27.2.13

And she will be loved, chapter 35.


-Harry-
Despertar cada mañana a su lado es el mayor privilegio que me podrían haber dado en esta vida. Abrir los ojos, y que ella esté a mi lado es un lujo. Sé a ciencia cierta que no voy a cansarme de esto nunca. Nunca me cansaré de despertarme a su lado, y ver la cara de fastidio que pone a veces cuando la despierto. Pero luego, después del enfado mañanero, y sus malos despertares, siempre hay besos. Muchos besos, uno detrás de otro, cada uno distinto. En cada uno se me dispara el pulso, y tengo la impresión de que salgo volando con ella. Lejos, muy lejos. Le he prometido que después de la gira mundial la llevaré todo lo lejos que podamos. A una isla perdida en Indonesia. ¿O a Nueva Zelanda? O quizás a Alaska, a pasar frío, y tener que abusar de su calor corporal.
Y esta mañana, como muchas otras, abro los ojos, y me la encuentro de frente, con esa expresión adorable que pone cuando duerme. Le soplo la cara, y ella frunce el ceño, y gruñe algo incomprensible. Luego, se tapa la cabeza con una almohada, y gruñe de nuevo:
-Piérdete, Harold.
Entonces, yo me inclino sobre ella, a por su punto débil, el cuello. Le beso el cuello que queda libre, y que la almohada no tapa con cuidado y muy lentamente. Ella no puede evitar suspirar, y se quita la almohada de la cara.
-Buenos días, princesa.- susurro, y ella sonríe- ¿Ya se te ha pasado el enfado mañanero?
-Sabes que tengo mal despertar, y la cargo siempre con la persona que tengo más cerca, tú.- sonríe ella, y se frota los ojos.- ¿Qué hora es?
-Las cinco.
Ella abre los ojos como platos, y me mira, estupefacta.
-¿QUÉEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE? ¡Ya entiendo por qué me despierto enfadada! ¡Yo necesito dormir más!- gruñe, y me da la espalda.
-No seas tonta, anda. Levántate, y vístete. Nos vamos de excursión por ahí.- insisto yo. Ella se gira, recelosa.
-¿Una excursión? ¿A dónde?
-Por ahí.
-Bueno. Me levanto por la intriga, eh. Que te conste.- dice ella, y con pereza se levanta y estira los brazos. Se dirige hacia la maleta, y yo me levanto, y me pongo delante de ella.
-¿No te falta algo?- pregunto yo, sonriente.
-¿El qué?- dice ella, perdida.
-¿Me dejas que te enseñe de qué va?
-Cla...-dice ella, y antes de acabar la palabra que sale de sus labios, pongo mis labios encima. Suelta una risita, y me da el beso de "buenos días."
-Si no te lo recuerdo, se te olvida.- digo yo, poniendo pucheros. Ella ríe, y me acaricia los rizos.
-No me había olvidado, amor.
-Más te vale...- la amenazo, y cojo ropa de mi maleta. Ella ya está afanada en vestirse, peinarse y arreglarse. Yo me visto con rapidez, y la espero, sentada en la cama. Sale, con un jersey, unos vaqueros, un gorro de lana caído hacia atrás, y unas botas.
-¿Qué tal estoy así?
-Perfecta, como siempre. ¿Vamos?
Ella asiente, y salimos de la habitación. Vamos al bar del hotel, y nos tomamos un café para despejarnos un poco. A los diez minutos, salimos del hotel, y nos metemos en un coche que alquilé ayer. Angie entra, sorprendida.
-Tranquila, no es robado.- río, mientras arranco. Ella ríe conmigo. Salimos de la calle del hotel, y ella mira por la ventana, absorta.
-¿A dónde vamos?- pregunta, de nuevo.- ¿Vas a volver a llevarme a un hotel precioso?
-Siento decepcionarte, pero no.- río yo.- Vamos a Dover, a los acantilados (www.sobreinglaterra.com/wp-content/uploads/2009/01/dover.jpg)
-¿Y qué vamos a hacer allí?
-¡Estás muy preguntona tú hoy, eh! Ya lo verás, ahora si quieres duérmete.
Ella me saca la lengua, y luego me besa la mejilla. Coge una manta que reposa en los asientos de atrás, y se tapa con ella.
A los dos minutos, está dormida. Yo río entre dientes, y sigo conduciendo. Ella no lo sabe, pero vamos a los acantilados de Dover porque lo interesante es que son blancos, y voy a llevarla a que vea el amanecer en ellos. La primera vez que estuve allí fue hace dos años, fuimos con unos amigos, y vimos amanecer. El espectáculo fue increíble. Espero que le guste, y el madrugón haya merecido la pena.

Una hora y media más tarde.
Llegamos a los acantilados más o menos a las siete menos cuarto, ya que no había tráfico, dada la hora. Angie sigue plácidamente dormida.
Sigue siendo de noche, pero va a amanecer en poco rato. Estamos aparcados justo al lado de una valla, detrás de la cual hay una caída de demasiados metros. Me desabrocho el cinturón de seguridad. y le beso la mejilla a Angie.
-Amor, despierta, ya hemos llegado.- ella abre los ojos, con pereza, y se incorpora lo suficiente como para darme un besito corto en los labios. Mientras ella se despereza, salgo del coche, y voy a su puerta. La abro, y cojo a Angie en brazos, que comienza a reír. Nos apoyamos en la puerta cerrada, y agradezco que no haga viento. Si no, la temperatura baja que hay ya de por si, sería más exagerada. Ella me cubre con la manta y mira al horizonte, dónde el cielo se junta con el mar. La abrazo, acercándola a mi, y miro también al horizonte, que comienza a teñirse de los colores del amanecer.
-¿Me has traído aquí para... para que veamos el amanecer?- pregunta, emocionada. Yo asiento, y ella sonríe. Me encanta verla tan feliz.
Va amaneciendo, lentamente, y nosotros lo vemos, abrazados.
-No es la primera vez que vemos amanecer, y tampoco la última. Porque espero que veamos esto muchas veces, a lo largo de los años.- le susurro. Ella se gira, clavando sus ojos en los míos. Luego, junta su frente con la mía. Está tan cerca que siento su aliento caliente en mi cara.
-Veremos millones así, uno en cada parte del mundo.- me asegura en un susurro, y luego me besa. Sus labios contra los míos, su lengua explorando mi boca en busca de la mía. Otra vez esa sensación de que no toco el suelo.
Nos sentamos en el suelo, seguimos mirando al horizonte. Mis pensamientos viajan, y mi imaginación se dispara. "Veremos millones así, y uno en cada parte del mundo." Me imagino ver amanecer con ella en una playa paradisíaca, en una cabañita en las montañas, o en Nueva York. O en Tokyo. Puede que incluso en Islandia. O podemos viajar hasta Groenlandia. Con ella, me iría hasta el fin del mundo.
-Harry...- me llama, y yo me giro. Me la encuentro a centímetros de mi, sonriente. Con esa sonrisa tan perfecta.- Gracias por traerme hasta aquí. Siento haberme despertado de tan mal genio...
-No pasa nada, cariño. Eran las cinco, entiendo que quisieras dormir más.- río yo, y le beso la frente.
Pierdo la cuenta de cuántos minutos, o horas pasamos sentados en el suelo, sin distancia entre nosotros. Tapados con esa horrible manta de cuadros, que parece heredada de alguno de nuestros abuelos. Mirando como el sol sube, alejando la noche. Besándonos cada vez que se nos antoja. Vuelvo al mundo, y bajo de mi nube cuando la veo temblar, y decido que nos tenemos que ir.
-Bueno, vámonos, No quiero que te hieles por mi culpa.- digo, y la ayudo a levantarse. Ella sonríe, me besa de nuevo, se mete en el coche, y pone la calefacción. Miro por última vez el acantilado, y entro en el asiento del conductor.
-Ahora, ¿dónde vamos?
-A desayunar en condiciones.- sonrío. Miro la hora: las ocho y cuarto. Hemos estado bastante rato, a pesar del frío. Arranco el coche, y salimos de la zona de los acantilados, rumbo a Canterbury.
Durante el viaje de poco más de media hora, no hablamos casi. Dejamos que Maroon 5 llene el coche, con Lucky Strike, Misery, y no podía faltar She Will Be Loved. Sé que esa canción tiene un significado especial para ella, y le duele escucharla porque le recuerda a Bieber. Pero estoy decidido a cambiar la percepción que tiene de esa canción, así que me pongo a cantarla mientras vamos llegando a la preciosa ciudad de Canterbury.
-Tap on my window, knock on my door, wanna make you feel beautiful.- canturreo yo, mientras ella sonríe, mirando la carretera.
Al final, llegamos a Canterbury, y salimos del coche bajo algún que otro flash. Pero hoy los paparazzis no me van a arruinar el día. Hoy quiero disfrutar de un día libre con la persona más importante para mi. Caminamos tranquilamente por la calle St. George's, hasta un bonito restaurante. Entramos, y nos sentamos en una mesa. Yo pido dos desayunos completos.
-¿Qué es eso de desayunos completos?- pregunta ella.
-Cariño, si vas a vivir en Londres, tienes que empezar a acostumbrarte a estos desayunos. Hay que empezar bien el día, ¡y que mejor que esto!- exclamo yo.
-Que miedo me das...
Un hombre regordete nos sirve al rato un plato con beicon, huevos revueltos, judías estofadas, morcilla, hash browns (especie de puré de patatas frito y con forma de hamburguesa), una salchicha, tomate y champiñones. Luego, nos colocan una cesta con pan tostado. Veo la cara de sorpresa de Angie.
-Dios mío ¿hay que comerse todo esto?
-Llevas sin probar bocado desde ayer por la noche, no me digas que no tienes hambre.- río yo, y empiezo a comerme las judías.
-Pero ¿judías y morcilla?- dice ella, casi con horror- ¡Esto no me entra en el estómago!
-Calla y come.- le insto.
Al final, el apetitoso olor que le llega del plato vence sus prejuicios, y empieza a comer. Sonrío, satisfecho y pido algo de té. Esto ya es otra cosa.
Después de devorar todo su plato, no tiene suficiente, y unta varias tostadas con mermelada. Yo le miro, con sarcasmo.
-¿Y tú eras la que no tenías hambre?
-Déjame.- ríe ella, y sigue desayunando.
Al acabar, nos bebemos el té humeante.
-Me estoy volviendo británica.- suspira ella, y da un sorbo a su taza de té.
-Ni que eso fuera malo, cielo.
-Vuestro acento es raro.-ríe ella.- ¡Y bebéis té a todas horas!
-La del acento raro eres tú, perdona.- río yo, y me sirvo más té.- Y lo del té, si que tienes razón. Creo que bebemos demasiado té.
Al acabar con el té, pago y salimos del restaurante. Son ya casi las diez, así que decidimos dar un paseo. La llevo hasta la enorme catedral, y nos hacemos una foto que va a parar a mi Instagram. "Canterbury con mi pequeña."
Mientras vamos andando, con su brazo rodeando mi cadera, y mi brazo reposando en su hombro, le cuento toda la historia que sé de Canterbury. Algún curioso se nos queda mirando raro, pero nosotros seguimos nuestro camino, como la pareja normal que nos gustaría ser. El miedo a que mi fama nos separe es algo que siempre tengo presente, y uno de mis mayores miedos.
Nos montamos en una barca alquilada, y navegamos por los canales. Desde luego, está siendo un día increíble.

-Narrador-
Después de un desayuno ligero, de ducharse juntos y de muchos besos, Kristen y Liam salen del hotel. Van caminando de la mano, juntos. La gente les mira, muchos por la fama de él, y otros por envidia. Son como la pareja perfecta. La sonrisa que ambos lucen, da a entender que son muy felices juntos. Desde luego, lo son. Sus manos encajan como si estuvieran destinados a estar juntos en esta vida.
-¿A dónde vamos?- pregunta ella, con curiosidad.
-A desahogarnos.- contesta él, y antes de que ella pueda pensar cualquier cosa fuera de contexto, añade:- Y no, no es lo que piensas.
Él estalla en carcajadas, y ella le pega en el brazo, haciéndose la ofendida.
-¡Pero tú quién te crees que soy! ¿Harry?- le chilla ella, mientras él sigue riendo.
-¿Lo dices por qué Harry es un pervertido?- pregunta él, y Kristen asiente. Liam vuelve a reírse con fuerza, y ella no puede evitar contagiarse de sus risas. La felicidad de Liam es pegadiza, como esas canciones que con escucharlas dos veces, se te quedan en la cabeza.
Después de un muy largo paseo, entre risas, besos y abrazos, pero sin separarse ni un segundo el uno del otro, llegan al o2, un estadio gigante.
-¿Y qué vamos a hacer...?- pregunta ella, y él se dirige hacia una ventanilla dónde venden entradas. Pide dos, y paga 44 libras. Luego, les dan arneses, guantes y cascos. Kristen le mira raro.
-¿Escalar?
-Vamos a subir hasta arriba del o2, y arriba se pueden hacer unas fotos increíbles, y puedes gritar algo.- señala él. Se ponen los cascos, los guantes y los arneses. Kristen agradece el que se le haya ocurrido ponerse unas converse, y no esos preciosos botines de tacón que se compró el otro día con Angie.
Comienzan la escalada, que es bastante fácil, ya que no hacen falta las manos, es como subir una escalera inclinada. Kristen lidera la marcha, con bastante habilidad. Al cabo de un rato, llegan arriba. La vista corta la respiración. Todo Londres puede verse desde ahí. Kristen mira a su alredor, maravillada, y saca de inmediato su móvil para hacer una panorámica. Liam llega en ese momento, y la abraza por detrás. Se hacen varias fotos, y entonces él, mira a Londres, y extiende los brazos.
-¡Aunque dudo que haya gente que aún no lo sepa, quiero gritarle al mundo que estoy enamorado de Kristen Jones! ¡La quiero hoy, la querré mañana, y hasta que mi corazón deje de latir, esto que siento por ella seguirá existiendo! Así qué ¿me oís? ¡ESTOY ENAMORADO DE KRISTEN JONES!- grita, dejándose la voz. A ella, se le saltan las lágrimas de emoción. Que alguien proclame algo así por tí, y de esa manera, es emocionante. Cuando él se gira, se besan de nuevo, y ella ocupa el lugar donde estaba él.
-¡Pues yo quiero que el mundo entero sepa, que estoy enamorada de Liam James Payne! ¡Le quiero por encima de cualquier pero, y eso es eterno!- grita, desahogándose. Luego, toma aire, pero él se lo arrebata todo de un beso.
Ahí, en la "cima" del o2, los dos se sienten aliviados por haber sacado de dentro lo que sentían. Aunque todo esto no hiciera falta, ambos saben que están enamorados. Y eso es algo que no va a cambiar. 

25.2.13

And she will be loved, chapter 34.



