24.10.13

Infinitas gracias por las seis mil visitas.

No puedo expresar lo sjldhalskhdlkahsdlksa que estoy ahora mismo. De verdad, muchísimas gracias. No creo que alcancéis a comprender lo mucho que esto significa para mi.
¡Este fin de semana, intentaré subir un capítulo largo!
Os quiero mil, en serio.

16.10.13

And she will be loved, chapter 66 (segunda parte)

Aqui os dejo la segunda parte del 66 (bastante larga por cierto), después de un fin de semana con resaca, fiesta y muchos problemas. ¡Espero que os guste, cielos! <3

-Angie-
En la televisión aparece el rótulo 'The End' y yo me incorporo con pereza, estirándome. Noto unos brazos agarrándome de la cintura e impidiéndome que me vaya.
-Harry, no me voy a ninguna parte. No hace falta que me agarres.- río, volviendo a mi posición original, apoyada en su pecho. Él sonríe, y afloja su agarre.
-Te he echado tanto de menos, Angie. Tanto, que no creo que puedas imaginártelo.- dice, con voz grave. Nos quedamos un rato callados, abrazados, mirando a ninguna parte en general. Estamos juntos, ¿qué más dará lo demás? Carraspeo.
-Harold...
-La próxima vez que me llames así, ni contesto.- gruñe él, acabando en risa. Río con él, sin poder ocultar la felicidad que me provoca el estar con él.
-Hazza...
-Eso está mejor, pequeña. ¿Qué pasa?
-He estado pensando algo un tiempo...
-No voy a casarme contigo... aún.- dice él. Me giro, mirándole con cara rara.
-¿Quién ha dicho nada de casarse?
-Estabas tan seria que...- empieza a reírse, otra vez. Que poca seriedad. Le miro con cara de pocos amigos, y él carraspea, asintiendo y parando. Aprieta los labios, intentando no reírse.
-Hace unos días me di cuenta de que en nuestro caso, fue todo tan rápido...
Él me mira, mientras yo me apoyo en su hombro.
-Explícate.
-Nos conocimos, y a los días estábamos ya liados.- digo, directamente. Él suelta una carcajada mientras juega con mechones de mi pelo.
-Ya, fuimos al revés del mundo. Nos enamoramos, y luego nos conocimos.
Me incorporo para tener un buen plano de sus ojos esmeraldas. Él me mira, intentando adivinar lo que voy a decirle. Oh no, esta vez tu don de tarot no va a hacer efecto, Styles.
-Esta vez no va a ser así.
-Pero...- dice, mirándome sin entender. Le interrumpo, poniéndole un dedo en los labios. Él me mira a los ojos y lo besa. Yo río suavemente, pero vuelvo a intentar recuperar la seriedad.
-Quiero que...
-Angie, nosotros ya nos conocemos...- me interrumpe él. Yo suelto un grito de frustración, y él ríe. Disfruta de esto, el muy capullo. 
-¿Quieres callarte y escucharme, Styles?
-A sus órdenes, sargento Farrell.
-Que poca seriedad tienes, Harry.- suspiro, negando con la cabeza al borde de la desesperación, pero sin poder evitar reírme.- Lo que quiero decir es que... quiero enamorarme. Quiero que me enamores.
-Antes me has dicho que estabas enamorada, Angie. Aclárate.
-Y lo estoy, pero quiero ir despacio ¿entiendes? Quiero todo eso que no abundó al principio de la relación, y que quiero engañarme creyendo que no funcionó la primera vez por eso. Quiero ir al cine, al parque, quiero que me dejes en casa por la noche con las ganas de verte al día siguiente, quiero caminar de la mano por ahí... quiero que nos enamoremos como dos personas normales, porque desde luego... me enamoraría de ti una vez y otra, es lo que me pasaría haciendo todos los días de mi vida.
-¿Quieres eso de verdad?- pregunta, tras unos instantes de duda y silencio.
Asiento mirando a otra parte. ¿Me habré pasado de sinceridad? Solo espero que no salga corriendo.
-Pues eso haremos. Te enamoraré otra vez, y tu me enamorarás a mi de nuevo, ¿trato hecho?- dice, sonriendo. Yo asiento, y él me tiende la mano. Arqueo las cejas.
-¿Qué manera de cerrar un trato es esa?
-La tradicional, ¿no?- dice, dudoso.
-Eres irremediablemente imbécil.- río, y me lanzo encima de él. Directa a sus labios y una vez ahí, salimos disparados hasta Saturno como poco. Vuelve a acelerarme el corazón como la primera vez que me besó, y sé que esto es exactamente a lo que me refería. Quiero volver a enamorarme de él. Pasarnos la vida como dos adolescentes locos el uno por el otro, porque ¿qué somos si no?

