31.3.13

And she will be loved, chapter 41.


-Angie-
-Te quiero, pequeña.- me grita la imagen de Harry en la pantalla de mi ordenador. Sonrío, emocionada.
-Yo también, imbécil.
La imagen me sonríe, me lanza un beso, y corta la conexión.
Cuelgo la llamada con Harry por skype. Nos hemos despedido casi con prisa, él llegaba tarde a una entrevista de última hora. Apago el ordenador con calma, y salgo de mi habitación al vestidor, dónde me quito la camiseta ancha y los pitillos que llevo puestos, y los doblo. Cojo http://www.polyvore.com/birthsay/set?id=76646274 y me lo pongo, con tranquilidad y sin prisa. Luego, me maquillo y me peino. Bajo las escaleras hacia la entrada, suspirando. Kris no está en casa, se ha ido hace un rato con unas chicas de la revista. Me insistió en que las acompañara, pero me negué poniendo como excusa a Harry y nuestra llamada de skype, y que yo no me encontraba bien. Pero en cualquier caso, todo era mentira. Es verdad que iba a hablar con Harry, pero en realidad me voy al cumpleaños de Justin. Me merezco una bofetada. No sé para que le doy una oportunidad, para qué caigo de nuevo en sus redes. No sé ni siquiera ni por qué le miento a Kris, sabiendo que de un momento a otro lo descubrirá y todo será peor.
Oigo el claxon de un coche, y salgo de casa. Ryan y Fredo me esperan en un todoterreno con los cristales tintados. Entro, y me siento al lado de Ryan, que conduce. Fredo va en los asientos de atrás.
-¡Hola, Angie!- me saludan ambos.
-Hola, chicos.- sonrío. Ryan arranca, hacia el hotel. Nos quedamos algo callados, hasta que Ryan suelta un gruñido.
-Tengo un mal presentimiento sobre esta noche.
-¿Sobre el cumpleaños de Justin?- pregunto a Ryan, mientras Fredo resopla.
-Déjalo, está paranoico.- dice Fredo, rodando los ojos.
-¡No es una paranoia, joder!- dice Ryan, dando un frenazo para no atropellar a una chica que cruza tranquilamente un paso de cebra.
-Ni caso, Angie.- me dice Fredo.
Llegamos al hotel, y subimos hasta la planta de Biebs. Ryan y Fredo se van a ver a no-sé-quién en no-sé-dónde y me dejan sola ante la puerta de Justin. Éste me abre la puerta, mirando a otro lado. Lleva solamente unos pantalones negros ajustados, y lleva el pelo mojado.
-Tío, tengo muchísimas ganas de ver a ...- se gira, dándose cuenta de que estoy en la puerta.- Hostia.
Me tomo un momento para admirar que ha hecho ejercicio. Me entretengo casi sin quererlo en sus abdominales, perfectamente marcados. Luego, vuelvo a sus ojos, y sonrío con burla.
-¿Qué Biebs, te pillo en mal momento?- río, y luego le abrazo.- ¡FELICIDADEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEES POR CIERTO!
-Llegas a venir cinco minutos antes, y no llevaría nada puesto.- dice él, y yo le pego en el hombro. Suelta una carcajada, y me deja pasar.- Gracias, cielo. ¿Me ayudas a elegir la ropa de esta noche?
-Por supuesto, pero antes me voy a quitar los tacones o mis pies morirán.- señalo, y sonrío. Me quito los tacones, y me dirijo a su armario. Saco una sudadera marrón clara, un jersey azul y una sudadera morada. Él observa mis tres elecciones, pensativo, y luego me mira.
-Creo que llevaré la marrón, con una camiseta blanca debajo, y unas Supras.- dice él, y yo asiento. Guardo lo demás, y le lanzo una camiseta blanca. Él se desliza dentro del baño, y se arregla el pelo, mientras que yo me tumbo en la cama, y miro al techo, enfrentándome a mis dilemas mentales.
Al cabo de un rato, Justin sale, con el pelo jodidamente perfecto.
-Ya estoy.- canturrea, y se tumba a mi lado en la cama.
Nos quedamos tumbados en su enorme cama, mirando al techo. Estamos a la suficiente distancia como para que no haya contacto entre nuestros cuerpos. Me da la impresión de que tenemos demasiadas cosas que decirnos, y ninguno sabe como empezar. Al cabo de media hora entre carraspeos y suspiros, me acerco a él, y como por un acto reflejo, él me abraza acercándome a él.
-Te... te echaba de menos.- suspira él. Yo sonrío, agradeciendo su abrazo. Necesito recuperar su amistad, nuestros buenos momentos y nuestras confesiones.
-Y yo a ti, Biebs.
-¿Sabes con qué he soñado esta noche?- dice él, y sonríe.
-¿Con qué?
-Con nuestro primer encuentro.
Cierro los ojos, recordando.

[FLASHBACK]
-¡Mamá, yo quiero volver a casa para ver Grease!- exclamo, enfadada. Llevamos casi una hora en este edificio, sentadas en unas butacas justo enfrente del "Estudio A"
-¿La ponen hoy en televisión?- pregunta mi madre, y yo asiento.- ¡Si es muy vieja!
-¡Me da lo mismo!
-Angela, estamos esperando a Usher, quiere presentarnos a unas personas.- me explica, acariciándome el pelo. Yo resoplo, cansada. Me importa mucho más John Travolta engominado y bailando, que esas personas. Seguro que son otros cantantes más mayores que yo, iguales que todos los demás y seguros de que van a tener éxito si tratan con mi madre y utilizan sus estudios.
De pronto, Usher aparece tras una esquina, sonriente. Yo me levanto de un salto, y corro a sus brazos. Él ríe, y me abraza, levantándome del suelo.
-¡USHER!
-Hola, pequeña- sonríe, y me besa la frente.- Siento no haber estado en tu cumpleaños, fue el miércoles ¿verdad?
-Sí, pero no pasa nada.- sonrío.
-¿Cuántos has cumplido?
-Doce.- río, y él me abraza de nuevo. Me fijo en que tras de Usher hay tres personas. Una mujer bajita, un hombre con algo de barba, y un chico que parece de mi edad o algo más mayor. Usher abraza a mi madre, y nos presenta.
-Bueno, chicas. Estos son Pattie, Scooter y Justin. Estamos aquí porque Justin va a grabar su primer sencillo, y quiero que estéis presentes. Creo que aquí se va fabricar algo muy grande.- explica, y los mayores entran al "Estudio A". Me quedo sola con Justin, que me dirige sonrisa.
-Hola, Justin. Yo soy Angela.- me presento.- Angie para los amigos.
-¿Y cómo te llamo yo?- pregunta.
-Angie, por supuesto.
Justin sonríe, y mira al estudio. Al ver que no reacciona y entra, intervengo, y le cojo la mano.
-¿Vamos?
-Me da miedo. ¿Y si no les gusta mi música? ¿Y si no llego a lo que ellos esperan?- confiesa, mirando al suelo.
-Para saberlo tendrás que probar.- digo, intentando animarlo.- El que no arriesga no gana, ¿no?-
Él me mira con unos bonitos ojos caramelo, y asiente. Le arrastro dentro del estudio, dónde graba su primer sencillo. Ninguno de los ahí presentes pensábamos que llegaría tan lejos.
[FIN FLASHBACK]

