12 años más tarde.
-Vale,
esto ya está…-suspiro, contemplando el molde con la masa de la tarta de
chocolate.- Vamos a meterlo en el horno.
-Mamá,
¿puedo meterlo yo?- me pregunta Darcy, tirándome del delantal. Yo sonrío, la
cojo en brazos y la dejo en la encimera, alejada del horno. Le aliso el bonito
vestido que le regalaron en su último cumpleaños, y en sus mejillas aparecen
dos adorables hoyuelos. Heredados de su padre, por supuesto. También sus ojos
son los de su padre, pero algo más mezclados con marrón. Aún así, ese destello
esmeralda es inconfundible.
-No
quiero que te quemes, amor.- sonrío, poniéndome los guantes para abrir el horno
y dejar el molde dentro.
-Jo
mami, ¿cuándo podré meter yo las tartas en el horno? ¡A Matt siempre le dejas!-
hace un puchero. Mi hija es lista, sabe que los pucheros me pueden. Hasta
cierto punto, claro está.
-Matt
tiene cinco años, cariño.- río. Me encanta hacerla rabiar, reacciona igual que
su padre. Se cruza de brazos con la boca torcida en una mueca y es totalmente
adorable. (Matt es el hijo de Kris y Liam)
-¡Yo
tengo cuatro, mami!
Meto
el molde en el horno y sonrío, dejándola en el suelo de nuevo. Me agacho,
quedando a su altura, y le acaricio el pelo.
-En
tu cumpleaños, haremos una tarta y la meterás en el horno. ¿Te parece bien?
Ella
alarga su pequeño dedo meñique, y me mira con seriedad a los ojos. Aún no puedo
creer que una niña tan bonita sea mía, haya estado dentro de mí. Y de eso hace
ya cuatro años. Aún recuerdo los nervios de madre primeriza, y lo tranquila que
estuve en mi segundo parto. Pero todo gracias a él, si no le hubiera dejado estar en los dos partos, todo hubiera
sido un desastre. A pesar de todo, la emoción de ver a mi hija, nuestra hija
Darcy en mis brazos, después del sufrimiento de un parto, valió la pena. Y eso
nos empujó a tener otro hijo, Ian.
-¿Me
lo prometes, mami?- yo tomo su dedo meñique entrelazándolo con el mío y le
devuelvo la mirada.
-Te
lo prometo, cariño.
Ella
me abraza, rodeándome el cuello con los brazos. Entiendo la felicidad de ser
madre, la felicidad que encuentras en las pequeñas cosas como que te traigan un
dibujo del colegio, o te pidan que les leas un cuento por la noche.
-¡Angie!-
me llama una voz, grave.- ¿Amor?
Me
levanto del suelo, tomando a Darcy de la mano. Mi marido está en la puerta de
la cocina, apoyado en el marco, con el pequeño Ian en brazos. Han pasado varios
años, muchos diría yo, y ahora tiene 31 años. Pero sigue siendo el mismo que
cuando tenía 19. Ojos verdes, pelo rizado aunque algo más corto. Aún así, ha
aparcado por completo sus converse blancas y utiliza botas o zapatos. Lleva la
camisa ligeramente abierta, dejando ver las dos golondrinas de su pecho, que
nunca podrán borrarse. Al lado de un ala de la segunda, lleva uno de los
tatuajes más recientes, y de los que más me gustan. “Angie”, en letra muy
pequeña. A veces las cosas más pequeñas son las que más importan, o las que más
impresionan.
-Dime,
Harry.- digo, acercándome a él.
-Ve
a cambiarte, anda. Todos están al llegar.
-¿Insinúas
que así estoy mal, Styles?- le digo, haciendo una pose ridícula con mi ropa de
estar por casa y mi delantal manchado de chocolate.
-Estás
increíble de cualquier forma.- susurra él, dándome un beso leve en los labios.-
Pero me encantaría verte con el vestido que te compraste la semana pasada.
Yo
le dirijo una sonrisa, y luego miro a Ian, que nos mira frunciendo el ceño.
Nunca entiende por que Harry y yo nos besamos.
-Ian,
¿te vas con mamá a ayudarla a cambiarse y yo me llevo a Darcy a preparar la
mesa?
