1.10.13

And she will be love, chapter 65 (segunda parte)


-Angie-
-Voy... a bajarte algo de ropa seca de la habitación.- señalo, soltándole la mano.
-¿Ropa tuya?- pregunta él, alzando las cejas.
-No...- carraspeo, sonrojándome.- Dejaste aquí tu camiseta de 'Los Ramones' y un pantalón de chándal... la última vez que te quedaste aquí.
Él me mira a los ojos, con una sonrisa sugerente que hace que quiera arrastrarlo conmigo a la habitación. O al sof. ¿La mesa está más cerca? Creo que necesito un psicólogo. 
-Oh, sí... recuerdo esa noche.- dice, acercándose a mi.- Tus vecinos debieron aprenderse mi nombre.
Me sonrojo más aún, y me separo mirando su cuerpo con la ropa mojada pegándose a él. Subo corriendo las escaleras, hasta llegar al vestidor. Rebusco en un cajón, y del fondo extraigo un pantalón de chándal y una camiseta. Me doy la vuelta para bajar, y ahí está. Apoyado en el marco de la puerta del vestidor, sonriéndome. Con la camisa y el abrigo en la mano. Veo todos y cada uno de sus tatuajes, tengo la tentación de recorrerlos todos con la yema de los dedos. Trazarlos, borrar el dolor que estos le produjeron. 
-¿Dónde dejo esto?- pregunta, refiriéndose a su camisa y el abrigo. 
-En... en el baño.- digo, tendiéndole la ropa.
Él asiente y se da la vuelta para ir al baño. Cuando cierra la puerta, me deslizo por la pared hasta el suelo, resoplando. 'Angie, contrólate. Deja de ponerte nerviosa sin razón aparente.' Me levanto, e intento entretenerme en secarme y vestirme. Me pongo la ropa interior tras enredarme el pelo en una toalla y cuando voy a girarme para coger la ropa de las estanterías que tengo a mis espaldas,le veo de nuevo. Vestido y sonriente. 
-¿Cuánto llevas ahí?- pregunto, sonriendo con una ceja alzada. Tengo que hacerme con el control de la situación.
-Lo justo para apreciar que te has hecho un tatuaje.- dice él, con tranquilidad. Eso me hace volver a perder los papeles, y volver a ponerme nerviosa. Hace poco más de un mes me hice un tatuaje debajo del brazo izquierdo, y ahora mismo lo tapa la tela del sujetador que atraviesa horizontalmente mi costado. - Lo que no he llegado a apreciar es qué es...
-Es el ying y el yang (☯)- susurro.- Habla del bien y el mal, el "mal" que hay en el bien, y el "bien" que hay en el mal. 
Él se acerca a mi, desanudándome la toalla y dejando que mi pelo caiga libre por la espalda. Me aparta algún mechón rebelde de la cara, sonriendo. Me coge los brazos, cruzados sobre mi pecho y los acaricia.
-No entiendo por qué te tapas, Angie.- me dice, regañándome.- ¿Qué tienes que yo no haya visto, amor?
Me estremezco cuando me llama amor, y luego le miro con burla.
-Hasta hace nada, un tatuaje.- sonrío. Él ríe con suavidad y yo separo los brazos de mi pecho para anudarlos en su cuello. Se inclina hacia mi, acariciándome la cintura desnuda y la parte baja de la espalda. Sus labios rozan los míos y ahogo un suspiro. Es un beso tan suave, pero a la vez tan apasionado, que hace que me fallen las piernas. Ambos estamos tan entregados que mi pérdida de equilibrio nos tira a ambos al suelo.
-Veo que sigues siendo tan patosa como siempre, Farrell.
-Sé que te encanto, Styles.- río, y escapo de su agarre para ponerme una camiseta ancha y larga con los Beatles estampados. Él sigue en el suelo, mirando al techo y sonriendo. Me acerco a él y le sonrío.
-Bueno, ¿qué? ¿Vamos a ver una película, o vas a quedarte ahí para siempre?- pregunto, con los brazos en jarras.
-Si te tumbaras a mi lado, no me importaría quedarme así para siempre.
-Que pasteloso eres, Harold.
-Lo sé.- dice, y se levanta, abrazándome por detrás.- Pero te encanta.
-Me encantas todo tú, la 'pastelosidad' viene en el lote.- río, y él me muerde la oreja. Salimos del vestidor, cruzamos mi cuarto y bajamos las escaleras hasta el salón.
Nos decidimos por una película de Harry Potter, no nos apetece demasiado amor o miedo. Entre la colección de Kris, elegimos 'Harry Potter y el Cáliz de Fuego', la cuarta de la saga. 
Nos hundimos en el sofá, con una manta a pesar de que no hace excesivo frío, palomitas, y yo apoyada en su pecho mientras que él me rodea con afán protector. Todo parece más que solucionado entre Harry y yo... ¿será todo esto oficial? 