-¡Bieber, si quieres llegar al restaurante más nos vale salir ya!- grita Kenny, detrás de nuestra puerta. Justin se incorpora, y yo me calzo. Salimos a los pocos minutos de la habitación, y fuera nos esperan Kenny, Fredo, Ryan, Jaden y Moshe (otro guardaespaldas)
-¡Jaden!- sonrío, y le beso la mejilla.- ¡Hacía muchísimo que no te veía! Has crecido...
-He estado liado, ya sabes.- sonríe.- Me alegro mucho de verte.
Nos montamos todos en el coche, y dos guardaespaldas más nos acompañan, además de Kenny y Moshe, que van conduciendo el enorme coche.
-¿Dónde es la cena?- pregunto, curiosa.
-En Amarelli.- contesta Ryan.- Es un restaurante pijo...
-... al más puro estilo Bieber.- acaba Fredo, que se gana una colleja del mencionado. Los dos ríen a carcajadas, y los demás les acompañamos.
Al llegar a Amarelli, nos espera una escena bastante desagradable.
-Mierda.- maldice Kenny.- Paparazzi...
-Ponte la capucha, la gorra y las gafas, Bieber.- le ordena Moshe a Justin, que obedece sin perder un segundo. Los otros dos guardaespaldas salen del coche, después de ellos, Jaden y yo, Fredo y Ryan. Detrás van Kenny y Moshe. Entre los muchos paparazzi, hay bastantes beliebers, gritando, cantando el cumpleaños feliz dirigido a Justin, y sonrientes, a pesar de que los paparazzi se han instalado delante de ellas. El entusiasmo de las beliebers se ve sobrepasado por la avalancha de insultos de los paparazzi a Justin, que se cubre el rostro nada más salir del coche.
-¡Gilipollas!
-¡Maricón, que eres un maricón!
-¡Muérete ya, Bieber!
Los insultos se multiplican, afectándonos también a los demás. Cuando un paparazzi menciona a Willow, la hermana pequeña de Jaden, y suelta algo poco agradable sobre ella, Jaden explota y grita algo. El mismo paparazzi, le tira algoa Jaden a la cara que le hace un corte en la mejilla. Suelta un grito, y yo permanezco inmóvil, todo sucede demasiado rápido. La herida de Jaden parece alentar a los paparazzi. Otro, coge a Justin de la sudadera e intenta pegarle un puñetazo en la cara, y uno de los guardaespaldas lo aparta, a duras penas. Ese mismo paparazzi viene ahora a mi, insultando a Harry que ni siquiera está presente. Intento hacer como que no le oigo, pero sus insultos me hacen daño. Kenny se ve sobrepasado, y le pega una bofetada a un paparazzi que acaba de tirar al suelo a una belieber que intentaba ayudar.
-¡AL COCHE, TODOS AL COCHE!- grita Moshe. Todos nos damos la vuelta, y volvemos al coche. Los paparazzi nos acorralan, y tenemos que salir a base de empujones, y algún que otro puñetazo. Ryan llega a ponerse violento y rompe una de las carísimas cámaras de uno de los paparazzi. Cuando al fin entramos en el coche, los paparazzi golpean nuestro coche en marcha y moviéndose con sus respectivos coches, haciendo que Kenny pierda el control y acabemos estampándonos contra una farola. Kenny se da un golpe en las costillas, así que Moshe conduce hasta el hospital para que ayuden a Kenny y a Jaden.
Fredo, Ryan, Justin, Moshe y yo estamos en la sala de espera del hospital, cada uno más serio que el anterior. De Moshe es bastante normal, pero de Fredo no. Tiene una cara de auténtica decepción. Ryan, a su lado, tiene los puños apretados, y parece que vaya a derribar la pared en cualquier momento. Justin es el que más me preocupa. No se ha movido, ni ha cambiado su expresión en ningún momento. Solamente ha sacado su iPhone, y ha tuiteado "@justinbieber: Worst birthday." Parece igual que Harry el día que no hizo bien el solo de WMYB, inconsolable. Está ausente, con la mirada perdida, y los labios curvados en una mueca. Yo tengo ganas de simplemente salir corriendo a Amarelli, y darles una jodida lección de respeto a esos paparazzi. ¿Quién se creen para arruinar el cumpleaños de un chico de 19 años? No tienen ningún derecho, por muy famoso que Justin sea.
Al salir del hospital, volvemos al hotel sin una palabra. Nos reunimos en la habitación de Scooter, con este, Pattie, Alyson, Good (Ryan, el estilista de Bieber) y Usher.
-Voy a deciros una cosa, y la digo muy jodidamente en serio.- gruñe Justin.- Ya no quiero esta vida. Me he hartado de esta mierda.
Todos guardamos un silencio sepulcral, anonadados. La primera en hablar es Pattie, que con su vocecilla dulce, interviene a los minutos.
-Justin, cariño, piensa que...
-No pienso una mierda, mamá. Me he hartado, ya lo he dicho. Estoy harto de no tener una vida normal. Estoy harto de que vaya donde vaya haya o chicas chillando o gente acosándome. Estoy harto de que se viole una y otra vez mi maldita privacidad.- espeta Justin.
-A ver, Justin. Esto es muy precipitado, ten en cuenta que hay contratos y...- dice Scooter, sereno, intentando tranquilizar y suavizar la situación.
-¡A la mierda los contratos!- grita Justin, y le pega una patada a la mesa dónde está apoyado Fredo. La pata que golpea se cae al suelo, haciendo que la mesa se desequilibre y que el jarrón que está encima caiga rodando a la moqueta.
-Tranquilízate, Biebs. Podemos solucionar esto.- dice Good, poniéndole una mano en el hombro. Justin se aparta como si el contacto con él le quemara.
-¿QUE PODEMOS SOLUCIONARLO?- grita.- ¡Vosotros no estuvisteis allí! No visteis como insultaban a Angie, Fredo o Ryan. ¡No visteis como hirieron a Jaden! ¡No os enteráis de una mierda, como siempre!-
-Llevároslo de aquí, por... por favor.- susurra Pattie, sollozando. Fredo se levanta de la silla en la que se ha sentado después de que Justin "derribara" la mesa. Yo le freno, levantándome de un saltito de la cómoda en la que estoy sentada. Fredo lo capta al vuelo, y vuelve a sentarse. Me acerco a Justin, que respira con dificultad y aprieta los puños.
-Justin, vámonos.- susurro, y le cojo la mano, tirando de él.
-Suéltame.
-No, Justin.- le espeto.- Nos vamos. Ahora. A tu habitación.
Al final, coge mi mano, y sale de la habitación mirando al suelo. Avanza por el pasillo hasta su habitación, abre la puerta y entra. Me arrastra dentro, y suelta mi mano. Me encargo de cerrar la puerta, y al volverme, le veo tumbado boca abajo en la cama, sollozando. Me deslizo por la moqueta sin hacer demasiado ruido, y me siento en la cama, a su lado.
-¿Quieres hablar de ello?- pregunto. Él levanta la vista, y me mira. Luego niega con la cabeza.
-Necesito... desahogarme... pero no hablando. Como no lo haga, acabaré explotando y mataré a alguien.-dice con voz ronca.
-Está bien, quítate la sudadera.- le digo, y él me mira con cara rara.- No es el tipo de desahogo pervertido que te estás imaginando, Bieber. Por si no te acuerdas, estoy con Harry.-
-No me menciones a Styles ahora.- gruñe, apretando los puños una vez más. Se quita la sudadera y vuelve a tumbarse de cara. Deslizo mis manos por sus hombros, y comienzo un masaje en ellos. Él suelta un suspiro de alivio.
-Dios mío, Angie...
Sigo el masaje en los hombros hasta que noto que se relaja.
-Ahora, escúchame muy bien, Justin. Quiero que te concentres en algo, ¿sí? Concéntrate en algo feliz que te haya pasado.- le digo, siguiendo con el masaje.
Pasan unos segundos hasta que él habla.
-Vale, lo tengo. ¿Lo tengo que contar en voz alta?
-Sí.
-Solía ayudar a mi abuela a cocinar los sábados cuando iba a su casa. Siempre me hacía feliz ayudarla, aprendía mucho y aprovechaba para cantarle algo, siempre era algún éxito de hace muchos años, como a ella le gusta.- narra, esbozando una sonrisa.- Una tarde, decidimos hacer la tarta favorita de mi abuelo, la de chocolate negro. Me acuerdo que me hizo muchísima ilusión, ya que sabía que a mi abuelo le encantaría. Nos pusimos a ello, y trabajamos como dos locos en la cocina, mientras mi abuelo estaba fuera. Conseguimos una tarta perfecta, con la cobertura perfecta y la esponjosidad idónea. Cuando mi abuelo llegó, se encontró la televisión puesta con un partido de hockey importante, y una tarta de chocolate, su favorita, en la mesa. Nunca olvidaré la cara de felicidad que puso cuando lo vio... y lo feliz que fui yo al saber que le gustaba mi tarta.-
Cuando acaba, nos quedamos en silencio, y yo acabo el masaje.
-¿Me has hecho recordar un buen momento para olvidar los malos momentos de hoy?- pregunta, girándose.
-Chico listo.- sonrío.- ¿Ha funcionado?
-Desde luego que sí.
Se incorpora, y me abraza. Al abrazarlo, miro su reloj y me doy cuenta que debería volver a casa, ya que no quiero líos con Kris. Me despido de él a toda prisa, y salgo corriendo del hotel, cojo un taxi, y vuelvo a casa. Al llegar, abro la puerta sigilosamente, y al no ver ninguna luz, supongo que Kris sigue de fiesta. Avanzo por el pasillo de entrada, y cuando pongo un pie en el primer escalón, la voz de Kris me advierte desde uno de los sofás.
-Estás en problemas por mentir a tu mejor amiga, Farrell.

22.3.13

And she will be loved, chapter 40.


-Angie.-
Llueve en Londres. Corro, intentando no mojarme, ya que no llevo paraguas. Mi reducida inteligencia me ha impedido coger un maldito paraguas al salir de casa. No llegaré jamás a tiempo. Tengo que estar a las 11 en un edificio a cinco minutos de aquí, pero con este aguacero, me costará por lo menos veinte. Y son menos cuarto pasadas. Kris me matará cuando le diga que no llegué a la entrevista para que me cogieran en Lights, la revista del momento. Ella tiene su entrevista por la tarde. A pesar de que ambas tenemos 17 años, nos dijeron que podían cogernos en periodo de pruebas para cualquier puesto, dependiendo de nuestras habilidades, y yo que soy tan lista y puntual, ¡voy a perder esa maravillosa oportunidad!
Me paro y apoyo la espalda contra una pared, para evitar mojarme. Suspiro, y miro la hora de nuevo. No llego ni de coña.
Un Ferrari blanco derrapa llegando a la calle principal, provocando que algún que otro conductor normal le grite algo, o toque el claxon. Yo miro el coche, casi con indiferencia. La persona que vaya ahí dentro posiblemente sea rica, con mucha fama, y se lo tendrá muy creído. No tendrá más de 20 años, por su forma de conducir, sin ningún cuidado. Será alguien como...
-¡Eh, Farrell! ¿Te llevo?
No me lo puedo creer. El Ferrari blanco está estacionado a pocos metros de mi, con una ventanilla bajada. Dentro, hay un chico rubio, con los ojos dorados. Estoy empezando a pensar que Justin Bieber me acosa.
-¡Ni lo sueñes, Bieber!- grito, haciendo que me duela la garganta.
-¡No seas cría, está lloviendo y no tienes paraguas!
-Prefiero mojarme antes que entrar en tu maravilloso Ferrari.- le bufo, entre gritos. Él niega con la cabeza.
-Angie, entra en el coche.
-No.
-¡Que entres en el maldito coche, voy a llevarte a dondequiera que sea que vayas!- grita, pegando un golpe al volante. Gruño, y decido aprovecharme de él y meterme en su coche. Cruzo la acera corriendo, y me meto en el coche, en el asiento del copiloto.
-¿Dónde te llevo?- pregunta, sonriente. Yo le dirijo una mirada de odio, y le digo la dirección. A medida que nos vamos acercando, mi enfado se va pasando. La verdad es que a pesar de la rara coincidencia de que haya aparecido de improvisto, no puedo reprocharle nada. Después de como le traté ayer, me está llevando en su coche, permitiendo que moje su precioso coche con mis pies mojados.
Para justo delante del edificio, y me da un paraguas plegable que lleva en la guantera.
-Así luego al volver ya no te mojarás.- dice, sonriendo de una forma encantadora. No puedo evitar sonreírle de vuelta.
-Eh... gracias Bie... Justin.
-No hay de qué, Angie. Ya nos veremos.
Le dirijo una última sonrisa, y abro la puerta. Luego abro el paraguas, y corro hasta la puerta. Subo al ascensor corriendo, y llego a la planta 17. Me acerco hasta un mostrador, dónde hay una chica con 43457029703295790 teléfonos. Justo encima de ella, en la pared de atrás, se lee en letras gigantes: Lights.
-Disculpe...- le digo. Ella me mira.
-¿Eres Angela Farrell?- espera mi respuesta, por lo tanto asiento.- Llegas a tiempo, pasa a la sala 1. Te espera allí.
Asiento de nuevo, y corro hasta una sala con un 1 brillante en la puerta. Llamo, y oigo un "adelante" desde dentro. Me recoloco el pelo, y entro.
Una mujer con el pelo negro, teñido por supuesto, me espera sentada en una silla de despacho. Levanta la vista, y me dirige una sonrisa. Se levanta de la silla, y extiende la mano para que se la estreche. Lo hago.
-Así que tú eres Angela Farrell, ¿no?
La entrevista dura casi una hora y media, en la que simplemente charlamos de mi vida en general, de la suya, y de mis aficiones. Ella va tomando notas de vez en cuando. Al acabar, sonríe, satisfecha de su trabajo.
-Bien, Angie, sé perfectamente dónde voy a ponerte. Vas a ser del apartado de Música. Escucharás los últimos éxitos, ayudarás en nuestra emisora de radio, y simplemente ayudarás a los profesionales de la revista. Llamaré a alguien de ese apartado para que te muestre todo.
Llama por teléfono a una tal Alessandra, que resulta ser una chica italiana. Juntas, nos vamos al apartado de Música, y me enseña todo aquello.
Alessandra resulta ser de Roma, y acabó la carrera de Periodismo hace relativamente poco. Conectamos de inmediato, ya que nos interesan las mismas cosas, y es una chica muy viva y sonriente.
Al salir de la revista, después de que Alessandra me enseñe todo, llego hambrienta a un restaurante de comida rápida saludable (sí, eso existe) Mientras devoro una ensalada, me llega un WhatsApp de Harry.
H: Hooooola, pequeña. Siento no haberte contestado antes, los imbéciles estos me secuestraron el móvil. ¿Qué tal la entrevista? 
A: ¡Amooor! No pasa nada, tranquilo. Pues muy bien, ya tengo "trabajo" 
H: ¿En seeerio? ¿De qué?
A: De ayudante en el apartado de música.
H: Oh, no. ¿Les contaras mis secretos oscuros?
A: Todos sin dejarme ni uno MUAJAJAJAJAJAJJAJAJAJA.
H: ¿Cómo lo mucho que te gustan mis besos en el cuello?
A: Ay, shhh, tonto.
H: En 119 días tendrás tus besos en el cuello.
A: Yo quiero más cosas que solo besos en el cuello...
H: Las tendrás, pequeña.
Acabo con la ensalada, y vuelvo a casa. Harry se va a ensayar, así que me abandona vía WhatsApp. Al llegar, me tumbo con tranquilidad en mi cama, sumiéndome en un profundo estado de aburrimiento. Mi móvil vibra de nuevo. ¿Harry? No, está ensayando. ¿Kris? No, está en la entrevista. ¿Nicole? No, tenía ensayo de baile. ¿Eleanor, quizás? No, creo que está estudiando. Abro el WhatsApp, intrigada.
J: ¿Llegaste bien a la entrevista? ¿Qué tal fue?
Observo algo intranquila que el que me escribe es Justin. Decido contestar, al fin y al cabo me ha hecho un favor.
A: Sí, llegué bien. Ya tengo "trabajo"
J: ¡Genial! ¿Se puede considerar que eso es gracias a mi?
A: Noooo, es gracias a mi encanto natural, a la directora le he encantado.
J: En el fondo es gracias a mi. Si no llega a ser por mi, no llegas a la entrevista.
A: Si te hace ilusión...
J: Muchísima. No sabes cuanta.
A: En ese caso, sí Justin, fue gracias a ti.
J: ¡LO HAS DICHO!
A: Me has presionado.
J: Lo que tu digas. ¿Qué estás haciendo ahora?
A: Aburrirme muchísimo.
J: ¡Vente conmigo!
A: Justin...
J: A ver, conmigo, con Fredo y con Ryan. Creo que Fredo quiere darte una paliza en la xBox.
A: Dile que se prepare para perder, llegaré en media hora.

