31.8.13

And she will be loved, chapter 62.


-Angie-
¿Qué hago en casa de Harry Styles, con resaca y una camiseta suya puesta? ¿Por qué está él sin camiseta y tiene marcas rojas que parecer arañazos en la espalda? ¿Por qué a mi me duele todo el cuerpo?
Mierda.
Me he acostado con Harry, estando borracha. Ahora mismo solo quiero matar a alguien, preferiblemente a él, gritar y darme cabezazos contra la pared. ¿Cómo he podido ser tan estúpida y haber dejado que todo esto ocurra?
-Antes de que hagas un drama, déjame explicarte que pasó. No es lo que tu piensas.- dice él, apagando la cocina y sirviendo los huevos revueltos en dos platos.
-Ah, ¿entonces no te aprovechaste de una chica borracha?- digo, mirándolo con las cejas arqueadas.
-En realidad no.- dice él, dejando dos desayunos encima de la mesa.- ¿Te sientas?
Suelto un resoplido y me siento a regañadientes. ¿Se aprovecha de mi y encima me da órdenes? No hay quien entienda al sexo opuesto. Ni quien los aguante, ya puestos. Me siento mirándolo inquisitivamente y él toma asiento en frente de mi. Empieza a desayunar como si no hubiera pasado nada, y yo cada vez tengo más ganas de tirar la mesa por los aires.
-Harry...-le llamo, dulcemente.
-Dime.- dice él, sonriendo con su típica sonrisita de suficiencia.
-¡¿PIENSAS CONTARME QUE PASÓ ANOCHE, O TENGO QUE AMENAZARTE CON UN CUCHILLO?!- chillo, perdiendo los nervios. Por lo visto, eso debe hacerle mucha gracia, porque empieza a reírse de mi desmesurada reacción antes de contestar.
-Angie, anoche no pasó nada. No hicimos nada, salvo dormir en la misma cama.- dice, masticando una tostada.
-¿Y cómo explicas que lleve una camiseta tuya puesta?- pregunto, entrecerrando los ojos.
-Manchaste tu ropa y te cambié.
-¿La manché? ¿De qué?
-De vómito.- dice él, mirándome divertido.- Anoche te pasaste bebiendo.
-Espera... ¿me cambiaste?- pregunto, empezando a escandalizarme.- O sea, que me quitaste la ropa y me pusiste una camiseta tuya.
-Te recordaba un poquito más rápida en tus deducciones, Farrell.
-Cállate.- siseo y sigo preguntado.- ¿Y por qué... tienes marcas rojas de arañazos en la espalda?
Harry empieza a reírse con fuerza, tanto que casi se atraganta con el café.
-Me manchaste la camiseta, y al llegar a casa me la quité y te llevé en brazos hasta la habitación. Me arañaste, llevas las uñas muy largas...- dicho esto, me coge la mano y mira interesado mis uñas pintadas de rojo oscuro. Aparto la mano con rapidez, y él sonríe.- ¿Algo más?
-¿Por qué me duele todo el cuerpo?
-Te caíste de la cama.- suspira.- Me diste un susto tremendo, por la borrachera y porque pensé que te habías roto algo, no hacías más que lloriquear hasta que te quedaste dormida.
Suspiro, en el fondo su versión de los hechos es bastante realista. También puede ser que esté mintiendo, cosa que jamás podré saber ya que no guardo ningún recuerdo de anoche en esta casa. Solo me queda confiar en los principios de Harry, y en que no haría nada con una chica borracha.
-Está bien... te creo.- murmuro.- Espero no tener que arrepentirme de ello.
Harry sonríe triunfante y me sirve un poco de té en mi taza. Carraspeo y decido comer para no tener que hablar con él. ¿De qué demonios puedo hablar con mi ex?
-Y bueno...- dice él.- ¿Qué tal llevas lo del capullo de tu ex novio?
Le miro con una ceja alzada y le contesto, mordaz.
-¿Te refieres a ti, Harold?
-Yo puedo ser muy capullo, pero jamás te haría lo que el te hizo, Angie.- dice, mirándome con seriedad.
-No, tu prefieres abandonarme por un maldito ataque de celos sin pies ni cabeza.
Harry suspira mirando a la mesa, y veo como aprieta los puños.
-¿Como pudiste perdonar a Justin una y otra vez después de que te hiciera daño, hasta el punto de salir con él y a mi no puedes perdonarme el quererte tanto que tuviera miedo de perderte?- dice, de carrerilla y sin parar ni un segundo. Me quedo parada, mirándole y asumiendo lo que acaba de decirme. En el fondo, él tiene razón. Pero mi orgullo no lo admitirá ni hoy, ni nunca.
Estoy tan absorta en mi lucha con mi orgullo, que no oigo como Harry se levanta de su silla, rodea la mesa y se coloca detrás de mi. Por eso mismo, doy un respingo cuando oigo como habla en mi oído.
-Perdóname, Angie. Ha pasado ya mucho tiempo...- susurra. Su respiración en mi oído hace que me estremezca y cierre los ojos.
-Harry...- susurro.
Él está demasiado ocupado rozando sus labios en las partes exactas de mi cuello como para hacerme caso. Lo peor, es que hacía mucho tiempo que deseaba esto. Mi orgullo está dándome golpes de remo para que me aparte y me vaya, pero no puedo. Estoy clavada en mi silla, con los labios entreabiertos y con uno de mis ex novios besándome el cuello.
Esto no puede estar bien.
Pero una parte de mi, chasquea la lengua y contesta: ¿Y qué más da?
Me giro, levantándome y me lanzo directa a los labios de Harry. Él me coge de la cintura y avanzamos hasta la encimera, dónde me subo y anudo las piernas a su cadera. Sigo besándole, sin querer parar. Sus manos dejan de ocuparse de mi espalda y se meten por su camiseta que llevo puesta, acariciándome el estómago. Mi autocontrol se acaba por momentos, así que dejo escapar un suspiro y bajo mis besos por su mandíbula, poco a poco hasta su cuello. Me gano un gemido en voz baja, casi imperceptible. Pero ese mismo sonido me hace parar y darme cuenta de lo que estoy haciendo. Ya no es simplemente el hecho de liarme con mi ex novio, si no que me estoy haciendo daño a mi misma, y voy a hacérselo a él. Aún no puedo salir con nadie, porque solamente estoy ahogando como me siento por lo que me hizo Justin con Harry. Y eso no puede estar bien. Me separo, con la respiración acelerada.
-¿Qué haces?- pregunta él, juntando su frente con la mía.
-Esto no puede ser, Harry.- digo, bajándome de la encimera y yendo hacia su habitación para vestirme. Él me sigue, pero llega cuando ya estoy medianamente vestida. Mi camiseta no está en la habitación, así que tomo prestada la suya.
-¿Cómo que no puede ser?- pregunta desde el marco de la puerta. Yo me pongo los tacones y cojo mi móvil y mi cazadora. Voy hacia la puerta mientras el me sigue.- ¡No entiendo nada, Angie!
-Harry...- digo, girándome.- Nosotros... somos solo amigos. Ya hicimos esto y salió mal.
Abro la puerta, pero él me retiene, agarrándome del brazo.
-Arriésgate conmigo, Angie.- dice, casi suplicándome.- Haremos que esto funcione, yo lo haré funcionar.
Niego con la cabeza, mordiéndome los labios. Los tengo asquerosamente secos y agrietados. ¿Será por la falta de amor?
-Yo... no puedo Harry. No puedo.
Dicho esto, salgo corriendo hasta que cojo un taxi, dejando atrás al chico que más me ha querido en toda mi vida.