Este capítulo va especialmente dedicado a Ziall  (Zayn+Niall), y ese es el por qué de la foto <3

-Angie-
Después de hablar un rato con Harry, él se queda dormido. Me levanto con cuidado de la cama, y me visto con la ropa que hay esparcida por el suelo del baño. Luego, salgo sin hacer el menor ruido de la habitación, y voy hasta la habitación de Zayn y Niall. Llamo a la puerta.
Un sonriente Niall me abre la puerta, y me abraza.
-Hola, rubito.- sonrío.
-¿Qué haces aquí? Creíamos que estabas con Harry.- sonríe él, y me coge del brazo, arrastrándome hasta dentro de la habitación.
-Harry está dormido.- digo yo, y rezo en mi cabeza para que Zayn no haga ninguna broma sobre lo que habremos hecho para que esté tan cansado. Pero para mi asombro, Zayn está tumbado en la cama, mirando el móvil. Tiene una sonrisa en el rostro.
-¡Lleva así desde ayer por la noche!- me susurra Niall.- Vamos a alguna parte, anda. No soporto al Zayn sentimental.
Yo río, y asiento. Me acerco a la cama, y le doy un beso en la mejilla a Zayn, que me sonríe, para luego volver a concentrarse en su móvil. Algo me dice que está hablando con una chica, y no sé que me da que será con Perrie, la chica rubia de Little Mix con la que bailaba ayer. Niall coge un abrigo, y salimos de la habitación. Bajamos en el ascensor, hasta el hall, y salimos a Londres.
-Y bien, ¿qué quieres hacer?
-Tengo hambre.- dice él. Yo resoplo.
-¿Cuándo no tienes hambre?
-Sabes que nunca, Angie.- ríe él, con esa risa tan adorable. Suspiro, y comenzamos a andar, dispuestos a encontrar una cafetería para que Niall coma algo. Hace bastante frío, ya que ha nevado.
-Por lo que veo, a Harry y a ti os va bastante bien, ¿no?- me dice, sonriendo.
-Nos va genial. Espero de verdad durar mucho con él.- suspiro, y no puedo evitar que esa sonrisilla de enamorada se dibuje en mis labios.
-Yo os veo mucho futuro.- asegura Niall.
-¿En serio?
-Si. No sé, parece como que os complementéis. Solo parecéis totalmente felices cuando estáis juntos.- ríe.
-Pues eso es gracias a ti. Si no llega a ser por ti...- digo yo, recordando que Niall fue quien nos juntó.
-¿Te acuerdas la cara que se te quedó cuando te solté que Harry estaba colado por ti?- dice él, y empieza a reírse de nuevo. Yo le pego en el hombro, pero me es imposible parar sus carcajadas. Acaba contagiándome, y nos reímos juntos.
Al final, llegamos a una cafetería y nos sentamos juntos. Se disparan algunos flashes, pero nos da lo mismo. No hay nada que ocultar, Niall y yo somos simplemente amigos y el que diga lo contrario se equivoca. Pensándolo bien, Niall es como mi mejor amigo, mi hermano mayor. Tengo una relación inmejorable con todos los chicos del grupo, pero con Niall hay una conexión especial. Nos entendemos, y nos queremos como hermanos.
-Nialler...- le llamo, mientras él ojea la carta. Levanta la vista, y fija en mi sus ojos azules. Luego, sonríe.
-Dime, Angie.
-¿Si te digo algo cursi te reirás de mi?- pregunto, avergonzada.
-Posiblemente.- dice él, y se echa a reír ante mi cara de enfado.- Es broma, tonta. Dime lo que tengas que decirme.-
-Que en estos pocos meses me has ayudado muchísimo, de una manera u otra, y que quería darte las gracias. Eres como el hermano mayor que nunca he tenido.
-Ay, que tontita eres.- dice él, riendo, y me abraza.- Tú también eres muy importante para mi, Angie. Eres como... como mi mejor amiga.-
Yo sonrío y le revuelvo un poco el pelo. Él me sonríe, enseñándome todos sus dientes, y luego mira la carta otra vez. Al final, pide unos creps con chocolate y nata, y un chocolate caliente. Yo pido un café simplemente, no tengo el estómago para mucho.
-Y con Bieber... ¿qué tal todo?- me pregunta. Con Niall es muy fácil hablar de temas así, siempre me da consejo y me apoya en todo.
-Pues no lo sé.- suspiro, y me miro las uñas.- Hoy me ha llamado, y me ha soltado que aún me quiere, o algo así.
-¿Qué ha hecho qué?- exclama él, sorprendido. Los presentes en el bar se giran, para ver que pasa. Él se excusa por haber levantado tanto la voz con un gesto.
-Eso mismo. Me ha llamado, y me ha soltado que aún me quiere, y que ayer acabó pensando en mi y en cuando bailamos juntos.-
Antes de que Niall intervenga, Zayn entra por la puerta del bar, y se sienta con nosotros en la mesa.
-¿Y tú de dónde sales?- pregunto, sorprendida.
-Hola Angie, ¿qué tal la resaca? Espero que bien, Angie.- dice él, burlándose de mi falta de educación.- He decidido darme un descanso con el móvil, y hacer vida social.-
Niall y yo reímos, y él nos mira mal. Se levanta, y pide un refresco, a pesar de que fuera hace bastante frío. Se sienta de nuevo.
-¿De qué hablábais?- pregunta, mirándonos. Decido confiar en él, y se lo cuento.
-Pues de que Bieber me ha llamado hace un rato, afirmando que me quiere, y que ayer acabó la noche pensando en mi.- suspiro yo.
-¿Qué ha hecho qué?- exclama Zayn, del mismo modo que Niall ha hecho hace poco. Todos vuelven a mirarnos, y Zayn se excusa con un gesto.
-Ya, a mi también me parece bastante poco normal.- dice Niall, negando con la cabeza.
-Ese tío no sabe ni lo que dice ni lo que quiere.- afirma Zayn.- Cuando llegaste a BTour, parecía que quería violarte. Luego se le pasó, y luego volvió a ser igual de capullo. ¿Y ahora qué, vuelve a cambiar a bien? No me fío un pelo de él.
Una camarera trae nuestro pedido, y Niall se lanza a por sus creps.
-Es que a este paso, en unos meses volverá a su actitud de capullo.- dice Niall, con la boca manchada de chocolate. Zayn asiente, y yo remuevo mi café, pensativa.
-Además, Angie, tú estás con Harry, y os va bien ¿no? Pues pasa de él. No me creo eso de que te quiera.- dice Zayn. Agradezco mucho que intente protegerme.
-¿Y entonces por qué me beso hace un año?- pregunto, dudosa.
-¿Y entonces por qué luego se comportó como un capullo contigo?- pregunta Niall, que casi ha acabado con sus creps.
-Angie, nunca se me borrará de la cabeza la imagen que tengo de ti llorando en el suelo de la caravana, el primer día, cuando llegaste a BTour. Cuando te diste cuenta que Justin había cambiado.- me dice Zayn.- No quiero que pases por eso otra vez. Si vuelves a confiar en Justin, lo más posible es que acabe haciéndote daño de nuevo.-
-¿Por qué a ratos eres un capullo conmigo, y luego me intentas proteger por encima de todo?- pregunto, en un intento por quitarle hierro al asunto.
-Angie, esto es serio.- suspira él, pero sonríe después.
-Entonces, ¿qué me sugerís que haga?- suspiro yo, y le doy un sorbo a mi taza de café humeante.
-No vuelvas a BTour.- dice Niall, muy serio. Nunca lo había visto así.
-¿Cómo voy a hacer eso?
-Pues muy fácil, Angie. Nosotros ya no vamos a aparecer en más conciertos de su tour. Volveremos el 12 para recoger nuestras cosas, y volveremos aquí a Londres a ensayar nuestra gira.- me explica el rubio.
-Entonces, te vas con nosotros el 12 a recoger tus cosas, y luego vuelves aquí a Londres con nosotros.- finaliza Zayn.
-Vale. Resumiendo, decís que no le dé más oportunidades, y que pase de él.
-Oportunidades ha tenido ya demasiadas, Angie.- dice Zayn.
-¿Creéis que es lo mejor?- digo, suspirando.
-Es lo mejor para todos. Sobretodo para ti y para Harry. Si no, ¿qué piensas hacer? ¿Quedarte en el tour con Justin? A Harry le puede dar un ataque de celos, cariño.- me dice Niall, acariciándome la mano.
-Está bien. Haré lo que me decís, entonces.
Ellos asienten, entusiasmados. Es cierto, una parte de mi me dice que es lo correcto. La otra, por una causa que desconozco, me dice que me quede en BTour con Justin.
Al cabo de un rato, salimos de la cafetería y volvemos a paso lento al hotel. Vamos muy callados, hasta la felicidad habitual de Niall parece en pausa. El hablar de Bieber nos ha quitado las ganas de hacer nada. No me gusta que Zayn y Niall se preocupen así por mi, no quiero que su felicidad se haga más pequeña y menos duradera por culpa de mis problemas.
Al entrar en el hotel, están todos en el hall. Harry parece aburrido, ya que Eleanor y Louis están besándose, y Liam y Kris están riéndose juntos, haciéndose cosquillas. Al mirarme, una sonrisa se dibuja en sus labios, y corre hacia mi. Le sonrío de vuelta.
-Me desperté, y no estabas...
-Lo siento, Harry. Fui a comer algo con Nialler y Zayn. Necesitaba hablar con alguien...- le digo.
-¿Hablar? ¿De qué? ¿Qué pasa?- pregunta él, preocupado.
-De que no voy a volver a BTour.- suelto. Él abre la boca, con sorpresa, pero la cierra, y empieza a sonreír.
-¿No querías darle otra oportunidad a Bieber?- pregunta, masticando las palabras, incrédulo.
-No. No quiero alejarme de ti. Además, creo que Bieber ya ha tenido demasiadas oportunidades. No creo que porque le dé otra vaya a cambiar.- digo yo. Aún me cuesta creer que vaya a hacerlo, pero Niall y Zayn me han convencido casi totalmente. Harry pasa sus brazos por mi cintura, lentamente. Con una sonrisa en los labios que se agranda por segundos.
-No sabes que jodidamente feliz me hace escuchar eso, pequeña.- dice él, y luego, susurra en mi oído- Además, si te fueras con Bieber a mi me podría dar un ataque de celos.-
Río, ya que es lo que me han dicho los chicos hace un rato. Él me besa la comisura de los labios, y volvemos abrazados hacia dónde están todos. Me siento en el sofá al lado de Kris, que me dirige una gran sonrisa.
-Bueno, chicos ¿qué queréis que hagamos?- pregunta Liam.- Deberíamos hacer algo todos juntos.-
-¿Y si vamos al museo de cera?- propone Louis.
-¿Al Madame Tussauds?- pregunta Kristen, entusiasmada.
-¡Sí, además el horario es de las nueve a las cinco y media, pero por ser Navidad, a las cinco y media hacen una pausa, y vuelven a abrir a las siete y media! Yo creo que nos dejarán entrar, por ser nosotros.- dice Niall.
-¡Uy, el irlandés este, que creído se lo tiene lo de ser famoso!- le digo, burlándome de él. Él pone morritos, pero acaba riéndose.
Paseamos por Londres con tranquilidad, para llegar al museo a las 5.30, y que nos dejen entrar. Aún no me queda claro lo de que nos vayan a dejar.
Voy andando con Kris delante de los chicos, que van parando a hacerse fotos con fans. Eleanor ha tenido que irse por un compromiso familiar.
-Me abandonas por Harry, tía.- gruñe ella. Yo río con ganas.
-Hablo aquí la que está poco rato con Liam.
Ella se ríe, feliz.
-En eso también tienes razón. Nos abandonamos mutuamente.- dice, riendo.- ¿Qué tal todo con el ricitos?-
-Pues inmejorable.- digo yo, y suspiro.
-Que sonrisa de enamorada tienes, Angie.- se burla ella.
-¡Cállate!- río yo, y me sonrojo.
-¡Ahora pareces un tomate!- dice ella, riendo. Le miro mal, pero ella sigue riéndose, sin remedio.
-Eres un caso aparte.- le regaño.- ¿Y tú qué tal todo con Lee-Yum?-
-Pues demasiado bien, la verdad. A veces creo que estoy viviendo un sueño o algo así, y que de un momento a otro me despertaré de nuevo con el imbécil de mi padre pegándome gritos.
-Eso no va a pasar, Kris. Esto es real- le digo, y le paso un brazo por los hombros. Ella suspira.
-¿A ti no te cuesta a veces creer que todo vaya tan bien?- pregunta ella.
-A veces sí, pero es que Harry me hace creer que lo que vivo con él es de verdad. ¿Sabes a lo que me refiero?-
Ella asiente.
-Somos dos afortunadas, estamos con dos de los chicos más deseados mundialmente.
-Eso me pone un poquito celosa, ¿a ti no?- río yo.
-Las que deberían estar celosas son las fans, ¿no crees?
-También es verdad.- asiento, y suelto una carcajada.
-¿Qué habéis hecho Harry y tu todo este rato, antes de que te fueras con Niall y Zayn?- pregunta. Yo carraspeo, y mis mejillas vuelven a sonrojarse con demasiada rapidez. Kristen empieza a reírse a carcajadas.-¡Vale, me arrepiento de haber preguntado eso!
-Ah, ni que tu fueras una santa. ¿Y tú y Payne, qué habéis hecho?- contraataco yo. Ella se sonroja con más rapidez que yo, y suelta una risita nerviosa.-¡Oh me arrepiento de haber preguntado eso!-
Digo eso último imitando su voz, y ella se ríe, pero recibo un golpe en el hombro. El golpe no acalla mis carcajadas, que me hacen ir andando doblada.
-¡Eres tonta!- chilla ella, coreando mis risas.
-En el fondo me quieres.
-¡Jamás!- grita ella.
-No puedes vivir sin mi, Kristen Jones.- le espeto.
-La verdad es que no.- dice ella, aguantando la risa.
Vamos así, picándonos, hasta que llegamos a la puerta del museo. Los chicos llegan minutos más tarde.
Con encanto natural que tienen los cinco, consiguen que nos dejen entrar. Kris y yo entramos corriendo, entusiasmadas.
-¡HARRY! ¡HAZME UNA FOTO CON LADY GAGA!- grito yo. Harry ríe, y saca su iPhone. Yo me sitúo al lado de la figura de cera de Lady Gaga, y sonrío. Se oye un "click"
-Ya está, pequeña.
Me acerco a ver la foto, y veo que la ha adjuntado a un tweet, y ha twiteado: "Mi pequeña con la Mother Monster. PAWS UP!" Al segundo, veo como las notificaciones crecen en su móvil, y los RT's se multiplican.
-Dios mío, me siento famosa.- río yo.
-Eh, eh, eh.- me regaña.- Aquí el famoso soy yo.
-Oh, por supuesto. Eres el miembro más guapo de One Direction ¿no?- digo, con burla. Él me coge de la cintura, y me acerca a él.
-¿Acaso lo dudas?
-Jamás lo dudaría, imbécil.- susurro yo, antes de que mis labios se peguen a los suyos.
La siguiente hora es muy divertida. Nos hacemos fotos con todas las figuras, muchas van a Instagram, otras a Twitter, y otras simplemente las guardamos. El encargado nos hace una foto con las figuras de One Direction, cada uno con su figura, y Kristen y yo riéndonos sentadas en el suelo.
-¡Esta la imprimo!- dice Louis, al ver el resultado de la foto en su cámara.
Kristen y Liam se hacen una foto con la figura de Bruno Mars, ya que a ambos les encanta. Él le promete que un día se lo presentará.
Ni siquiera me paro en la figura de Bieber, creo que es mejor que me vaya olvidando de él, cuanto antes, mejor.



23.2.13

And she will be loved, chapter 33.