-Justin-
Pego un salto al leer su último mensaje.
-¡TÍOS!- grito, y ellos se giran hacia mi.- ¡VIENE ANGIE!
-¡No jodas!- exclama Ryan.- ¿Cómo lo has conseguido?
-No tengo ni idea.- admito, y ellos ríen. Nos dedicamos a dejar ordenada la habitación, preparar la xBox, y pedir patatas, gominolas y todo tipo de dulces al servicio de habitaciones. Justo cuando terminamos, llaman a la puerta. Fredo y Ryan me sonríen, dándome ánimos. Voy hacia la puerta, cojo aire, y abro. Y allí está ella, perfecta como siempre. Tiene una sonrisa burlona en los labios, que parece decirme "Eh, Bieber ¿qué pasa? ¿Pensabas que no vendría?" Mi mirada se posa en sus labios, y me recuerdo a mi mismo con masoquismo el beso que nos dimos hace un año. Ese jodido beso. Aún duele.
-¿Puedo... pasar?- pregunta con timidez. Me hago a un lado, y dejo que pase. Oigo los gritos de Fredo que la reciben, y las paridas de Ryan. Cierro la puerta, sin poder parar de sonreír como un auténtico subnormal.
Me siento en el sofá de tres plazas con Fredo y Ryan, dejándola a ella sin sitio, y algo atónita. Comenzamos a reírnos.
-Ah, muy bonito me parece esto, eh.- refunfuña.- ¿Soy la invitada, y me dejáis sin sitio? Que poca educación...
-Sitio tienes, Angie.- ríe Fredo, señalando sus piernas, las de Ryan, y las mías. Ella suelta una carcajada jodidamente preciosa.... ¿y qué cojones estoy diciendo? ¿Desde cuando una carcajada es preciosa? Madre mía, esto es malo. Muy malo. Lo peor (o quizás lo mejor) es que Angie se acerca a mi, y se sienta en mis piernas. Por un momento, es como si nada hubiera cambiado, y todo adquiere sentido cuando enrollo mis brazos alrededor de su cintura. Solo me interesa ella, al fin cerca de mi, ¡y por voluntad propia!
Alfredo le pasa su mando a Angie, y la desafía con la mirada.
-Prepárate para perder, Farrell.- gruñe.
-Yo nunca pierdo.- ríe ella.
La partida comienza, y Angie juega con ventaja. Se nota que ha practicado muchísimo conmigo... a la xBox, digo. Ryan vitorea y se ríe de ambos, mientras Fredo y Angie miran a la pantalla muy concentrados.
Última ronda, y Angie va ganando, para desgracia de Fredo.
-¡GANARÉ!- grita ella. Fredo chilla para desconcentrarla, pero ella es imparable. Va a machacar a Fredo. Quedan tan solo treinta segundos.
-¡Vamos Angie! ¡Lo tienes, lo tienes!- exclamo, animándola.
-¿Y yo qué, Bieber?- solloza Fredo, de broma. Yo río.
-Tú a perder y a callar.- le espeto. Angie gana, y salta de encima de mi. Yo me levanto de un salto, y la abrazo con fuerza, riendo. Fredo finge un llanto en los brazos de Ryan, que se ríe sin ningún tipo de control. Angie coge un paquete de Oreos de la mesa, y se lo lanza a Fredo bajo la excusa de "premio de consolación" Si no fuera porque el lugar donde lo lanza es excesivamente doloroso, a Fredo le habría hecho mucha ilusión.
Cuando conseguimos tranquilizarnos, nos sentamos en el suelo, y comenzamos a charlar con tranquilidad.
-¿Vendrás al cumpleaños de Bieber, Angie?- pregunta Ryan, devorando unas Lays de cebolla.
-Es el 1...- empiezo, pero ella me interrumpe.
-El 1 de Marzo, lo sé.- continúa ella, sonriendo.- Pues no sé, si me invitas supongo que ahí estaré.-
-¿Bromeas?- digo, sonriendo como un crío.- ¡Estás invitadísima!
-¿Y qué haremos?- pregunta.
-Ir a cenar, y luego a la discoteca.- explico.
-¡PARTY HARD!- grita Ryan.
Seguimos riéndonos de cosas sin sentido hasta que decidimos pedir algo de comida al servicio de habitaciones. Pedimos pizza, por no complicarnos. Fredo le abre la puerta a la camarera al ritmo de "Forget about your boyfriend, and meet me at the hotel room." A la pobre chica le falta tiempo para darnos la pizza y salir corriendo. Fredo finge otro llanto en un rincón mientras Ryan, Angie y yo nos reímos de él. Después, volvemos a hablar de mil cosas, hasta que ella anuncia que tiene que irse, y la acompaño hasta la puerta.
-Bueno, pues... ya nos veremos.- dice ella.- Aunque no se cuando, como Kris se entere que he estado aquí me mata.
Yo río, y luego la miro fijamente,
-¿Quieres que mañana quedemos para cenar?
-He quedado ya con Kris y Nicole, lo siento.- suspira.- Pero pasado mañana, me paso por aquí antes de que vayamos a cenar y estamos un rato juntos.
-Vale, perfecto.- sonrío. Ella me da un beso en la mejilla y acto seguido se abraza a mi como una niña pequeña. Como mi niña pequeña. Como antes, como siempre. El abrazo me sabe a poco, pero lo oculto, lo último que necesito es fastidiar todo. La sigo con la mirada hasta que entra en el ascensor y desaparece.

-Narrador-
-Boston es precioso, ójala estuvieras aquí.- susurra Liam, mirando por la enorme ventana de su habitación.
-Me encantaría.- dice Kris, sonriente, mientras se abraza a un cojín. Pone el teléfono más pegado a su oreja, intentando reducir la distancia entre él y ella.
-Cuando vuelva a Londres, te llevaré lejos. Muy lejos.- promete él, deseando poder abrazarla, deseando volver a Londres.
-¿Y a dónde me llevará usted, señorito Payne?
-Donde nadie pueda encontrarnos, señorita Payne.- dice él, y sonríe. Kris le imita, a pesar de que tiene un nudo en la garganta que amenaza con acabar en forma de lágrimas. Le echa de menos.
-¿Amor? ¿Estás bien?- pregunta Liam, preocupado. Kris suspira, reprimiendo un sollozo.- ¿Estás llorando?
Es la gota que colma el vaso, y lo que hace que se desaten las lágrimas de ella.
-Lo... lo siento Liam.- dice ella, tratando de calmarse.- Es que te echo tanto de menos...
-Y yo también, cielo. Pero estaré ahí pronto, estaré de vuelta por ti.- promete él, y ella se seca las lágrimas.- Ahora tengo que irme, hablamos por skype luego, ¿vale?
-Vale, te quiero.
-Te quiero más.- dice él, y cuelga.
Ella se separa el móvil de la oreja, se seca más las lágrimas, y en ese momento, oye la puerta principal.
-¡Ya estoy en casa!- grita Angie, dejando el abrigo en el perchero de la entrada. Kris baja las escaleras, y la sigue hasta la cocina.
-¿Dónde estabas? Estaba preocupada.
-Pareces mi madre, Kris.- protesta Angie, sirviéndose zumo en un vaso.- Tenía el móvil encendido, podrías haberme llamado.
-No quería molestar...- dice Kris.- ¿Y dónde estabas?
Angie bebe un trago de zumo, dándose unos segundos de oro para pensar una excusa creíble.
-Eh... estaba con Alessandra, una chica de mi sección de la revista. Por cierto, ¿en qué sección te han puesto?- dice, cambiando de tema.
-En moda, ¿y a ti?
-En música.
-¿Y qué hacías con Alessandra?- pregunta Kris, recuperando el tema inicial.
-Estábamos en una cafetería por ahí, tomando algo.
Kris asiente, aunque no se cree una palabra. Espera de verdad que Angie no haya estado con quien cree que ha estado. Espera que su amiga tenga más cabeza, como para quedar con el famosísimo Justin Bieber.

16.3.13

Kidrauhl.


No me cansaré de repetir que Justin no se acaba en Believe Tour. No me cansaré de repetir que cumplí mi sueño el 6 de Abril de 2011, y lo volveré a cumplir. Algún día, abrazaré a mi ídolo. Podré darle las gracias por enseñarme a creer en mi misma, en mis sueños, y en él. Algún día mi ídolo sonreirá gracias a mi, gracias a algo que yo le diga. Una vez dije eso de once a belieber, always a belieber, y es la verdad más grande que he dicho. Cuando sea mayor, y tenga hijos, les hablaré de mi bieber fever, que seguirá causando estragos, y yo seguiré poniéndome a gritar cuando salga por televisión. Guardaré todos mis discos, camisetas, revistas, y entradas. Cualquier cosa que me recuerde a él.
Sería bonito, que en unos años, cuando todas las beliebers seamos adultas, que Justin haga otro concierto. Que muchas beliebers nos reunamos en distintas partes del mundo, y volvamos a recordar One Less Lonely Girl, a llorar con Believe, a saltar hasta cansarnos con Eenie Meenie, y a bailar como locas con All Around The World. Yo desde luego lo haría, y sé que muchas de vosotras también. Por no decir todas. Esto que sentimos por Justin es algo muy especial, y es algo que ninguna de nosotras va a olvidar.
Estoy segura de que en unos años, nuestro lema de vida seguirá siendo lo que Justin nos enseñó, a soñar, a creer. Sé que muchas llegaremos lejos gracias a esto que él nos enseña cada día.
Cuando todo nos vaya mal, recordaremos ese lema que todas gritamos alguna vez: never say never.

And she will be loved, chapter 39.