-Narrador-
Lis y Louis caminan tranquilamente por un parque en las afueras de Londres. No van de la mano, aunque a ambos les gustaría. No se han besado aún, aunque ambos se mueren de las ganas. No se han dicho aún lo que sienten el uno por el otro, aunque ambos han estado a punto.
-Louis, sigo sin saber que hacemos aquí. Y sigo sin entender por qué llevas una guitarra...- protesta ella.
-Estás pasando tiempo con tu mejor amigo, ¿te parece poco?- ríe él.
Lis sonríe, aunque se rompe por dentro: "Mejor amigo... claro. Solo amigos."
Louis la mira sonriendo, aunque por dentro no sonríe en absoluto: "Es lo único que seré para ella... solo amigos. Aunque no se quedará así si yo puedo cambiarlo..."
-Ven, quiero enseñarte el verdadero motivo de esta visita.- dice él, cogiéndola de la mano. Ella se sonroja levemente, ¿van de la mano, en serio? ¿Como las parejas? No puede evitar sonreír, ojalá Louis y ella fueran pareja. Ojalá pudiera besarlo cuando se le antojara, pudiera abrazarlo sin preocuparse por el típico "¿qué pensarán?"
Caminan hasta llegar debajo de un gran árbol, dónde él se sienta y  le da golpecitos al suelo para que ella se siente también. Lis obedece, mirándolo con curiosidad. Él por su parte se gira hacia la funda de su guitarra y la saca, colocándola en su regazo. 
-Soy el más mayor de One Direction, pero creo que eso ya lo sabes. Dicen que cuando te haces más mayor, eres más claro y más directo, y no tienes miedo de lo que los demás piensen. A mi eso no me ha pasado, creo que he madurado pero no en ese aspecto. Aún tengo miedo de decir algo, y tener un no por respuesta. Aún tengo miedo de muchas cosas que la mayoría superan. Por eso te he traído aquí, quiero decirte algo pero las palabras no van a ayudarme hablando... si no cantando.- mira su guitarra y luego levanta la mirada hacia ella.- Esto es para ti, Lis.
A ella se le acelera el corazón y lo mira, intrigada y muy nerviosa. Más aún cuando reconoce los primeros acordes de They Don't Know About Us en acústico. Ella recuerda la primera vez que oyó la versión en acústico, se enamoró perdidamente... Al igual que se enamoró perdidamente de él la primera vez que lo vio. 
 People say, we shouldn't be together.
Too young, to know about forever.
But I say they don't know what they talk, talk, talkin' about.
Cause this love is only getting stronger,
So I don't wanna wait any longer
I just wanna tell the world that you're mine girl.
La canción sigue, y Lis se da cuenta. Se da cuenta de lo que él intenta decirle, aunque prefiere esperar hasta que acabe la canción. Él toca las últimas notas.
-Lo que quiero decir es...- susurra él.
-¿Es?
-Que estoy enamorado de ti, Lis.
-¿De mi?- pregunta ella, con una sonrisa eterna.- Eso no es posible.
-Créeme que lo es.
-Demuéstramelo, Louis.
Él sonríe, inclinándose hasta que ella se queda debajo de él. Sigue bajando, hasta que está a milímetros de sus labios. Se miran, como solo saben mirarse dos personas enamoradas.
-Te quiero.- dicen, a la vez.
Y se besan, ¿qué esperabais?


Shawties, votad en la encuesta de la columna de la derecha. Aún no sé que novela empezaré al acabar esta, y necesito vuestra ayuda <3

26.8.13

And she will be loved, chapter 61.

 
Primero y antes de nada, lo siento por tardar tanto en subir. Estoy cambiándome de portátil e intentando acostumbrarme a Windows 8, y pasando todos los archivos... y no he tenido tiempo. ¡Disfrutad del capítulo, sweethearts! (sé que es corto, pero tenía que subir algo)

-Angie-
-¡Jones!-exclamo, rebuscando entre las estanterías del vestidor.- ¿Dónde demonios has metido la falda negra que compramos con Nicole?
-La llevé yo ayer, está en la lavadora.- responde Lis, que se asoma al vestidor. Esta planchándose el pelo en el baño. Recibo una mirada de reproche que acaba en risas para ambas por parte de Kris, al otro lado del vestidor. Sigo rebuscando cual topo entre las estanterías, y acabo decantándome por: http://www.polyvore.com/danger/set?id=76758238. Me maquillo, me cepillo el pelo y me miro al espejo. Veo a una chica a la que han roto múltiples veces, la de las sonrisas fingidas. Medito, y en realidad estoy orgullosa de mi misma, he conseguido superar superficialmente el hecho de que Justin me engañara. Digo 'superficialmente' porque mi cabeza sigue yendo por libre muchas veces. Por eso mismo, hoy voy a salir con Kris, Lis y los chicos al 'Funky Buddha', un bar/discoteca muy famoso de Londres. El alcohol y la música alta hace que mi cabeza se calle, hace que yo deje de darle vueltas a algo que no tiene solución. Bueno, al menos yo no se la veo. Justin parece que sí, porque en total tengo unas trescientas llamadas perdidas suyas... tendré que cambiarme de número.
-¡Angie! ¡Los chicos están aquí!- grita Kris, después de que se oiga un claxon.
Sonrío para mi mientras bajo las escaleras. Parece Pauly D de Jersey Shore gritando: '¡LOS TAXIS ESTÁN AQUÍIIIIIIIII!'
Salgo de casa la última, así que me toca cerrar con llave. En una furgoneta enorme me esperan Kris besando a Liam, Louis haciéndole carantoñas a Lis, Zayn riendo mientras mira el móvil, Harry mirándome de reojo y con una sonrisa que no augura nada bueno, y Niall esperándome con los brazos abiertos. Subo a la furgoneta y me siento al lado de Niall, que me besa la mejilla.
-Hola, rubito.- susurro y él me sonríe.- ¡Hola, chicos!
-Hola, Angie.- responden ellos, sonriéndome un instante y luego volviendo a lo suyo. Yo apoyo la cabeza en el hombro de Niall y me quedo así durante todo el trayecto. Todo hubiera ido bien, si no fuera porque Harry no me quita los ojos de encima. Hago que no me doy cuenta, pero cuando le miro me sonríe y hace como que le interesa muchísimo lo que se ve por la ventanilla. Pero luego sigue mirándome. Y me pone muy nerviosa.
Al cabo de bastante más rato del que me gustaría, llegamos al 'Funky Buddha' y nos enfrentamos a los flashes de los paparazzi, que no se como lo hacen, pero siempre nos encuentran. Me quedo algo atrás, y una masa de ellos se reúne en torno a mi, como insectos a la luz.
-¿Es cierto que Bieber te engañó con Barbara Palvin?
-¿Lo vuestro es relación abierta?
-¿Estás ahora con Styles?
-¡Seguro que se fue con Palvin porque lo vuestro no le satisfacía lo suficiente!
-¿Cuántas veces teníais relaciones sexuales por semana?
-¿Te has acostado ya con Harry Styles?
-¿Estás saliendo con Niall Horan?
-¡Tienes una relación secreta con Kristen Jones! ¿A que sí?
Sus preguntas no me afectan demasiado, son las típicas tonterías que sueltan los paparazzi. Pero están violando mi espacio vital, y eso empieza a agobiarme. Siento como me mareo y pierdo el equilibrio, pero unos brazos fuertes me agarran. Cuando abro los ojos, veo que estoy dentro del 'Funky Buddha', con Harry sujetándome con fuerza y mirándome con preocupación.
-¿Estás bien, Angie?
Me mira con sus ojos verdes, con una mirada penetrante. Mierda, sus ojos. Noto como se me acelera el corazón y siento que lo que tengo que hacer es huir. La proximidad con Harry no es buena.
-Eh... sí. Muy bien. Gracias...- carraspeo y miro a mi alrededor.- Voy a por... un mojito.
Salgo corriendo de allí a la máxima velocidad que me permiten mis tacones, dejándolo plantado. Cuanto más me alejo, más se calman los latidos acelerados. Llego a la barra, donde todos me preguntan si estoy bien. Yo simplemente me pido un mojito, y me voy con Lis y Kris a la pista de baile tras sonreír transmitiendo tranquilidad a todos.