 -Angie-
Comemos los ocho, bajo los efectos de la resaca. Niall, que era el que peor iba ayer, está perfectamente, mientras devora toneladas de comida.
-¡No lo entiendo, Niall!- suspiro. A mi me duele la cabeza ligeramente.- ¿Eres inmune al alcohol, o algo así? ¡Ayer bebiste mucho!
-Niall no tiene resaca. Nunca.- me explica Zayn, y acto seguido le da un sorbo a su refresco. Niall ni si quiera me contesta. Sigue a lo suyo, comiendo.
-Yo en cambio estoy que no puedo con mi alma.- resopla Kristen, enterrando la cabeza entre los brazos. Liam ríe, y le acaricia el pelo. Kristen bufa, supongo que el dolor de cabeza le molestará bastante.
Harry, sentado a mi lado, tiene cara de sueño. Me da que hoy va a ser un día de dormir, descansar y poco más. Todos excepto Niall, estamos bastante tocados.
Acabamos la comida, y volvemos al hotel. Cada uno a su habitación, a reposar lo máximo, hasta la cena.
Harry y yo nos vamos a la habitación. El dolor de cabeza ha ido haciéndose más grande y molesto a medida que avanzaba la comida, así que me tiro de cara a la cama. Harry enta y cierra la puerta detrás de él. Se acerca riendo a mi, y se sienta a mi lado en la cama.
-¿Qué pasa, pequeña, ayer te pasaste bebiendo?- dice en mi oído, con algo de burla en su tono de voz. Yo levanto la cabeza de la almohada, y le miro con odio.
-Cállate, Harold.- le bufo. Él ríe de nuevo, y me muerde la oreja.
-Te recuerdo que me debes algo...
-No, ayer dijiste que no tenía que compensarte.- río yo, orgullosa de poder pagarle con su misma moneda. Él gruñe algo incomprensible, y yo río con ganas, a pesar de que el dolor de cabeza me martillea las sienes. Me levanto, cansada, y cojo mi neceser de la maleta. Cojo una aspirina, y me la tomo, mezclándola con agua.
-Te prometo que si me despierto con menos dolor de cabeza, te compenso.- susurro. Lo último que oigo, antes de dormirme, es su preciosa risa. Siento un beso en la mejilla, y sonrío.
En mis sueños, se mezclan mis recuerdos y la fantasía. Mi cabeza rememora el día en que Bieber y yo nos besamos, hace casi un año. Mi cerebro no para de recordarme el tacto de sus labios contra los míos, sus manos en mi cintura, y lo especial que me hizo sentir ese beso. Todo ha cambiado mucho desde entonces. Me acuerdo de lo muy enamorada que estuve de él, y lo mucho que me hizo sufrir su desaparición de mi vida. Entonces, empiezo a recordar sin quererlo, todos los malos momentos con él. Su mala actitud conmigo, mi miedo a que me tocara. Pero de pronto, así como así, Harry aparece en mis sueños, apartando las malas sensaciones. Las tres veces que nos hemos acostado aparecen en mi mente, y me hacen tener ganas de una cuarta vez. Sus besos, su manera de sonreír cuando me llama "pequeña". Su risa, sus ojos. Sus hoyuelos adorables al sonreír. Despertarme abrazada a él. La sensación de seguridad que me da tenerlo cerca. Lo insoportable que fue ese mes lejos de sus besos. Mi llegada al aeropuerto, y nuestro reencuentro. La Unforgettable Suite. Nueva York a lo lejos. El jacuzzi. La familia de Harry, él y yo, cenando juntos, como una familia. En mis sueños aparece un niño con el pelo corto y marrón, del mismo tono que el mío, y los ojos verdes de Harry. Parece ser... nuestro hijo. A su lado, hay un bebé con el pelo rizado como él, y mis ojos. Nuestra hija.
Alguien me zarandea, devolviéndome al mundo real. Abro los ojos, y me encuentro a Harry, que me mira con preocupación.
-Angie ¿estás bien?
No entiendo por qué me lo pregunta. Me doy cuenta que tengo la cara mojada. He llorado en sueños.
-Pequeña, ¿qué te pasa? Por favor, me estoy preocupando.- pregunta de nuevo, con preocupación en su tono.
-He... he tenido un sueño.
-¿Era malo?- pregunta él, acariciándome un brazo.
-No. Era... muy bueno.
-¿Y por qué lloras, tonta?- dice él, algo más tranquilo.
-Creo que son lágrimas de felicidad.
-¿Y eso?
-He soñado con nuestros hijos.- suspiro, feliz. Una enorme sonrisa ilumina el rostro de Harry, y sus hoyuelos se marcan, con rapidez.
-¿Cómo eran?- pregunta él, sonriente.
Le describo los dos niños que han salido en mis sueños. Él escucha atento.
-Me gustaría llamar al niño Jason, o Robert.- suspira él, sonriente.
-Jason Styles. Me gusta.- sonrío yo.- La niña se llamaría Laura.
-Laura Styles. Suena muy bien...- dice él, besándome la mejilla.- Por cierto, ¿qué tal tu cabeza?
-Mucho mejor. Ya no me duele.- sonrío.
-Pues tengo una muy buena idea. Espérame.
Se levanta, y oigo como abre varios grifos del baño. Creo que está llenando la enorme bañera de porcelana que hay en el baño. Sonrío, feliz. Espero hasta que cierra los grifos, y me levanto de la cama. Harry está ya sin camiseta, y probando en agua, metiendo la mano. Sonríe, satisfecho.
La bañera está de un color azul turquesa, así que cuando él se desnuda, y se mete en ella, no puedo ver a través del agua. Supongo que ha echado algún aceite, o algo así. Me observa, expectante. Yo sigo con toda la ropa puesta. Me quito el jersey, los pantalones, y la camiseta que llevo debajo, ante la mirada y la sonrisa hipnotizante de Harry. Me quedo en ropa interior, de la que me deshago lentamente, para hacerle sufrir. Luego, me deslizo dentro de la bañera, con él. Me siento entre sus piernas, y suspiro, sonriente. Mi espalda está contra su pecho mojado. Los dedos de Harry recorren mis brazos, desde mi hombro hasta la muñeca, y luego se deslizan hasta mis caderas, trazando círculos. Luego, aprovecha tener sus manos en mi cadera para poder pegarme un poco más a él. Un suspiro contenido se escapa entre mis labios, cuando noto sus labios recogiendo gotas de agua que hay en mi cuello. Me desconcentran sus labios en mi cuello, y me estremezco cuando noto sus manos deslizándose por mis piernas, y mis muslos. Lo único que oigo es mi respiración acelerada, su respiración serena, y el agua. Mis mejillas se sonrojan, y él se apresura en besarme la mandíbula. De un rápido movimiento, me deja debajo de él, y me besa con fuerza. Respondo, de buena gana. Sus labios abandonan los mios, y recorren mi cuello, pero para ello debe sumergirse un poco en el agua. Luego suben hasta mi oreja, y susurra:
-Te quiero.
-Yo más, seguro.- digo, sonriente.
-Déjame demostrarte que no.
-Hazlo. Demuéstramelo.- le incito. Él sonríe, y alcanza un envoltorio plateado, del que saca un plástico que se coloca en el lugar adecuado. Noto cuando entra en mi, y lo recibo con un suspiro. Él me responde con otro.
Nos perdemos en el agua, en nuestras caricias, y en nuestro deseo mutuo. Nos perdemos para no encontrarnos jamás. El placer me llena, y la felicidad también. No puedo dejar de sonreír mientras oigo su respiración acelerarse, y siento como mi pulso se dispara con rapidez. Cuando acabamos, suelto un pequeño grito, seguido de su nombre en un tono más bajo. Él hunde la cabeza en mi cuello, y susurra mi nombre, entre dientes, con una sonrisa escondida. Luego, yo suelto una risita, y susurro:
-Sigo pensando que te quiero más, y eso no va a cambiar, por muchas veces que hagamos el amor.
-Eres imposible.- ríe él.
-Nos vamos pareciendo, cariño.
Me salpica ligeramente, y se aparta de encima de mi, para salir de la bañera. Me tomo un momento para observar su cuerpo perfecto, antes de que se cubra con una toalla. Luego salgo yo, y me enrosco una toalla al cuerpo. Me acerco a él, que se mira al espejo, y le beso ligeramente. Le arranco una sonrisa.
-Cada vez que me besas se me acelera el pulso.- me confiesa, sonriente.- O cada vez que me miras, o me tocas.
-Me pasa lo mismo, cariño.
Cuando vamos a besarnos otra vez, nos interrumpe mi móvil, con Lucky Stike de Maroon 5 a todo volumen. Salgo con prisa del baño, y cojo el móvil sin mirar quién me llama.
-¿Sí?
-¡AAAAAAANNNNNGIEEEEEEEEEEEEEEE!- grita Bieber, al otro lado de la línea, destrozándome el tímpano. Separo el teléfono un poco de mi oreja.
-Hola, Biebs. ¿Qué tal acabaste ayer?- sonrío, ignorando los malos recuerdos que aparecen en mi cabeza, por el sueño de antes.
-Pensando en ti.- suelta él, y a mi se me cae la mandíbula hasta el piso de abajo.
-Justin, ¿qué dices?- digo, algo asustada.
-Que acabé pensando en ti, y cuando bailaste I Wanna Go conmigo.- dice, como quién no quiere la cosa. Suspiro, y me muerdo el labio.
-Sigues bajo los efectos del alcohol, por lo que veo.
-Que no, Angie, joder. Es verdad.
-Justin...
-Yo te quiero, Angie.- suelta, así de pronto.
-No creo que sea el mejor momento para hablar de algo así, Justin.-digo yo, muy seria.
-Es el mejor de todos. No te lo esperabas, y es mejor.
-Justin, hablaremos el 12, cuando volvamos a BTour.
-Angie...-dice él, intentando pararme.
-Adiós, Justin.
Harry entra a la habitación en ese mismo momento, sonriendo.
-¿Todo bien, cielo?
-Todo perfecto.- sonrío, y me recuesto en la cama.- Después de el baño, estoy muy relajada.
Él ríe, pillándole el doble sentido a la frase, y se tumba a mi lado. Me da un besito corto, acompañado de una ración doble de sonrisas para los dos.

-Justin-
Separo el teléfono de mi oreja, y cierro los ojos con fuerza. Entierro la cara entre mis manos, desesperado. No sé que hacer para que Angie entienda que estoy enamorado de ella. He llegado hasta un punto en que la necesito tanto que me duele. Me duele no poder simplemente besarla, y que nadie nos mire mal. Me duele que el que esté en mi lugar sea Styles. Y lo peor es que son una pareja perfecta, y se nota kilómetros que se quieren muchísimo. No puedo dejar de pensar que yo podría haber evitado eso, si no me hubiera convertido en un auténtico gilipollas. Si no hubiera sido así con ella, y si no me hubiera liado con Jasmine, todo sería distinto. Ella habría llegado a BTour, y yo me habría declarado. Yo la habría besado, no Styles. Yo le habría quitado la virginidad, no Styles. Yo dormiría abrazado a ella, y borracho de su adictivo olor a frutas exóticas. Yo le habría declarado mi amor por ella al mundo en el Madison Square Garden. Yo la haría feliz ahora mismo. Yo la llamaría pequeña, la haría sentirse especial. Le cantaría canciones al oído, y le repetiría muchas veces que es lo más importante para mi. La despertaría cada día de mi vida con un "buenos días, princesa." Jamás me cansaría de despertarme, y verla a mi lado. Aún me acuerdo cuando éramos dos críos, y dormíamos juntos cuando venía a verme, o yo iba a verla a ella. Me acuerdo lo seguro y feliz que me sentía cuando abría los ojos, y ella estaba en la cama de al lado. Aún me duele ese beso que nos dimos hace casi un año. Aún recuerdo lo rápido que me iba el corazón cuando la besé.
Cierro los ojos, e intento tranquilizarme, repitiéndome a mi mismo, que cada cosa a su tiempo. Que tengo que calmarme e ir despacio, para no fastidiar todo.
No sé cuándo, ni cómo, ni dónde. Pero de una forma u otra, voy a ganarme a Angie. Voy a reconquistarla.

21.2.13

And she will be loved, chapter 32.


-Narrador-
La noche en Fabric continúa, a pesar de la marcha de Harry y Angie. Louis y Eleanor están en los sofás, abrazados, y de vez en cuando se besan. Zayn lleva más de una hora bailando con Perrie, una preciosa chica rubia de Little Mix.
Kristen y Liam bailan juntos, hasta que ella para en seco, y suelta un quejido.
-¿Qué pasa, amor?- le pregunta Liam, preocupado.
-Me duelen los pies.
-¡Otra! Es que os ponéis esos tacones, y es imposible que no os duelan...- ríe Liam, refiriéndose a Angie. Kristen se hace la ofendida, le saca la lengua y se da la vuelta, dispuesta a irse a los sofás.- Eh, eh, amor. Era una broma. Que poco sentido del humor tienes...-
-¡Si vas a estar criticándome, me voy!- le espeta ella. Liam se ríe, consciente de que su novia va un poco más bebida de la cuenta. Al igual que Niall, que está bailando animadamente con Leigh unos metros más allá.
Kristen empieza a andar, muy decidida. Sus pensamientos son claros. Se va de Fabric. Pero sus piernas no parecen estar muy por la labor. Liam ve como se tambalea, por el alcohol que lleva en las venas. La sujeta de la cintura, y ríe de nuevo. Kristen gruñe algo incomprensible.
-Amor, estás borracha. Vámonos al hotel.
-¡No! ¡Yo quiero bailar!
-¡Pero si hace un segundo te dolían los pies!
-¡Vamos a bailar, aburrido!- le coge de la mano, y lo arrastra a la pista que acaban de abandonar hace escasos minutos. El DJ pone una canción lenta, Die In Your Arms, de Bieber, que sigue por ahí pegando saltos y bailando.
Liam sonríe, y pasa los brazos por las caderas de su chica. Ella apoya los brazos en los hombros de él, y comienzan a bailar un baile lento. Apoya la cabeza en sus hombros, y él hunde la cabeza en la melena de ella.
-Liam... puede que si que vaya algo bebida de más. Pero tengo algo muy claro.
-¿El qué, cariño?
-Que te quiero. Nunca me había pasado esto con nadie, tengo claro que sin ti no sería nada igual, y que quiero pasar contigo el máximo tiempo posible.
Liam sonríe, emocionado. Su corazón late con fuerza.
-Sabes que yo también te quiero, cielo.
Él se separa, lo justo para besarla. A pesar del alcohol que ella lleva en el cuerpo, Kristen se da cuenta de la sinceridad de él. De verdad la quiere, como ella a él. Es feliz de saber que su amor es correspondido. Bailan abrazados, queriendo de ese momento no acabe nunca.
Pero como todo lo bueno, acaba.
Mientras tanto, a unos kilómetros de allí, Harry y Angie acaban de llegar a la habitación donde van a pasar la noche, aunque ya son las cuatro.
Nada más abrir la puerta, se abrazan. Las manos de él recorren la espalda de ella, con delicadeza. Con lentitud. Las de ella reposan en su cuello.
Pero al cabo de unos minutos, los labios se posan de Harry se posan en el cuello de ella, depositando besos mojados a lo largo de él. Ella sonríe, pero repara en que está muy cansada. Le da miedo lo que él pueda decir si le dice que no quiere hacer nada esa noche. Simplemente dormir abrazada a él.
-Harry...
Él sigue ocupado con su cuello, saboreándolo. Al oír su nombre, levanta la vista, sonriente. En los ojos de ella hay algo de culpabilidad.
-Dime, pequeña.
-Es que yo... Yo... Ya sé que te lo he prometido, pero...
-¿No quieres hacerlo?- pregunta él, con tranquilidad. Ella se muerde el labio inferior, avergonzada, y niega con la cabeza.- No pasa nada, mi vida. Lo entiendo. Ha sido una noche muy larga.
-¿No te importa, en serio?
-No.- dice él, sonriente.
-¿Seguro?
-Segurísimo.
-Te compensaré, lo juro.
-No tienes que compensarme o jurarme nada, Angie.- dice él, apartándole un mechón de pelo rebelde de la cara.
-Eres el mejor.
-No hay para tanto, pequeña. Ahora, vamos a dormir.
Las maletas de ambos están ya en la habitación, así que simplemente sacan sus pijamas, y se tumban en la mullida cama que les espera.
-Me muero de sueño.- bosteza Angie. Harry ríe, y la abraza con fuerza contra él.
-Buenas noches, princesa.
-Buenas noches, Harry.
Un te quiero se queda pegado en los labios de ella, ya que antes de afirmarlo, se queda profundamente dormida. Sin embargo, Harry no se duerme. Se queda incorporado en la cama, observando el sueño de Angie. Su sonrisa mientras duerme. Pasan las horas, y a las siete, consigue conciliar el sueño, no sin antes besar la mejilla de la chica que duerme a su lado, y susurrarle un te quiero muy bajito al oído. Ella sonríe en sueños, y se acurruca en los brazos de él.