-Narrador-
Kris y Liam llegan a su hotel en Barcelona a las tres de la mañana como poco. Problemas del avión, del aeropuerto y de todo en general. Parecía que el destino no quería que llegaran a Barcelona. Desafiando a lo predestinado, han llegado. Totalmente agotados, pero ahí están.
-Que cansancio, Li.- suspira ella, tirándose en la cama.- Me pareció que no llegábamos nunca. 
-Yo cuando nos han dicho que no había reserva a nuestro nombre poco más y rompo algo.- resopla él, acostándose a su lado.- Como el teclado del ordenador en la cabeza del recepcionista. Se le iban mucho los ojos.
Kris se incorpora, mirándolo. Va a jugar con él, le apetece demasiado. La tentación está haciéndole cosquillas en el estómago.
-¿Los ojos? ¿A dónde?- pregunta, con voz inocente.
-Kris, sabes a lo que me refiero.- dice Liam, con las manos tras la nuca y los ojos cerrados.
-En realidad no.  Liam...- dice ella, sonriendo con picardía, ya que su novio no la ve.
Él se incorpora, mirándola. La ve inocente, ingenua y con una mueca de no entender nada de lo que dice. Lo justo para ponerle nervioso.
-Ya sabes... los ojos... Kris, ¿a dónde se le van los ojos a un chico?
-Liam, no eres nada claro...- dice ella, siguiendo su impecable actuación. Su novio gruñe algo incomprensible, y la mira a los ojos con algo de furia. Le gusta esa faceta de Liam, controlador. Está a un paso de convertirse en Christian Grey... aunque eso sería bastante raro. Vamos, que se atreva a azotarla con un cinturón. Coge la puerta y le deja ahí. Ríe para sus adentros con la paranoia que se está montando.
-Te miraba... el escote.- dice, cogiendo aire y soltándolo.
-¿Eso hacía? ¿Y te ha puesto... nervioso?
-No me gusta que te echen el ojo así, Kris. Me ha molestado un poco.- dice Liam, bajando la mirada y los humos por completo. Eso desarma a Kris. ¿Qué le pasa a su novio?
-Li, ¿qué ocurre?
-Vamos, cariño. Todos sabemos que no soy ni por asomo el tío más guapo del mundo, ni el mejor. Habrá millones ahí fuera, perfectamente capaces de darte lo que yo no puedo darte... los doce meses del año a tu lado. Las veinticuatro horas. Habrá tíos ahí fuera que podrán hacerte más feliz de lo que yo te hago.
Dicho esto, se levanta, sentándose en la orilla de la cama. Apoya los codos en las rodillas y se revuelve el pelo. Kris puede ver que ha estado dándole vueltas a ese tema mucho tiempo, y el incidente con el recepcionista ha sido la gota que ha colmado el vaso. Se incorpora y avanza a gatas por la cama hasta llegar a él. Lo envuelve con sus brazos, abrazándolo por detrás.
-Eh, Li. No necesito otro tío más dedicado a mi o cualquier chorrada de esas que dices.- al ver que va a interrumpirle, lo silencia con un 'shhhh'- Me haces la chica más feliz del mundo, Payne. ¿No te das cuenta, en serio? ¿No te das cuenta de como me siento cuando estoy contigo? Jamás me habían hecho sentir tan especial y tan querida. No puedo estar enfadada contigo más de cinco minutos, porque mi felicidad se desvanece. Me tienes totalmente, ¿no lo ves? Me tienes atada a ti de una forma que no te la imaginas. Te repito que no necesito a otra persona cuando estoy irremediable y locamente enamorada de ti. 
Él se gira y la abraza, dejándola en su regazo. Aspira su olor, se enreda en su melena. Kris, su Kris. No puede quererla ni un poco más, no le cabría en el pecho. 
-No me dejes nunca. Por favor.- suplica.
-Nunca. Lo prometo, Li. No soy como ninguna de esas personas que han pasado por tu vida, utilizándote y dejándote en el arcén de la carretera que es la vida. Voy a estar aquí siempre, amor. Siempre, nunca vas a estar solo, porque dan igual los kilómetros, las giras, los fans, los tíos que pasen por delante. Siempre voy a estar ahí, siempre voy a ser tuya... porque seamos sinceros, me has ganado a pulso.
Él ríe, abrazándola. Hay momentos en los que sobran las palabras, porque la otra persona lo ha dicho todo. Este, es uno de esos momentos. Ni se molestan en desvestirse, ni en meterse en la cama. Se abrazan, preparándose para la noche. Han demostrado que juntos, pueden con todo.
 