[...]
La noche iría perfectamente. Hay chicos guapos, alcohol y buena música. Pero estoy tan borracha que no distingo ni al chico que está bailando en frente de mi, acercándose demasiado. Noto su mano en mi cintura, acercándome peligrosamente a él. Me importaría si no fuera por el alcohol que llevo en el cuerpo. Lo siguiente que noto son sus labios, masajeando los míos. El beso es totalmente asqueroso, pero la verdad es que no me doy cuenta. Sin saber como, estoy atrapada entre una pared oscura, un tío desconocido (al que ni siquiera veo) y con Beat It de Sean Kingston, Chris Brown y Wiz Khalifa sonando a todo volumen. Noto sus labios en mi cuello, en mi escote y en mi mandíbula. También noto sus manos, viajando por mis piernas. Y no sé resistirme, o no puedo. De mi boca solo salen palabras incoherentes y gemidos en voz baja que no estoy segura de si oye. Pero en ningún momento salen palabras de negación, para que se aparte. Solo sé que yo también estoy entregadísima a su cuello y a explorar sus abdominales con la mano.
Y de pronto, algo me coge de el antebrazo y me aparta del chico. Me lleva lejos, entre caderas moviéndose, brazos arriba y vasos con alcohol. Oigo la música un poco más lejos, y así como así, el frío de la calle me golpea. La persona, que creo que es un hombre, me mete con cuidado en un coche. Aún así, es imperioso. Cuando oigo que se mete en el coche, hablo con toda la claridad que puedo. De cualquier forma, arrastro las palabras.
-El secuestro se considera algo ilegal...
Oigo su risa, relativamente familiar y me obligo a mirarlo mejor. Solo distingo sus ojos verdes, que brillan por las luces de la calle. Arranca el motor riendo, y su risa me provoca escalofríos sorprendentemente placenteros.
-Esto no es un secuestro, Angie. Lo hago por tu bien, estabas a punto de convertirte en la presa de un pervertido borracho.
Una parte de mi se pregunta como sabe él mi nombre, pero mi boca pronuncia otra pregunta totalmente distinta.
-¿Y cómo sé... que tú no eres un pervertido borracho?
-No estoy borracho.- dice él, mientras conduce.
-¿Así que eres... un pervertido?- pregunto, con una sonrisa tonta.
-Puede.
Río a carcajadas, y en ese momento una parte de mi quiere hacer algo que no haría estando sobria, si supiera quién es él. Mordiéndome el labio inferior, coloco mi mano en su rodilla, y voy subiéndola con lentitud. Estoy borracha, pero oigo como contiene la respiración.
-Angie, para. Estás borracha.- coge mi mano, y la deja sobre mi rodilla. Yo suelto un gruñido, y me inclino hacia él, apoyándome en el reposabrazos de su asiento para mantener el poco equilibrio que tengo. Mis labios empiezan a pasearse por su cuello, mordiéndole. Dejándole marcas que tardarán unos días en irse. Jadea, y me siento orgullosa de mi trabajo.
-Angie... para. Si supieras quién soy, no harías esto.- suspira, como si negarse le costara mucho.- Joder, llevo mucho tiempo esperando esto, pero no así. Tu tienes que estar sobria, y querer de verdad.
En ese momento, me da un ataque de risa difícil de controlar, y seguidamente me quedo profundamente dormida. Supongo que es por el alcohol.
 
A la mañana siguiente.
Me despierto y lo primero que siento es un dolor de cabeza que parece aplastarme contra la cama. Bien, parece que tengo resaca. Tras unos instantes dándome ánimos, consigo abrir los ojos. Los cierro, abrasados por el sol. Tardo como diez minutos en poder volver a abrirlos, y muy poco a poco para acostumbrarme a la luz. Miro a mi alrededor esperando encontrarme mi habitación llena de fotos, pero no. Estoy entre cuatro paredes muy amplias, en un color gris claro. La habitación tiene discos de vinilo que no consigo distinguir de quién son, una guitarra colgada de una pared... Desde luego, no es mi habitación. En mi casa. Con Lis y Kris.
-¡Mierda!- gruño, en voz baja.
He pasado la noche en una casa extraña, haciendo a saber qué. Decido que la mejor forma de saberlo es mirarme, y llevo una camiseta de 'The Ramones', de chico. Bien, creo que todos sabemos qué he hecho. No tengo ni idea de dónde está mi móvil, pero estará reventado a llamadas de los chicos y de Lis y Kris. ¡Qué digo! Lo que no sé es dónde estoy yo... ¿y si he salido del país? ¿y si me han secuestrado? Tengo pocos recuerdos de anoche, solo de besarme con alguien, un coche, y que yo decía algo de secuestro. Reprimo un sollozo, y miro al techo, sin poder moverme. Ni siquiera sé que hora es.
Al cabo de unas horas (o eso me parece, aunque no pasa de cuarenta minutos) mi milagroso sistema empieza a eliminar la resaca, y empiezo a encontrarme mejor. Es algo que suele pasarme, me despierto con resaca y mi cuerpo la elimina cuando pasa un rato. Cuando pasan otras horas (o sea, unos quince minutos) consigo levantarme sin marearme y explorar la casa. En alguna parte de esta, suena Angie de los Rolling Stones, lo que me provoca una sonrisa. Me dirijo a donde sale la música, y lo siguiente que veo me deja pasmada.
Harry Styles está en frente de la cocina, con solo un pantalón de chándal puesto, por lo que distingo todos los músculos de su espalda. Nunca pensé que una espalda fuera tan sexy... ¿pero qué digo? Me cuesta procesar lo que ocurre, y aún más cuando él se gira percatándose de mi presencia y canta sonriente:
-Angie, I still love you baby.

25.8.13

Podéis matarme si queréis.

Holiiii, queridas lectoras.
Sí, el título es cierto, podéis matarme un día de estos... ¡SIENTO MUCHO TARDAR TANTO EN SUBIR CAPÍTULO! Tengo muchísimo lío estas semanas, y no he tenido tiempo. Y como dice Lali, estoy en 'crisis de inspiración'
Esta misma tarde tendréis capítulo, promise.


19.8.13

And she will be loved, chapter 60.