Zayn, Niall, Louis, Eleanor, Liam y Kris salen de Fabric a las seis y media de la mañana. Las chicas se quejan de dolor de pies. Niall va haciendo eses por el camino hasta el hotel.
-¡Está nevando!- grita Niall, al notar algo frío posarse en su nariz, cuando mira al cielo.
-Tío, no grites que es tarde.- ríe Zayn. Se le ve más feliz que nunca, ha conseguido el número de esa chica, Perrie, aunque se ha hecho de rogar bastante. Era una chica difícil, pero que ha sucumbido a los encantos de el chico de la mecha rubia. A Zayn siempre le han gustado los retos.
-Es verdad, está nevando.- dice Kris, sonriente. Va abrazada a Liam, y ambos se cubren bajo el mismo abrigo. Él le besa la cabeza, y siguen andando. Louis y Eleanor van de la mano, ambos con cara de sueño.
Al fin, llegan al hotel.
-Bueno, mañana la hora límite para despertarse son las tres.- anuncia Liam.
-¡Eh, entonces solo voy a dormir nueve horas!- chilla Niall.
-¡No grites!- le regaña Kris, tapándole la boca. Recibe un mordisco como respuesta, y responde con una colleja. El irlandés comienza a reír incontrolablemente. Zayn lo lleva a su habitación, para que se calme. Acto seguido, Louis y Eleanor se van a su habitación.
Liam y Kristen llegan a la suya, una bonita suite con una gran ventana desde la cuál se ve Londres. Está amaneciendo. Kristen se quita el vestido y desliza un camisón muy ligero, del que ignora el origen, pero le gusta el encaje azul claro que cubre los bordes. Mira el cielo, que empieza a teñirse con los colores del amanecer. Sigue nevando. Liam la abraza por detrás, y le besa la oreja.
-Ha sido una buena noche, ¿no crees?- pregunta ella.
-Perfecta.
-Podríamos acabarla aún mejor.
-Me parecería una muy buena idea si no fuera por que estás bebida, y sería como aprovecharme de ti.- ríe Liam, en su oreja. Kristen se estremece, y mira de nuevo por la ventana.
-Aprovéchate.- susurra.
-No, amor. Va en contra de mis principios.
-¿Seguro que no te apetece?- susurra ella, girándose para darle la espalda al amanecer, y mordiendo la clavícula de él.
Liam se muerde el labio con fuerza, y mira al techo. Le cuesta mucho negarse, pero no va a hacer nada con su novia. Quiere que cada vez que hagan el amor sea bonito, mágico. No quiere que a la mañana siguiente ella despierte y no se acuerde de nada. Así que la coge de la mano, y van hacia la cama. La tapa con una sábana, y se tumba a su lado.
-Eres un aburrido, Payne.- gruñe ella.
-Mañana me lo agradecerás, amor. Buenas noches.- le entrega un beso, que a regañadientes ella acepta, y cierra los ojos.
Los dos se duermen al instante, abrazados.

1 de Enero del 2013, 13:00

-Angie-
Abro los ojos, y lo primero que veo son los ojos verdes y la preciosa sonrisa de Harry. Sonrío, contagiándome de su sonrisa.
-Buenos días, amor.- susurro.- ¿Llevas mucho rato despierto?
-He abierto los ojos hace muy poco.- sonríe él. Parece mentira que después de varios meses aún se me acelere el corazón cuando me sonríe de esa forma que sólo él sabe. Me acurruco en sus brazos, y suspiro.
-Siento lo de ayer.
-¿Lo de no querer hacerlo? No importa.- sonríe él, y me abraza. En el fondo sé que si importa, pero es demasiado bueno conmigo como para querer decírmelo. Suspiro de nuevo, y de pronto, comienzan a aporrear nuestra puerta.
-¡ARRIBA PAREJITA FELIZ! ¡TENGO HAMBRE!- grita Niall. Nosotros reímos, y nos levantamos. Harry abre la cortina que cubre el gran ventanal, y descubrimos que ha nevado en Londres. Todo está blanco, inmaculado. Saco de la maleta: http://www.polyvore.com/what/set?id=70002643 y me visto casi con prisa. Salimos de la habitación, y bajamos en el ascensor. Todos nos esperan en el hall.
-¿Dónde vamos a ir a comer?- pregunta Zayn.
-¡A NANDO'S!- grita Niall, que no parece demasiado afectado por la resaca.
Y así, los ocho nos dirigimos hacia el restaurante favorito de Niall, para celebrar la llegada del nuevo año.

18.2.13

And she will be loved, chapter 31.


-Angie-
Salto al ritmo de Chris Brown con Kristen a mi lado. No sé como voy a hacerlo para aguantar toda la noche con estos tacones. Aunque eso no es mi mayor preocupación ahora mismo.
-DON'T WAKE ME UUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUP!- chilla Kristen, a mi lado, mientras yo río. Creo que mi amiga ya lleva dos copas, y se le empieza a notar. En ese mismo momento, Niall aparece, y le da otra bebida. Ignoro que es. Liam le quita el vaso de las manos.
-¡Eh, Lee-Yum, ese vaso es mío!- grita ella.
-Ya has bebido bastante, ahora que te baje un poco y luego bebes más, amor. No quiero que acabes por lo suelos.- le dice él.
-¡Eres un aburrido!- le bufa ella.
-¿Sí? ¿Eso es crees?
En ese momento, el DJ empieza a pinchar I Wanna Go de Britney Spears. Liam coge a Kristen de la cintura, y la pega a él. Empiezan a bailar muy pegados, mirándose a los ojos. Desafiándose. Yo me doy la vuelta, y me voy. No voy a fastidiarles el momento.
I wanna go, all the way. 
Taking out my freak out. 
I wanna go show all the dirt, I got running through my mind, whoah.
Justo en ese momento, alguien me coge de la cintura a mi, y me deja sin poder moverme del sitio. Me encuentro de cara al girarme con los demasiado tentadores ojos de Bieber. Y sin poder evitarlo, me encuentro bailando pegada a él, igual que Kristen y Liam unos metros más allá. Me pierde la sonrisa que aparece en los labios de Justin cuando bailo cerca de él. Niall me pasa un vaso de algo. ¿Éste qué es, el repartidor oficial? Le doy un sorbo, y descubro que es vodka. Mucho vodka, poca lima. Tiro el vaso cuando me lo acabo, casi de un sorbo o dos, y agradezco que sea de plástico. Sigo bailando, con las manos de Justin en mi cintura. DJ Got Us Fallin' In Love Tonight sonando a todo volumen. Con algo de alcohol en mis venas, y Bieber a mi lado, todo me parece estar bien. Hasta que miro hacia un lado, y veo a Harry bailando con Taylor Swift. Demasiado pegados. Ni Justin y yo estamos tan pegados. No. Esto no es bueno. Me separo de Justin con una sonrisa, y voy hacia Harry y Taylor. Toco el hombro de Harry, y cuando se gira, le cojo del cuello, y tiro de él hacia mi. Cuando sus manos llegan a mi cintura, entonces sí que todo está bien. Primera situación de peligro, superada.
-Creía que estabas con Bieber.- dice, en mi oído.
-Estoy contigo, Harry.
-Ya, pero como bailabas tan pegadita a él...
-¿Ah, es eso? ¿Tienes celos? ¿Por eso te has puesto a bailar con Swift?
-Angie...
-Olvidémoslo, amor.
Pego la frente a la suya, y paso mis brazos por su cuello. Reduzco toda distancia posible entre su cuerpo y el mío, y le beso en los labios. Me sigue el beso, al ritmo de Usher. Diamonds de Rihanna, comienza. A mi me da lo mismo, sigo con los labios pegados a los de él. Es un beso sin control, sin reparos. Nos besamos con pasión, sin poder parar, sin querer parar. Mucha gente nos mira, pero nos da igual. Simplemente nos dejamos llevar. Él se separa, con la respiración acelerada. Al igual que mi corazón, que va a demasiada velocidad.
-Te quiero, joder, te quiero.- dice él.
-Supongo que no más que yo a ti.
Y seguimos bailando. Las canciones pasan, pero a mi solo me importa el chico de ojos verdes. El chico al que quiero, a pesar de cualquier adversidad.
-¡FARREEEEEEELLL!- grita Niall en mi oído. Despierto de mi ensoñación en los ojos de Harry, y éste empieza a reír. Harry corea sus risas.- ¡TIENES QUE BAILAR CONMIGO!
Miro a Harry, que asiente con la cabeza. Niall me coge de la mano, y suena un remix de Somebody To Love, de Bieber. La multitud salta a la vez, y yo sonrío, mirando al techo. Niall y yo bailamos juntos, riendo. Creo que va más bebido de la cuenta, pero es tan gracioso que me da lo mismo.
Al acabar la canción, anuncian:
-¡15 SEGUNDOS PARA RECIBIR EL AÑO NUEVO!
Miro a todas partes. Quiero entrar al 2013 de la mano de Harry. Lo busco con la mirada, pero no está.
-¡DIEZ!
-¡NUEVE!
-¡OCHO!
-¡SIETE!
-¡SEIS!
-¡CINCO!
-¡CUATRO!
-¡TRES!
-¡DOS!
Mientras miro a todas partes, alguien me toca el hombro. Me giro.
-¡UNO!
Sus labios se acercan a los míos, y susurran:
-Feliz año nuevo, pequeña.
Entro al 2013 besando a Harry, una y otra vez. Es adictivo. No puedo dejar de besarle por mucho que lo intento. Hundo mis manos en su pelo, y le beso otra vez. De fondo suena Take Care, de Rihanna y Drake.
-If you let me, here's what I do, I'll take care of you.- susurro yo, a Harry. Él me besa de nuevo, bajando hasta mi cuello. Suspiro, sonriente. Lo tengo claro, ya tengo mi deseo de año nuevo. Quiero pasar este año con él. Y el que viene también. Y si es posible, la eternidad.
-Voy a felicitarle el año a la gente en general, pequeña. Luego te veo.- me besa la frente, y yo asiento. Me muevo por la zona VIP, y encuentro a Kristen.
-¡Feliz año nuevo, señorita Payne!- le digo, y le doy un abrazo. Parece mentira lo importante que se ha hecho y lo imprescindible que es en mi vida en escasos meses. Ella sonríe, y me sigue el abrazo.
-¡Feliz año nuevo, señorita Styles! ¿Está todo bien con Harry? Antes le he visto bailar con Swift...
-Es que yo estaba bailando con Bieber.
-¿Qué estabas haciendo qué?- pregunta, asombrada.
-Déjalo, voy a buscar a la gente para felicitarle el año.- le doy un último abrazo, y me encuentro de cara con Zayn.
-¡Feliz año, Angie! ¿Sabes dónde está Harry?
-Igualmente, Zayn. Ni idea, está por ahí felicitando el año.
Él asiente, y me abraza fugazmente. Luego desaparece. Sigo andando por la zona VIP, sin encontrar a nadie conocido. Voy mirando hacia atrás, cuando me choco con alguien.
-¡Oh, lo siento, lo siento, lo siento!- dice la chica. Me ayuda a levantarme, ya que me he caído al suelo. La miro bien, creo que es una chica de Little Mix.
-Tranquila, no pasa nada. No hay heridos.- río.
-¿En serio que estás bien?- pregunta ella, visiblemente preocupada. Tiene el pelo negro, muy rizado y suelto. Es morena de piel, y lleva los ojos perfilados de negro. Lleva un vestido color crema, y unos tacones.
-Tranquila, estoy perfectamente. Me llamo Angie.
-Oh, ¿tú eres Angie Farrell? ¿La chica de Harry Styles?- dice ella, sonriente.
-Sí, soy yo.- digo sonriente.
-¡Me encantó como dijo al Madison Square Garden que estaba enamorado de ti! Fue precioso, lo vi en youtube.- dice ella, emocionada.- Oh, yo soy Leigh-Anne, me puedes llamar simplemente Leigh. Soy de Little Mix.
-Encantada, Leigh.
-Por cierto, ¡feliz año nuevo!
-Feliz año nuevo.- río yo. Me despido de ella, y de pronto, una chica con el pelo teñido de rojo, o granate como Hayley me para.
-¿Sabes qué?
-Eh...¿qué?- pregunto, sorprendida.
-¡Hoy me han roto el corazón!
-Oh... pues lo siento.- digo, sin saber muy bien que decir.
-¿Pero sabes qué he hecho? ¡Me he liado con otro!- dice ella, triunfante.
-Bien hecho...- río yo.
-¡Me llamo Jade! Soy de Little Mix.
-Oh, acabo de conocer a Leigh... Yo soy Angie.
-Ah, la chica de Styles. ¡Me encantáis, espero que duréis mucho, en serio! Bueno, voy a buscar al que me ha roto el corazón.
-¿Quién ha sido, por cierto?- pregunto.
-¡Ah, ni idea! ¡Creo que no era famoso! ¡Pero voy a buscarle y a restregarle que me he liado con otro!
Se va dando saltitos, y yo me quedo parada. Que chica más interesante. Me da la ligera impresión de que va bebida.
Después de un rato buscando, felicito el año a un bastante perjudicado Niall, a Liam, a Louis y a Eleanor, a Ed, y de paso, conozco a Miley Cyrus, a Carly Rae Jepsen...
Me encuentro a Eleanor y a Kristen, y me acerco a ellas.
-¿Habéis visto a Harry?- les pregunto. Ellas niegan con la cabeza.
-¿Tú has visto a Louis y a Liam?- me pregunta Eleanor. Yo niego con la cabeza.
-Hace rato que no veo a ninguno de los cinco.- resopla Kris.
-¡HOLA, FAAAAAABRIC!- grita el DJ. Nosotras nos acercamos al balcón de la zona VIP que da a la pista principal, atestada de gente. - ¡QUIERO QUE DÉIS LA BIENVENIDA A ONE DIRECTIOOOOOON!-
Eleanor, Kris y yo sonreímos. Así que van a actuar. Los cinco salen, igual de sonrientes y perfectos que hace un rato. Incluso Niall está menos perjudicado.
-¡Queremos dedicarle esta canción a tres chicas, Angie, Kris y Eleanor! Estoy seguro de que les habéis robado el corazón a estos tres.- anuncia Zayn, mirándonos y señalando a Harry, Liam y Louis. La música empieza. Es Stole My Heart, una de mis canciones preferidas de los chicos.
 The night shines.
It's getting hot on my shoulders.
I don't mind, this time it doesn't matter.
'Cause your friends, they look good, 
but you look better.
Liam acaba su parte, mirando con intensidad a Kris, que aprieta mi mano, visiblemente emocionada.
 Don't you know all night I've been waiting
For a girl like you to come around, round, round.
En la canción original, esa parte la canta Liam, pero Louis se la dedica a Eleanor, que grita, animando a los chicos.
 Under the lights tonight
You turned around, and you stole my heart
With just one look, when I saw your face
I fell in love
It took a minute girl, to steal my heart tonight.
With just one look.
Been waiting for a girl like you.
Harry me mira con esos ojos verdes que no son de este planeta, y mis ganas de darle un beso se incrementan por momentos. La canción sigue, y nosotras bailamos ante la atenta mirada de muchos presentes. Veo a Bieber mirarme, pero me da igual. Yo soy feliz esta noche, no quiero problemas con nadie. Estoy enamorada, y no tengo ninguna duda. Pero, ¿podrían surgirme dudas con el tiempo? Eso es algo que nunca se sabe.
Al acabar vamos a la barra, y pedimos ocho bebidas, para todos. Los chicos vuelven a la zona VIP. Yo me lanzo a los brazos de Harry, que me recibe sonriente, y le beso de nuevo. No me cansaré nunca de sentir como encajan nuestros labios.
-Esa es la primera recompensa.- le digo, sonriente. Luego, le alcanzo un vaso de Malibú con piña- Esa es la segunda.
-Espero la tercera, pequeña.- sonríe, y le da un trago al vaso. Acto seguido me besa. Sabemos a coco, y a piña. Decididamente, esta es una forma muy buena de entrar en el 2013.
-Sabes que la tendrás, no seas impaciente.- río, y le acaricio el pelo.
Luego, nos ponemos a bailar. Niall vuelve a estar medio bebido, y es muy gracioso. Zayn empieza a bailar con Perrie, una de las chicas de Little Mix. Hacen muy buena pareja, ¿quién sabe si podría surgir algo entre ellos?
Consigo el número de Ed, el de Miley, el de Taylor, y algunos más. Cuando Ed acaba de apuntarme su número en un papelito, y se va a seguir bailando, despidiéndose de mi con un beso en la mejilla, Harry susurra en mi oído:
-¿Debería ponerme celoso?
-Sabes que no.
Él sonríe, y me muerde la nariz. Reímos, hasta que Niall nos separa.
-¡No, parejitas no que os margináis! ¡A BAILAR!
Hacemos caso del "sargento Niall" y bailamos con todos. Pasan las horas, y acabo sentada en un sofá, con un dolor de pies inhumano. Alguien se sienta a mi lado. Me giro, y descubro a Bieber.
-¡Hola, enana!- grita, y me abraza.- ¡Antes me has dejado a medias bailando!
-Ya, eh... Tenía que hablar con Harry.
-¿Todo bien entre vosotros?
-Sí, sí, todo bien.
-¡Perfecto! ¡ME DEBES UN BAILE!- grita. Me da que lleva alguna copa de vodka de más, pero bueno. Miro a Harry mientras Justin me coge de la mano, hacia la pista de baile VIP. Espero que confíe en mi y no le dé la vena celosa ahora que la noche va tan bien. Me las ingenio para andar hasta la pista, mientras suena Eenie Meenie, de Justin y Sean Kingston.
-¡EH, ES MI CANCIÓN! ¡SOY FAMOSO!- grita él.
-¡Calla y baila, imbécil!- río yo. Él asiente, y comenzamos a saltar, siguiendo la canción
-You can't make up your mind, mind, mind, mind, mind. Please don't waste my time, time, time, time , time. I'm not trying to rewind, wind, wind, wind, wind. I wish our hearts could come together as one. But shawty is a eenie meenie miney mo lover. Shawty is a eenie meenie miney mo lover. Shawty is a eenie meenie miney mo lover. Shawty is a eenie meenie miney mo lover.- grito yo, y Justin asiente, riendo. Luego empieza a gritar su parte de la canción, mientras yo río a carcajadas. Lo estoy pasando bien con esta canción, y con Justin haciendo el imbécil, es imposible no reírse.
Al acabar, le beso la mejilla, y se queda bailando con Carly Rae Jepsen. Vuelvo a los sofás, donde Harry me espera, sonriente.
-¡Mis pies se mueren!- grito yo.
-So give the night, to show you, hold you.-canturrea Harry.
Río con su particular forma de pedirme que me vaya con él al hotel.
-Vámonos, anda.
Nos despedimos de los chicos de 1D, quedando para mañana. Luego, salimos de la discoteca, y nos montamos en una limusina, que nos lleva hasta un hotel de lujo del que no me molesto ni en mirar el nombre.
Entramos en la habitación, sonriendo. Él me coge de la cintura con suavidad, con tranquilidad. Hoy ninguno queremos ir rápido. Da igual el tiempo, da igual todo.
Nosotros vamos a disfrutar de la noche. O de lo que queda de ella.