-Siiiiiiii.-
dice él, alargando sus pequeños brazos hacia mí. Lo cojo en brazos, y dejo a
Darcy con su padre. A Ian le encanta acurrucarse en mi cama mientras yo me
cambio. Siempre suele mirar el techo de encima de la cama, lleno de fotos de la
familia.
Seguimos
la tradición y él se queda en la cama, mirando el techo. Yo entro en el
vestidor y me pongo el vestido nuevo. Le oigo preguntar.
-Mami,
¿hoy viene la tía Lis?
Me
asomo a la habitación con una sonrisa. De entre sus muchas tías, Lis es su
preferida. Siempre le cuenta historias y juega con él. Además, mi hijo está
interesadísimo en por qué su tía tiene tanta barriga, y cuando va a tener una
nueva primita. Cuando Lis le contó que esperaba una niña, todos nos esperábamos
una desilusión por parte de Ian, pero en realidad le prometió a “la tía Lis”
que iba a cuidarla como su hermana pequeña. Mi hijo es así.
-Sí,
cariño. Hoy viene la tía Lis, y el tío Louis.
-¿Jugaré
al fútbol con los tíos Louis, Liam, Niall y Zayn?- pregunta, atascándose en los
nombres. Río suavemente, todos son complicados para él. Me pongo unos zapatos y
me siento a su lado en la cama, acariciándole la frente.
-El
tío Zayn y la tía Sam están de viaje, no vendrán hoy…- suspiro. Mi hijo hace
una pequeña mueca. A mi también me entristece, pero Sam tuvo un aborto natural
hace unos meses, y junto con Zayn decidieron viajar y alejarse un poco de
Londres un tiempo. El tiempo todo lo cura, ¿no? En estos momentos están en China,
o en ¿Sudáfrica? En realidad no se sabe, cambian de lugar muy frecuentemente.
-Mami…
-Dime,
Ian.- le sonrío.
Él
se incorpora y con algo de dificultad me deshace la trenza que llevaba hecha de
cocinar con Darcy. Otra de las pasiones de Ian, tocarme el pelo, deshacerme
peinados. Sacudo ligeramente la cabeza, y él ríe. Lo cojo en brazos y me
levanto.
-Vamos
ayudar a papá con la mesa, ¿si?
Camino
por el pasillo, y dejo a Ian en el suelo. Justo entonces, suena el timbre de la
puerta de la calle. Darcy se asoma al ventanal del salón, y grita:
-¡Mamá!
¡Abre! ¡Es la tía Kris! Sonrío por la excitación de mi hija y pulso el botón
para abrir la puerta de la calle. Luego, abro la de casa y abro los brazos.
-¡Kris!
Mi
mejor amiga me abraza con ganas, y su hija Jennifer de tres años, aparece por
detrás de sus piernas, sonriendo con timidez.
-Hola,
preciosa.- Me agacho y le acaricio una mejilla. Ella se sonroja y me da un
pequeño beso en la mejilla mientras Kris abraza a Harry y a Darcy. Oigo la
puerta de la calle, y veo a Liam entrar con su hijo Matt. Lleva un balón de
fútbol bajo el brazo, y corre hacia mi con una sonrisa.
-¡Tía
Angie!
Le
abrazo sonriendo, y luego le miro.
-¡Hola,
campeón! ¿Qué tal la liga de fútbol?
-¡Muy
bien! ¡Ayer marqué el gol de… de…! ¡Papá! ¿Cómo se dice lo que me dijiste ayer?
Liam
ríe, cerrando la puerta principal tras él. Me incorporo, y le abrazo.
-Hola,
Angie. Perdón por la tardanza, el balón de fútbol es lo primero y lo habíamos
dejado en el coche.- me guiña un ojo riendo y yo río también.- Ayer Matt marcó
el gol de la victoria en un partido de su liga.
-¡Eso
es… el gol de la victoria!- exclama Matt, emocionado.
-Eh,
¡eso es genial!- digo yo, contagiada de su entusiasmo. Les dejo pasar al salón,
y veo como Darcy y Jenn ya están sentadas en el suelo, jugando a las palmas.
Liam se va con Harry a hablar del vino que vamos a servir, y a contarse
novedades en el negocio.