-Angie-
Observo disimuladamente mi mesa compartida en el restaurante favorito de Niall, Nando’s, mientras intento que mi estómago acepte las suculentas alitas de pollo que tengo delante. Kris, Lis y Niall escuchan atentamente a Zayn, que les está contando una anécdota de Sam cuando era pequeña. Creo que la madre de ésta se la contó a Zayn. Todos parecen interesados en la historia, pero como yo no me he enterado del principio, ahora ya no puedo seguir el hilo. Cuando Zayn finaliza, los tres estallan en carcajadas. Las de Niall retumban por las paredes del local, haciendo que algunos presentes nos miran sonriendo.
-¿Y tú, Angie?- pregunta Kris, dándome un codazo.
-¿Yo, qué?- pregunto, algo confusa.
-¿Tienes alguna anécdota de cuando eras pequeña?- dice Lis, echándome un cable. Yo rebusco en los diversos cajones de mi mente que componen mis recuerdos, hasta dar con una anécdota que contar. Los demás me miran, a la espera de que diga algo. 
-Pues bueno, tengo una… no es nada del otro mundo…- comienzo, algo cortada.
-¡Cuéntala!- exclama Niall, animándome.
La historia se sitúa en Nueva York, cuando yo no tenía más de dos años y medio. Estaba con mi madre porque ella tenía un viaje de negocios, y me llevó con ella a un centro comercial de lujo porque necesitaba un traje de última hora. Por ese entonces, yo era una niña muy curiosa, y estuve dando vueltas por la tienda mientras mi madre y la mujer que la atendía charlaban sobre tejidos, trajes, conferencias, y distintas cosas que a mi no me interesaban. Al cabo de una hora y ya aburrida, me fui de la tienda rumbo a un sitio más interesante. Mi madre se dio cuenta de mi ausencia quince minutos más tarde, y salió corriendo a buscarme. Buscó por toda la planta de arriba, entro en todas las tiendas y cuando ya se dirigía al puesto de seguridad para informar de mi “desaparición”, me encontró en el puesto de helados. Me había ganado al hombre que estaba allí, y éste me había dado un helado. Tras una regañina cargada de alivio, volví con mi madre a la tienda de trajes.
Ellos sueltan alguna risita al acabar la historia, y Niall interviene, indignado.
-¿Así que no tuviste que pagar el helado?
-¡Niall!- protesta Lis.- ¡Siempre pensando en lo mismo!
-No me acuerdo, Nialler.- río yo, mordisqueando otra alita de pollo. Niall gruñe algo como que a él nunca le dieron helados gratis cuando era pequeño, mientas los demás nos reímos por lo bajo de él.
-Veo que has recuperado el apetito.- susurra Kris, que está a mi lado. Yo levanto la mirada de mi caja de alitas de pollo, dándome cuenta que en realidad ya está vacía.
-Parece que sí…- sonrío. Y por una cosa tan tonta como anécdotas de cuando éramos pequeños, recupero por un rato la sonrisa. Charlamos de cosas sin importancia, hasta que mi tono de llamada nos interrumpe. Kris saca mi móvil de su pequeña mochila, ya que hoy no me he cogido bolso. Mira la pantalla para cotillear quien es, y su típica sonrisa desaparece por completo, dejando paso a una palidez que se le extiende por la cara. Le arrebato el móvil de las manos, y veo el nombre que marca mi pantalla.
Justin.
Contengo el aliento, y todos los de la mesa me miran. Deslizo el dedo por la pantalla. Descolgar.
-¿Sí?- hago lo posible para que no me tiemble la voz. Pero me tiembla todo el cuerpo.
-Angie.- suelta mi nombre como un suspiro de alivio. Su voz sigue provocándome escalofríos, pero esta vez es de miedo. Miedo al dolor, a sufrir.
-¿Qué?- pregunto, con toda la sequedad posible.
-Déjame… explicarme.
En ese momento, alguien me arrebata el móvil. Zayn pulsa el botón de altavoz, y se aclara la garganta. Suena más frío que nunca. 
-Bieber, voy a dejarte una cosa clara.- dice, saboreando las palabras.
-Malik, devuélvele el teléfono a Angie. Quiero hablar con ella…- murmura Justin.
-Angie te está escuchando, está el altavoz puesto.- le corta el aludido. Me mira fijamente, y formula la pregunta.- ¿Quieres hablar con él, Angie?
Trago saliva, mientras todo lo que puedo decirle se amontona en mi cabeza. Pero mi conciencia, salvándome de cualquier obstáculo, me recuerda que Justin perdió el privilegio de la quincuagésima oportunidad cuando decidió elegir a Bárbara Palvin en vez de a mi. En ese momento en el que decidió pisotear mi corazón como si yo no fuera a sentir nada. En el momento en el que se decidió arruinar todo. 
-No quiero hablar con él.- digo, todo lo alto y claro que puedo. Quiero que lo oiga, quiero que se sienta culpable.
-¿Lo has oído, Bieber?- dice Zayn.- No la llames más, ¿vale?
Luego, cuelga y me pasa el iPhone.
-¿Más? ¿Qué has querido decir con eso de no la llames más?- pregunto.
-Lleva llamando a todos nuestros teléfonos todos los días. Es la primera vez que se ha atrevido a llamar al tuyo.- dice Kris, que me acaricia el pelo. 
Nos quedamos unos instantes callados, hasta que nos levantamos y nos vamos de Nando’s tras pagar. Zayn nos cuenta que tiene planeado llevarnos a un sitio que nos va a encantar. En el coche, el trayecto hasta las afueras de Londres es largo y doloroso. Bueno, al menos eso pensaba yo. Pasamos las afueras, y cogemos dirección sur. Acabo quedándome dormida en el hombro de Lis, ya que las noches sin dormir me pasan factura. 

