13.9.13

And she will be loved, chapter 64 (cachito corto porque mi imaginación estos días no da para más)

No me matéis por tardar tanto en subir, porfi. He tenido una crisis de inspiración y un pre- sindróme post- vacacional. Quiero dedicar este capítulo a @Lunaa_Navarro porque alguien me ha contado que es mi fan ldhlaskdhklshdlkashdlkashlkdashkldhslkdhla y casi muero de amor <3 Lo siento por el cachito corto, pero no me daba para más, y estoy fuera de casa. ¡La próxima vez que suba hago maratón de por lo menos dos/tres capítulos!

-Angie-
Caminamos por Londres como dos personas totalmente normales, dos personas que creí irrecuperables cuando Harry y yo cortamos en Barcelona. En realidad, fue solo hace dos meses y medio, pero parece que hayan pasado años. Ambos estamos cambiado, y él parece haber madurado. Ya no es Harry, el chico del pelo rizado y sonrisa adorable. Ahora es Harry, el chico del pelo rizado pero más corto y la sonrisa sexy. Parece desprender un aura de misterio con todos esos tatuajes nuevos. Pero en el fondo, sigue siendo ese chico del que me enamoré. Sigo viéndolo cada vez que le miro  los ojos.
-¿Dónde me llevas?- pregunto, mirándolo de reojo. Él esboza su media sonrisa, y susurra un 'ya verás' que no augura nada bueno, ¿o si? Hasta que no lleguemos no lo sabré.- Me das miedo, Harold.
-¿Te he dicho alguna vez lo mucho que odio que me llamen así?- dice él, con una ceja alzada.
-¿Por qué crees que te llamo así si no?- contraataco, sonriendo con burla.
-No tienes remedio.
-Y tu eres imbécil, así estamos.
Nos miramos un segundo a los ojos y luego explotamos en carcajadas. Echaba de menos estar así con él. Me pasa un brazo por los hombros y me atrae hacia él riendo. Seguimos caminando así, con mi cabeza hundida en un lado de su pecho y con su brazo rodeándome. 
-Cualquiera que nos vea pensará que estamos borrachos...- río yo.
-¿Cómo tú la otra noche?
Se gana un puñetazo 'a mala leche' en el hombro por su comentario estúpido, y su respuesta son más risas. Cuando quiere, sus risas son más contagiosas que las del propio Niall Horan. Reímos juntos un rato, hasta que llegamos a la puerta de un restaurante del que no veo el nombre porque Harry me empuja con prisa dentro.
-¿Pero qué haces?- pregunto riendo.
-Paparazzi.- se justifica él, riendo.
-¡Pero si no había nadie en toda la maldita calle!- protesto yo.
-Es que... son invisibles.
-Tienes que ir a un psicólogo, Harold.- le reprimo, burlándome de él.- Lo tuyo es grave.
Harry me ignora a lo grande, y habla con una camarera diciéndole que tenemos una reserva a nombre de Hangie Styrrell, lo que hace que vayamos riéndonos de la cara de la camarera hasta la mesa. Nos sentamos y nos da las cartas con carta de mosqueo. Creo que la pobre chica piensa que le estamos vacilando. 
-La camarera se ha enfadado contigo por reírte de ella.- murmura Harry, por encima de su carta.
-¡Tú también te reías!- protesto en voz demasiado alta. La gente del restaurante me mira mal y tengo que disculparme con un gesto para que dejen de mirarnos. Que amargada está la gente en esta época del año...
-Ya sé que me reía, pero es imposible enfadarse con Harry Styles... ¡soy demasiado sexy!- dice él, mirándome con una sonrisa burlona por el odio generalizado de las personas del restaurante hacia mi persona.
-Que creído te lo tienes...- gruño, leyendo la carta.
-No has negado mi anterior afirmación.
Gruño por dentro mientras él ríe, encantado. "¡No va a volver a ganarme!" pienso, mientras leo los entrantes. "Aunque a ver, seamos sinceros. Es sexy." pienso, mientras leo los segundos platos. "Angie, para ¿quieres?" me reprimo, echando una ojeada a los postres. "¿Qué daño me hace pensar que mi ex es sexy? No creo que sea nada malo..." rectifico, decidiendo que quiero una ensalada de queso de cabra. "Es más, es subirme la autoestima, porque yo estuve con ese chico, que es sexy. Lo que significa que... ¡me lo puedo colgar como una medalla, como hacen ellos con las tías!" rectifico, ¿o mejor la brocheta de buey y pimientos?