Cuando
One Direction anunció que se retiraba del mundo de la música, sus componentes
decidieron que no querían irse del todo. Abrieron un negocio, llamado
OneFinancial con el que financian y asesoran a nuevos talentos. Se ha
convertido en un auténtico éxito, y eso les ha hecho seguir en el mundo de la
música, pero entre bastidores. Kris acabó estudiando Diseño e hizo un máster en
Publicidad, así que se encarga de ese tema en OneFinancial. Yo acabé haciendo
caso a los consejos de mi madre, y estudié Administración y Dirección de
Empresas, algo de Económicas y Relaciones Internacionales. Los chicos asesoran
a los artistas, y yo les asesoro a ellos. Lis empezó estudiando Química, pero
el primera año se dio cuenta que aquello no era lo suyo, y empezó con Bellas
Artes. Se juntó con Aria, que estudió lo mismo y ambas tienen una galería de
arte en el centro en la que se compra y vende arte, además de acoger las
fiestas más in de todo Londres. Sam,
con su don de gentes y dado que estudió Lenguas Modernas y domina el francés,
inglés, español, alemán e italiano, suele encargarse de la relaciones con
clientes internacionales. Pero no estamos solos, contamos con un muy preparado
equipo con profesionales y trabajadores. Eso ayuda a que no toda la presión
esté encima de nosotros, y no se nos junte el trabajo con el placer. Con una
buena organización y sin estresarnos, ninguna pareja se ha roto por culpa de la
empresa.
-Liam
quiere organizar un partido de golf el miércoles que viene.- me informa Kris,
que me ha seguido a la cocina.
-No
hay cosa que odie más que el golf.- bufo, mirando la tarta en el horno.
-Te
alegrará saber que además, hay clientes coreanos… o chinos. Ay, no sé. Son
asiáticos.
-Ah,
entonces perfecto.- digo riendo.- Los empresarios asiáticos son muy buenos en
golf, lo que hará que Liam y Harry pierdan el partido y se nos depriman.
-Eso
pensé yo.- ríe Kris.- Así que… ¿nos escaqueamos y nos vamos al spa del resort
de golf?
-Cuenta
conmigo, no quiero ver como unos chinos machacan a mi pobre marido. Prefiero
las burbujas.
Cuando
las dos estamos en pleno ataque de risa, suena el timbre. Corro hasta la
entrada, abro la puerta de la calle con el botón, y después abro la de la
entrada.
-¡Lis!
¡Louis!- sonrío. Los dos están sonrientes, muy guapos, y mi prima luce el
perfil de embarazada a punto de salir de cuentas.
-¡Hola!-
chilla Louis, abrazándome y levantándome del suelo. Da igual los años que pasen
y que Louis tenga 34 años. Sigue siendo Peter Pan, nunca madurará ni crecerá. Y
eso le da juventud y alegría al grupo. Cuando acabo de abrazar a Louis y el
para de achucharme, miro a mi prima.
-Y
tú, ¿cuándo sales de cuentas?- pregunto, besándole la mejillas.
-Se
supone que la semana que viene… ¡estoy nerviosísima!- dice ella, sonriendo.
-Estoy
más nervioso yo que ella, y yo no llevo un bombo pegado al cuerpo.- ríe Louis.-
¿Están Harold y Payno en el salón?
-Sí,
pasa.- río yo.
Él
nos deja y Lis pone los ojos en blanco.
-Empiezo
a pensar que Louis tiene algún tipo de síndrome Forever Young.- susurra ella, y
ríe.
-¿Lo
piensas ahora? Yo llevo estando convencida de ello desde que lo vi por primera
vez.- río yo.
-Va
a ser un buen padre, Angie.- confiesa, más seria.- Se preocupa tanto por mí…
Voy
a contestarle cuando suena el timbre de nuevo. La hago pasar al salón, donde
oigo a Kris saludarla. Abro las dos puertas de nuevo, y veo llegar a Aria y
Niall rodeados por los dos gemelos de tres años, Paolo y Ewan. En brazos de
Niall va Marzia, de poco más de un año. Los niños tienen una mezcla
italo-irlandesa muy interesante.