[…]
Entramos en un lugar decorado con bastante gusto, y con algo de arte vanguardista. La chica que hay en el mostrador, con un moño perfectamente hecho y las gafas en la punta de la nariz se sonroja al ver a Zayn.
-Oh, señor Malik. Un placer volver a tenerlo por aquí.
-Hola, Sophie.- sonríe Zayn, apoyándose el mostrador.- Hoy he venido con unos amigos, y queremos un circuito completo. 
-Bien, el único inconveniente que se les puede presentar es que los circuitos se hacen separados por sexos. No pueden ir todos juntos.- señala Sophie, dejando encima del mostrador cinco montones, con una toalla y un albornoz.
-Bien, no hay ningún problema.- dice Zayn.- Necesitamos bañadores también, Sophie.
-Por supuesto, ¿usará su compañero la misma que usted?
-Sí, eso parece.- dice Zayn, echándole un vistazo a Niall, que suelta una risita.
Sophie asiente y deja encima de dos montones dos bañadores de hombre en negro.
-Necesito sus tallas de ropa interior, señoritas.- dice Sophie. Nosotras nos acercamos y les damos las tallas. A los tres montones restantes se añaden unos bañadores de mujer en negro. 
-¿Puedes explicarles un poco a mis compañeros en qué consiste el circuito, Sophie?- dice Zayn, esbozando una sonrisa que pondría nerviosa a cualquiera. Ella asiente, y saca una especie de mapa que nos expone en la mesa.
-Lo primero, bienvenidos a Zen Spa. La filosofía de este centro es dejar todo lo malo por así decirlo en las dos primeras partes del circuito.- señala con un rotulador rosa cuatro círculos a lo largo de los dos recorridos (uno de hombres y otro de mujeres)- En la primera parte, y tras cambiarse los zapatos simplemente, entraran en las salas ‘No Stress, Shout.’ Son salas insonorizadas.
-¿Y que hacemos en ellas?- pregunto yo.
-Griten.- dice Sophie, divertida.
-¿Qué… gritemos?- pregunta Kris, algo asombrada. 
-Exactamente, señorita. Las salas ‘No Stress, Shout’ sirven para desahogarse antes de empezar los circuitos de relajación. Tienen un tiempo máximo de treinta minutos para gritar todo lo que quieran, sin molestar a nadie. Ya que son un grupo pequeño, pueden compartir sala o ir en salas individuales.
-Yo prefiero compartir…. ¿Niall?- pregunta Zayn.
-Compartimos. Chicas, ¿y vosotras?
-¿Qué decís?- pregunto yo.
-Compartimos.- zanja Kris, y devuelve su atención a Sophie. 
-Tras la primera parte, deben cambiarse en un segundo vestuario a su albornoz y traje de baño. La segunda parte consiste en un masaje a elegir a la carta, con duración de una hora. Un experto les aconsejará según sus gustos. Las siguientes partes- dice, señalando los demás círculos que componen ambos circuitos.- consisten en un circuito de spa, con aromaterapia, duchas, jacuzzi, baños fríos y calientes… Deberán seguir el itinerario que un experto les dará al acabar la segunda parte. ¿Alguna pregunta?-
Todos negamos con la cabeza, algo asombrados.
-Bien, pues deben despedirse ahora ya que no van a verse ustedes en unas tres horas.- dice, mirándonos.- Luego, las mujeres es el ascensor de la derecha y los hombres, el de la izquierda. Disfruten.-
Sophie desaparece tras una puerta, y nosotros nos miramos.
-Que bien guardado te tenías esto, Zaynie.- dice Kris.
-Espero que os guste… a todos nos hace algo de falta un poco de relax.- dice Zayn.
-¡Nos vemos en tres horas!- exclama Niall, arrastrando a Zayn hacia su ascensor. Nosotras sacudimos la mano, y vamos hacia nuestro ascensor. Entramos y pulsamos el botón de subir, el único de todo el aparato.
-Estoy casi nerviosa, chicas.- confieso, con una sonrisa pequeña.- Creo que solo he estado en un spa una vez en mi vida.
-Yo tengo muchísimas ganas del rollo ese de ‘No Stress, Shout.’- dice Kris, tirando de nosotras.- Así que… ¡vamos!
Una chica que parece algo mayor que nosotras nos da unas chancletas de nuestra talla en un mostrador al lado de una puerta negra en la que pone ‘NSS’ Nos indica dónde dejar los zapatos, y luego nos hace seguirla por la puerta negra, que conduce a un pasillo también oscuro con una luz de color verde que casi te hace relajarte al instante. Tras otra puerta, hay otro pasillo con más luz con varias puertas numeradas.
-Bien, su sala NSS es la número cinco. Pueden estar allí hasta las cuatro, en caso de acabar antes, solamente salgan y pulsen este botón.- dice, señalando un timbre rojo en la puerta.- Disfruten.
Se da la vuelta y anda hasta desaparecer por la puerta.
-Nunca toques el botón rojo, dicen.- ríe Kris.
La siguiente media hora es increíble. Las tres acabamos llorando, gritando como si estuviéramos en un psiquiátrico y dejándonos la voz en la habitación cinco de la zona ‘No Stress, Shout.’ Yo grito sobre todo. Grito sobre Harry, sobre Justin. Sobre mi padre, sobre mi madre y Usher. Sobre la  madre de Hayley. Sobre los ‘siempres’ que jamás parecen cumplirse. Sobre mi suerte, sobre el amor. Grito hasta que me duele la garganta y me caigo al suelo entre lágrimas. Lis grita sobre la frustración que le produce que sus padres no acepten su amor por la carrera que va a empezar, sobre dejar Los Ángeles, y sobre Louis. Kris, por su parte, se deja su bonita voz en maldecir a su padre, en proclamar lo mucho que quiere a Liam y desahogarse sobre toda la tensión acumulada a lo largo de los meses. A las cuatro, una voz en off nos avisa de que debemos abandonar la sala. La misma chica de antes nos espera en la puerta.
-¿Qué tal la experiencia?
-Estoy… que no sé como estoy.- digo yo, eufórica.- Parece que me he librado de todo ahí dentro. -
Ella suelta una risita, y nos ofrece un vaso con un mejunje que resulta ser para evitar que nuestra garganta sufra tras el ‘esfuerzo’. Nos deja en la segunda zona, y tras cambiarnos cada una se va con un masajista. El mío resulta ser un chico de mi edad, ya casado y que parece tener algún rollo budista. Transmite paz, y me hace decantarme por un masaje balinés. Me lleva a una camilla de masaje, y durante la siguiente hora se dedica a relajarme los músculos con unas manos hábiles, con olor a aceite de masaje de flores tropicales y con una música muy relajante de fondo. Cuando parece que me voy a quedar dormida, anuncia.
-Ya está, Angela. Ha sido un placer, pero tienes que pasar a la siguiente parte.- dice, y tras una leve inclinación me deja a solas para que me ponga el albornoz y salga. Me encuentro a Kris y a Lis comentando sus masajes.
-Estoy flotando…- murmura Lis, que parece haberse fumado algo.- Ni me acuerdo del nombre de mi masaje…
-El mío ha sido tailandés, y se ha dedicado a pisotearme la espalda con un pie.- dice Kris.- Pero joder, no sé como lo ha hecho, que estoy relajadísima. 
Otra persona nos guía hasta la siguiente parte, dándonos un itinerario. Nos queda una hora y media aún, así que vamos con calma.
-Aquí dice que nos toca aromaterapia.- dice Kris.- Y creo que es por ahí.
-¿Quizás porque ahí pone en letras bastante claras ‘Aromaterapia’?- digo, burlona.
-Cállate, Farrell.
La aromaterapia resulta ser una salita de azulejos con tres duchas. Parece hecho para nosotros. Una pantallita con teclas nos hace elegir entre ‘Selva Tropical’, ‘Aires Nórdicos’, ‘Nómada del desierto’, o ‘Mediterráneo’.
-¿Cuál cogemos?- pregunto yo, mirando la pantallita. 
-¡Aires Nórdicos!- exclama Lis.
-¡Lis…. No!
Demasiado tarde. Pulsa, y después de que ella se coloque debajo de su ducha, nos vemos recompensadas con un chorro de agua fría con bastante fuerza en la espalda.
-¡LIS, TE MATO!- chillo, tras pegar un bote.
-¡El frío es bueno!- exclama ella de vuelta.
-¡Os… mato… a las dos!- dice Kris, ya tiritando.
Al final ‘Aires Nórdicos’ resulta ser una muy mala elección y conseguimos pararlo a mitad para poner ‘Selva Tropical’. Agua caliente, humedad, y olor a flores. Salimos de las duchas más relajadas que antes. Seguimos con una piscina al aire libre, varios tipos de sauna, piscinas y para acabar, hidromasaje. 
Tres horas después de despedirnos de Niall y Zayn, volvemos a recepción suspirando y con ganas de repetir. Pero sobre todo, estamos relajadas. No recuerdo haber estado así nunca. 
Cuando Zayn aparece por una esquina, me lanzo sobre él y le doy un abrazo.
-Muchísimas gracias, Zayn. Ha sido un… regalo genial.
-Para eso están los amigos, tonta. Anda, volvamos a casa.
Y así, acabo un día con cuatro personas importantes para mi, que de alguna forma me han ayudado a relajarme y a darme cuenta (aunque sea pasando por un spa) de que lo malo pasará, solo hay que ser paciente. Algo hoy me ha dado fuerzas para seguir, y no hundirme por culpa de un tío a quien no le importo.