17.2.13

And she will be loved, chapter 30.


-Angie-
Me encuentro en un estado de felicidad continua. He comido con Harry, y ahora mismo, estamos en el sofá, abrazados. Estamos viendo la televisión, aunque no le estoy prestando ningún tipo de atención. Estoy ensimismada en los rizos de Harry, en lo perfectos que son. Tengo unas ganas terribles de hundir mis dedos en sus rizos, pero quedaría raro. Él se gira, y me ve mirándole. Suelta una risita, y apoya su cabeza en mi hombro. Sonrío, es algo totalmente inevitable. Es tenerle al lado, y tener una sonrisa en el rostro todo el rato.
Gira la cabeza hacia mi, rozándome con sus rizos. Acerca sus labios a mi cuello.
-Te quiero.-susurra, y deposita un besito pequeño en mi cuello. Con mucha delicadeza, me empuja ligeramente, y me deja debajo de él en el amplio sofá. Comienza a llenarme de besos la cara, mientras río, encantada. Luego, para y me dirige una intensa mirada verde. Suspiro, totalmente sometida a su mirada. Se dirige a mi cuello, y empieza a darme besos cortos.
En mitad de sus besos, se abre la puerta principal. ¿Qué quién entra? Gemma, Anne y Mike. La hermana, la madre y el padrastro de Harry. Mi novio ni se inmuta, sigue dedicado a mi cuello.
-Harry... tus padres... tu hermana.- susurro, mientras mis mejillas enrojecen a una velocidad récord. Harry para, gruñendo, y mira con odio fingido a sus familiares.
-¡No podíais haber esperado en la puerta, no!
-Claro, Harry. Esperamos en la puerta mientras tú terminas de darte el lote con tu novia, y luego ya si eso, entramos.- las palabras de Gemma, la hermana de Harry, hacen que quiera morirme ahí mismo.
-Gemma, sé más delicada.- interviene Anne, regañando a su hija- No es forma de presentarse a la novia de tu hermano diciéndole eso.
Yo sonrío a Anne. Mi "suegra" acaba de salvarme.
-Hola, Angie. Yo soy Anne, Harry nos ha hablado mucho de ti. Tenía muchas ganas de conocerte.- dice la madre de Harry, mientras me abraza.
-Encantada, Anne. Gracias por acogerme.- sonrío, y le devuelvo el abrazo.
-Hola, Angie. Yo soy Mike, encantado.- dice el hombre, que es el padrastro de Harry. Me abraza levemente, y yo sonrío, aceptando el abrazo.
-Yo soy Gemma, encantada, Angie.- sonríe la hermana de mi novio.- La verdad es que ya tenía ganas de conocer a la novia del pesado éste.
Yo río, y ella conmigo.
-¿Estás segura de que quieres seguir con él? ¡Si es un pesado!- me susurra Gemma. Río de nuevo, y Harry empuja a su hermana.
-¡Deja de intentar romper mi relación, Gem!- le grita Harry, y me agarra contra él. Anne y Mike ríen con ganas, y dejan las compras en la cocina.
Cuando nadie me mira, suspiro aliviada. Creo que le he caído bien a la familia de Harry. Eso es un gran paso.

31 de Enero de 2012.
Después de una tarde en familia jugando a juegos de mesa, en la que por cierto, he ganado en la mayoría de los juegos. Sospecho que quizás me han dejado ganar. Más tarde, he ayudado a Gemma y a Anne a preparar la cena de Año Nuevo. Es un momento de confesiones, en el que me acerco aún más a mi "suegra" y a mi "cuñada". Descubro que el grupo favorito de Gem es The Beatles, al igual que yo, y que Anne es fanática del chocolate. Les cuento cosas de Los Ángeles, de mis amigos allí, de Believe Tour, y de cómo es conocer a tantos famosos. Ellas me cuentan historias de Harry cuándo era pequeño.
-La verdad es que Harry fue bastante problemático.- ríe Anne.
-¿Y eso?- pregunto yo.
-Iba al supermercado con sus amigos, Haydn, Nick y Will. Vaciaban las estanterías, y tiraban todo al suelo.- dice Gemma.
-Lo expulsaron alguna vez que otra del instituto...
-Era un mal ejemplo, vamos.- ríe Gemma.
-Pues ahora un montón de gente copia todo lo que hace.- río yo.
-Pobres insensatos...- suspira Anne.
-¿De qué habláis, oh hermosas mujeres de mi familia?- grita Harry, entrando en la cocina. Las tres nos echamos a reír.- Oh, no mamá. Dime que no le has contado cosas de cuando era pequeño...
-Algo así, cielo.- sonríe Anne, y Harry gruñe. Nosotras seguimos riendo.
-¿Ah, sí? ¡Pues os confisco a Angie!- anuncia, y me coge en brazos, sacándome de la cocina. Cuando llegamos a su habitación, yo sigo riéndome, sin motivo aparente para Harry, que me mira con cara interrogante. Me lanza en la cama, y yo continúo retorciéndome de risa.
-¡Angie, para ya!- dice él, que empieza a contagiarse de mis risas.
-¡No quiero!- digo yo, aún riéndome.
-¿No quieres?
-¡No!- digo, con lágrimas de risa en los labios.
-Verás como vas a querer rápidamente.
Para acallar mis risas, se sienta a mi lado, y me besa. Un beso lento. Uno de sus besos lentos en los que el tiempo pasa, y pasa, y yo no quiero parar nunca. Acabo sentada encima de él, hasta que llaman a la puerta. Gemma y su sonrisa irónica aparecen por detrás de la puerta.
-Oh, segunda interrupción en un día, lo siento.- se burla, y ríe.
-Gem, te la vas a cargar.
-Oh, hermanito ¿qué piensas hacerme?- ríe ella.
-Cállate, ¿para qué has venido?- le bufa Harry.
-La cena estará en veinte minutos, dice mamá. Después de cenar saldremos por ahí. - sonríe.- Ahora os dejo mientras me fabricáis sobrinitos.
Cierra la puerta antes de que Harry se lance contra ella. Yo suelto una carcajada, sus peleas me hacen mucha gracia. Me dirijo hacia mi maleta, y saco mi estuche de maquillaje, mis planchas del pelo, y la ropa que voy a ponerme, que es: http://www.polyvore.com/seriously/set?id=33807078. Harry me mira, negando con la cabeza.
-¿Pero para qué te arreglas? ¡Si estás perfecta!
-No voy a salir así en Año Nuevo, Harry.- digo, mostrándole mi jersey.
-¿Y por qué no?
-¡Que poco glamour tienes, Harold!- suspiro.
-¡Yo tengo mucho glamour!
-Muchísimo.- digo, con sorna. Él me mira mal, y se gira hacia su armario. Empieza a sacar ropa, y prepara tres conjuntos.
-¿Qué me pongo, mademoiselle?- pregunta, con acento francés.
-Harry, para tener glamour no hace falta ser francés, eh...- él se ríe, y yo niego con la cabeza. Observo los tres conjuntos. A decir verdad, mi novio tiene mucho gusto para la ropa. Después de unos minutos, señalo el segundo: Un jersey con cuello en V gris oscuro, cerrado con botones unos pantalones color mostaza, y unos zapatos grises.
-Que buen gusto tienes, pequeña.- sonríe, y me da un beso en la mejilla. Sonrío, y me quito la ropa que llevo puesta. Harry me observa atentamente.
-Veo que sigues sin entender lo que es la intimidad.- le espeto.
-Sabes que nunca voy a entenderlo.- dice él, con una media sonrisa en los labios. Sonrío para mi, y le doy la espalda, mientras me visto. Decido ponerme los tacones más tarde, no quiero que mis pies se mueran. Voy al baño, y me maquillo ligeramente para no parecer una puerta, ni que parezca que me he maquillado con Cola-Cao. Luego, me aliso el pelo un poco, simplemente para darle forma. Cuando vuelvo, Harry está mirándose al espejo. Ya está vestido, y está perfecto. Me acerco a él, sonriente. Él se gira, y silba.
-Estás perfecta, cielo.
-Tu si que estás perfecto...- digo, pero acto seguido le revuelvo el pelo. Pone cara de horror.
-¿QUÉ HACES TÚ, EH? ¡ME HABÍA COSTADO MUCHO DEJÁRMELO BIEN!
Yo río, y comenzamos a correr en círculos alrededor de la habitación.
-¡Pobre Harry! ¿Te he deshecho los rizos?- digo yo, riéndome de él.
-¡Ya verás cuando te pille!
-¡Harry, Angie, a cenar!- dice Anne, asomándose a la puerta. Salvada. Me calzo los tacones, y salgo por la puerta con toda la tranquilidad del mundo. Harry sigue gruñendo y maldiciendo en voz baja.
La cena está deliciosa, y parte del mérito es mío. No soy muy buena cocinera, pero Gem y Anne sí, y me han enseñado varios trucos. La cena ha quedado casera, pero casi sofisticada. Así que, horas antes del inicio del 2013, ceno con la que podría ser mi familia en unos años. Nunca se sabe. La verdad es que entre ellos me siento bien. Me parezco mucho a Gemma, en lo que a gustos se refiere. Anne se está portando conmigo como si fuera mi madre, y Mike no hace más que preguntarme cosas sobre Los Ángeles. Harry tiene una sonrisa de felicidad en el rostro constantemente. Creo que le gusta verme conectar tan bien con su familia.
-Y bueno ¿pensáis en ir más a lo serio?- pregunta Anne, acabando con uno de los platos.
-¿A lo serio?- pregunto yo.
-Mamá...- gruñe Harry.
-Que si vais a casaros.- dice Gemma, con una risita.
Harry y yo nos sonrojamos. Es muy pronto para hablar de eso ¿no? Llevamos juntos tan solo meses. Pero hemos compartido tantas cosas... Sonreímos, pensando lo mismo.
-Creo que es muy pronto para eso, mamá.- dice Harry.
-Quizás no...- contesta Mike.
La mesa se queda en un silencio incómodo, en el que sólo se oye el sonido de los cubiertos. De pronto, el iPhone de Harry empieza a sonar. Lo saca, y descuelga.
-¿Sí? ¿Pero...ya? ¡Si aún estamos cenando! ¡No, en realidad quedamos... bueno, vale! Ahora vamos. Sí, vale. Esperadnos.- cuelga y se levanta.
-¿Ya, hijo? ¡Si aún son las diez!
-Ya pero así llegamos a las once, y bueno...
-¿Qué pasa?- pregunto yo, algo perdida.
-Nos vamos, cielo.
-¿A dónde?
-Luego te lo diré, coge la maleta.
-Pero...
-Angie, coge la maleta, y vámonos. Llegamos tarde.
Yo me levanto, y asiento. Corro hasta el cuarto, cojo una chaqueta y un abrigo negro, y cierro la maleta. Estoy algo confusa, pero Harry parecía bastante serio. Me doy prisa, y llego al salón después de unos cinco minutos. Anne, Gem y Mike se despiden de mi. Yo sigo sin saber muy bien que pasa, pero Harry me arrastra hasta el coche, y arranca.
-¿A dónde vamos?
-Pareces una niña pequeña, cielo.- ríe él.- Espera y verás.
Lo único que veo es que nos dirigimos hacia una carretera secundaria, con mucho polvo, y con demasiados baches. Vamos pegando botes hasta un descampado. Ya no entiendo nada.
-Harry...
-¡Pero no seas impaciente, mujer! Ya verás, 3,2,1...
Salimos del coche, y señala al cielo. De pronto, un helicóptero sobrevuela el enorme descampado, y empieza a aterrizar. Me revuelve el pelo, y agradezco que la falda sea de tubo, si no, me podría morir de vergüenza. Subimos al helicóptero, y Harry saluda al piloto.
-¡Hola, John!
-Hola, Harry, ¿vamos?
-Vamos.- sonríe él. Nos sentamos, y yo sigo con la boca abierta.
-¿Pero...?
-En una hora estaremos en Londres.
-¿Qué?
-Van todos. Louis, Eleanor, Niall, Liam, Kristen y Zayn.- dice Harry, sonriente.
-¿Por qué no me lo habías dicho?
-Era una sorpresa de Año Nuevo, amor.
Yo sonrío, y apoyo la cabeza en su hombro. El helicóptero empieza a elevarse, y a medida que se eleva, veo Chesire. Algo dentro de mi me dice que volveré pronto.
-Pequeña- me llama Harry.
-¿Sí?
-¿Tú harías lo que ha dicho mi madre?
-¿Qué ha dicho tu madre?- pregunto, algo perdida.
-¿No te acuerdas?
-Harry, he hablado mucho con Anne, no sé cuál de todas las cosas que ha dicho puede ser la que yo haría.
-Pues...- coge aire, y me mira.- Casarnos.
Yo sonrío, y le cojo la cara entre mis manos. Le acaricio las mejillas, y sonrío.
-Es muy pronto para eso, ¿no?
-Yo quiero pasar el resto de mi vida contigo, ¿tú no?
-Harry, no digo que no quiera. Pero casarse es algo muy serio.
-¿Entonces lo nuestro no es serio?
-Harry, no me hagas esto más difícil.
-¿Acaso tienes miedo al compromiso?
-No, no tengo miedo al compromiso.- resoplo.
-¿Entonces qué...?- empieza a preguntar Harry, pero pongo mis labios encima de los suyos para que se calle de una vez. Me está poniendo muy nerviosa esta conversación. Para mi alivio, me sigue el beso, y acaba con una sonrisa en mis labios. Luego se separa, y no saca más el tema en todo el viaje. Yo miro por una ventanilla lateral, y algunas ciudades, con muchas luces. Al cabo de una hora, veo una masa de luces, y Harry sonríe. Me besa la frente, y señala la masa.
-Eso es Londres, amor.