Tres días más tarde. 

-Chicas, ¡ya estoy en casa!- chilla Kris, cerrando la puerta principal con el pie. Lleva las maletas en una mano, la cartera en la otra, y las llaves en la misma, colgando de un dedo. Angie y Lis salen a su encuentro, en pijama. No son más de las once de la mañana.
-¡Hola, Kris!- canturrea Lis, trotando a su encuentro.- ¿Quieres un café? 
-Claro, Lis.- sonríe ella, besando su mejilla. La aludida trota de nuevo hasta la cocina y Kris mira a Angie. Apoyada en la pared, con un moño a medio deshacer, con una bata y el pijama debajo. Kris deja las maletas con todo encima y va hacia ella.
-Hola, Farrell.- sonríe, parando enfrente de su amiga. 
-Ey, Jones.- responde.- ¿Qué tal por tu 'destino desconocido' como decías en tu twitter? ¿Payne se ha portado bien?
-Que yo sepa jamás se ha portado mal.- ríe Kris.- Ha sido increíble...
-¿Mucho sexo?
-¡Angie!- exclama Kris, riendo a carcajadas.- ¿Qué le ha hecho Harry a mi pequeña e inocente Angie?
-No, la pregunta es ¿qué te ha hecho a ti Liam?
-Eso no es de tu incumbencia.- ataca Kris, luchando por mantener la compostura y no reírse.
-La verdad es que sí que es, porque los condones que tenía en mi cajón ya no estaban cuando fui a buscarlos.- dice Angie, triunfante por haberla pillado.- ¿Algo que decir?
-Si.- responde Kris, seria.- ¿Por qué fuiste a buscar los condones, eh Angie? ¿Harold y tú ya habéis vuelto al vicio?
Las dos se miran, serias. No pasan ni dos segundos antes de que ambas se echen a reír y se abracen.
-Bienvenida a casa, Kris.- ríe Angie, besándole la mejilla.
-Te echaba de menos, Angie.
-¡El café está listooooooooooooooooo!- chilla Lis, con voz alegre y cantarina. Solo le ha faltado ponerse a rociar el salón con arco iris y florecillas. Kris mira a su amiga con una ceja alzada.
-¿Y a ésta que le pasa?
-Ni idea. Lleva así desde que te fuiste.
-¿Interrogatorio al estilo Kringie?
-No podría haberlo dicho mejor.- ríe Angie, chocando su mano contra la de su amiga.
Se dirigen hacia Lis, dispuestas a sonsacar hasta el último detalle de su alegría.