-Peque... digo, Angie.- me llama él. Sonrío para mi cuando está a punto de llamarme pequeña.- ¿Has decidido ya que quieres? Es por llamar a la camarera de la que te has reído.
Faltaba el comentario mordaz, no sabe guardárselo. Le saco la lengua sonriendo.
-Me gustaría la ensalada de queso de cabra o...
-... ¿La brocheta de buey y pimientos?- finaliza él, sonriendo.
Le miro asombrada. ¿Ahora además también es tarot?
-¿Cómo sabes que quiero eso?- pregunto yo, alucinada.
-Porque yo voy a pedir exactamente lo mismo... llámalo destino.- ríe él, mirándome a los ojos.- ¿Quieres que compartamos la ensalada y la brocheta?
-Va... vale.
-No soy tarot, Angie. No te mueras de miedo.- ríe él.
-¿Y por qué me lees el pensamiento? Es frustrante.
-Porque nos parecemos, es simplemente eso. Llegué a conocerte muy bien en los meses que estuvimos juntos y sigo haciéndolo.- sonríe con algo que casi es ternura y luego frunce las cejas - ¿Por qué dices que es frustrante? 
-Porque yo no sé que piensas tú.
Él ríe, mirando al techo y haciendo que se le marque la nuez. Luego, baja su mirada verde esmeralda y me mira a los ojos, casi intimidándome. Sus miradas siguen haciendo que me derrita, y no creo que eso cambie nunca. 
-¿Quieres saber qué estoy pensando ahora? ¿Eso te... desfrustrará?
Suelto una pequeña risa por la palabra inventada y luego le desafío con la mirada.
-No creo que eso exista... pero vale. Desfrustráme, Harold.
-Eso me acaba de hacer malpensar.- ríe él, y luego se pone serio.- Ahora mismo estoy pensando en las ganas que tengo de saltar por encima de la mesa, o directamente tirar la mesa por los aires y besarte.
Me quedo mirándolo, sin poder creerme lo que ha dicho. Luego, me veo obligada a bajar la mirada, porque empiezo a no poder sostener la suya, y porque me estoy sonrojando. Creo que eso cuenta como otro punto para Harry. La camarera llega, acabando la tensión y preguntándonos que vamos a cenar. Yo sigo sin poder pensar con claridad, así que Harry pide una ensalada de queso de cabra y una brocheta de buey y pimientos para compartir.
-Y bueno...- empieza Harry, al cabo de un rato en el que los dos estamos callados.- ¿Has pensando ya qué quieres estudiar? 
Agradezco el cambio de tema más de lo que debería.
-Si, he decidido hacer una carrera doble de Empresariales y Relaciones Internacionales. [Dato realmente interesante (jaja, no): La doble de ADE y Relaciones Internacionales es lo que yo quiero estudiar en la vida real. Ya sé que no so importa mucho, pero yo lo comunico.]
-Perdona mi ignorancia pero... ¿en qué se trabaja con esas carreras?- pregunta Harry, bebiendo un sorbo de su cerveza. 
-R.I (Relaciones Internacionales, es que lo hago por abreviar...) es una introducción al derecho, y lo prefiero antes que hacer toda la carrera de Derecho con la que posiblemente moriría. Y con ADE (Administración y Dirección de Empresas) puede llegar un día en el que dirijas una empresa, o estés en un cargo alto de ésta.-le explico sonriendo.
-¿Oh, vas a ser una ejecutiva?- dice él, sonriendo.
-Supongo que sí, ¿por qué?- río.
-Siempre he fantaseado con una ejecutiva. Y hablo de fantasías no aptas para menores. 
Esta vez me recupero mucho antes del golpe y le contesto con una sonrisa cargada de burla.
-¿En serio? En cambio, yo nunca he fantaseado con una estrella adolescente del pop chicle.
-¿Pop chicle?- ríe él, y yo le acompaño.- ¿Qué me quieres decir con eso?
-Pop... como demasiado dulzón, como algunos chicles. Demasiado amor, felicidad y pajarillos volando. Poca acción.
-Ah, ¿te va la acción?- dice él, inclinándose hacia mi.
-Si, pero contigo no, Harold. Siento romper tus sueños.- río yo. Él se pone una mano en el pecho y ríe como diciendo 'eso ha dolido.' La camarera aparece en ese momento con la ensalada e interrumpe nuestras risas, que continúan cuando desaparece en la cocina.
La cena sigue con total normalidad... en términos de normalidad adaptables a 'Hangie Styrrell'. Seguimos picándonos toda la noche, burlándonos el uno del otro, riendo sin poder parar y recuperando el tiempo que ambos creíamos perdido después de todo lo que pasó.



No hay comentarios:

Publicar un comentario