-Angie-
Abro un ojo, y veo en el despertador que son las once de la mañana. Aunque no tengo demasiados motivos para empezar otro día deprimente, aparto las mantas y sábanas que me cubren, y salgo de la cama. Miro el calendario que hay encima del escritorio, y tacho un día. Ya sólo quedan 121 días. Un suspiro que amenaza con romperme el corazón más de lo que ya está se me escapa. Me alejo del calendario, y cojo mi teléfono.
H: Hola, pequeña. Si no soy demasiado malo en matemáticas, allí debe ser la hora de despertarse, ¿no? Bueno, solo quiero decirte que te echo de menos, y que me llames cuando te despiertes. Te quiero xx.
El WhatsApp de Harry es de hace cinco minutos, así que mientras los sentimientos en mi cambian a felicidad por escucharlo, marco su número. Los tonos suenan, hasta que oigo la preciosa voz de Harry al otro lado.
-¡PEQUEÑA!- chilla él, y yo me emociono.
-¡AMOR!- grito yo.- ¡Te... te echo mucho de menos!
-Yo también cielo, yo también.- suspira él. Una duda me asalta de pronto. Con el cambio horario, si aquí son las once, en Nueva York...
-Espera un momento.- digo, preocupada.- ¿Qué hora es allí?
-¡Las siete de la mañana!- dice, riendo.
-¿Y QUE HAGO YO LLAMÁNDOTE?- exclamo.- ¡Tendrías que estar durmiendo!-
-Ay, que tonta eres.- ríe él.- Llevo despierto más de una hora, los ensayos de hoy son por la mañana y teníamos que hacer un montón de cosas antes.
-Menos mal.- resoplo, aliviada.
-Angie, ¿leíste la carta?- dice él, en voz baja.
-Sí, Harry. La leí ayer.- digo, sonriente. Miro por la ventana de mi cuarto.
-¿Y qué...?- pregunta él, pero le interrumpo.
-Que te quiero, mucho. Muchísimo. Que ahora ya no son 122 días, son 121. La distancia no me importa, y el tiempo tampoco. Estaré aquí, esperándote sin que nada cambie, hasta que vuelvas.- suelto todo de un tirón.
-Ay, amor.- dice él. Noto su sonrisa al otro lado.- Te adoro, ¿vale? Que no se te olvide.
-No voy a olvidarlo.
-Tengo que dejarte, pequeña. Hablamos luego, o cuando quieras. Mándame un whatsapp a cualquier hora ¿sí?- dice él, y oigo ruido de gente por detrás de él.
-Vale, cielo. Te quiero.
-Te quiero.
Soy la primera en colgar. Dejo el iPhone encima de la mesa, y suspiro de nuevo. La llamada me ha renovado las energías. Otro mensaje me llega, pero esta vez no es de Harry. Es de Nicole.
N:¡Tengo un plan para hoy! ¿Quedamos en Trafalgar Square en una hora?
Contesto, con rapidez. Tengo ganas de salir un rato con Nicole.
A: ¡Por supuesto! Me llevo a Kris, que si no se me deprime en casa. ¡En una hora nos vemos! xxx
Entro en el vestidor, canturreando algo. Elijo http://www.polyvore.com/determinate/set?id=41849315, con una chaqueta y un cazadora negra.
-¿Angie?- me llama Kris, desde su cuarto.
-¡Arréglate, nos vamos por ahí con Nicole!- le digo.
-¡Perfecto, necesito salir un rato!
La veo elegir unos vaqueros claros, un jersey marrón, y unas botas parecidas a las mías pero en marrón.
-Kris, ¿estás mejor que ayer?- le pregunto, preocupada.
-Bastante mejor.- sonríe ella.- Acabo de hablar con Liam.
-A mi Harry también me ha llamado.- sonrío. Ella se acerca a mi y me da un abrazo de "buenos días" luego, entra en su cuarto y se viste. Yo prefiero vestirme en el vestidor. Cuando estoy a punto de quitarme el pijama, reparo en que hay un armario más del cual no me fijé el otro día. Lo abro, y son todo cajones. ¿Qué habrá? ¿Joyas?
Suelto una risita cuando descubro que es ropa interior. Kris entra de nuevo, y se queda mirando el armario.
-¿Qué hay, que te ríes tanto?- se acerca, y se queda con la boca abierta.- ¡DIOS! ¿Ropa interior?-
Yo asiento riéndome, y decido estrenar un conjunto negro muy mono.
-Y mi pregunta es, ¿cómo sabían que tenemos la misma talla?- dice Kris, recelosa.
-Estos dos imbéciles han traficado con información de nuestra ropa interior.- río yo, y Kris ríe conmigo. Luego vuelve a su cuarto. En cinco minutos estamos vestidas y arregladas. Salimos de casa andando, ya que estamos bastante cerca de Trafalgar Square.
Al llegar, veo a una chica rubia, con la melena muy larga y lisa. Va subida en unos taconazos impresionantes, y está mirando su móvil.
-¡NICOLE!- grito, sonriente. Ella levanta la vista, y nos ve. Se acerca rápidamente, a pesar de sus tacones.
-¡Hola, preciosas!- exclama, alegre. Las tres nos abrazamos.- ¿Qué tal lleváis lo de los chicos?
-Bueno, cuatro meses es mucho tiempo, pero podremos con ello.- dice Kris, suspirando. Yo asiento.
-Así me gusta, ahora vamos. ¡Necesito mucha ropa!- dice Nicole, sonriente.
Caminamos con tranquilidad hacia la zona comercial. La primera tienda es de ropa informal: sudaderas, vaqueros, alguna falda, jerseys... Nos dividimos, y quedamos en los probadores en un rato. Por mi parte, encuentro unas mallas con estampado geométrico de las que me enamoro perdidamente. Cojo un vestido básico beige, varias faldas y alguna camiseta. En los probadores me esperan Kris y Nicole, cargadas con ropa. Nos metemos en un probador, y empezamos a probarnos las toneladas de ropa. Cuando Nicole se quita la camiseta, me fijo en que lleva un tatuaje en la zona de los riñones.
-¿Y ese tatuaje?- pregunto, mientras me pongo una falda.
-Oh, es de hace poco, ¿os gusta?- dice ella, sonriente.
Kris se acerca, y lo lee en voz alta.
-"Stay stong, you're beautiful." ¿Tiene algún significado en especial?- pregunta.
-Me encanta esa falda, Angie. Cómpratela.- dice, mirándome.- Es que vosotras no sabéis nada de mi pasado oscuro.
-¿Pasado oscuro?
-Fui bulímica de adolescente, pero consiguieron pararme a tiempo. En el instituto sufrí acoso escolar, y lo único que me sacaba de todo eso era la danza. Mi profesor de danza, Joe, fue el que denunció mi caso de acoso, y el que se dio cuenta de que era bulímica. Me salvó la vida.- dice, con una sonrisa amarga.
Kris y yo la abrazamos. Cuando alguien te cuenta algo así, no sabes muy bien como reaccionar, ni qué hacer. Luego, seguimos probándonos ropa, y acabamos saliendo de la tienda con varias bolsas cada una. Vamos a una zapatería, donde Kris y yo nos compramos unos botines planos muy monos, y Nicole se encapricha de unas plataformas preciosas. Al salir, acabamos en una cafetería, en la que nos tomamos un café caliente.
-Lo he dejado con Ray.- confiesa Nicole, removiendo su café.- Me he cansado de que nuestra relación fuera exclusivamente sexo.
-La verdad es que...- dice Kris, pero se interrumpe. Mira algo o alguien justo detrás de mi, con la mandíbula tensada. De pronto, alguien me toca el hombro. Me giro, y me encuentro de cara con unos ojos dorados. Inconfundibles. Inolvidables. Irresistibles. Antes de que pueda reaccionar, me da un beso en la mejilla que acaba en la comisura de mis labios. Nicole y Kristen lo miran, alucinadas. Ambas me instan a que no le haga caso, pero me hundo en esos jodidos ojos.
-Justin.- resoplo, apartando la vista.- ¿Qué cojones haces aquí?
-Tengo que hablar contigo, Angie. Por favor.- suplica él.
-No.
-Angie, por favor. Necesito solo una oportunidad más.
Me veo superada una vez más por la situación, así que actúo como una cobarde. Salgo corriendo, sin una palabra. Corro sin parar hasta llegar a casa, en la que me encierro. Me tumbo en el sofá, mirando el techo. Mi móvil vibra, avisándome de que tengo un Whatsapp. Una, dos, tres, cuatro, cinco. Diez veces.
J: Angie, estoy en la puerta.
J: Por favor, ábreme. Arreglemos esto.
J: Angie, te lo pido de rodillas si hace falta.
J: Ya sé que he sido un maldito capullo, y que te he prometido muchas veces que he iba a cambiar, y luego lo he jodido. Pero esta vez es la definitiva.
J: Sé que podemos arreglarlo.
J: No lo hagas tan difícil, Angie.
J: No quiero perderte, otra vez.
J: Angie...
J: Por favor, enana. Déjame arreglarlo. 
J: Ábreme, por favor. Por favor...
Decido acabar con esta mierda de una vez, así que me levanto y me dirijo hacia la puerta. Abro la puerta, y dejo que pase hasta el salón, que él mismo encuentra. Cierro, y me dirijo yo hasta el salón. Me siento a la mayor distancia posible de él en el sofá.
-¿Y bien?- pregunto, algo arisca.
-He sido un egocéntrico y un capullo.
-No me jodas, ¿en serio?- digo yo, con ironía.- Que novedad.
-No me hagas esto más difícil, Angie.- suplica él, poniendo su mano en mi rodilla. Se me corta la respiración.
-Te has ganado tú solito que esto sea así de difícil, Justin.- le espeto, cogiendo su mano, y poniéndola en su rodilla.
-Joder, intenta entenderme. Me es muy difícil verte con Harry, siendo que yo... Que yo estaba enamorado de ti antes.- suspira.
-No me lo demostraste, Justin.- resoplo.- Entiéndeme tú ahora. Me has hecho sufrir demasiado en estos meses, ahora no puedo perdonarte porque sí.  Y además, tu numerito al anunciarte que me iba de BTour fue bastante lamentable, para qué mentirte.
-Me diste una bofetada.
-Te la merecías.- le espeto.
-¿Y me merezco que me trates así, ahora, Angie? Piénsalo de verdad.- se acerca peligrosamente a mi, y yo le pongo las manos en el pecho.
-Para.- le pido.- Y sí, te lo mereces.
-¿Quieres de verdad que pare, Angie?
-¿Ves?- protesto.- ¡Esa faceta egocéntrica y prepotente no sirve de nada para ganar puntos!
Él baja la cabeza.
-¿Y cómo gano puntos?
-De ninguna forma. Estoy con Harry, ¿recuerdas?- resoplo, harta de tener que recordárselo.
-Alguna manera habrá...- suspira.
-Quiero que vuelva mi Justin. Este Bieber no me gusta. Solo te digo eso.
-¿Y si vuelve, ganaré puntos?
-Sí, pero no va a volver. Lo tengo comprobado.- digo yo, seria.
En ese momento, Kris y Nicole entran en casa. Kris entra soltando gritos.
-BIEBER, TE QUIERO FUERA DE MI CASA EN UN MINUTO.
-¿Vas a obligarme, o qué?- pregunta él, mirándola.
-Como no desaparezcas en treinta segundos, me encargaré de arruinar tu carrera. Les contaré a tus fans todo lo mal que se lo has hecho pasar a Angie. No quiero volver a verte por aquí, Bieber. Estás avisado.- dice ella, con mucha seriedad. Él resopla, y suelta acto seguido un gruñido. Se levanta, y la mira, desafiándola.
-No tienes ni idea de nada, Jones.
-Tengo más idea de la que te crees, Bieber. Una de las ideas más claras es que Angie no va a volver a pasarlo mal por tu culpa, ya tiene bastante con lo que tiene.- Le empuja hasta la puerta, y consigue echarlo.
-¡Estoy harta de él!- exclama, de nuevo en el salón.
-Vamos a olvidarlo, anda.- resopla Nicole, que me abraza.
-¿Hacemos algo de comida, y así nos distraemos?- pregunto, débilmente. Ellas asienten, y nos ponemos a hacer pasta carbonara para tres.

-Justin-
Llego frustrado al hotel, después de haber huido de varios paparazzi y varias fans. Subo hasta la habitación, donde Ryan y Alfredo están viendo la televisión.
-¡Hombre, Biebs!- exclama Fredo, cuando me ve aparecer. Yo gruño, y me tiro de cara en la cama, hundiendo la cabeza en la almohada.
-Tío, ¿qué pasa?- pregunta Ryan, acercándose a mi.
-Estoy harto de no conseguir nada de Angie.- digo, soltando un quejido.- Lo único que consigo es que me diga que tengo que cambiar.-
-Igual tiene razón, Biebs.- murmura Fredo.- En estos meses has cambiado mucho... y no sé si eso es bueno.
-Joder, tío ¿tú también?- digo.
-Tío, yo solo digo que quizás Angie tenga razón y sea ya hora de cambiar el chip en serio.- dice él.
-A ver, Bieber.- carraspea Ryan, para hacerse notar.- ¿Tú la quieres?
-Más que a mi vida.- afirmo.
-¿Harías todo por ella?
-Todo y más.- suspiro.
-Pues entonces ya sabes que hacer. Cambia. Porque no solo va a ser bueno para vuestra relación, va a ser bueno para ti.
-Pero joder, ¿en qué tengo que cambiar?- digo, frustrado.
Ryan me pone una libreta de hotel y un bolígrafo en el regazo, y comienza.
-Antes estabas más con las fans, y les hacías más caso.- dice.
-Antes eras más en plan adorable. No pierdas tus puntos de "chico malo" porque a las chicas les encanta. Pero tienes que pulir tus salidas prepotentes, porque eso te quita muchos puntos.- sigue Fredo.
-Antes no ibas a por Angie a cuchillo. Simplemente pasabas tiempo con ella, porque era tu mejor amiga, y tu mayor apoyo.- dice Fredo, de nuevo.
-¿Me estáis diciendo...- me veo interrumpido por Ryan.
-... qué para ganártela de nuevo, tienes que volver a ganarte su amistad? Sí, Bieber, eso es.- dice Ryan, resolviendo todo.
La verdad es que tiene bastante sentido.

8.3.13

And she will be loved, chapter 38.