7.10.13

And she will be loved, chapter 66 (primera parte)

-Narrador-
Niall mira a Aria de arriba a abajo. Contempla cada detalle de la chica delante de él antes de abalanzarse sobre ella y besarla. Aria, la chica de Roma, la de las sonrisas por skype hasta las mil, a la que regañaba diciendo: 'Dúermete ya, mañana vas a morir en clase, pesada.' Aria, su Aria. La de los labios rojos y los besos. 
Ella corresponde a su beso, intentando conservar su pose dura e intransigente que tan bien la define y así no derretirse en sus brazos. Pero no puede evitar sonreír. Lo echaba de menos, tanto que llegó a dolerle.
-No puedo creer que estés aquí. ¿Cómo...- pregunta él, conduciéndola hasta el salón.
-Lo importante es que estoy, ¿no?- le silencia ella, arrastrándolo hasta el sofá. Él ríe. En muchas relaciones, el hombre es el dominante, el que manda en una relación. En la suya es todo lo contrario. Aria manda, Aria le silencia. Le controla. Y eso le encanta. Una chica fuerte para un chico sensible. Le completa totalmente. 
Se pierden en el sofá, a pesar que escasamente caben los dos juntos. Se pierden entre risas, caricias y besos.  Solo quieren quererse, dos personas poco afortunadas en el amor que se encontraron por azar. Y quién iba a decirlo, se enamoraron. La camiseta de 'Five Seconds Of Summer' vuela por el sofá acompañada de los pitillos de ella, y acaban enredados en algún lugar del salón, como sus dueños. Él ríe, ella le silencia con besos. Los dos se miran a los ojos, aguantándose la mirada el uno al otro y muriendo de amor por dentro. Todo fluye, rápida y lentamente. ¿Qué más da? piensan los dos. Este es uno de esos momentos que se recuerdan de por vida, disfrutémoslo. El nombre de él se desliza entre los labios de ella.
-Eso es. Dilo otra vez.- jadea él, mirándola.
-Niall...- dice ella, precipitándose al vacío y arrastrándolo con ella.
Se tumban uno al lado del otro, sin querer separarse. Sin ropa para cubrirla está aún más hermosa, piensa él. Ella se limita a recorrer el pecho de él con un dedo, hundida en sus pensamientos. Pero sonriendo, eso si.
-¿Qué tal...- empieza él.
-... ha estado?- continúa ella, sonriendo.- Bien.
-¿Sólo bien? ¿No te ha gustado?- pregunta él, mirándola a los ojos con preocupación.
-No.- dice ella, seria. Ante la mirada dramática del rubio, estalla en carcajadas.- Me ha encantado, imbécil.
-Eres tonta.- dice él, negando con la cabeza.- Pero te quiero.
-Te es imposible enfadarte conmigo.- dice ella, sonriendo con ternura.
-No podría haberlo dicho mejor.