En efecto. Veo Londres, la preciosa ciudad de Londres. Vamos perdiendo altura poco a poco, y pregunto:
-¿Dónde vamos a ir?
-A una discoteca que se llama Fabric. Todos ellos ya están ahí, hay una fiesta VIP.- dice Harry.
En pocos minutos, aterrizamos en un helipuerto, y nos metemos en una limusina. Ya en ella, me surge una duda existencial.
-Harry, ¿cómo salgo de la limusina?
-¿Qué pregunta es esa?- dice él, con cara de sorpresa.
-El otro día leí en una revista que es difícil porque hay un montón de paparazzis mirando, y ¿qué pasa si hago en ridículo?
Él se ríe de mi ocurrencia.
-Hagamos algo, salgo yo primero, y te ofrezco la mano para que salgas. ¿Eso te dará algo de seguridad?
-Eso espero.- resoplo. Harry sigue riéndose de mis dudas propias de una diva, no de una chica normal y corriente. Lo de salir con un famoso me está afectando a la cabeza. Al ver que no digo nada, me besa ligeramente en los labios, para darme tranquilidad. Sin embargo, en ese beso se despierta la pasión, aunque no es el momento más indicado. Él ya está quitándose el jersey, cuando le paro.
-Harry, esta noche, después de la fiesta. Ahora no. No es el momento.
Él gruñe, y se sienta de nuevo en su sitio.
-¿Por qué siempre me dejas a medias?
-Porque soy mala.- río yo.
-Lo sé. Lo peor es que me gusta. Soy muy masoquista.
Al fin, llegamos a Fabric, la discoteca. Harry me mira, antes de enfrentarse a los flashes, y sale de la limusina. Posa un poco, y luego dirige la mano hasta mi, que salgo con agilidad. Que raro. Posamos juntos, y avanzamos hasta la entrada VIP de Fabric. Un tío muy corpulento nos abre la puerta.
-Hola, James.- sonríe Harry.
-Hola, Styles ¿cómo te va?
Entramos, y lo primero que oigo es música atronadora. Está sonando Die Young, de Ke$ha. Subimos unas escaleras, y llegamos a la zona VIP.
-¡ANGIE!- grita Kristen, que lleva un mojito en la mano.
-¡KRIS!- sonrío, y le doy un abrazo. Lleva un vestido negro con alguna tachuela, y unos tacones más altos que los míos si cabe.- ¡Estás preciosa!
-¡Habló aquí!- ríe ella, y me besa la mejilla.
-¡FARREEEEEEEEEELL!- grita Niall, y me besa la mejilla, al ritmo de Die Young.
-Hola, rubito. ¿Qué tal todo?- sonrío.
-Perfectamente, ¡luego bailas conmigo!- dice, y se va a la barra.
-¡Angie!- me saluda Liam, y yo le abrazo. Luego, encuentro detrás de mi a Louis.
-¡Hola, Lou!- saludo, y él me sonríe.
-Hola, Angie.- sonríe él, y me abraza.- ¿Todo bien?
-Todo perfecto, gracias.
-Esta es Eleanor, mi novia.
Una chica con el pelo castaño, recogido, y un vestido plateado que le sienta perfectamente me saluda con un abrazo.
-¡Hola Angie, tenía muchas ganas de conocerte! Los chicos hablan mucho de ti.
Me quedo un poco hablando con Eleanor, y luego saludo a Zayn.
Miro a mi alrededor, y descubro ¡que toda la gente ahí presente es famosa! Veo a Taylor Swift por ahí, a Miley Cyrus con su pelo rubio platino que tantas críticas ha recibido, a Carly Rae Jepsen, Cody Simpson, las chicas de Little Mix... Vamos, que es una fiesta VIP en serio.
-¡Pequeña!- me llama Harry.- ¡Ven, quiero presentarte a alguien!
Voy hacia Harry, que tiene a su lado a Ed Sheeran. Me prometió que un día iba a presentármelo.
-Ed, esta es Angie, mi novia. Cielo, este es Ed, Ed Sheeran.
-Hola, Angie.- dice él, sonriente. Yo le abrazo, y él ríe.
-¡Dios mío, eres Ed Sheeran!- digo yo, sin poder creérmelo.
-Si, soy yo.- dice él, riendo. Hary ríe también.
-Me encantan tus canciones, son tan... tan perfectas.
-¿Cuál es tu favorita?
-The A Team.- sonrío.
-And they say, she's in the class A Team, stuck in her daydream. Been this way since 18, but lately her face seems, slowly sinkin', wastin'. Crumbling like pastries.- canturrea él. No sé como me las ingenio para oírle entre la música alta, pero le oigo, y me emociono. Es aún mejor que en mis auriculares.
Nos despedimos de Ed, que baila con una de las chicas de Little Mix. Luego me las presentarán, espero. Niall me coge del brazo, y Harry se pone a hablar con Cody Simpson. El irlandés me arrastra hasta la barra.
-¡Te invito a algo!
-Niall, yo me lo pago...
-¡Que no! ¡Yo te lo pago!- chilla, como un niño pequeño. Me echo a reír, y resoplo.
-Vale, vale. Quiero un...- me interrumple de nuevo. No tiene remedio.
-¡No! ¡Yo invito, y yo elijo que tomas!
-Que condiciones más raras, Niall...
Él se echa a reír, y pide dos martini con limón. Me pasa un vaso, y acerca su vaso al mío.
-¿Por qué brindamos?- pregunto.
-Por... ¡Por nosotros!
-¿Por nosotros?- río yo.
-¡Por nosotros!- dice, y choca su vaso contra el mío. Suspiro, y bebo un poco.
Kristen me coge de la mano, apartándome de Niall y me lleva a la pista de baile, dónde empieza a sonar Don't Wake Me Up, de Chris Brown.
Sospecho que es el comienzo de una gran noche. O quizás yo esté equivocada, y muchas cosas puedan romperse esta noche. 

14.2.13

And she will be loved, chapter 29.


-Angie-
Cuando despierto, estoy en una habitación que no me suena de nada. Me encuentro tumbada en una cama de matrimonio, en una habitación azul, con muchísimos CD's, y fotos. Me levanto, con cuidado, y me doy cuenta de que llevo mi pijama. No recuerdo habérmelo puesto, ni siquiera recuerdo como he llegado hasta aquí. Miro las fotos que hay en las paredes, y sonrío al instante. Estoy en la casa de Harry. En todas sus fotos sale él. Con los chicos de One Direction, con sus amigos de aquí, o con su familia. Me gustan sobre todo las fotos que tienen de The X Factor, todos los chicos parecen mucho más jóvenes. Tienen una foto preciosa, en la escalera de los video-diarios, todos sonrientes. Incluso Louis sale bien, sin hacer el tonto. Hay una foto con Louis, en la que están riéndose el uno del otro en el rodaje de Live While We're Young. Sonrío emocionada al ver varias fotos conmigo. Una en el escenario, mientras me cantaban Kiss You. Él sale abrazándome por detrás, y yo salgo riéndome. Hay otra en el MSG, en el escenario. Cuando proclamó que estaba enamorado de mi. Salimos besándonos, es una foto preciosa. Luego hay varias fotos del M&G del MSG, con Justin. También del día que conocimos a Kristen. Distingo también una foto en la azotea, el día de la caza del tesoro. Estamos tumbados en la hierba, sonrientes y abrazados. Me acuerdo a la perfección de ese día.
Un ruido me saca de mis recuerdos. Harry acaba de entrar en la habitación con una bandeja a rebosar de comida, supongo que será el desayuno. Me sonríe, deja la bandeja encima de la cama, y me abraza por detrás mientras contempla las fotos conmigo.
-¿No debería presentarme a tus padres?- pregunto yo.- Estoy de okupa en su casa, ni siquiera saben quién soy.
Él ríe, y me besa la mejilla.
-No están, ni mi madre, ni mi padrastro, ni mi hermana. Han salido a dar una vuelta y a comprar, volverán esta tarde.
Suspiro, aliviada. Prefiero retrasar un poco lo de conocer a sus padres, me da miedo no caerles bien. Harry vuelve a reír ante mi reacción.
-¿Te alivia saber eso?- pregunta, burlándose de mi.
-Es que me da miedo no caerles bien- suspiro, mirando al suelo. Él hace que gire sobre mi misma, y coge mi cara entre sus manos.
-Pero que bobadas dices, madre mía- suspira, y pega su frente con la mía- Es imposible que les caigas mal.
-Imposible no es.
-Deja de pasarlo mal por eso.- me regaña.
-No puedo.- contesto yo.
-Si puedes.
-Que no.
-Que si.
-Que te calles.- le espeto yo.
-Que me calles tú.- me urge él. Yo suelto una risilla y le doy un besito corto en los labios. Él sonríe, y me lleva con él hacia la cama, dónde nos tumbamos y desayunamos juntos. Harry ha puesto té, tostadas, pasta, fruta, y zumo en la bandeja. Cojo con cuidado una taza de té, me sirvo azúcar, y le doy un sorbito pequeño. Él se ríe de mi.
-¡Pareces mi abuela cuando bebes té!
Le miro con asco fingido, y sigo bebiendo. Él sigue con sus risas.
-Imbécil- le suelto, y él pone una expresión de dolor.
-Eso ha dolido.
-Te fastidias.
Empieza a ponerme pucheros, y me veo obligada a besarle de nuevo para que deje de hacer el imbécil. Seguimos desayunando, y acabamos con todo el contenido de la bandeja.
-Me gustaría ducharme, amor. ¿Dónde está el baño?- pregunto.
-Ah, no sé. Soy imbécil.
Yo suelto un gemido, desesperada.
-No, Harry, por Dios. No empieces otra vez.
Él acaba riéndose, y me acompaña al baño. Me da una toalla, y se queda en el baño. Le miro raro.
-Harry, ¿qué haces?
-Podría ducharme contigo.- dice, con una sonrisa sugerente.
-No.- le digo, riendo.
-Eres mala conmigo.
-Lo sé, pero te encanta.
-La verdad es que me pone muchis...- le interrumpo, porque le empujo fuera del baño, y cierro el pestillo. Él aporrea la puerta, mientras yo empiezo a reírme.
-¡Quiero un poco de intimidad!- suplico, entre risas.
-¡No sé que es eso!
-No, si ya se nota.- río, mientras me quito el pijama y me meto en la ducha. A los minutos, él se cansa de aporrear mi puerta, y se va a saber dónde.
Me ducho con calma, y me doy cuenta que anoche me dormí sin problema en el coche, a pesar del desfase horario. Creo que después de nuestra aventura amorosa en el área de descanso abandonada, salimos a la autopista y yo me quedé dormida. Supongo que Harry me llevaría a su habitación, y me pondría el pijama.
Me ducho con tranquilidad, y al salir me doy cuenta de que no me he cogido ropa de la habitación, así que salgo simplemente tapada con la toalla hasta la habitación de Harry, que se encuentra tumbado en la cama recién hecha con el iPhone en las manos. Ya se ha vestido.
-¡PERO POR DIOS, NO ENTRES ASÍ AQUÍ QUE ME DAN GANAS DE HACERTE COSAS!-me grita, teatralmente. Yo río, y le espeto:
-¿Tu piensas en algo más a lo largo del día?
-Por supuesto.- se levanta de un salto de la cama, y se acerca a mi.- En lo mucho que te quiero, la suerte que tuve de encontrarme contigo, y en que no quiero que esto acabe jamás.
Yo suspiro, sonriente. Así es mi novio. Un pervertido, que en el fondo en un romántico sensible. Abro mi maleta, y saco: http://www.polyvore.com/winter_time/set?id=68329047 ante la atenta mirada de Harry. Le miro de nuevo.
-¿Vas a dejar de mirarme mientras intento vestirme, o aún no sabes que es la intimidad?
-¡Pero a ver! ¿Qué tienes que yo no te haya visto ya, tonta!
-Pero es que así a la luz me da corte.- susurro yo, sonrojada. Él se ríe, y asiente. Se tumba en la cama, y se gira al lado contrario de dónde estoy yo, para darme "intimidad" Me quito la toalla, y me pongo la ropa interior.
-No llevas lo que te regalé yo.- oigo, a mis espaldas, y me giro. Harry está girado, y me mira. Yo le lanzo un cojín que hay por el suelo.- Aunque ese también te queda muy bien.
Sonrío, y hago una especie de desfile de modelo por mitad de la habitación. En ropa interior.
-Deja de ser tan sexy, hazme ese favor.- susurra él.
-¿Qué prefieres, que engorde?
-Si engordas te querré igual.- sonríe él.
-¿Prefieres entonces que sea vieja?
-Cuando tu seas vieja, yo lo seré también porque envejeceremos juntos. Y me seguirás pareciendo la chica más preciosa de este mundo.
No tiene remedio. Es adorable aunque no se lo proponga. Me tiro encima de la cama y me arrastro hasta él, que me acoge en sus brazos. Nos abrazamos, y él me besa la frente. Luego, me sigo vistiendo, y dejo en gorro en la maleta, por si acaso luego salimos.
-¿Que vamos a hacer ahora?- pregunto yo.
-Quedarnos en esta cama tooooooda la vida, abrazados.
-Que romántico estás hoy- digo yo, riendo. Me tumbo en la cama a su lado, y él me abraza, como ha dicho.
-Contigo es imposible no ser romántico.
-¿Eso es bueno?
-Eso espero, amor.

