen una mezcla italo-irlandesa muy interesante.
Niall me abraza sin mediar palabra, dejando a Marzia a un lado para no aplastarla entre los dos. Oigo a Aria regañar a los gemelos intercalando alguna palabra italiana de por medio.
-Hola, cielo.- susurra él, mirándome a los ojos. Los 33 años le sientan genial a Niall, tiene algo de barba de unos días, y lo han hecho un poco más robusto. Pero sigue siendo el mismo rubito irlandés de hace años.
-Nialler…-le saludo yo, besándole la mejilla con una sonrisa. Luego, miro a Marzia. Tiene los mismos ojazos azules que Niall. No es como mi hija Darcy, que tiene una mezcla de marrón y el verde esmeralda de Harry. Marzia los tiene iguales que mi mejor amigo.- Hola, pequeña…
Marzia suelta una carcajada cuando le beso suavemente la cabeza, y yo me muero de amor poco a poco. Soy su madrina, además de ser también la de Matt. Niall pasa con Marzia al salón, y oigo a los demás recibiéndole. Aria me sonríe, algo cansada.
-¡Estos niños son como monstruos!- ríe.- ¡Le dije a Niall que quería niñas, solo niñas!
-¿Y que culpa tiene Niall de que sean niños?
-¡Alguna tendrá, créeme!- reímos con ganas, y luego nos abrazamos mientras los gemelos pasan entre nuestras piernas y se meten en casa.
-Es genial verte otra vez Aria, no te veía desde el fin de semana anterior. ¿Cómo va la galería?- digo, pasando al salón.
-Todo genial, tenemos una fiesta la semana que viene y estamos organizándolo todo. ¡El que ha solicitado la galería solo quiere cuadros negros, y sin personas! ¡Estos británicos están locos!
Río ante su actitud totalmente italiana, cuando llegamos al comedor, veo que todos están sentados. Me siento al lado de Harry, y le sonrío. Cuando vamos a empezar a comer, suena el móvil de éste. Le miro, extrañada. Nadie suele llamar a Harry los domingos, tiene el móvil en modo bloqueo para que solo le llamen familiares.
-Es Zayn, creo que es importante.
Descuelga, y todos le miramos atentos, incluso los niños.
-¿Malik?... ¡Hola, tío! ¿Qué tal por…? Sí, estoy con todos… ¿Altavoz? Pero… Vale, vale. Voy.
Pulsa el botón de altavoz, y todos nos acercamos.
-Estás en el altavoz, Zayn.
-¡Hola a todos!- oigo la voz algo distorsionada de Zayn, y sonreímos.
-Hola, Zayn.- contestamos.
-¿Qué pasa, Zayn?- pregunta Aria.- ¿Es grave?
-¡En absoluto, llamo para daros dos buenas noticias!
-Entonces adelante, ¡dispara!- le anima Liam.
-Pues bien… ¡Sam y yo acabamos de adoptar una niña en China!
Todos nos quedamos en silencio, sorprendidos. ¿Adoptar? ¿Una niña?
-Pero… ¿cómo ha sido…?
-Ya sabéis que después de lo de Sam, ella se quedó muy tocada. Lo hemos estado pensando… ¡y ya están todos los trámites hechos! Se llama Diana…
-¿Diana?- sonrío yo.- ¡Es precioso!
-Bueno, queríamos un nombre que saliera en una de nuestras canciones, y Georgia Rose no nos gustaba en absoluto.- ríe Zayn, al otro lado de la línea.- Así que si, Diana.
-Y… ¿había otra noticia, no?- pregunta Niall, mirando al teléfono.
-Así es… ¡Sam está embarazada, otra vez!
Todos nos volvemos a quedar en silencio. Si Sam vuelve a tener un aborto, va a ser un mazazo emocional demasiado fuerte para ella.
-Pero Malik… ¿ella está segura de querer…?- pregunta Louis.
-La verdad es que no, pero hoy hemos visitado a un maestro adivino chino, o una chorrada de estas, y ha predicho que el embarazo va a ser sano. A Sam le ha valido, y yo… yo voy a estar con ella pase lo que pase.
Tras unos minutos más hablando con Zayn, colgamos, impactados doblemente. Luego, comemos y los niños salen a jugar. Kris dice tener una sorpresa para todos, y nos sentamos delante de la televisión.
Un vídeo empieza, titulado Story of our lifes.
Es como una película, de todos. Momentos. Momentos juntos. Salen trozos de las audiciones de Factor X, primeros conciertos de los chicos. Entrevistas, recortes de prensa, entregas de premios, conciertos, giras. Los chicos en Japón, todos en París, con los aussies, con Ed. Por cierto, Ed se casó también con una amiga de la infancia de Harry, Luna. Un vídeo en la boda de mi madre, vídeos en un aquapark un verano, vídeos en barco, en avión, ¡saltando el paracaídas! Vídeos de fans, cumpleaños. ¿Primera boda de One Direction? ¡Cinco bodas en total! Hijos, partos, cumpleaños, y flashbacks al pasado. De fondo, Story Of My Life. Más conciertos, Up All Night, Believe, Take Me Home. Meet & Greets, fotos, muchas fotos. Flashbacks, alfombras rojas. Veranos, acampadas, nevadas, subidas y bajadas. Where We Are. Retirada de One Direction, ¡más niños!, ¡One Direction abre OneFinancial! Todos bailando, cantando.
Y de pronto, la canción se corta. Aparecemos todos en mi antiguo piso de Londres, el que compartía con Kris y Lis. Alguien canta… ¿todos cantamos? Teenage Dirtbag. Desafinando con Luke, Mike, Calum y Ashton. Mi risa de fondo, también. Las caras de todos. Recuerdo perfectamente cuando grabé ese vídeo. Recuerdo que pensé cómo sería yo cuando volviera a verlo.