A unos kilómetros de allí, en casa de Louis.
-¡Te gané, te gané!- chilla Lis, soltando el mando de la consola y dando brincos por la habitación. Su alegría consiste en que acaba de ganar al mismísimo Louis Tomlinson al 'Just Dance 4'. ¿Lo mejor? Han bailado una canción suya, así que el triunfo es doble.
-Estaba trucado, seguro.- refunfuña Louis, dejándose caer sobre el sofá. Lis para en seco y se gira, mirándolo. Parece un niño pequeño, cruzado de brazos y enfurruñado.
-Te has picado.- ríe ella, acercándose a gatas a él por el inmenso sofá.
-No me he picado.- dice él, apartando la mirada.
-Definitivamente, no sabes perder.
-Claro, porque yo siempre gano.
-Oh, espera. Salió aquí Don Creído.- resopla ella, aguantando la risa.
Louis la mira alzando una ceja.
-¿No te lo crees?
-En absoluto. No siempre se gana, Louis.
-¿Quieres apostar algo?
-Apuesta lo que te de la gana.- ríe ella.
-Bien.
-¿Que has...?
La frase se ve interrumpida por un ataque de cosquillas. Louis se lanza encima de ella y empieza a hacerle cosquillas. A ella le falta el aire, ríe sin parar, suplica piedad y se retuerce debajo de él. Louis disfruta, acordándose de lo que le dijo una de sus mejores amigas en Doncaster, Marie: la risa provocada por las cosquillas en de las más verdaderas que hay.
-¡LOUIS! ¡PARA... TE LO SUPLICO!- ríe ella, respirando con dificultad.
-¿Eso es que te rindes?- pregunta él, sin parar.
-¡Me... me rindo!- dice ella, riendo. El para, se miran, y estallan en carcajadas. Esta vez, no hay cosquillas de por medio, solo felicidad. Cuando Lis consigue recuperar el aliento, mira el reloj.
-¡Es tardísimo, Lou!- chilla, levantándose de un salto.- Tengo que irme.
Mientras ella corre por la casa cogiendo sus cosas, él la espera en la entrada con una sonrisilla pícara. Ella vuelve, le besa en los labios y susurra un "adiós, Lou" Él la atrapa por la cintura en el último momento, pegando su espalda a su pecho.
-¿Te vas?- susurra en su oído.
-Eh... ¿sí?- dice ella, extrañada.
-Mmmmm... yo creo que no.- susurra él, mordiendo su lóbulo con suavidad. Un escalofrío sube por la columna de ella, y sonríe.
-De verdad, Lou. Tengo que irme. Angie me estará esperando...
-Angie se estará tirando a Harry.- zanja él.
Su comentario recibe un puñetazo en el hombro.
-¡LOUIS!
-¿Qué? Es lo mejor, sexo para reconciliarse. ¿Nunca lo has probado?- dice él, con su sonrisa maligna. 
Ella se sonroja. ¿Se le ha olvidado en serio decirle que es virgen? 
-Lo que sea.- dice él, al no recibir respuesta.- El caso es que tú no te vas.
-¿Pero por qu...?- dice ella, interrumpida de nuevo.
-Porque la apuesta era que si perdías, te quedabas a dormir.
-¡No me dijiste que la apuesta iba de eso!- exclama ella, sonrojándose de nuevo. Agradece estar de espaldas.
Él la arrastra hasta la mesa del salón, y la coge a peso hasta dejarla encima. Se coloca entre sus piernas, y ella anuda éstas a su cadera.
-Eres un tramposo, Tomlinson.
-Será por eso que gano siempre...- ríe él. 
Se besan de nuevo, sonriendo. Para Lis, al fin y al cabo, no es tan mal plan quedarse a dormir en casa de su novio. ¿Será hoy la noche? ¿Será capaz?

Veré cuando puedo subir la siguiente parte, espero que sea este fin de semana, a pesar de que saldré porque aquí hay fiestas <3





1.10.13

And she will be love, chapter 65 (segunda parte)