-Justin-
Observo como Jason se queda dormido en mis brazos, a pesar de que acaba de despertarse. Sonrío, mirando a mi hermano con ternura, y lo dejo en el sofá. Le tapo con su manta favorita, y salgo en silencio.
Mi madre y mi abuela están en la cocina, preparando un postre. A mi abuela siempre se le han dado genial los postres. Me acerco por detrás de mi madre, y la abrazo. Se gira, y me acaricia las mejillas.
-Que mayor estas, hijo- suspira.
-Muchísimo, mamá- digo, burlándome de ella. Ambos reímos, y el timbre suena de pronto.
-Justin, ve a abrir, por favor.- me ruega mi abuela, afanada en el postre. Asiento, y salgo de la cocina, hacia las escaleras que llevan a la entrada. Abro la puerta, y dos personas se me tiran encima.
Cuando me quiero dar cuenta, estoy siendo chafado por dos chicos de mi edad. Son Ryan y Chaz, mis dos mejores amigos de toda la vida.
-¡Hola, mi amor!- me grita Chaz, y acerca sus labios a mi cara. Acto seguido empieza a reírse él solo. Ryan y yo le miramos raro, y nos abrazamos.
-Hola, Biebs. Se te echaba de menos.
-Hola, Butsy (así le llamamos, por su apellido Butler) A vosotros también.
Subimos a mi cuarto, y se sientan en mi preciosa cama recién hecha.
-¡Bestias, la acababa de hacer!- les regaño.
-Te jodes, y le rehaces.- me espeta Chaz, riendo de nuevo.
No me queda más remedio que sentarme en el suelo, ya que acaparan mi cama.
-Hace como dos mil años que no hablamos... ¿Qué tal va todo?- pregunta Ryan, sonriente.
-Eso, eh, Bieber, ¿qué tal con Angie?
Me incomoda que me pregunten por ella. Aún me acuerdo de que ella fue el motivo de una de mis peleas más fuertes con Chaz.

[FLASHBACK]
-Justin, que me da vergüenza, que no conozco de nada a tus amigos y no sé...- dice Angie, negando con la cabeza. Yo me echo a reír.
-Te van a caer genial. Además, te vas a venir conmigo a la piscina, y con ellos. No admito un no por respuesta.
Me mira con odio, y yo río. Me levanto del césped, del jardín de mis abuelos, y le ofrezco la mano. Ella la acepta, y se levanta con mi ayuda.
-Vamos, anda. Llegamos tarde.- digo, y la cojo de la mano. Cogemos las mochilas de las piscinas que están en el suelo, y antes de que pueda rechistar la agarro de la muñeca, y empiezo a correr. Salimos por la puerta de atrás, y atravesamos parte de Stratford corriendo. Oigo como ríe, detrás de mi. Llegamos jadeando a casa de Chaz. La puerta está abierta, así que pasamos al jardín. Ya se oye a Ryan y a Chaz, mis dos mejores amigos, armando jaleo en la piscina.
-¡EH, ES JUSTIN BIEBER!- grita Chaz, y sale del agua, corriendo. Se tira encima de mi, y me besuquea la cara. Le aparto de un empujón salpicado de risas, y me acerco a Ryan, con el que hago un saludo con las manos.
-Esta es Angie, tíos- anuncio, señalando a la chica que está a mi lado.
-Hola, Angie, yo soy Chaz.- sonríe Chaz, y le da un beso en la mejilla.
-Yo soy Ryan, y créeme que soy el más inteligente y normal de los tres. Por si te interesa.- dice mi otro amigo, guiñándole un ojo. Ella acoge el comentario entre risas.- ¿Cuántos años tienes, Angie?
-Quince.
-Yo dieciséis, pero supongo que la edad no importa.- ríe Chaz, y los cuatro reímos.
 Nos sentamos en el suelo, y yo hablo de hockey con Ryan, mientras Chaz y Angie hablan de otra cosa, que no llego a oír, ya que no me interesa demasiado. Oigo como se levantan, pero sigo hablando con Ryan.
Cuando giro la cabeza, veo como Chaz abraza a Angie, y la empuja a la piscina, mientras ella ríe. Se me corta la respiración, y cuando emergen, me doy cuenta de algo que me cambia por completo. Algo que va a condicionar mis sueños y mis pensamientos, por bastante tiempo.
Cuando emergen, y veo los brazos de Chaz en la cintura de ella, y los brazos de ella en los hombros de Chaz, siento que yo también quiero esa proximidad. Quiero esa proximidad con Angie, quiero que me mire como le mira a él, con algo de timidez, pero con atrevimiento también. La guinda del pastel es cuando, riendo, ella le entrega un beso en la mejilla. Mis pensamientos son como los de un niño pequeño, me gritan un "yo también quiero".
También tengo ganas de gritarle algo a Chaz.

[FIN FLASHBACK]
-Pues Angie... con Styles, y eso.- digo, intentando darle poca importancia.
-A ti Angie te gusta, Bieber. No nos engañes.- dice Ryan, con una sonrisilla maligna en la cara.
-No me gusta...- intento negar yo.
-No, tío. No le gusta, Ryan, déjale.- dice Chaz. ¿A dónde quiere llegar con esto?- ¡ESTÁ JODIDAMENTE ENAMORADO DE ELLA!-
Le lanzo un zapato en la cara, que él para con la mano. Mis mejillas sonrojadas me delatan, mientras ellos ríen.
-¿Y qué problema hay, Justin? ¡Díselo!- me dice Ryan.
-¿Tú eres tonto? ¡Está con Styles!- digo yo.
-¿Qué más dará eso? ¡Es cuestión de conquistarla, y ya se olvidará de el ricitos!- chilla Chaz. Ryan asiente.
-Pero es que él va un paso por delante.- suspiro yo.
-¿A qué te refieres? ¿Se han acostado?- pregunta Ryan. Yo asiento.- Bueno, tampoco es para tanto, Bieber.
-Era la primera vez de Angie.
Ryan y Chaz hacen una mueca, y suspiran.
-Entonces lo tienes un poco difícil, Justin... Pero nada es imposible.

10.2.13

And she will be loved, chapter 28.


-Angie-
Kristen está en mi puerta, con los ojos enrojecidos, y tiritando de frío.
-¡KRIS! ¿Qué haces aquí? ¡Pasa!- exclamo. Detecto que algo no va bien, así que la arrastro dentro de casa, con prisa. Cierro la puerta, y llego hasta la mesa, arrastrándola conmigo.
-Eh... seguid sin mi, por favor. Me ha surgido una urgencia.- me excuso, empujando a Kristen por las escaleras.
-Angela...- me regaña mi madre, ante las miradas de sorpresa de mi familia.
-Mamá, es una urgencia- recalco la palabra urgencia, y subo las escaleras detrás de Kristen. Entramos en mi cuarto, y cierro la puerta a mi espalda. La observo mientras toma asiento lentamente en mi cama. Me arrodillo en frente de ella.
-¿Qué ocurre, cielo?- sus ojos ruedan hacia mi cuando pronuncio esas palabras. Su mirada está perdida, brillante y enrojecida por las lágrimas que ha debido derramar. Toma aire, y suspira. Abre la boca, indecisa.
-Digamos...- suspira.- Que mi padre me ha echado de casa.
-¿Qué?- exclamo, atónita.
-Bueno... Ayer salí a cenar con unas amigas, y cuando volví a casa, me encontré a mi padre esperándome. En su iPad había una foto de Liam y de mi besándonos en el escenario del Madison Square Garden. Le expliqué, antes de que pudiera escandalizarse, que estaba enamorada de Liam, que jamás me había sentido así con alguien.- para, y coge aire.- Cuando mi madre nos abandonó, hace años, él empezo a beber... y ayer se acordó de ella, y ahogó sus penas en vodka. No me percaté de ello, hasta que empezó a ponerse violento conmigo. Me gritó que eso eran bobadas, que Liam no me quería, y que si me quería era por el sexo. Que era demasiado para mi, que yo no estaba a la altura de un famoso, y que no sabía que podría haber visto Liam Payne en una idiota como yo. Me eché a llorar, y le grité que Liam me quería, al contrario que él. Me pegó una bofetada, y acto seguido se dirigió a mi habitación. Vació mi armario en dos maletas, y me dijo que a la mañana siguiente, a las ocho de la mañana, me quería fuera de su casa o yo sufriría las consecuencias. Así que me he ido, y he tardado todo el día en alquilar un coche. Eras mi única opción, Angie, no tenía a donde ir. Siento haberte fastidiado la cena de Navidad.-
Me conmueve la historia de Kristen, y no dejo que siga hablando. La abrazo con fuerza, y ella responde a mi abrazo.
-No digas eso, Kris. No has fastidiado nada. Tenías que venir aquí.- ella intenta protestar, pero la interrumpo- Calla. Ahora voy a dejarte un vestido mío, te maquillo, y cenas conmigo y mi familia. No admito un no por respuesta.-
Ella me sonríe, y asiente. Le doy un vestido negro, con adornos de tachuelas doradas, y con unos tacones negros. La maquillo, y bajo con ella hacia la mesa.
-Perdonad, en serio. Kristen ha tenido una urgencia, y tenía que ayudarla. ¿Puede quedarse a cenar?- digo, al llegar.
-¿Que ha...- pregunta mi madre, pero mi abuela Mery la interrumpe.
-Esas cosas no se preguntan, os lo digo a ambas. Angela, tu amiga puede quedarse por supuesto, es Navidad y todos son bienvenidos aquí. Ella, no preguntes los motivos. La niña ha tenido un problema, y necesita quedarse aquí. No hacen falta motivos.- zanja ella. Yo le dirijo una sonrisa a mi abuela, y pongo una silla y vajilla más. Seguimos la cena de Navidad con normalidad. Mi tío John se levanta, y propone un brindis.
-Por esta maravillosa familia que tengo.
-¡SALUD!- gritamos todos.
Usher me susurra al oído.
-Sé que estuviste con Bieber hace unos días- canturrea. Yo río y él conmigo- ¿Ya lo habéis arreglado?
-Eso creo, espero que sea definitivo- suspiro. Choco mi copa con la suya.
Más tarde, cantamos villancicos, y comemos dulces. Luego, conectamos la Play Station, y nos ponemos a hacer karaoke. En finalistas, quedamos mi abuelo Tom en equipo con mi tía Bethany, y Usher conmigo.
-¡No tenéis posibilidades, soy un cantante profesional!- alardea Usher.
-¡Ya veremos, jovencito!- exclama mi abuelo.
El aleatorio del juego de karaoke, elige Scream, de Usher. Éste suelta un grito triunfal, y me abraza.
-¡Eso no es justo!- ríe mi tía Bethany - ¡Esa canción es suya!
-¡PENALIZACIÓN!- exige mi prima Claudia, riendo.
-¡Que canten!- exclama Kristen, coreada por mi abuela y mi tía Destiny.
Comenzamos a cantar la canción, mientras mi abuelo se escandaliza con la letra, y Usher y yo hacemos una puntuación perfecta. Por supuesto, machacamos a mi tía y a mi abuelo, que siguen pensando que hemos hecho trampas. Ganamos una botella de champán, que prometemos bebernos juntos. Volvemos a cantar más villancicos, y a seguir bebiendo champán y comiendo dulces.
-Y bueno, Angie... ¿qué era eso de que estás enamorada?- pregunta mi tía Bethany. Yo la miro, estupefacta, y empiezo a reírme.
-¡No es justo que me lo preguntes tú! Tu lo que quieres es venganza- la acuso, entre risas. Mis parientes cantan un "¡QUE LO CUENTE, QUE LO CUENTE!" Accedo al final, suspirando. Mi prima Lis y Kristen apoyan sus manos en mis hombros, para darme apoyo.
-Bueno, el caso es que estoy con un chico.
Mi tío Lorenzo aplaude, irónicamente y burlándose de mi, para luego mandarme un beso cariñoso por el aire. Yo hago como que esquivo el beso, y río.
-Estoy con Harry Styles- suspiro yo.
-¿Con quién?- pregunta mi abuelo, que está ligeramente sordo.
-Con Harry Styles, papá- contesta mi madre.
-No, si eso lo he oído, pero ¿qué tiene de especial? ¿quién es ese?- pregunta mi abuelo. Todos reímos, incluida mi abuela Mery, que sí sabe quien es.
-Harry Styles es uno de los chicos de One Direction- empieza mi primo Paul.
-One Direction es un grupo británico con muchísimo éxito- continúa Claudia.
-Lo forman cinco chicos: Harry Styles, Niall Horan, Zayn Malik, Liam Payne y Louis Tomlison.- explica Lis, emocionada.
-One Direction está de gira con Justin, Justin Bieber. Angie los conoció allí, a los cinco.- explica Usher.
-¡Oh, Bieber! ¡Ese chico era muy majo! ¿Qué es de él?- exclama mi abuelo.
-Pero Tom, ¿te estás enterando de lo que te cuentan?- pregunta mi abuela, riendo. Mi abuelo fulmina a su esposa con la mirada, y asiente.
-¿Es buen chaval?- pregunta mi abuelo, serio. Mi familia guarda silencio.
-Sí- contesto yo.
-¿Le quieres?- pregunta de nuevo.
-Sí- afirmo yo.
-¿Te quiere, te respeta, y te hace sentir especial?- pregunta mi abuelo.
-Sí, y infinitas veces sí- digo yo, sonrojada.
-Entonces perfecto, tienes mi aprobación- sonríe mi abuelo.
-¡Pero papá! ¿Para que quiere Angie tu aprobación?- ríe mi tío Lorenzo, y mi abuelo le mira mal, de nuevo. Él cesa sus risas, y yo hablo, para quitar tensión.
-La aprobación del abuelo es muy importante- aseguro yo, y aunque mi tono no expresa demasiada seguridad, mi abuelo se lo cree y me abraza.
Mi familia empieza a irse, ya son casi las tres de la mañana. Preparo una cama para Kristen en mi cuarto.
Al cabo de un rato, nos vamos a la cama, desmaquilladas, y en pijama.
-Vente conmigo a Inglaterra en fin de año.- le propongo.
-¿Y cortaros el rollo a Harry y a ti? No.- dice ella.
-Ve a casa de Liam.- propongo, sonriente.
-¿Tu crees... que a él le gustará que vaya?
-A ver, Kris.- me incorporo en la cama, y miro a mi amiga.- ¿Liam te besa?
-Sí...- dice ella, algo confusa.
-¿Te dice que te quiere?
-Si.
-¡PUES ENTONCES, LE ENCANTARÁ VERTE!- exclamo yo. Kristen ríe, y luego suspira- Uy, ese suspiro ese de enamorada.
-Tu también los sueltas de vez en cuando- ataca ella.
-¡Oh, que ataque más gratuito!- río yo, tirándole un cojín. Ella ríe conmigo.
-¿No te estarás enamorando de Styles, no, Farrell?
-¡QUÉ MANÍA CON LLAMARME FARRELL, IROS TODOS A LA MIERDA!- grito yo.- ¿Enamorarme? Si ya lo estoy.
Kris sonríe, y se tumba de nuevo.
-Tengo sueño.
-Pues duerme- le espeto yo.
-Borde.
-Imbécil.
-Vale.
-Ok.
-Buenas noches. Te quiero- susurra ella, y yo sonrío.
-Buenas noches tonta. Yo también.
Apago la luz de mi mesilla, y sonrío al techo. Un día menos para ver a Harry.