Y aquí estoy. Rodeada de buenos amigos, con un trabajo estable, un marido, y dos hijos que quiero como a nada en el mundo. A mis 31 años. Nunca he dejado de ser feliz, ni un instante. Ha habido malos momentos, pero después de la tormenta siempre viene la calma. Y Harry siempre me dio esa calma. Siempre me ha querido, nunca ha dejado de apoyarme. Entonces sí, aquí tengo una conclusión que he ido sacando. Me acuerdo perfectamente cuando dudé entre Justin y Harry. Justin y yo nunca volvimos a hablarnos. Sé que él está casado y su mujer espera un bebé, pero nunca nos hemos interesado el uno por el otro. Nunca ha habido un intento de arreglar todo. Hay personas que simplemente no están destinadas a estar en tu vida. Pasan, hay buenos momentos, pero la cifra de malos momentos sobrepasa a los buenos, y entonces sabes que no es alguien adecuado para ti. Bueno, no lo sabes en ese momento, pero te das cuenta a los años. Yo estuve a punto de equivocarme con mi decisión de con quién compartir mi vida.

Pero cuando dos personas están destinadas a estar juntas, en algún momento del camino, vuelven a encontrarse. Sus caminos vuelven a cruzarse. Mi vida ha sido una total subida y bajada, una montaña rusa como esa en la que dice Zayn en la cual que hay que cerrar los ojos y disfrutar. Eso hice yo, cerré los ojos, le cogí la mano a Harry, y disfruté de la montaña rusa que es la vida.
Y él, aceptó, y me quiso. Y supe, en ese pequeño segundo de incertidumbre, que siempre iba a hacerlo. Que como en la canción de Maroon 5, ella, o sea yo, siempre iba a ser querida.


                         “And she will be loved”, de @sheeranftzarry/@blancakeepcalm.
                                                  Enero-Diciembre 2013.







Gracias. A ti. Si, a ti. Por haber leído esta novela, hasta el último capítulo. Gracias por el apoyo, las visitas. Por seguirme, a pesar de que haya habido capítulos que daban ganas de dejar de leer.
Hasta aquí llega "And she will be loved", mi primera fanfic, en la que todos los personajes han acabado felices y comiendo perdices (?) 
Pero no todo se acaba aquí.
En unos meses empieza "Valerie", mi segunda fanfic. 
Gracias por dejarme soñar, espero que lo que siga escribiendo os haga soñar a vosotras.

Os quiero mucho, really.