Niall
me abraza sin mediar palabra, dejando a Marzia a un lado para no aplastarla
entre los dos. Oigo a Aria regañar a los gemelos intercalando alguna palabra
italiana de por medio.
-Hola,
cielo.- susurra él, mirándome a los ojos. Los 33 años le sientan genial a
Niall, tiene algo de barba de unos días, y lo han hecho un poco más robusto.
Pero sigue siendo el mismo rubito irlandés de hace años.
-Nialler…-le
saludo yo, besándole la mejilla con una sonrisa. Luego, miro a Marzia. Tiene
los mismos ojazos azules que Niall. No es como mi hija Darcy, que tiene una
mezcla de marrón y el verde esmeralda de Harry. Marzia los tiene iguales que mi
mejor amigo.- Hola, pequeña…
Marzia
suelta una carcajada cuando le beso suavemente la cabeza, y yo me muero de amor
poco a poco. Soy su madrina, además de ser también la de Matt. Niall pasa con
Marzia al salón, y oigo a los demás recibiéndole. Aria me sonríe, algo cansada.
-¡Estos
niños son como monstruos!- ríe.- ¡Le dije a Niall que quería niñas, solo niñas!
-¿Y
que culpa tiene Niall de que sean niños?
-¡Alguna
tendrá, créeme!- reímos con ganas, y luego nos abrazamos mientras los gemelos
pasan entre nuestras piernas y se meten en casa.
-Es
genial verte otra vez Aria, no te veía desde el fin de semana anterior. ¿Cómo
va la galería?- digo, pasando al salón.
-Todo
genial, tenemos una fiesta la semana que viene y estamos organizándolo todo.
¡El que ha solicitado la galería solo quiere cuadros negros, y sin personas!
¡Estos británicos están locos!
Río
ante su actitud totalmente italiana, cuando llegamos al comedor, veo que todos
están sentados. Me siento al lado de Harry, y le sonrío. Cuando vamos a empezar
a comer, suena el móvil de éste. Le miro, extrañada. Nadie suele llamar a Harry
los domingos, tiene el móvil en modo bloqueo para que solo le llamen
familiares.
-Es
Zayn, creo que es importante.
Descuelga,
y todos le miramos atentos, incluso los niños.
-¿Malik?...
¡Hola, tío! ¿Qué tal por…? Sí, estoy con todos… ¿Altavoz? Pero… Vale, vale.
Voy.
Pulsa
el botón de altavoz, y todos nos acercamos.
-Estás
en el altavoz, Zayn.
-¡Hola
a todos!- oigo la voz algo distorsionada de Zayn, y sonreímos.
-Hola,
Zayn.- contestamos.
-¿Qué
pasa, Zayn?- pregunta Aria.- ¿Es grave?
-¡En
absoluto, llamo para daros dos buenas noticias!
-Entonces
adelante, ¡dispara!- le anima Liam.
-Pues
bien… ¡Sam y yo acabamos de adoptar una niña en China!
Todos
nos quedamos en silencio, sorprendidos. ¿Adoptar? ¿Una niña?
-Pero…
¿cómo ha sido…?
-Ya
sabéis que después de lo de Sam, ella se quedó muy tocada. Lo hemos estado
pensando… ¡y ya están todos los trámites hechos! Se llama Diana…
-¿Diana?-
sonrío yo.- ¡Es precioso!
-Bueno,
queríamos un nombre que saliera en una de nuestras canciones, y Georgia Rose no
nos gustaba en absoluto.- ríe Zayn, al otro lado de la línea.- Así que si,
Diana.
-Y…
¿había otra noticia, no?- pregunta Niall, mirando al teléfono.
-Así
es… ¡Sam está embarazada, otra vez!
Todos
nos volvemos a quedar en silencio. Si Sam vuelve a tener un aborto, va a ser un
mazazo emocional demasiado fuerte para ella.
-Pero
Malik… ¿ella está segura de querer…?- pregunta Louis.
-La
verdad es que no, pero hoy hemos visitado a un maestro adivino chino, o una
chorrada de estas, y ha predicho que el embarazo va a ser sano. A Sam le ha
valido, y yo… yo voy a estar con ella pase lo que pase.