Holiiiiii, preciosas. Sé que no es mi mejor capítulo (más bien es el peor, me ha quedado bastante raro) pero os prometo que se volverá a hacer interesante la novela en los siguientes capítulos. Necesitaba un capítulo en donde no aparecieran ni Justin ni Harry ahí dando la brasa, que no saben hacer otra cosa tsssssssssssssssssssssss. JAJAJAJAJJAJAJAJAA, bueno, espero que no hayáis odiado mucho el capi. Por cierto, ¡NO QUEDA NADA PARA THIS IS US! DKJSDJADLJADJAÑLJDÑLADJSÑLASJDÑL, y lo mejor ¿sabéis con quién voy a verla? Con Lis y Kris (que para quién no quedara claro, son dos personas reales, Laura e Isa.) 
Muchísimas gracias por seguir aquí, leyendo.
¡Os quiero, sweethearts! xx
P.D: Así como dato, he añadido una encuesta (sí, otra más), de la mejor pareja. ¿Y a qué esperáis para votar? <3

11.8.13

And she will be loved, chapter 59 (segunda parte)

-Angie-
Salgo del baño con unos pitillos elásticos, una sudadera y un par de mis amadas Vans. Llevo el pelo recogido en una trenza, para que no me moleste durante el vuelo. Observo a Niall, trajeado y jugado al 'Angry Birds' en su iPhone.
-¿Vas a ir así en el avión?- pregunto, con voz débil.
-No tengo otra cosa que ponerme, mi hotel está en la otra punta de Manhattan... y no soy como otras, que se han traído tres armarios.- dice, sacándome la lengua. Por mi parte, me giro y cierro mis dos maletas tras comprobar que he metido todo. Ni siquiera me apetece sonreír, aunque en circunstancias normales le hubiera pegado el el hombro o en el pecho y luego he hubiera dado un abrazo. Supongo que los recientes acontecimientos que envuelven a mi novio y a Barbara Palvin me han quitado cualquier posibilidad de sonreír como si no pasara nada. Me dirijo al armario de Justin, y saco unos vaqueros oscuros, una sudadera e una marca que no acierto a ver y unas Supras.
-¿Voy a robarle ropa a Justin Bieber?- dice, quitándose la americana.- Esto mola...
Esbozo una sonrisa que me esfuerzo por borrar cuando noto que es más una mueca. Creo que se me ha olvidado como se sonríe. Él acaba de vestirse mientras yo miro la pared como si fuera a darme la solución a todo esto, y luego Niall me ofrece la mano.
-Nuestro vuelo a Heathrow sale en dos horas y media.- me informa, y antes de salir por la puerta me para.- ¿Quieres dejarle una nota o algo a él?
Niego con la cabeza y me dispongo a llamar al ascensor. Oigo la puerta cerrarse, y murmuro:
-Prefiero que no tenga nada mío...
En el ascensor, hago lo posible por distraerme con la música que suena de fondo, pero no puedo. Ni siquiera Niall apretándome la mano me sirve de algo. En este ascensor subí besándome con Justin hace menos de veinticuatro horas. Malditos ascensores. Suelto un suspiro que amenaza con pasar a las lágrimas y Niall me abraza con fuerza. 
-Angie, sé que es difícil, pero tienes que olvidarlo. Aléjalo, entierra todo lo que ha pasado esta noche.- dice, mientras yo me hago pequeñita en su pecho.
-Lo intento, Nialler. Pero es tan difícil...- digo, en voz muy baja. No estoy segura de si me ha oído hasta que me da un beso en la cabeza y me sigue abrazando. La tranquilidad que siempre me transmitía Niall no aparece por ninguna parte, no se lleva lo traicionada y rota que me siento.
Esa noche, o madrugada, cuando despegamos del aeropuerto JFK, y veo alejarse los edificios de Nueva York, siento que una parte importante de mi se ha quedado perdida entre las calles perfectamente cuadriculadas y los edificios eternamente altos. 

Londres, cinco días más tarde.
-¡Buenos días, preciosidades!- exclaman dos voces masculinas. Las reconozco al instante, son Niall y Zayn desde la puerta de entrada. Yo sigo ahogando la mirada y las penas en la taza de café probablemente ya frío que está delante de mi. Lis y Kris se levantan del sofá dónde están viendo un capítulo viejo de Glee y van a saludarlos. Oigo las risas de Lis cuando Niall dice algo gracioso que en su momento me hubiera hecho reír a mi también. Mi conciencia resopla y me lanza una mirada llena de reproche. "Angie, es tu mejor amigo. Te sacó de Nueva York, al menos sonríele. Está preocupado por ti..." Levanto la mirada justo cuando los ojos azules de mi mejor amigo se posan en mi. Avanza, dejando atrás a Kris, Lis y Zayn, y se sienta en la silla en frente de mi.
-Hola, cielo.- dice, acariciándome las manos por encima de la mesa. Me dirige su sonrisa de duendecillo, lo que provoca que yo sonría también, aunque mi sonrisa transmite mucha menos alegría (por no decir ninguna) y dura menos. 
-Hola, Nialler.- suspiro, cogiendo la taza de café y dándole un sorbo. Me reprimo para no hacer una mueca, acabo de descubrir que odio el café frío por las mañanas. 
-¿Qué tal estás?- pregunta, con cautela. Yo levanto la mirada de las tostadas con mermelada que Kris me ha preparado y que no he tocado.
-No lo sé. A veces me parece que estoy bien, pero al segundo tengo ganas de echarme a llorar y no parar nunca...- digo, bajito. Estoy harta de estar así de deprimida, pero poco puedo hacer.
Niall se levanta, empujando con fuerza la silla hacia atrás. Ésta se desequilibra cayendo al suelo y haciendo bastante más ruido del que me gustaría. Lo miro, con algo de miedo cuando rodea la mesa de la cocina y gira mi silla haciendo que lo mire.
-Se acabó.- sentencia, con expresión dura.
-¿El qué?- pregunto, cuestionándome el hecho de que mi mejor amigo tenga algún problema de cambios de humor bruscos. 
-El que estés así por que un tío que no merece ni una lágrima tuya lleve ya varios litros en su cuenta.- dice, tirando de mi hasta levantarme de la silla. Me lleva a regañadientes hasta el pie de las escaleras y luego me mira.
-Niall...- protesto.
-Ni Niall ni nada. Te quiero vestida para un día conmigo, tu prima, Kris y Zayn en media hora. Si no, subiré a buscarte y te sacaré a la calle estés como estés.- dice, sonriéndome con malicia.
-Eres malo conmigo.- rumio, mientras subo las escaleras con lentitud.
-Lo hago por tu bien, Angie.- dice, mirando su reloj.- Y ya te quedan solo veintinueve minutos.
Me apresuro a subir las escaleras, darme una ducha, vestirme (http://www.polyvore.com/time_our_lives/set?id=85984894) y peinarme. Bajo las escaleras justo cuando NIall grita con voz alegre:
-¡Te queda un minuto, Farrell?- luego, me ve aparecer y sonríe.- Oh bien, ya estás aquí. Zayn ¿vamos en tu coche o cogemos un taxi?
-Vamos en mi coche.- responde el aludido, abriendo la puerta de entrada.
Salgo de casa muy bien acompañada, con la sensación de que una parte de 'Angie deprimida' se queda en casa. Solo espero que al volver no siga ahí.

