11.8.13

And she will be loved, chapter 59 (segunda parte)

-Angie-
Salgo del baño con unos pitillos elásticos, una sudadera y un par de mis amadas Vans. Llevo el pelo recogido en una trenza, para que no me moleste durante el vuelo. Observo a Niall, trajeado y jugado al 'Angry Birds' en su iPhone.
-¿Vas a ir así en el avión?- pregunto, con voz débil.
-No tengo otra cosa que ponerme, mi hotel está en la otra punta de Manhattan... y no soy como otras, que se han traído tres armarios.- dice, sacándome la lengua. Por mi parte, me giro y cierro mis dos maletas tras comprobar que he metido todo. Ni siquiera me apetece sonreír, aunque en circunstancias normales le hubiera pegado el el hombro o en el pecho y luego he hubiera dado un abrazo. Supongo que los recientes acontecimientos que envuelven a mi novio y a Barbara Palvin me han quitado cualquier posibilidad de sonreír como si no pasara nada. Me dirijo al armario de Justin, y saco unos vaqueros oscuros, una sudadera e una marca que no acierto a ver y unas Supras.
-¿Voy a robarle ropa a Justin Bieber?- dice, quitándose la americana.- Esto mola...
Esbozo una sonrisa que me esfuerzo por borrar cuando noto que es más una mueca. Creo que se me ha olvidado como se sonríe. Él acaba de vestirse mientras yo miro la pared como si fuera a darme la solución a todo esto, y luego Niall me ofrece la mano.
-Nuestro vuelo a Heathrow sale en dos horas y media.- me informa, y antes de salir por la puerta me para.- ¿Quieres dejarle una nota o algo a él?
Niego con la cabeza y me dispongo a llamar al ascensor. Oigo la puerta cerrarse, y murmuro:
-Prefiero que no tenga nada mío...
En el ascensor, hago lo posible por distraerme con la música que suena de fondo, pero no puedo. Ni siquiera Niall apretándome la mano me sirve de algo. En este ascensor subí besándome con Justin hace menos de veinticuatro horas. Malditos ascensores. Suelto un suspiro que amenaza con pasar a las lágrimas y Niall me abraza con fuerza. 
-Angie, sé que es difícil, pero tienes que olvidarlo. Aléjalo, entierra todo lo que ha pasado esta noche.- dice, mientras yo me hago pequeñita en su pecho.
-Lo intento, Nialler. Pero es tan difícil...- digo, en voz muy baja. No estoy segura de si me ha oído hasta que me da un beso en la cabeza y me sigue abrazando. La tranquilidad que siempre me transmitía Niall no aparece por ninguna parte, no se lleva lo traicionada y rota que me siento.
Esa noche, o madrugada, cuando despegamos del aeropuerto JFK, y veo alejarse los edificios de Nueva York, siento que una parte importante de mi se ha quedado perdida entre las calles perfectamente cuadriculadas y los edificios eternamente altos. 

Londres, cinco días más tarde.
-¡Buenos días, preciosidades!- exclaman dos voces masculinas. Las reconozco al instante, son Niall y Zayn desde la puerta de entrada. Yo sigo ahogando la mirada y las penas en la taza de café probablemente ya frío que está delante de mi. Lis y Kris se levantan del sofá dónde están viendo un capítulo viejo de Glee y van a saludarlos. Oigo las risas de Lis cuando Niall dice algo gracioso que en su momento me hubiera hecho reír a mi también. Mi conciencia resopla y me lanza una mirada llena de reproche. "Angie, es tu mejor amigo. Te sacó de Nueva York, al menos sonríele. Está preocupado por ti..." Levanto la mirada justo cuando los ojos azules de mi mejor amigo se posan en mi. Avanza, dejando atrás a Kris, Lis y Zayn, y se sienta en la silla en frente de mi.
-Hola, cielo.- dice, acariciándome las manos por encima de la mesa. Me dirige su sonrisa de duendecillo, lo que provoca que yo sonría también, aunque mi sonrisa transmite mucha menos alegría (por no decir ninguna) y dura menos. 
-Hola, Nialler.- suspiro, cogiendo la taza de café y dándole un sorbo. Me reprimo para no hacer una mueca, acabo de descubrir que odio el café frío por las mañanas. 
-¿Qué tal estás?- pregunta, con cautela. Yo levanto la mirada de las tostadas con mermelada que Kris me ha preparado y que no he tocado.
-No lo sé. A veces me parece que estoy bien, pero al segundo tengo ganas de echarme a llorar y no parar nunca...- digo, bajito. Estoy harta de estar así de deprimida, pero poco puedo hacer.
Niall se levanta, empujando con fuerza la silla hacia atrás. Ésta se desequilibra cayendo al suelo y haciendo bastante más ruido del que me gustaría. Lo miro, con algo de miedo cuando rodea la mesa de la cocina y gira mi silla haciendo que lo mire.
-Se acabó.- sentencia, con expresión dura.
-¿El qué?- pregunto, cuestionándome el hecho de que mi mejor amigo tenga algún problema de cambios de humor bruscos. 
-El que estés así por que un tío que no merece ni una lágrima tuya lleve ya varios litros en su cuenta.- dice, tirando de mi hasta levantarme de la silla. Me lleva a regañadientes hasta el pie de las escaleras y luego me mira.
-Niall...- protesto.
-Ni Niall ni nada. Te quiero vestida para un día conmigo, tu prima, Kris y Zayn en media hora. Si no, subiré a buscarte y te sacaré a la calle estés como estés.- dice, sonriéndome con malicia.
-Eres malo conmigo.- rumio, mientras subo las escaleras con lentitud.
-Lo hago por tu bien, Angie.- dice, mirando su reloj.- Y ya te quedan solo veintinueve minutos.
Me apresuro a subir las escaleras, darme una ducha, vestirme (http://www.polyvore.com/time_our_lives/set?id=85984894) y peinarme. Bajo las escaleras justo cuando NIall grita con voz alegre:
-¡Te queda un minuto, Farrell?- luego, me ve aparecer y sonríe.- Oh bien, ya estás aquí. Zayn ¿vamos en tu coche o cogemos un taxi?
-Vamos en mi coche.- responde el aludido, abriendo la puerta de entrada.
Salgo de casa muy bien acompañada, con la sensación de que una parte de 'Angie deprimida' se queda en casa. Solo espero que al volver no siga ahí.

Holiiii, preciosidades. Bueno, aquí os dejo lo que quedaba del 59. Muchísimas gracias por las visitas, y los seguidores, no sabéis la ilu que me hace jsdbfljsfgljgsfja. ¡Muchísimas gracias por leer! <3

No hay comentarios:

Publicar un comentario