Tras
unos minutos más hablando con Zayn, colgamos, impactados doblemente. Luego,
comemos y los niños salen a jugar. Kris dice tener una sorpresa para todos, y
nos sentamos delante de la televisión.
Un
vídeo empieza, titulado Story of our
lifes.
Es
como una película, de todos. Momentos. Momentos juntos. Salen trozos de las
audiciones de Factor X, primeros conciertos de los chicos. Entrevistas,
recortes de prensa, entregas de premios, conciertos, giras. Los chicos en
Japón, todos en París, con los aussies, con Ed. Por cierto, Ed se casó también
con una amiga de la infancia de Harry, Luna. Un vídeo en la boda de mi madre,
vídeos en un aquapark un verano, vídeos en barco, en avión, ¡saltando el
paracaídas! Vídeos de fans, cumpleaños. ¿Primera boda de One Direction? ¡Cinco
bodas en total! Hijos, partos, cumpleaños, y flashbacks al pasado. De fondo, Story Of My Life. Más conciertos, Up All
Night, Believe, Take Me Home. Meet & Greets, fotos, muchas fotos.
Flashbacks, alfombras rojas. Veranos, acampadas, nevadas, subidas y bajadas.
Where We Are. Retirada de One Direction, ¡más niños!, ¡One Direction abre
OneFinancial! Todos bailando, cantando.
Y
de pronto, la canción se corta. Aparecemos todos en mi antiguo piso de Londres,
el que compartía con Kris y Lis. Alguien canta… ¿todos cantamos? Teenage Dirtbag. Desafinando con Luke,
Mike, Calum y Ashton. Mi risa de fondo, también. Las caras de todos. Recuerdo
perfectamente cuando grabé ese vídeo. Recuerdo que pensé cómo sería yo cuando
volviera a verlo.
Y
aquí estoy. Rodeada de buenos amigos, con un trabajo estable, un marido, y dos
hijos que quiero como a nada en el mundo. A mis 31 años. Nunca he dejado de ser
feliz, ni un instante. Ha habido malos momentos, pero después de la tormenta
siempre viene la calma. Y Harry siempre me dio esa calma. Siempre me ha
querido, nunca ha dejado de apoyarme. Entonces sí, aquí tengo una conclusión
que he ido sacando. Me acuerdo perfectamente cuando dudé entre Justin y Harry.
Justin y yo nunca volvimos a hablarnos. Sé que él está casado y su mujer espera
un bebé, pero nunca nos hemos interesado el uno por el otro. Nunca ha habido un
intento de arreglar todo. Hay personas que simplemente no están destinadas a
estar en tu vida. Pasan, hay buenos momentos, pero la cifra de malos momentos
sobrepasa a los buenos, y entonces sabes que no es alguien adecuado para ti.
Bueno, no lo sabes en ese momento, pero te das cuenta a los años. Yo estuve a
punto de equivocarme con mi decisión de con quién compartir mi vida.
Pero
cuando dos personas están destinadas a estar juntas, en algún momento del
camino, vuelven a encontrarse. Sus caminos vuelven a cruzarse. Mi vida ha sido
una total subida y bajada, una montaña rusa como esa en la que dice Zayn en la
cual que hay que cerrar los ojos y disfrutar. Eso hice yo, cerré los ojos, le cogí la mano a Harry, y disfruté de la montaña rusa
que es la vida.
Y él, aceptó, y me
quiso. Y supe, en ese pequeño segundo de incertidumbre, que siempre iba a
hacerlo. Que como en la canción de Maroon 5, ella, o sea yo, siempre iba a ser
querida.
“And
she will be loved”, de @sheeranftzarry/@blancakeepcalm.
Enero-Diciembre 2013.
Gracias. A ti. Si, a ti. Por haber leído esta novela, hasta el último capítulo. Gracias por el apoyo, las visitas. Por seguirme, a pesar de que haya habido capítulos que daban ganas de dejar de leer.
Hasta aquí llega "And she will be loved", mi primera fanfic, en la que todos los personajes han acabado felices y comiendo perdices (?)
Pero no todo se acaba aquí.
En unos meses empieza "Valerie", mi segunda fanfic.
Gracias por dejarme soñar, espero que lo que siga escribiendo os haga soñar a vosotras.
Os quiero mucho, really.
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