Holiiii, preciosidades. Bueno, aquí os dejo lo que quedaba del 59. Muchísimas gracias por las visitas, y los seguidores, no sabéis la ilu que me hace jsdbfljsfgljgsfja. ¡Muchísimas gracias por leer! <3

1.8.13

And she will be loved, chapter 59 (primera parte)


-Angie-
Y ahí estoy yo, en la afterparty de los VMA's en Nueva York, como una más. He hablado con Demi, y le he dicho que la admiro muchísimo, además de recordarle una vez más que es preciosa. Llevo unas cinco canciones bailadas con Miley, que es como el alma de la fiesta. No hace más que hacer el tonto y bailar. He de reconocer que su nuevo pelo le queda increíblemente bien. Kris y yo hablamos con Macklemore, que resulta ser un tío muy normalito (a pesar de que en sus vídeos parece que está más bien loco) Nos escaqueamos un rato a llamar a Aria y más tarde a Lis, poniéndola celosa de broma diciéndole que Louis se ha ligado a Cher Lloyd. Luego, por supuesto le decimos que es broma. 
Hace un buen rato que no veo a Justin por ninguna parte. Lo perdí de vista hace unos diez minutos, y la verdad es que me estoy empezando a preocupar. Iba un poco borracho, y no quiero que haga ninguna estupidez. A pesar de nuestra discusión de hoy y todo el rollo, sigue siendo mi novio.
Cuando acaba la canción que está sonando (Can't Hold Us del mismísimo Macklemore y de Ryan Lewis) le sacudo el brazo a Kris, cortándole un poco el rollo con Liam. Va a ponerme mala cara, pero en cuanto ve mi cara de preocupación, cierra la boca y me mira, también con preocupación.
-Kris, ¿has visto a Justin?- pregunto, intentando que no se me note que estoy muriéndome de inseguridad.
-No, hace rato que no lo veo...- dice ella, y se gira hacia Liam mientras me frota el brazo.- Lee, ¿has visto a Jus... Bieber?
-No, ¿por qué?- pregunta, mirándome con seriedad.- ¿Está todo bien, Angie?
-Sí... sí.- afirmo, no muy segura.- Es sólo que había bebido y me da miedo que haya hecho alguna estupidez como las que suele hacer.- "como tirarse de un tejado" quiero añadir, acordándome de mi conversación con Bruce, su abuelo. 
-Creo que la última vez que lo vi estaba hablando con Cody.- interrumpe Sam, justo hacia mi. Mira a Kris con una mueca que no consigo interpretar, pero que ella le contesta murmurando un "estará todo bien, verás." Me dirijo hacia la barra, donde están Cody Simpson y Carly Rae Jepsen, riéndose y bebido de algo azul. Que miedo.
-¡Cody!- exclamo, para que me oiga por encima de los Jonas Brothers entonando Pom Poms. Él se gira, sonriendo y me une en un abrazo en el que acabo aplastada entre Carly y él. Los dos se ríen con ganas, mientras yo lo que consigo es agobiarme un poquito más de lo que ya estoy. Cosa bastante improbable, considerando que tengo ganas de darme cabezazos contra una pared.
-¡Hola, Angie! ¿Cómo va la noche?- chilla Carly, para hacerse oír. 
-Muy... muy bien.- contesto, insegura y por cortesía.- ¿Habéis visto a Justin?
-¿Justin? ¿Justin Bieber?- pregunta Cody, dándole un trago largo a su cóctel. Yo suelto un resoplido. Cuando Cody bebe, va bastante más lento en darle al coco que el resto de la población.
-Si, Cody. Justin Bieber, su novio.- interviene Carly, intentando agilizar el proceso. 
-¡Ah, sí! Sí, lo vi irse al baño hace un rato. ¿Ves esas escaleras?- dice, señalando unas escaleras metálicas pegadas a la pared.- Por ahí, creo que se fue por ahí.
-Muchas gracias, chicos.- digo, sonriendo demasiado con demasiadas pocas ganas para mi gusto.- Luego os veo. Salgo corriendo, y a diferencia de Kris, yo no sé correr con tacones. Intento no matarme al llegar a las escaleras, porque una bebida derramada hace que casi me caiga al suelo. Subo las escaleras todo lo rápido que puedo, intentando que no se me vea nada comprometido. Llego a un pasillo blanco, con unas puertas negras con dos indicaciones: 'HOMBRES' y 'MUJERES' en letras curvadas. Dudo un poco antes de entrar en el baño de hombres, pero me armo de valor y empujo la puerta.

Ojalá no lo hubiera hecho. Ojalá simplemente me hubiera quedado abajo, bailando con Kris, Liam y Sam. Ignorando a Harry a pesar de querer hablar con él. O incluso hablando con Cody y Carly. 
La imagen me golpea, haciendo que los pulmones se me vacíen y rechacen toda influencia de aire en ellos.
Nada encaja en ese momento.