-Angie-
Ha sido un mes para recordar. Ha habido momentos que me gustaría poder guardar en un tarro de cristal, y poder revivir cuando yo quisiera. He pasado mucho tiempo con Harry, todo el que he podido. Pero también he pasado tiempo con los chicos. Hemos hecho "turismo", hemos visto películas, hemos hecho paseos por el Támesis... Una noche fuimos de acampada, pero hacía tanto frío que tuvimos que volvernos a las 4 de la mañana a casa. Me he despertado abrazada a Harry todas las mañanas, sin dejarme ninguna. Le he besado muchas veces, hasta que a ambos nos ha faltado el oxígeno. He intentado aferrarme a él, intentando que se quede conmigo. Pero esto es algo que tenía que pasar.
Esta noche no he dormido ni una hora. Después de nuestra última vez, me ha sido imposible dormir. Me he quedado mirándole toda la noche, memorizando sus rizos. Sus facciones. Reviviendo todos esos momentos que hemos vivido en estos meses. Escuchando su respiración serena. A las 7 ha sonado el despertador, y nos hemos despertado. Más bien, él se ha despertado. Le he susurrado con voz débil un "no te vayas". Él me ha abrazado con fuerza, y me ha susurrado "no me iría si no fuera estrictamente necesario, pequeña." Me ha besado, y mis lágrimas han mojado sus mejillas. Lou nos ha llamado a desayunar. Con esfuerzo, y pocas ganas, nos hemos levantado y vestido. Ha cerrado sus maletas, y mientras lo hacía, me he acordado de su canción Summer Love. Con voz temblorosa, con miedo a echarme a llorar, he canturreado una parte "Can't believe, you're packing your bags. Trying so hard not to cry. Had the best time, and now it's the worst time, but we have to say goodbye." Él se ha girado, y me ha susurrado su parte, acariciándome las mejillas. La ha cambiado, solo por mi: "So, promise that you're gonna write, and promise that you'll call. Just promise that you won't forget we had it all." Nos hemos abrazado, luego hemos desayunado con todos, y hemos salido hacia el aeropuerto.
Y aquí estoy, sentada en una zona VIP del aeropuerto, justo al lado de la puerta por la que tienen que salir para ir a su jet privado. Harry está apretándome la mano, en un intento por consolarme, que no sirve de nada.
Una azafata sale por la puerta de cristal, y viene hacia nosotros. Rezo, y suplico que tarde mucho. Pero no, ella parece hasta que se da prisa por llegar. Gruño por lo bajo. Ella para a pocos metros, y anuncia:
-Deben embarcar en 5 minutos.- observa, preocupada, como Kris y yo soltamos un sollozo.- Les dejo para que... se despidan.
Mi corazón va rápidamente, y a riesgo de romperse. Respiro con dificultad. Harry se levanta, y yo me sincronizo con él. Me coge las manos, con timidez, y clava sus ojos verdes en mi.
-Pequeña, sé que esto no va a ser fácil para ninguno de los dos. Pero quiero que tengas claro que te quiero, y que un océano y cuatro meses no van a cambiarlo.- dice, y acto seguido junta su frente con la mía.- Te voy a echar de menos cada segundo.
Yo me seco las lágrimas con la manga del jersey, y esbozo una sonrisa.
-Quiero que disfrutes de estos cuatro meses cumpliendo tu sueño, y haciendo lo que te gusta hacer. Quiero que seas feliz, y que no te olvides de mi. Te quiero ¿vale?-
-"Baby, you don't have to worry. I'll be back for you, back for you, back for you, you."- susurra él, y me besa con fuerza. Intento acordarme de cada detalle, a pesar de que las lágrimas y el dolor me ciegan. Me doy cuenta que es el último beso en cuatro meses. Él se separa, y se despide de Kris. Niall me abraza con fuerza, y me arranca una sonrisa a regañadientes.
-Pásalo muy bien, rubito.- le digo, sonriente. Él me besa la mejilla.
-No será lo mismo sin ti, Angie.
Zayn y Louis me levantan por los aires entre los dos y me besan cada uno una mejilla. Liam me abraza con cariño, y me suplica que cuide de Kris. Harry me abraza otra vez, y me besa la frente. Aspiro su olor, intentando guardarlo en mi memoria. y unos instantes después, empieza a separarse de mi. Milímetros, centímetros, metros. En unas horas serán kilómetros.
Los chicos van hacia la puerta, y yo abrazo a Kris, que está peor que yo. La última imagen que tengo de Harry, es una sonrisa de esas tan suyas dedicada a mi. Sonrío también, y Kris y yo nos asomamos a la cristalera que da a la pista. Los vemos correr hacia el avión. Louis, Zayn y Niall se montan en el avión, diciéndonos adiós. Harry y Liam miran sus móviles, y nos sonríen, con lágrimas en los ojos. Sonreímos, y a Kris le llega un mensaje: "No sonríais, preciosas..."
A mi me llega otro al instante: "...que nos enamoramos. Harreh&LeeYum." Kris y yo sonreímos, emocionadas, y nos llega otro mensaje a la vez. "Es una indirecta para que sonríais mucho mientras nosotros no estemos. Te quiero, pequeña. Harry" El de Kris es igual, despidiéndose con un "amor" y firmado por "Liam" Nos lanzan un beso, y se meten en el avión. Dos trabajadores de aeropuerto nos acompañan por pasillos y pasillos que nos ingeniamos en seguir, a pesar de las lágrimas. Nos dejan en la entrada del aeropuerto, desde donde cogemos un taxi, que nos lleva a casa de los chicos.
Es un mazazo emocional demasiado grande para las dos entrar allí sin ellos. No es lo mismo sin Niall riéndose con Louis, y Zayn pavoneándose de un lado a otro. Y sobretodo, sin Liam y Harry. Cogemos nuestras maletas, que seguían ahí desde el día que volvimos de EEUU. Las lanzamos escaleras abajo, y salimos corriendo de la casa. Nos montamos en otro taxi, que nos conduce a nuestra casa. Dejamos las llaves de la casa de los chicos en una especie de arbolillo de plástico para dejar las llaves. Ninguna de las dos tiene ganas de hablar, así que nos dedicamos a deshacer las maletas en nuestras habitaciones.
De entre dos jerseys que aún huelen a él cae un sobre. Dejo los jerseys en una silla, cojo el sobre y me siento en la cama. En una cara pone: "Para Angie." Lo abro, casi con impaciencia. Dejo caer el sobre al suelo, y me quedo con un folio azul doblado en la mano. Lo desdoblo.
"Lo último que quiero es hacerte esto más difícil. Pero necesitaba escribirte esto, necesitaba recordarte una vez más que eres lo más grande que tengo, que eres la suerte de mi vida sin ninguna duda. Estos seis meses contigo han sido lo mejor que podría haberme pasado. El despertarme cada mañana a tu lado, tus besos, tus risas, esa preciosa peca que tienes en el omóplato derecho. Como encajan nuestras manos. La felicidad que siento cada vez que me tocas. La "magia" que desprendemos cuando hacemos el amor cada noche. ¿Lo más especial? Que cada noche es distinto, cada noche es mejor que la anterior. Lo perfecto que te queda el conjunto de lencería verde que te regalé. Lo mucho que te quiero, y lo mucho que te necesito. Como dicen en una de tus películas favoritas, el tiempo que quiero pasar a tu lado no puede medirse, así que empecemos con un para siempre. 
En 122 estaré ahí de nuevo, estaré de vuelta antes de lo que crees. 
La distancia y el tiempo no importan, pequeña.
Te quiere, Harry."
Doblo la carta, con lágrimas en los ojos. Esta vez son casi de felicidad, esa carta me ha dado algo con lo que creo que podré superar estos cuatro meses. Después de todo, 122 días son muchos días, pero no importa.

-Narrador-
Kris acaba de vaciar la maleta, y se tumba en la cama, intentando alejar todo de su mente. Pero dos voces se quedan en ella: "-¡Desde luego, Kristen, no se para que te enamoras! Niña estúpida. El amor solo sirve para sufrir. +Eso no es así. Con Liam aún no he sufrido, y si sufro no será porque él lo quiera así. Liam me quiere." Finaliza el diálogo con ella misma, con sus dos partes de ella misma, poniéndose una almohada con la bandera inglesa en la cabeza. Recuerda todo lo que le ha dicho Liam. Le ha prometido que van a hablar, que la distancia no es nada. Que no quiere que ella sufra. Que la quiere. La quiere más que a su propia vida. Más que nada en este universo.
Kris suspira, como una enamorada. Aunque eso es lo que es, una enamorada. Suspira pensando en sus besos. En ese último beso. Ese "no sonrías que me enamoro."
Repasa mentalmente todo lo ocurrido en esos meses, y se da cuenta de que hace varios meses que no habla con su padre, y la verdad es que él no da señales de querer hablar con ella. Imbécil. Supone que su padre jamás la ha querido, que la veía como una carga tras la muerte de su madre. Suspira de nuevo, de nostalgia. Su madre, Charlotte. Le gustaría hablar con ella, que le diera consejos. Que la abrazara, que le diera ese amor familiar del cuál está tan necesitada. Ese amor que solo ha recibido por parte de su única familia estos meses, Liam, los chicos y Angie. Es un alivio que Angie esté allí con ella, va a ser un gran apoyo. Le ha cogido mucho cariño, es ya como esa hermana que jamás quiso darle su padre.
Una lágrima se resbala por su mejilla, juguetona. Kris se apresura en secarla, pero la tormenta llega. Comienza a llorar desconsoladamente. Ya no sabe si es por Liam o por sus padres. O por su pasado. Intenta secarse las lágrimas, pero se moja las manos. Angie entra por la puerta del vestidor, y la abraza, como si tuviera un radar para detectar cuando necesita que la consuelen. Se abrazan, y Angie se apresura en secar las lágrimas de Kris con la manga de su jersey.
-No quiero que llores, Kris. Tienes que ser fuerte. Si te derrumbas ahora, estos meses van a ser muy difíciles.- dice, mientras le besa la frente.
-No sé porqué... lloro. No sé si es por Liam... o por mi padre.... o no sé.- gimotea Kris. Angie niega con la cabeza.
-Pues no puedes llorar. Por Liam no, porque él te quiere. Y lo sabes Kris.- se interrumpe a si misma, como buscando las palabras.- Y por tu padre, no te dejo llorar. No por ese capullo. Olvídalo.
Kris asiente, y abraza de nuevo a su amiga. Necesitaba que alguien le diera esas fuerzas que ella misma no puede darse.
-No sé que haría sin ti, Farrell.
-Lo mismo que yo sin ti, Jones.
Sonríen, y para apartar los malos pensamientos de su cabeza, se dedican a cotillear el vestidor, y a probarse la ropa.