-Angie-
-Voy... a bajarte algo de ropa seca de la habitación.- señalo, soltándole la mano.
-¿Ropa tuya?- pregunta él, alzando las cejas.
-No...- carraspeo, sonrojándome.- Dejaste aquí tu camiseta de 'Los Ramones' y un pantalón de chándal... la última vez que te quedaste aquí.
Él me mira a los ojos, con una sonrisa sugerente que hace que quiera arrastrarlo conmigo a la habitación. O al sof. ¿La mesa está más cerca? Creo que necesito un psicólogo. 
-Oh, sí... recuerdo esa noche.- dice, acercándose a mi.- Tus vecinos debieron aprenderse mi nombre.
Me sonrojo más aún, y me separo mirando su cuerpo con la ropa mojada pegándose a él. Subo corriendo las escaleras, hasta llegar al vestidor. Rebusco en un cajón, y del fondo extraigo un pantalón de chándal y una camiseta. Me doy la vuelta para bajar, y ahí está. Apoyado en el marco de la puerta del vestidor, sonriéndome. Con la camisa y el abrigo en la mano. Veo todos y cada uno de sus tatuajes, tengo la tentación de recorrerlos todos con la yema de los dedos. Trazarlos, borrar el dolor que estos le produjeron. 
-¿Dónde dejo esto?- pregunta, refiriéndose a su camisa y el abrigo. 
-En... en el baño.- digo, tendiéndole la ropa.
Él asiente y se da la vuelta para ir al baño. Cuando cierra la puerta, me deslizo por la pared hasta el suelo, resoplando. 'Angie, contrólate. Deja de ponerte nerviosa sin razón aparente.' Me levanto, e intento entretenerme en secarme y vestirme. Me pongo la ropa interior tras enredarme el pelo en una toalla y cuando voy a girarme para coger la ropa de las estanterías que tengo a mis espaldas,le veo de nuevo. Vestido y sonriente. 
-¿Cuánto llevas ahí?- pregunto, sonriendo con una ceja alzada. Tengo que hacerme con el control de la situación.
-Lo justo para apreciar que te has hecho un tatuaje.- dice él, con tranquilidad. Eso me hace volver a perder los papeles, y volver a ponerme nerviosa. Hace poco más de un mes me hice un tatuaje debajo del brazo izquierdo, y ahora mismo lo tapa la tela del sujetador que atraviesa horizontalmente mi costado. - Lo que no he llegado a apreciar es qué es...
-Es el ying y el yang (☯)- susurro.- Habla del bien y el mal, el "mal" que hay en el bien, y el "bien" que hay en el mal. 
Él se acerca a mi, desanudándome la toalla y dejando que mi pelo caiga libre por la espalda. Me aparta algún mechón rebelde de la cara, sonriendo. Me coge los brazos, cruzados sobre mi pecho y los acaricia.
-No entiendo por qué te tapas, Angie.- me dice, regañándome.- ¿Qué tienes que yo no haya visto, amor?
Me estremezco cuando me llama amor, y luego le miro con burla.
-Hasta hace nada, un tatuaje.- sonrío. Él ríe con suavidad y yo separo los brazos de mi pecho para anudarlos en su cuello. Se inclina hacia mi, acariciándome la cintura desnuda y la parte baja de la espalda. Sus labios rozan los míos y ahogo un suspiro. Es un beso tan suave, pero a la vez tan apasionado, que hace que me fallen las piernas. Ambos estamos tan entregados que mi pérdida de equilibrio nos tira a ambos al suelo.
-Veo que sigues siendo tan patosa como siempre, Farrell.
-Sé que te encanto, Styles.- río, y escapo de su agarre para ponerme una camiseta ancha y larga con los Beatles estampados. Él sigue en el suelo, mirando al techo y sonriendo. Me acerco a él y le sonrío.
-Bueno, ¿qué? ¿Vamos a ver una película, o vas a quedarte ahí para siempre?- pregunto, con los brazos en jarras.
-Si te tumbaras a mi lado, no me importaría quedarme así para siempre.
-Que pasteloso eres, Harold.
-Lo sé.- dice, y se levanta, abrazándome por detrás.- Pero te encanta.
-Me encantas todo tú, la 'pastelosidad' viene en el lote.- río, y él me muerde la oreja. Salimos del vestidor, cruzamos mi cuarto y bajamos las escaleras hasta el salón.
Nos decidimos por una película de Harry Potter, no nos apetece demasiado amor o miedo. Entre la colección de Kris, elegimos 'Harry Potter y el Cáliz de Fuego', la cuarta de la saga. 
Nos hundimos en el sofá, con una manta a pesar de que no hace excesivo frío, palomitas, y yo apoyada en su pecho mientras que él me rodea con afán protector. Todo parece más que solucionado entre Harry y yo... ¿será todo esto oficial? 