Justin, mi novio, el chico que ha luchado tanto por mi, el que me llevó a casa de sus padres hace menos de dos semanas. El que todos decían (o al menos eso creía yo) que estaba enamorado de mi, el chico de los ojos dorados y la sonrisa que iluminaría toda la ciudad. Ese mismo, está enfrente de la encimera dónde están los lavabos. Por el reflejo, veo que lleva la camisa desabrochada y marcas de pintalabios rosas por todo el cuello. En frente de él, con las piernas anudadas alrededor de su cadera, y el vestido desabrochado dejando ver la lencería que lleva, nada más y nada menos que Bárbara Palvin. Bárbara Palvin, modelo de Victoria's Secret. Le está besando, se están besando. Las manos de él le acarician los muslos, perfectamente musculados y sin un ápice de grasa, mientras ella le desordena el pelo. 
Suelto todo el aire que parece quemarme los pulmones, y articulo un murmullo, una palabra que se rompe al final dando paso al llanto.
-¿Justin...?
Los dos se separan, y se dan cuenta de mi presencia en el lugar. Ella frunce sus cejas perfectamente depiladas, y enreda los brazos al cuello de Justin, mirándome desde detrás de él.
-Cariño, ¿quién es ella?- pregunta, rozándole la oreja con los labios. Los lleva de un color rosa Barbie casi repelente. Justin me mira de arriba a abajo, mientras yo sigo rompiéndome e intentando que no me fallen las rodillas.
-Es la primera vez que la veo.- dice él, frío y certero como el hielo. Eso hace que mi corazón se parta un poco más, y salga rodando hasta debajo de la encimera dónde se apoya ella. Bárbara hace una mueca y me mira por encima del hombro de mi... novio. 
-Bonita, él te firmará un autógrafo luego. ¿No ves que nos estás interrumpiendo?
Mi cerebro se pone en marcha, procesando y pensando con tanta fuerza que temo que vaya a explotar de un momento a otro. La que exploto soy yo, en gritos y lágrimas. Ya tardaba.
-¿Autógrafo?- chillo, queriendo arrancarle a ella el pelo (perfectamente peinado, por supuesto) -¡Soy su novia!
Barbara suelta una risita, y le besa el lóbulo de la oreja a Justin, que mira a un punto fijo en la encimera, evitándome por completo. No entiendo nada.
-Por lo visto ya no...- dice ella, con toda la crueldad que sé que es capaz de reunir. 
-¡Justin!- exclamo, en un último grito de auxilio. Pidiéndole que vuelva, que se haga cargo de la situación. Que se dé cuenta de que me está rompiendo de tal forma que dudo que pueda volver a sentir algo. Él resopla y me mira, entrecerrando los ojos.
-¿No has oído a Bárbara? Sal de aquí. Nos estás interrumpiendo.
Me siento humillada, engañada y totalmente rota. Me doy la vuelta como puedo, y salgo corriendo del baño, mientras oigo a mis espaldas las risitas de Bárbara. Me derrumbo en mitad del pasillo. Las rodillas me fallan y me caigo al suelo, entre lágrimas. Casi puedo sentir dolor físico, noto como se rompe cada milímetro de mi relación con Justin. Pienso en todos estos meses con Justin. ¿Cuánto hace que se ve con ella? ¿Ha sido todo una mentira desde el principio? ¿Por qué ha fingido no conocerme? En medio de todas esas preguntas sin respuesta, alguien aparece al principio del pasillo, y corre hacia mi. 
-¿Angie?
Levanto la vista, borrosa por las lágrimas. Por los rasgos, creo distinguir a Zayn. Pero no estoy segura, hoy no puedo estar segura de nada. No puedo ni hablar, sigo llorando sin ningún consuelo. Él me coge con delicadeza y me pone de pie a pesar de que lo que más me apetece ahora es quedarme en el suelo. Para siempre. 
-Angie, ¿qué pasa?- dice, abrazándome.- Dime algo, por favor.
-Baño... de hombres.- murmuro, entre lágrimas. Zayn me deja apoyada en la pared para evitar que me vuelva a caer. Mira la puerta del baño de hombres, y se adentra en él con un empujón a la puerta en sí. Yo sigo ahogándome entre símbolos de interrogación y lágrimas. Intento limpiarme las lágrimas, pero lo único que consigo es llenarme las manos de rímel negro, frustración y lágrimas. Más lágrimas, muchas lágrimas por todas partes. Entretanto, llega Niall que corre hacia mi en el momento justo en que me dispongo a volver a tirarme al suelo.
-¡Angie!- exclama, anclándome a sus brazos.- ¿Qué pasa, cielo?
Sigo sin poder articular palabra, así que me limito a negar con la cabeza, hundiéndola en el cuello de mi mejor amigo. Él me abraza, intentando calmarme. Zayn sale del baño con la mandíbula en tensión y habla al oído de Niall, que me aprieta más a él al oírlo.
-Saquémosla de aquí, Niall.- dice Zayn.
-Vámonos, Angie. Dame la mano y salgamos de aquí.- dice, Niall, tirando de mi. Zayn se adelanta, supongo que para contárselo a los demás. No puedo detenerlo, me limito a apoyarme en Niall y en intentar frenar mis llantos sin ningún éxito por supuesto. Me tropiezo varias veces antes de llegar a las escaleras, así que Niall me para.
-Quítate los zapatos, cielo. Voy a llevarte al hotel y luego iremos donde quieras. A Londres, a Los Ángeles... o a Mullingar si quieres.- me dice, y yo asiento. Me quito los zapatos y él me coge en brazos mientras bajamos las escaleras y atravesamos la pista de baile. Apoyo la cabeza en su pecho, intentando frenar mis lágrimas. Pero de nuevo, no puedo. Las preguntas en mi cabeza siguen agobiándome. 
En la salida, nos esperan los chicos, excepto Harry. También están Sam y Kris. Ésta última me abraza. Entre sus brazos, parece que se me pasa todo el dolor que llevo dentro, pero es una falsa alarma. Vuelvo a echarme a llorar, esta vez en brazos de Liam. 
-¿Dónde te la llevas?- oigo preguntar a Kris.
-A dónde ella me diga.- dice Niall, y cuando me separo de Liam, él me pasa un brazo por el hombro.- Por cierto, ¿y Harry?
-A Londres.- murmuro, en voz casi inaudible. Aunque él la capta, por puesto. Oigo que Louis dice, en tono divertido:
-Creo que Harry ha subido a darle una lección a Bieber... igual le deja algún recuerdo visible, ya sabéis. 
Ni siquiera puedo preguntar el significado de eso, tengo bastante con lo mío. Me preocuparé por Harry mañana... o quizás pasado. O cuando se vayan todas las preguntas, inseguridades y monstruos de mi cabeza. Niall me saca de allí después de despedirnos de todos, y coge un taxi que pasa. Es casi un milagro pillar un taxi en medio de Nueva York, así que irónicamente pienso que quizás en el futuro el destino me espera con algo mejor... que todo lo que he tenido hasta ahora. El taxista me mira, con algún rasgo de preocupación. Debo tener un aspecto horrible, con el rímel corrido y los ojos rojos e inchados. Me niego a mirarme en el retrovisor.
-¿Una mala noche?- pregunta, tras un carraspeo.
-Ni se lo imagina.- murmuro, débilmente. Me apoyo en el hombro de Niall, buscando apoyo.
-Si es mal de amores, le garantizo que con el tiempo... se pasará.- dice el taxista, sonriéndome. Me obligo a sonreír, ese pobre hombre me está intentando animar a pesar de no conocerme de nada. A veces confío en la humanidad y en los sentimientos de los seres humanos.
Al cabo de un rato, consigo calmarme bastante y llegamos a mi lujoso hotel. Para mi asodmbro, no supone un golpe muy grande entrar en la habitación que compartía con Justin. Más bien, me recompongo y lo único que siento es un gran odio por él. Por mi, puede pudrirse en su cama con Bárbara. O baño. O encimera. O dónde coño sea que se acuesten. Tengo que intentar que no me afecte.
Al final, acabo llorando un poco más. No soy inmune, no puedo ni siquiera intentar que no me importa. Niall me hace sentarme en la cama y con una toalla mojada con agua caliente me limpia los restos de lágrimas, me frena los lloros y me limpia los restos de maquillaje. 
-¿Estás mejor?- pregunta, arrodillándose en frente de mi y mirándome inquisitivamente. Yo resoplo yescondo un mechón de pelo tras mi oreja. Ahogo una carcajada que amenaza con acabar en lágrimas y le miro.
-Excepto por el hecho de que mi novio se ha liado con una modelo de Victoria's Secret infinitamente más guapa y con mejor cuerpo que yo, lo que hace que mi autoestima caiga en picado hasta niveles subterráneos, se podría decir que sí... estoy bien. 
Niall me mira, sonriendo. 
-¿Bárbara Palvin, más guapa y con mejor cuerpo que tú? ¿Dé dónde te has sacado eso, tonta?
-Niall... ¿has visto sus piernas? Delgadas y kilométricas... y tiene espacio... entre los muslos.- digo, entre ataques de hipo y alguna lágrima.- Mis piernas no son así... mis muslos son fofos, y no tienen espacio entre ellos...
-Cariño, tus muslos no son fofos. Y el espacio del que hablas... ¿en serio piensas que eso importa? Un tío no va a quererte por ese espacio, por si tus piernas son de una manera u otra. Angie, tener curvas es precioso, y tú tienes un cuerpo que le encanta a muchísimos tíos. No te voy a negar que Bárbara está muy buena, pero tú estás muy bien también ¿vale? Quiero ver esa autoestima arriba.- me exije. Yo lo atraigo hacia mi, y le abrazo.
-Te quiero, Nialler. 
-Lo sé, tonta. Yo a ti tambien.- dice, mientras me frota la espalda.- Anda, cámbiate mientras yo busco un vuelo a Londres.

LO SIENTO LO SIENTO LO SIENTO LO SIEEEENTO D: De verdad que otras veces lo hago a posta lo de dejar los capítulos sin acabar, pero esta vez, llevo intentando terminar este capítulo toda la semana y no he podido. Quería subir antes de irme a Galicia (que me voy mañana, por cierrrrrto:3) y bueno, lo prometido es deuda. El día 12 o así estará la segunda parte y espero poder subir también el 60 <3 Os quiero, sweeties.