-Justin.-
Después de una oleada de flashes, consigo meterme en el coche sin que los paparazzis me toquen demasiado la moral. Fredo y Ryan entran conmigo al coche, al igual que Kenny.
-Estos británicos, están locos.- suspira Ryan, y se estira en su asiento.- Qué paliza de vuelo, tío. Estoy reventadísimo.
Le escucho a medias. Miro por la ventana, escudriñando Londres. Preguntándome donde se esconderá Angie. Necesito verla ya. He llegado a la (absurda) hipótesis de que es como una droga, mi droga personalizada. Me he abstenido demasiado tiempo de probarla, y estoy muy necesitado. Demasiado para mi gusto. Me da miedo ponerme a contar cuanto llevo sin sexo. ¿Y sin un beso? Madre mía. Ryan sigue soltando un rollo que no se lo traga ni él. Y yo sigo pensando en Angie. Los labios de Angie, el pelo de Angie, la risa de Angie, los ojos de Angie. Esto comienza a ser enfermizo.
-Tío, Biebs, pasas de mi de una forma...- protesta Ryan.
-Déjalo, Ryan. Está demasiado ocupado excitándose mentalmente con Angie.- exclama Fredo. Este comentario propio de él, provoca las risas de Ryan y Kenny, y una patada dirigida a su entrepierna por mi parte. Fallo, lo que provoca que sus risas se incrementen.
-Eh tío, eres cruel.- le bufo.
-¿Cruel yo? Bieber, Angie te pone muchísimo.- me espeta Fredo. Voy a gritarle algo, pero me frena, diciendo.- Que sí, tío. Que la quieres, y estás enamorado de él. Pero te pone muchísimo.-
Kenny se ríe con fuerza, y Ryan igual. Yo me sonrojo, y ellos gritan, y susurran "¡te lo dije, te lo dije!" Kenny se pone los cascos, para evitar nuestras conversaciones pervertidas. Ryan sonríe, y dice, en susurros:
-Eh, Bieber, imagínatela en tu cama.
-En ropa interior.- añade Fredo.
-¿Qué cojones dices, tío? ¡En ropa interior no mola! ¡Sin ropa interior!- exclama Ryan. Yo suspiro, pero imágenes no aptas para niños vienen a mi mente. Mierda.
-Vale, sin ropa interior.- acepta Fredo.- Y con pétalos de rosa.
-Que cursi, dios mío.- se lamenta Ryan.- Bueno, al grano. Te susurra: Bieber, hazme lo que quieras.
-Con voz sensual.- añade Fredo.
-¡Callaros, coño!- exclamo yo. Mi imaginación de chico de 18 años está empezando a dispararse, y no quiero ningún herido. Fredo y Ryan se rien como dos imbéciles.
-¡Oh, si Bieber!- gime Ryan, poniendo voz de tía. Hasta Kenny se ríe, y eso que va con los cascos. Yo niego con la cabeza, y ellos se ríen de nuevo. Pasan todo el trayecto hasta el hotel haciendo el gilipollas.
Yo miro el twitter de Angie, a ver si me da alguna pista de dónde vive. Leo su último tweet "@angiefarrell: @Harry_Styles, te echo de menos ya. 122 días parecen muchos días."
El tweet no lleva ubicación ni nada de nada. Me veo contratando un detective privado para que me diga dónde vive. Llegamos al hotel, y del coche que va detrás del mío, salen las bailarinas. Nicole sale detrás, cotorreando por teléfono. La miro sin mucha atención, parece muy alegre.
-¡Si tía, ya estoy en Londres! Tienes que darme tu dirección, o algo. A ver si salimos juntas algún día, y os quito a Kris y a ti esa depresión que lleváis en el cuerpo...
Me giro al oír el nombre de Kris. Entonces... ¿está hablando con Angie? El siguiente trozo de conversación que oigo, me lo confirma. "¿Y qué te dijo Harry?"
Sonrío. Nicole va a ser quién me lleve hasta Angie. Aplausos para mi inteligencia prodigiosa, por favor.

And she will be loved, chapter 37.


Angie-
Cuando me despierto, y miro a mi alrededor, me pierdo totalmente. No tengo ni idea de dónde estoy, últimamente me pasa mucho.
Mientras sigo intentando sacar a la luz mis últimos recuerdos, oigo gritos detrás de la puerta. Aún pensando que de lo único que me acuerdo es de haberme quedado grogui en el avión, me pongo una camisa de cuadros que parece ser de Harry, y unos pantalones míos que encuentro por ahí. Salgo de la habitación, encontrándome en un pasillo que me suena de menos que la habitación de la que salgo. Me quedo parada, intentando guiarme por mi oído. Me parece oír la televisión, y me guío por ella. Camino por el pasillo, hasta unas escaleras de caracol de metal, y llego a un salón. En el sofá, veo una figura con el pelo rizado que me resulta bastante familiar. A su lado, en otro sofá, hay una chica con el pelo marrón, que también me suena.
-¿Harry? ¿Kris?
Los dos se giran, y me sonríen.
-¡Buenos días, Angie!- dice Kris, dedicándome una sonrisa.
-Hola, pequeña. ¿Has dormido bien?
Yo asiento, algo confusa. Ellos miran de nuevo a la televisión.
-Una duda existencial que tengo... ¿dónde estamos?- pregunto, sintiéndome estúpida. Harry me hace una seña para que vaya con él al sofá, y camino arrastrando los pies hasta donde está él. Me siento, y le miro, repitiéndole la pregunta con la mirada. Kris y él se ríen. Yo me mosqueo un poco ¿qué es tan gracioso? ¿qué ha pasado que yo no sepa?
-¿Alguien puede contestarme?- pregunto, algo más mosqueada.
-Tienes muy mal despertar, amor. Ahora te explico.- dice Harry, y mira la televisión de nuevo. Me siento totalmente ignorada.
-Pero...
Harry me besa rápidamente, quitándome las palabras de la boca, pero no de la mente. Aún sintiéndome algo imbécil, miro a la televisión, para averiguar que es eso tan interesante que ven para pasar de mi así. Y mi asombro aumenta cuando veo que lo que mi novio y mi amiga están viendo es Bob Esponja. Mi enfado aumenta por momentos, y el capítulo acaba. Kris se levanta, se estira, y dice:
-Voy a hacerme un café.
Miro a Harry de nuevo.
-Harry Edward Styles, ¿quieres explicarme qué...?
-Ay, Angie, que poco sentido del humor tienes.- se mofa él.- Kris y yo te estábamos poniendo nerviosa a posta.
-No tiene gracia.- refunfuño, cruzándome de brazos. Él se ríe, y recibe una mirada fulminante a modo de respuesta.
-Que impaciencia... A ver, amor. Estamos en Londres. Ayer, en el viaje, te quedaste muy grogui, y sólo te medio-despertaste para salir del avión, pero no creo que te acuerdes de eso, porque te volviste a quedar dormida nada más entrar al coche. Así que condujimos hasta aquí, y has dormido hasta ahora.
-Vale, entonces, sólo me queda una duda.- digo, algo más tranquila.- ¿Dónde estamos exactamente? Este sitio no me suena...
-Es nuestra casa.- dice Harry, sonriente.- La casa de los cinco. No os la hemos enseñado antes por que estábamos de reformas. ¿Quieres que te enseñe la casa?-
Asiento, y nos levantamos. Me coge la mano, y me enseña la casa, que tiene tres pisos. El de arriba, tiene cinco habitaciones, para los cinco, y dos baños. El piso de en medio, es el a la altura de la calle, y en él está el salón, la cocina, el comedor y la salida a un jardín. En la planta de abajo, está la sala de ocio, con videoconsolas y miles de cosas más para divertirse, y la piscina. Los muy capullos tienen una piscina.
-Y ahora, tenemos que irnos, vístete.- dice él, cuando acaba de enseñarme la casa.
-¿A dónde?
-Los chicos y yo os hemos preparado una sorpresa a Kris y a ti.
Subo corriendo a la habitación de Harry, dónde están mis numerosas maletas, y saco: http://www.polyvore.com/independiente/set?id=73380165. Me visto todo lo rápido que puedo, y me recojo el pelo en un moño. Kris, Harry y yo salimos a la calle, dónde los otros nos esperan en un coche. Nos montamos rápidamente, para evitar ser vistos.
Louis conduce por Londres, y para en una calle no demasiado lejos del centro. Salimos justo en frente de un adosado de piedra. Niall sube trotando las escaleras, y mete las llaves en la cerradura. Liam y Kris entran delante, luego Harry y yo, y detrás Louis y Zayn. Es una casa preciosa, pequeña, para dos personas.
-¿Qué... qué es esto?- dice Kris, mirando a su alrededor. Yo también miro el salón, perfectamente decorado.
-¡Os hemos comprado una casa!- dice Niall, sonriente.
-¿Qué habéis hecho... qué?- digo yo, sorprendida. Ellos cinco se ríen de nuestra sorpresa.
-Os hemos comprado una casa, pues eso, para que estéis aquí mientras nosotros estamos de gira.- nos explica Zayn.- ¿Queréis ver vuestras habitaciones?
Kris y yo soltamos un gritito, y subimos unas escaleras por intuición. Llegamos a un pasillo con tres puertas: Dos habitaciones, y un baño.
-La primera puerta es la tuya.- me susurra Harry. Agarro el pomo, y lo empujo hacia abajo. La habitación es preciosa, en colores claros, con fotos, y con lucecitas. Es totalmente de mi estilo. Abrazo a Harry, y a Niall, que han entrado conmigo. Oigo un grito ahogado en la habitación de al lado, que es la de Kris. Luego veré la suya. Veo una puerta en un extremo de la habitación.