-Narrador-
-¿Y dices que han entrado de la mano a casa?- pregunta él, mientras camina abrazándola por la cintura. Ella asiente, con una sonrisa triunfal. No puede evitar atribuirse algo del éxito.- Así que eso significa...
-¡Hangie ha vuelto a empezar!- exclama Kris pegando un ligero saltito. Liam ríe a carcajadas ante el entusiasmo de su novia, que se vuelve pegadizo y contagioso. Se alegra mucho por Harry y por Angie, todo el mundo sabe que esa pareja tenía que acabar así. 
Kris y Liam han cenado con Lis y Louis en una hamburguesería de renombre de Londres, y luego cada pareja se ha ido por su lado. Ellos dos van camino de casa de él, para otra noche juntos. Cuando están a punto de llegar, él tuerce en dirección contraria.
-¿Qué haces, Li? Tu casa es por ahí.- dice ella, señalando la otra dirección.
-He tenido una idea que te va a encantar.- dice él, mientras siguen caminando.
-¿Qué idea?
-¿Nos fugamos?
Ella para en seco, mirándolo con seriedad.
-Liam, mañana tienes una rueda de prensa... ¿dónde quieres fugarte?
-Lejos, como nuestras mini-vacaciones en Hawaii.
-Tienes que contratarte un inversor o un contable, lo de tener tanto dinero te afecta.- dice ella, riendo.
-Voy totalmente en serio, Kris. Vamos a fugarnos.
-Liam...
Antes de que siga hablando con argumentos totalmente inválidos para él, hace que se calle con un beso. Se besan en mitad de la calle desierta, hasta que ella cede sonriendo en sus labios.
-Está bien... pero estás loco, Liam Payne.
-Por ti.
Entran en su coche, y ponen rumbo al aeropuerto más cercano. Próximo destino: Barcelona.


-Narrador otra vez (?-
-¿Me quieres decir que hacemos aquí, mamá? ¡Mañana tengo clase! ¡En Roma! ¡No aquí...! ¿Dónde estamos, por cierto?
-Cuando lleguemos vas a agradecérmelo más de lo que piensas.- gruñe Karen. En el fondo, está feliz. Su hija Aria está teniendo uno de sus mejores años escolarmente hablando. Si sigue así, en selectividad tendrá una nota alta y podrá venirse a estudiar a Londres. Sabe que es su sueño. Estudiar Lenguas Modernas en Londres, para dar clases en un instituto.- ¿Puede parar aquí, por favor?
El inglés de su madre asombra a Aria. ¿Están en un país de habla inglesa?
-Por supuesto, son ____ libras.- dice el taxista, manejando el taxímetro.
¿Libras?
Aria lo entiende todo de golpe.
Su madre la ha llevado a Londres. A ver a Niall.
Mira a la mujer que está a su lado, maravillada y con lágrimas de emoción en los ojos. Rara es la vez en la que Aria llora, pero esta merece la pena. ¿Qué persona lleva a su hija a ver a su novio a distancia, días antes de la selectividad? Su madre, por supuesto.
Bajan del taxi, y su madre le señala un portal en concreto.
-Ático A, edificio 2. Dale una sorpresa y muchos recuerdos de mi parte.
-Mamá, yo...
-Calla, Aria. Y haz el favor de estudiar algo.- dice su madre, sonriendo y tendiéndole su bloc de apuntes. Aria asiente, emocionada y ve a su madre alejarse acera abajo. Se gira hacia el piso, siendo consciente de que está a minutos de Niall. Camina, nerviosa. Sonriendo sin poder dejar de hacerlo. Antes de llamar al timbre, un hombre aparece por dentro y le abre la puerta.
Un minuto más, y llega a la puerta de Niall. Llama a la puerta, nerviosa.
La puerta cruje con un sonido metálico, de llaves. Detrás de ella, aparece Niall. Con el pelo rubio en cresta, una camiseta de tirantes de 'Five Seconds of Summer' que deja ver sus brazos con cada ínfimo músculo marcado. La mira. Se miran.
-¿Aria?
-Hola, Nialler. ¿Asombrado?- ríe ella, sonrojándose.

Subiré el siguiente en poco, no se que deciros porque no se cuando, pero prometo que pronto <3

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