-Narrador-
-¿Y dices que han entrado de la mano a casa?- pregunta él, mientras camina abrazándola por la cintura. Ella asiente, con una sonrisa triunfal. No puede evitar atribuirse algo del éxito.- Así que eso significa...
-¡Hangie ha vuelto a empezar!- exclama Kris pegando un ligero saltito. Liam ríe a carcajadas ante el entusiasmo de su novia, que se vuelve pegadizo y contagioso. Se alegra mucho por Harry y por Angie, todo el mundo sabe que esa pareja tenía que acabar así. 
Kris y Liam han cenado con Lis y Louis en una hamburguesería de renombre de Londres, y luego cada pareja se ha ido por su lado. Ellos dos van camino de casa de él, para otra noche juntos. Cuando están a punto de llegar, él tuerce en dirección contraria.
-¿Qué haces, Li? Tu casa es por ahí.- dice ella, señalando la otra dirección.
-He tenido una idea que te va a encantar.- dice él, mientras siguen caminando.
-¿Qué idea?
-¿Nos fugamos?
Ella para en seco, mirándolo con seriedad.
-Liam, mañana tienes una rueda de prensa... ¿dónde quieres fugarte?
-Lejos, como nuestras mini-vacaciones en Hawaii.
-Tienes que contratarte un inversor o un contable, lo de tener tanto dinero te afecta.- dice ella, riendo.
-Voy totalmente en serio, Kris. Vamos a fugarnos.
-Liam...
Antes de que siga hablando con argumentos totalmente inválidos para él, hace que se calle con un beso. Se besan en mitad de la calle desierta, hasta que ella cede sonriendo en sus labios.
-Está bien... pero estás loco, Liam Payne.
-Por ti.
Entran en su coche, y ponen rumbo al aeropuerto más cercano. Próximo destino: Barcelona.


-Narrador otra vez (?-
-¿Me quieres decir que hacemos aquí, mamá? ¡Mañana tengo clase! ¡En Roma! ¡No aquí...! ¿Dónde estamos, por cierto?
-Cuando lleguemos vas a agradecérmelo más de lo que piensas.- gruñe Karen. En el fondo, está feliz. Su hija Aria está teniendo uno de sus mejores años escolarmente hablando. Si sigue así, en selectividad tendrá una nota alta y podrá venirse a estudiar a Londres. Sabe que es su sueño. Estudiar Lenguas Modernas en Londres, para dar clases en un instituto.- ¿Puede parar aquí, por favor?
El inglés de su madre asombra a Aria. ¿Están en un país de habla inglesa?
-Por supuesto, son ____ libras.- dice el taxista, manejando el taxímetro.
¿Libras?
Aria lo entiende todo de golpe.
Su madre la ha llevado a Londres. A ver a Niall.
Mira a la mujer que está a su lado, maravillada y con lágrimas de emoción en los ojos. Rara es la vez en la que Aria llora, pero esta merece la pena. ¿Qué persona lleva a su hija a ver a su novio a distancia, días antes de la selectividad? Su madre, por supuesto.
Bajan del taxi, y su madre le señala un portal en concreto.
-Ático A, edificio 2. Dale una sorpresa y muchos recuerdos de mi parte.
-Mamá, yo...
-Calla, Aria. Y haz el favor de estudiar algo.- dice su madre, sonriendo y tendiéndole su bloc de apuntes. Aria asiente, emocionada y ve a su madre alejarse acera abajo. Se gira hacia el piso, siendo consciente de que está a minutos de Niall. Camina, nerviosa. Sonriendo sin poder dejar de hacerlo. Antes de llamar al timbre, un hombre aparece por dentro y le abre la puerta.
Un minuto más, y llega a la puerta de Niall. Llama a la puerta, nerviosa.
La puerta cruje con un sonido metálico, de llaves. Detrás de ella, aparece Niall. Con el pelo rubio en cresta, una camiseta de tirantes de 'Five Seconds of Summer' que deja ver sus brazos con cada ínfimo músculo marcado. La mira. Se miran.
-¿Aria?
-Hola, Nialler. ¿Asombrado?- ríe ella, sonrojándose.

Subiré el siguiente en poco, no se que deciros porque no se cuando, pero prometo que pronto <3