-¿Qué hay ahí detrás?- pregunto.
-Entra, y verás.- dice Niall, sonriente.
Abro la puerta, y me quedo sin palabras. Estoy ante un vestidor enorme ¡y totalmente equipado! Hay zapatos, blusas, camisetas, faldas, vestidos, gafas de sol, fulares, pantalones... Kris entra por otra puerta, y mira a su alrededor, alucinada. Se acerca a mi, y nos cogemos las manos.
-Ay tía, me voy a desmayar.- murmura ella, con los ojos como platos.
-A mi me va a dar un infarto ahora mismo.- digo yo, con un susurro.
Nos giramos hacia los chicos, que se han reunido en un hueco del vestidor. Las dos estamos emocionadas.
-Chicos... ha sido un detalle precioso. Nos encanta.- susurro yo, casi llorando. Kris asiente, y nos lanzamos encima de los cinco chicos que nos han cambiado la vida. Acabamos los siete en el suelo, riéndonos.
-Oye... ¿Vamos al London Eye?- dice Louis.- ¡Londres se ve precioso desde ahí arriba!
A todos nos parece un plan perfecto, así que vamos hasta allí. En el camino, paramos varias veces a que los chicos se hagan fotos con fans. Harry y yo vamos abrazados, y Liam nos grita:
-¡Eh, señores Styles! ¡Os retamos a una carrera!
-Por supuesto, Payne, pero vais a perder. ¿Qué nos jugamos?- le reto yo.
-La pareja que pierda... ¡Paga la cena!- dice Kris.
-¡Eso es muy poco cruel!- exclama Louis.
-Pues a mi me parece perfecto.- ríe Niall.
Kris se sube a la espalda de Liam, y yo a la de Harry. Zayn se sitúa a nuestro lado.
-¿Preparados?
-Vais a morder el polvo, matrimonio Payne.- bufa Harry, mirando al frente.
-¡Os arrepentiréis de haber aceptado el reto!- dice Kris, riendo.
-¿Listos?- grita Niall.- ¡La llegada es la entrada al London Eye!
-¡YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!- chilla Louis.
Harry sale corriendo, sacando ventaja a Kris y a Liam. Yo no puedo parar de reírme, y Harry por lo visto tampoco.
-¡Corre, corre, corre! ¡Vienen detras!- digo, riendo.
-¡Es que pesas!- resopla, casi sin poder respirar, de la risa.
-¿Me estás llamando gorda?- grito, y él sigue riéndose.
-¡VAMOS A POR VOSOTROS, HANGIE STYRRELL!- grita Kris.
-¿Cómo nos ha llamado?- chillo yo, riendo.
-¡Creo que una mezcla de Harry Styles y Angie Farrell!- ríe él.
-¡GANAREMOS, KIAM JOYNE!- grito yo.
-¡ESA MEZCLA NO PEGA, FARRELL!- dice Liam, alcanzándonos.
-¡Pues te fastidias, Lee Yum! ¡Hangie Styrrell tampoco es que sea algo genial eh!- grito yo, riendo.
Lo gracioso es que vamos corriendo entre la gente, que se gira mirándonos, y dándose cuenta de que son los chicos de One Direction, con sus novias.
A pocos metros de la entrada, Harry me deja en el suelo.
-¡Corre, llega tú a la entrada!
Obedezco, y oigo como milésimas más tarde, Liam le grita lo mismo a Kris. Entre risas, y con la respiración acelerada, corro para llegar la primera. Kris me agarra de la camiseta.
-¡Tramposa!- río, mientras sigo corriendo. Ella me adelanta, y le pago con su misma moneda. La agarro de la camiseta, e intento llegar primero. Niall, Louis y Zayn, que están en la "meta" nos animan. Y la conclusión, es que después de casi matarnos, y matar a nuestros novios, llegamos a la vez. Harry y Liam llegan segundos más tarde.
-Dado el resultado tan igualado, porque nuestras novias son las mejores.- dice Liam con solemnidad.- Declaramos que...
-¡LA CENA LA PAGÁIS VOSOTROS!- grito yo, triunfante, señalando a Niall, Louis y Zayn. Estos se quejan, pero al final, aceptan.
Nos montamos en una cabina del London Eye, que comienza a moverse lentamente.
-Ya veréis la próxima, os machacaremos.- nos amenaza Kris.
-Tienes muy mal perder, cielo.- le dice Liam. Luego intenta besarla, a lo que ella se resiste. Al instante, están besándose. Niall les bufa.
-Dejad de dar envidia, asquerosos.- Liam y Kris hacen caso omiso del irlandés, y siguen besándose, pero ella suelta una risita. Yo achucho a Niall.
-Tranquilo Nialler, tú también encontrarás a alguien.- le digo. Él me dirige una sonrisa perfecta, y le beso la mejilla. Harry carraspea.
-Eres un celoso, Styles.- le regaño, soltando a Niall.
-No, es un loco posesivo.- se burla Louis.- Te lo dijeeee, Angie.
Harry fulmina con la mirada a Louis, que se ríe, acompañado por Zayn. Harry vuelve a mirarme. Pasa un brazo por mi cintura.
-Me gusta que la gente sepa que eres mía.- me susurra con ese tono tan malditamente sugerente, y yo enrollo mis brazos en su cuello.
-Al final sí vas a ser un loco posesivo.- le susurro, mordiéndome el labio. Él esboza media sonrisa, y me besa.
-¿Vosotros también?- protesta Niall. Yo sonrío, pero sigo entregada a los labios del chico de ojos verdes.
El trayecto es largo, y la cabina para en el punto más alto. Nos hacemos una foto todos juntos. Liam la sube a su Twitter, y Harry a su Instagram.
Los chicos nos explican cada cosa que se ve, dónde está su casa, y dónde la nuestra. El Big Ben, The Houses of Parliment, St Paul's, Regent Street, Tower Bridge, The Tower of London...
Nos hacemos muchas fotos, y al cabo de una hora, volvemos a tierra. Son casi las seis, y queremos ir a merendar algo, y luego a cenar por ahí.
Nos encontramos un pequeño problema. Al haber subido las fotos a Instagram y Twitter, las directioners han ido al encuentro de One Direction, dispuestas a todo por una foto, autógrafo o lo que sea. Los chicos nos dan las llaves de su casa, y Kris y yo nos vamos, mientras ellos se quedan con las fans.
Nosotras caminamos con tranquilidad, y sin ningún tipo de prisa hacia la casa de los chicos. Kris parece pensativa.
-¿Ocurre algo?- pregunto yo, algo preocupada.
-Esta mañana, me ha venido una idea a la mente al despertarme.
-Sorpréndeme.- río yo.
-Ya que los chicos van a estar fuera cuatro meses, y ambas tenemos bastante claro que queremos hacer Periodismo, Fotografía o Moda, podríamos ir a alguna revista juvenil para trabajar durante cuatro meses. Quizás solo nos cojan como chicas del café, pero al menos nos entretendremos.-
Me tomo unos instantes para pensarlo, y decido que es muy buena idea. Charlamos durante un rato sobre las revistas que podrían cogernos, hasta que el tema inevitable surge.
-Tengo miedo, Angie...-suspira ella.- Tengo miedo de estos cuatro meses.
Yo suspiro, y miro al suelo mientras camino. A veces, pienso lo fácil que sería cansarme de ser fuerte, o parar de fingir que lo soy. A veces pienso que lo más sencillo es rendirme y dejar de luchar. En poco más de un mes, va a empezar en mi una dura y larga lucha interna. Una lucha que va a producirme dolor y nostalgia a partes iguales. Aún no sé si seré capaz de soportarlo.
-Yo también tengo miedo, Kris.- confieso.
Cada una se sumerge en sus propios sentimientos, y pensamientos. No hablamos hasta que llegamos a casa de los chicos. Nos sentamos en el enorme sofá, que tiene un ventanal en frente. Observamos Londres, inmersas en nuestros mundos. A mi se me ocurre una idea.
-Voy a hacer un té, ¿quieres uno?- pregunto.
Ella asiente, con una sonrisa débil. Yo voy a la cocina, y preparo una tetera enorme con agua ardiendo y té negro. Luego, sin hacer ruido, abro una estantería. En ella hay botellas de brandy, whisky, y ron. Cojo la de ron, y echo bastante. No quiero que mi amiga se coma más la cabeza, ni yo tampoco, y si bebemos un poquito quizás se nos pase. Pongo todo en una bandeja, con dos tazas y azucarillos.
Salgo al salón, dejo todo en la mesa, y sirvo las dos tazas.
-Me está afectando lo de salir con Liam.- suspira, acomodando la taza en sus manos.- Me estoy volviendo británica...
Yo suelto una risita, y bebo de mi taza. Está rico, a pesar de la mezcla. Kris da un sorbo y pone cara rara.
-Angie, ¿qué le has echado a esto?- pregunta.
-Un poquito de ron.- digo, inocentemente. La verdad es que ha sido más de un poquito. Ella escupe el sorbo que acababa de dar mientras yo hablaba, rociando la mesa.
-¡ANGIE! ¡Eres una alcóholica!- ríe.
-¡El ron es antidepresivo!- me defiendo yo.
-Eso es el chocolate, tonta.- comienza a reírse con más fuerza, y el té acaba por los aires, y aterrizando en el sofá. Luego, golpea sin querer la tetera al suelo, que aterriza en el suelo sin romperse, pero derramando el té por todo el suelo. Me empiezo a reír yo también, y mi té también se cae.
-Qué desastre...- digo yo, sin saber si tengo que reírme o llorar. Opto por lo primero, y nos da un ataque de risa, en el que acabamos en el suelo, con la camiseta empapada de té con ron, al igual que los pantalones.
Al final, decidimos fregar el suelo, lavar las fundas de los sofás, y de paso, nuestra ropa mojada con mi mezcla magistral. Justo en ese momento, los chicos entran en casa, pillándonos a Kris y a mi, en ropa interior en mitad del salón. Íbamos a subir a las habitaciones a ponernos algo.
Liam y Harry entran primero, y se nos quedan mirando, alucinados.
-¿Pero qué hacéis vosotras dos?- se mofa Harry. Liam se apresura en no dejar pasar a los otros tres mientras se ríe.
-¡Subid a vestiros, anda!- nos grita, mientras sigue riéndose. Se oye por detrás a Niall, Zayn y Louis reírse escandalosamente. Subimos las escaleras de caracol, y entramos a las habitaciones de nuestros novios. Me pongo una camiseta de Harry, y unos pantalones míos. En el momento en el que salgo, Kris sale también, y me mira sonriente. Ella también va con una camiseta de Liam.
-Que sincronización.- río yo.
-Y que lo digas... Anda, vamos a enfrentarnos a las preguntas de estos imbéciles.
Bajamos las escaleras, y ellos nos esperan en el salón.
-Pregunta uno, ¿por qué el salón huele a ron? ¿Qué habéis hecho, un botellón express?- pregunta Louis.
-No, es que Angie es alcohólica, y sus mezclas son raras.- se burla Kris.
-¿Tengo una novia alcohólica?- pregunta Harry, conteniendo las carcajadas - ¿Y eso... es malo?
-Depende, puedes aprovecharte de ella.- exclama Niall. Yo le miro mal, y él me lanza un beso al aire.
-Pregunta dos, ¿qué hacíais en ropa interior en mitad de nuestro salón?- pregunta Zayn.
-No es que sea un problema, eh.- dice Harry, riendo. Liam le da una colleja, lo que provoca que Kris carcajee.
Les contamos lo del té con ron, y nuestra depresión por su marcha a Londres.
-Nosotros también os echaremos de menos, pequeñas. Pero hay que admitir que es algo que hay que hacer, ¡y aún nos queda un mes!- nos consuela Louis. Luego, todos nos unimos en un abrazo colectivo.
Un rato más tarde, nos arreglamos lo justo, y salimos a cenar a Nando's, para alegría de Niall.
Esa noche, Harry y yo no perdemos el tiempo. Algo me dice, que Kris y Liam tampoco.

3.3.13

And she will be loved, chapter 36.


-Angie-
"Atención, abrochénse los cinturones, vamos a comenzar el descenso hacia San Antonio, Texas. Son las 14.00, hora local. La temperatura es de 9ºC. Esperamos que hayan tenido un vuelo agradable, y que vuelvan a volar con nosotros pronto. Feliz estancia." 
Los toquecitos de Niall en mi hombro, y la chillona voz de la azafata acaba por despertarme. Me estiro en mi asiento, con pereza, y me froto los ojos. Luego, me giro hacia mi derecha, y le doy un pico a Harry, que me susurra un "buenos días, pequeña." No le contesto, pues cuando mi cerebro vuelve a funcionar con normalidad, e intento ordenar mis pensamientos después de dormir, los nervios se apoderan de mi. Hoy veré a Justin, y le diré que no voy a quedarme en BTour con él, que me vuelvo a Londres. A saber como acabaremos. Posiblemente, yo llorando, y él suplicándome un por qué. Niall se fija en como me tiembla, las manos, y me susurra:
-Eh, Farrell, tranquilízate. Todo irá bien.
Ójala tenga razón. La verdad es que pensaba pasar el viaje pensando en qué voy a decirle a Bieber, dado que le parecerá bastante estúpido que me vaya de BTour, ya que él va a Europa a finales de Febrero. Pero tengo una razón de peso, los chicos se van de gira por Estados Unidos, cuatro meses a finales de Febrero. Quiero estar con ellos hasta que se vayan.
En unos veinte minutos, salimos del avión, y nos metemos en una furgoneta con los cristales tintados. Los chicos vienen de incógnito. La furgoneta arranca, rumbo al estadio dónde tendrá lugar la actuación de esta noche.
En el interior de la furgoneta, se respira la tensión. Todos parecen estar cansados de este rollo con Bieber.
-Me parece injusto que os preocupéis por mi, por esto.- protesto yo.
-Entiende que ahora eres parte de esta familia. Tenemos que preocuparnos por ti, Angie.- me dice Louis, sonriente.
-Además, si Bieber se pasa ¡le pegamos! Somos siete contra uno.- exclama Liam, que parece que es el que tiene los ánimos más altos.
-Liam, cielo, el perfil de chico malo no te pega nada.- le dice Kris, burlándose de él. Liam se cruza de brazos, ofendido. Pero al minuto, él y Kristen se están besando. Duran bastante poco enfadados.
Yo sigo con mi ataque de nervios crónico, y un nuevo síntoma es que me tiembla una pierna, como con un tic. Harry se da cuenta, y pone su mano en mi rodilla, cesando momentáneamente el temblor.
-Cariño, todo va a ir bien.- me susurra, y apoya sus labios en mi frente. Es como si me hubiesen dado un tranquilizante. Consigue que me relaje un poco.
La furgoneta para, y yo me mentalizo de que tengo que salir ahí, y aclarar esto, para evitar futuros problemas. Cojo aire, y abro la puerta. Bieber me espera, y nada más verme salir, corre hacia mi, y me abraza, levantándome del suelo.
Esto va a ser más difícil de lo que pensaba.