Días más tarde.
Aeropuerto de Los Ángeles.
Kristen y yo estamos sentadas en frente de la puerta C35. Al lado del cartel de que esa puerta es la C35, hay una pantalla en la que pone: Heathrow, Londres. Las dos miramos ese cartel, deseando que sea ya la hora de embarcar, y poner rumbo a Londres. Miro el reloj, impaciente. Aún queda media hora, así que saco un paquete de galletas con pepitas de chocolate, y le ofrezco la bolsa a Kristen. Ella me sonríe, y coge una. La mordisquea con nerviosismo, y yo la imito. Supongo que cada una está nerviosa a su manera.
En mi caso, la necesidad de estar en los brazos de Harry casi duele a estas alturas. Necesito sentir sus manos sobre mi cintura, estrechándome a él, sus rizos enrollados en mis dedos, y sus ojos verdes esmeralda clavados en los míos. Necesito un beso suyo. Muchos besos suyos. Millones de ellos, uno detrás de otro. Suspiro, deseando llegar a Londres.
Kristen parece ausente. Lo está desde esta mañana, supongo que estará rayada con que si a Liam le gustará verla allí, en su casa, en año Nuevo. Aunque yo estoy segura de que si, ella parece tener sus dudas.
-Kris, ¿estás bien? No has dicho nada en todo el día.
-Estoy muy nerviosa sobre que pasará con Liam, cuando le cuente todo lo de mi padre y lo más importante, cuando me presente en su casa sin previo aviso.
-Va a estar encantado con la sorpresa.
-No lo sé...
-Kris, Liam está enamorado de ti.- replico yo, cansada de tan poca autoestima por parte de mi amiga. Ella clava sus ojos en los míos, y observo que están llenos de dudas, de miedo al rechazo.- No entiendo por qué debes dudar de ello.
-Te lo explicaré...
-Adelante.- la animo.
-Verás, hace poco leí una revista en la que afirmaba que él está enamorado de Danielle Peazer, su ex novia. ¿Y si la sigue queriendo a ella, y yo soy un entretenimiento?
-¿Danielle Peazer? ¿Una de las bailarinas de The X Factor?- pregunto yo.
-Exacto. Estuvieron juntos.
-Kristen Jones. Conoces a Liam, sabes que jamás te haría daño. Pero aún así, si tanto te preocupa el tema de Danielle, habla con él. Es lo mejor.
Ella vuelve a soltar un suspiro frustrado, y yo le doy un abrazo ligero, justo antes de que la voz chirriante y repelente de una azafata, anuncie:
-Pasajeros del vuelo _____________ con destino a Heathrow, Londres, por favor embarquen por la puerta C35. Los pasajeros que viajan en Clase Business tienen prioridad. Gracias.
Kristen y yo nos ponemos de pie como movidas por un resorte, y corremos hacia la puerta de embarque, dónde entramos después de enseñarle nuestras tarjetas de embarque a la azafata repelente. Viajaremos en Clase Business ya que Harry se ha empeñado en pagarnos los billetes. Entramos en el avión después de recorrer un pasillo, y nos acomodamos las primeras en primera clase. Nos espera un viaje de 11 horas, pero ninguna de las dos tiene demasiadas ganas de hablar, o comentar algo. Seguimos en nuestros mundos. Yo pienso en Harry, y Kristen en Liam. Si lo pienso bien, estoy con un chico con el que mucha gente mataría por estar. Justo antes de que me hagan apagar el móvil o ponerlo en modo avión, me llega un mensaje.
"Quedan horas para verte. No puedo esperar más, pequeña."
Sonrío, sintiéndome afortunada por tener a alguien como Harry en mi vida. A mi cabeza vuelven recuerdos de la noche en la Unforgettable Suite. Suspiro, añorando el tacto de su piel contra la mía, pero consolándome en que volveré a sentirla en cuestión de horas.
"Te amo, ¿lo sabes? No lo olvides"
Esa es mi contestación, antes de que la azafata me obligue a poner el móvil en modo avión, o apagarlo. Gruño, y saco mi eBook de mi bolso. Con los auriculares en los oídos, una amplia selección de música, y Los Juegos Del Hambe en la mano, me dispongo a no aburrirme durante el viaje.

Aeropuerto de Heathrow, Londres. Hora local: 20:00. Hora en Los Ángeles: 12:00
Kristen y yo somos las primeras en salir del avión. Recorremos un pasillo con cristaleras desde dónde se ve todo el aeropuerto, y entramos en la terminal. Pasamos una aduana, dónde los policías nos miran bastante mal, porque estamos las dos muy nerviosas. Yo les enseño el carné de la biblioteca de Los Ángeles en vez de el pasaporte, y Kristen les enseña el carné de socio de el club de acampada, de cuando tenía 7 años. Después de una regañina de los policías por "burlarse de la autoridad" llegamos a la recogida de equipaje. Nuestras maletas no tardan en salir.
-¿Preparada para salir allí, y enfrentarte a millones de flash, y ver al amor de tu vida?- me pregunta ella, sarcástica. Yo le pego una colleja suave, y asiento. Estoy nerviosa. Veo las puertas detrás de las cuáles está Harry Styles. Me mentalizo, y avanzo a paso ligero hasta ellas. Se abren automáticamente. Miro a Kristen mientras se abren, y ella me sonríe. Arrastro la maleta, y me concentro en el sonido de las ruedas contra el suelo para evitar perder los nervios.
Veo millones de caras desconocidas en una fracción de segundo, cuando la puerta se abre, pero localizo a Harry. Está apoyado en una valla, mirando la puerta. Lleva un jersey con estampado "navideño" como me gusta llamarlo a mi, y unos pantalones beiges. Me mira. Le miro. Salta la valla, y corre hacia mi. Yo suelto la maleta, la dejo en medio y corro hacia él. Se disparan los flashes, pero a mi me da lo mismo. Quedan metros para un beso suyo. Un metro. Centímetros.
Me choco contra él, y del impulso, subo mis piernas a su cintura, y él me coge a peso. Me echo a llorar, de la emoción, de las ganas de verle. Él me mira, con esa sonrisa que he echado tanto de menos.
-Mi pequeña, mi pequeña- susurra él, mientras me acerco a sus labios- Te quiero, te quiero, te quiero.
No le dejo seguir hablando, estampo mis besos en los suyos. Nuestros labios se mezclan con mis lágrimas de alegría. Mi corazón salta de felicidad cuando junta su lengua con la mía. No quiero parar de besarle, jamás. Oigo como la personas ahí presentes, estallan en aplausos al ver a Harry Styles y su novia besarse apasionadamente después de estar separados tan solo un mes.
Me da exactamente el tiempo que pasa, yo solo quiero seguir besándole toda mi vida. Al final, soy yo la que se separa, para coger mi maleta. Bajo mis piernas de su cintura y me apoyo en el suelo otra vez a pesar de que estoy en una nube de felicidad, flotando. Le arrastro conmigo hasta mi maleta, la cojo y empiezo a andar de la mano con él hasta dónde Kris nos espera. La gente para de aplaudir, y hace como si no nos hubiera visto. Harry le da dos besos a Kristen.
-¡Kris! ¿Qué haces aquí?
-Voy a ver a Liam. Es una sorpresa- sonríe ella.- Por cierto, tengo que dejaros, porque el próximo bus a Wolverhampton es dentro de cinco minutos y no quiero perderlo. ¡Pasadlo bien!
Nos abraza, y sale corriendo, arrastrando sus dos maletas. Harry sigue algo perplejo, y yo le beso levemente en los labios para que salga de su asombro. Me sonríe, y me coge de la cintura. Andamos hacia la puerta de salida, sin mediar palabra. Con el beso nos lo hemos dicho todo.
Salimos al parking, sin prisa. Hace frío en Londres. Tiemblo un poco, y Harry para.
-¿Tienes frío, pequeña?- pregunta, sonriente. No se le ha borrado la sonrisa desde que nos hemos besado. Yo asiento, y él se quita el abrigo que acaba de ponerse, y me lo da. Lo rechazo.
-¿Qué quieres, helarte tu de frío?
-Prefiero helarme yo a que te hieles tú, amor. Póntelo.
Al final, accedo, y me pongo el abrigo. Huele a él, y cierro los ojos, mientras ese aroma me colapsa los sentidos. Seguimos andando, abrazados hacia su coche. Mete mi maleta en el maletero al llegar, y luego me abre la puerta del copiloto, para que me siente. Luego, da la vuelta y se sienta en su asiento. Arranca, rumbo a Chesire. El viaje es de casi cuatro horas, así que llegaremos hacia las doce a su casa.
-Te he echado mucho de menos.- sonríe él, mientras alarga su mano, separándola del volante, para coger la mía.
-Yo también, Harry- suspiro.
Cuando ya llevamos más de una hora conduciendo, escuchando la radio y contándonos cosas, de pronto él exclama:
-No puedo más.
Le miro con cara rara, y mi asombro aumenta, cuando coge un desvío, y se mete hacia un área de descanso vacía, con pinta de abandonada, con muchos árboles.
-Harry ¿qué pasa? ¿qué haces?- pregunto, algo asustada. Él se desabrocha el cinturón, y pasa a mi asiento. Gira la rueda para tumbar un poco el asiento, y se coloca encima de mi. Cuando voy a volver a preguntarle el motivo de su parada, comienza a besarme el cuello, y a morderme. Suelto un suspiro, y él me quita el jersey, cosa que nos cuesta bastante, porque el espacio es jodidamente reducido. Yo le quito el suyo, con bastante esfuerzo.
-¿Pensabas hacer esto?- jadeo, mientras se quita la camiseta interior.
-No me digas que tu no quieres- ríe en mi oreja.
-Lo echaba de menos- digo, soltando una risita.
Y allí, en un área de servicio abandonada a una hora de Londres, en un coche, hago el amor con Harry por tercera vez. Es incluso mejor, a pesar de la incomodidad, el poco espacio y demás.

-Narrador-
Kristen acaba de llegar a Wolverhampton. Sabe la dirección de Liam, ya que se la pidió a Harry hace tiempo. Se las ingenia para encontrarla, y tiene que recorrer calles y calles con las maletas. Al fin, llega. Se sitúa en la puerta, con los brazos doloridos de arrastrar las maletas. Abre el WhatsApp, y habla con Liam.
K: Sigo echándote de menos.
L: Yo también, amor. Tengo muchísimas ganas de verte, el 12 de Enero.
K: ¿Por qué esperar tanto?
L: ¿Por qué dices eso?
K: ¿Y si me abres la puerta?
Liam, que está en su cuarto, se levanta, como movido por un resorte, y baja las escaleras, riendo para si mismo, de que su chica le haya vuelto a hacer lo mismo. Corre hacia la entrada, y abre la puerta.
En efecto, ahí está. Kristen está en Wolverhampton. La mira, apoyándose en el marco de la puerta. Ella sonríe, con malicia.
-No puedo creer que me lo hayas vuelto a hacer, Kris- susurra él, sonriente. La felicidad lo llena por dentro.
-El factor sorpresa siempre es bueno en una relación- ríe ella.
-¿En serio?- pregunta él, sonriente. Kristen le mira raro, no se esperaba esa pregunta. Él coge las dos maletas, y las mete en casa ante la mirada de sorpresa de su novia. Luego, la coge de las muñecas, y la arrastra hasta dentro de  su casa. Cierra la puerta, y pega a la pared a su chica. Ella ríe de nuevo, y él la besa. Se besan, con pasión. Demasiada pasión. Kristen empieza a sentir calor, a pesar del frío que ha pasado dada la temperatura bajo cero en la calle. Pero es un calor distinto, que la obliga a acercarse a la oreja de Liam, y susurrar:
-Vamos a tu habitación, amor.
Él sonríe, y suben las escaleras, besándose. No quieren perder ni un segundo, quieren recuperar todos esos besos perdidos en un mes.
Se deslizan dentro de la habitación de Liam, y se tumban en la cama, uno al lado del otro. Cesan los besos, simplemente están abrazados, mirando al techo.
-Kris...- susurra Liam, acariciando el hombro de ella.
-Dime, amor.
-Tu... quieres...- dice él, sin saber muy bien como decírselo.
-Eso no se pregunta- ríe ella.
Y así, mientras toda la familia de Liam duerme, ellos dos vuelan juntos, lejos. Perdiéndose el uno en el otro, susurrándose "te quiero" muchas veces, entre besos. Pensando en lo mucho que se desean. La ropa desaparece, sin querer.
Ella solo siente a Liam en ella, el roce de sus pieles, y sus labios tranquilizadores, a pesar de que ninguno de los dos es primerizo en el tema del amor. Sus palabras de amor en el oído, y su felicidad desbordante por tener a alguien así. Liam, simplemente piensa lo mucho que la quiere, lo mucho que haría por ella. Siente amor. El tierno Liam Payne se ha enamorado perdidamente de la chica que le sonríe, con los ojos brillantes mientras él aumenta el ritmo.
Al acabar, ambos sueltan un gemido en voz baja, intentando no gritar de felicidad para no despertar a la familia de él. Él se retira de dentro de ella.
-Te amo.- susurran a la vez. Sonríen, y se tapan con una manta, abrazados.
A Kristen ya no le quedan dudas. Sabe que Liam Payne es suyo, totalmente suyo. Y sabe también que está perdidamente enamorada de él.

Infinitas gracias por leerme, en serio <3