-Justin-
Entonces, veo una furgoneta entrar en el recinto. De ella, sale Angie, mi Angie. Lleva el pelo suelto, y se le alborota ligeramente con la brisa. Me encuentro con su mirada, y corro hacia ella, levantándola en volandas.
-¡Angie!- exclamo, sonriente. Veo, detrás de ella, como Harry aprieta los dientes y decido alargar el abrazo para que se muera un poquito de celos.
-Justin... ¿podemos hablar?- pregunta ella, separándose de mi. Detecto un matiz en su voz que no me gusta demasiado. Decido pasarlo por alto, pero hace que salte más de una alarma de "peligro" en mi cabeza. La arrastro hasta detrás de mi motor home, ignorando totalmente el destino de 1D y Kristen.
-¿Qué pasa, enana?- pregunto. Ella está mirando al suelo, pero levanta la cabeza al oír mi voz. Su mirada es fría, y de nuevo me temo que algo no va bien.
-No voy a quedarme en BTour.- dice, sin vacilar. Como si hubiera estado ensayando esa frase durante mucho tiempo. Como si la que hablara no fuera ella, fuera una máquina.- Me voy a Londres.-
Me tomo unos minutos para asimilar el dolor que me producen sus palabras. Siento un puñal en la espalda, atravesándome el cuerpo hasta el pecho. La miro a los ojos, dolido.
-¿Por qué?- pregunto, masticando las palabras.
-No quiero que mi relación con Harry se deteriore. Si él vuelve a Londres, y yo me quedo aquí, supondrá que en vez de estar cuatro meses separada de él, serán cinco. Además, le dará un ataque de celos, y mi corazón estará en riesgo alto de romperse.-
Quiero gritarle que lo que debe hacer es cortar con ese imbécil que va a acabar rompiéndole el corazón como hizo con Taylor Swift hace menos de un año. Recuerdo cuando Tay me llamó, llorando, para contármelo. No quiero verla sufrir a ella como sufrió una de mis mejores amigas. Yo puedo hacerla feliz, más feliz de lo que el ricitos la hará nunca.
-Angie, escúchame.- le imploro, respirando con fuerza para evitar perder los nervios.- Si ellos se van de gira cuatro meses, vuestra relación va a deteriorarse aún más. Que más dará un mes más...-
-No da igual, Justin. A mi no me importa quedarme en Londres cuatro meses esperándole. Lo que no quiero hacer es quedarme aquí este mes, hasta que ellos se vayan.- me dice ella.
-¿Y por qué, Angie? No lo entiendo, joder.- grito yo, perdiendo los estribos. Ella suspira.
-Porque si yo me quedo aquí, al final la gente acabará pensando que estamos saliendo. Y yo... yo no quiero serle infiel a Harry. No quiero que seas una tentación... así que me alejo.- dice ella, entrecortadamente.
Sonrío, con algo de ego. Así que ese es el problema, soy una tentación para ella.
-¿Eso lo sabe él?- digo, acercándome a ella. Ella retrocede como un animalillo asustado.
-No, le he dicho que es que no te mereces ni una sola oportunidad más.- dice ella, escondiendo una sonrisa.- Y es la verdad.
-Sabes que en realidad si que me darías más oportunidades, ellos te han convencido de que no me merezco más. Pero me merezco más que él, Angie.- digo, refiriéndome a Harry. Me mira con seriedad, con esos ojazos marrones, y yo paro de acercarme.
-Justin, no intentes que elija entre tú y él, porque sabes que me iría con Harry, y no quiero hacerte más daño.
-El daño ya está hecho, y sigues haciéndomelo.- susurro yo, mirando al suelo.
-Tú también me has hecho mucho daño, Justin.
-Angie, joder, ¿por qué no lo entiendes? Estoy enamorado de ti, lo he estado siempre. Y te garantizo que voy a esperarte, voy a luchar por ti hasta el último aliento.-
Ella me mira, y niega con la cabeza.
-Justin, yo... yo quiero a Harry. Es una de las pocas cosas que tengo claras en esta vida.- asegura ella, y lo dice en serio. Pero ya he pensado demasiadas veces que iba a perderla para siempre, y nunca ha sido así. Voy a permitirme el lujo de creer que voy a poder recuperarla, cueste lo que cueste.
La miro, con los ojos vidriosos por el daño que me hace escucharla decir esto.
-Y yo lo respeto. Solo te digo que yo te quiero, más de lo que él te querrá jamás.- digo yo.
-Tú no me conoces, Bieber. No nos conoces.- dice una voz. Veo como Styles sale de detrás de un motor home, y se acerca a Angie, que se aferra a él, como si se tratara de su salvación. Le miro con odio, y resoplo.
-No quiero conocerte a ti, a ella la conozco más de lo que tú te imaginas.- le bufo, y él pone a Angie detrás de él, como para protegerla. ¿De qué, de mi?
-Bieber, te guste o no, ella está conmigo. Y si es así, es porque ella lo ha elegido, yo no la he obligado.- me dice él, con seriedad. Me duele admitirlo, pero tiene razón. Si Angie está con él, es porque ella así lo ha querido. Pero no por mucho tiempo, estoy seguro.
-Eres con lo que ella ha tenido que conformarse.- le suelto, y ocurre algo que desde luego no me esperaba. Angie sale de detrás de Harry, y me suelta la bofetada más dolorosa de toda mi vida. No por el golpe en si, si no porque me vuelve a dejar claro que salga de su vida de una vez.
Pero bueno, yo soy un tío de retos. Never say never, right?

-Angie-
Después de pegarle una bofetada a Bieber, salgo como un cohete corriendo, entro en mi motor home, lleno mis maletas con mi ropa, y salgo con ellas a los diez minutos. Las meto en la furgoneta, y corro al estadio. Al menos, si me voy de BTour, quiero despedirme de Nicole.
Al entrar, la veo en pista, está hablando animadamente con las otras.
-¡Nicole!- grito. Ella se gira sonriente, y corre hacia mi. Nos abrazamos, y después, le cuento todo lo que ha pasado desde que nos vimos por última vez. Añado también, que me voy de BTour.
-¿Cómo que te vas?- pregunta ella, sorprendida.- ¡Pero si la gira europea empieza en Londres el mes que viene!-
-Ya, pero Harry y los chicos se van de gira a finales del mes que viene. Si me quedo, en vez de no verle en cuatro meses, serán cinco. No sé si lo soportaré.- suspiro yo. Ella asiente, como aprobando mi decisión.
-Pero cuando llegue a Londres, ¡tú y yo nos vamos de fiesta, y de compras!- exclama, y me abraza. Yo río, abrazándola.- Se te echará de menos, Angie.
-Me ves en un mes y medio, tonta.- sonrío.
-¡Te llamaré en cuanto aterrice!
Así, me despido de Nicole, que vuelve a los ensayos. Me despido de Ryan Good, Alyson, Scooter...
Niall, Zayn, Louis y Harry ya han acabado sus maletas, y están esperando apoyados en la furgoneta.
-¿Estás bien, Angie?- me pregunta Zayn, ante la atenta mirada de los otros tres.
-Me he quitado un peso de encima.- resoplo, y Harry suelta una carcajada.
-¡Ya te digo, después de la bofetada que le has soltado, te has debido quedar muy bien!- me dice, abrazándome, mientras los demás me miran.
-¿LE HAS PEGADO?- chilla Louis, y me arranca de los brazos de Harry. Me ahoga en un abrazo, y grita en mi oído- ¡ANGELA FARRELL, ERES MI ÍDOLA!
-¡No ahogues a mi novia!- exclama Harry, doblándose de la risa. Louis me suelta, y le mira con asco fingido.
-Antes me querías más, Styles.
-Siempre te he querido y siempre lo haré, Tommo.- dice Harry, teatralmente, cogiendo la cara de Louis entre sus manos.
-Oh, Harreh.
-Oh, Lou.
Pegan sus frentes, pero se separan al segundo, riéndose como dos críos. En ese momento, Kris y Liam salen del motor home con las maletas, que meten en el gigantesco maletero de la furgoneta. Tenemos el día libre hasta la 1 de la mañana, ya que nuestro vuelo sale a las 2 de la mañana. Por votación popular, decidimos comer en un restaurante chino. Sólo Niall y yo sabemos comer con palillos, así que promete ser un espectáculo de los buenos.
Al salir de la furgoneta para entrar en el restaurante, nos vemos acorralados por un grupo de paparazzis, que nos hacen fotos y preguntas indiscretas. Nos libramos a base de algún empujón disimulado, y sólo recibimos insultos. Entramos, y nos sientan en una mesa apartada.
-No tienen respeto por nada ni nadie.- dice Liam, frustrado. Kris le acaricia el pelo, intentando que no piense demasiado en ello.
-A mi me tocan la moral, sólo hacen preguntas indiscretas.- refunfuña Zayn.
-Ya sabíamos que esto pasaría, chicos. Es una de las desventajas de ser famosos.- dice Louis, tranquilizando a los chicos.- Ahora, vamos a disfrutar de la comida, y a olvidarnos de esos gilipollas.
Pedimos arroz, tallarines, rollitos de primavera, pato, verduras en salsa de soja, sopa de algo raro, y por supuesto, té chino para beber. Pedimos raciones dobles, llevamos sin comer nada desde el desayuno del avión. Mientras esperamos, los chicos hablan de la gira, y Kristen y yo charlamos de nuestras cosas.
La mayoría se rinden y piden tenedor cuando nos sirven el arroz, pero Niall tiene un dominio del arte de los palillos, que come el que más.
Comemos sin sobresaltos, y devoramos todo lo que nos traen. Luego, atacamos la carta de postres, pidiendo los 17 postres de la carta. Cuando nos los sirven, Kris y yo nos miramos con algo de culpabilidad.
-Esto debe engordar muchísimo.- suspira ella.
-No cabré por la puerta a este paso, verás.- suspiro yo.
-¿Sois tontas o qué? ¡Si estáis perfectas!- nos regaña Niall. Al final, nos convencen de comer postres, que se acaban en minutos.
Pagamos y salimos del restaurante. Nos metemos en la furgoneta, y decidimos ir a un parque a pasar la tarde, hasta la hora de cenar. Así que vamos hasta el parque más desierto que encontramos, y nos atrincheramos allí. Niall, Louis y Zayn juegan al fútbol con una pelota que han encontrado entre los arbustos. Yo por mi parte, me dispongo a disfrutar de los besos de Harry. Veo a Kris y a Liam abrazados en el suelo, mirando al cielo. Para ser enero, hace muy buen día, casi primaveral.
Harry extiende su abrigo en el suelo, y nos tumbamos en él. Me acaricia el pelo, y susurra la pregunta que no quiero oír:
-¿Qué harás cuando yo me vaya de gira, pequeña?-
Cierro los ojos con fuerza. Solo de pensar, que voy a pasar cuatro meses sin tenerle a mi lado, hay algo en mi interior que se rompe.
-No... ¿no hay ninguna posibilidad de que vayamos con vosotros?- pregunto, en voz baja, temiéndome la respuesta. Él se toma varios minutos hasta que me contesta.
-Paul, nuestro mánager, nos ha dicho que no es buena publicidad que vengáis con nosotras. Que esta gira hay que dedicarla totalmente a la música y a las fans.- murmura.- He tenido varias peleas con él por eso. Me dedicaría totalmente a la música si cantara con el corazón. Y mi corazón está dónde tú estás, pequeña.-
Suspiro, y me acurruco más en él.
-No quiero que te vayas, Harry.
-Angie... vamos a dejar el tema hasta que de verdad quede poco tiempo. Aún nos queda un mes y medio. No quiero que lo pases mal, ¿vale?- me dice, y sin darme tiempo a decirle que ya lo estoy pasando mal, me posa en el suelo, y se coloca encima de mi, para seguidamente acariciar mis labios con los suyos. Me da otro de sus besos, sin prisa. Un beso dulce, que hace que note una felicidad creciente en el pecho. Es como alcohol de ese que bebes cuando quieres olvidar. Aparta de mi esos pensamientos de  "¿y qué haré cuando él se vaya?". Sus besos, y su mano derecha acariciándome la cintura requieren ahora el cien por cien de mi atención. Me estremezco, y suelto una risita cuando noto su mano fría debajo de mi camiseta. Dejo que mis dedos disfruten con el tacto de sus rizos, y él sonríe.
-Te quiero ¿lo sabes?- murmura.
-Creo que algo me habías contado sobre eso.
Ríe, y se aparta de encima de mi. Miramos al cielo, que tiene algunas nubes pintadas en él. Oigo los gritos de los demás jugando al fútbol, ya que Kris y Liam también se han unido.
-¡Eh, parejita feliz, uniros al juego!- nos grita Kris, y yo suspiro.
-Mira, otros como tú, que ignoran que es la intimidad.- le digo a Harry, que se ríe conmigo. Luego, se levanta, y me ayuda a incorporarme. Corremos con todos, y nos ponemos a jugar al fútbol, como si nos disputáramos el Mundial.