13.5.13

And she will be loved, chapter 48.



-Justin-
(Esta parte de la novela, a mi me pega muchísimo con Truly, Madly, Deeply, de One Direction. Os dejo el link, por si os la queréis poner https://www.youtube.com/watch?v=-5EMaf-BXhA)
Me despierto, sin abrir los ojos. Cuando empiezo a ser consciente de mi cuerpo, me doy cuenta de que hay alguien entre mis brazos. Su perfume de frutas exóticas la delata antes de abrir los ojos pero prefiero asegurarme, así que abro los ojos. Y ahí está, profundamente dormida, abrazada a mi. Con mi brazo en su cintura. Luce una sonrisa suave en los labios, en esos labios que ayer besé, después de tiempo.
Angie, mi Angie, está aquí conmigo, y no estoy soñando. Es ella de verdad. Invierto unos segundos en mirarla, y depositar algún que otro beso en su mandíbula, en su cuello, en sus mejillas ligeramente sonrosadas sin despertarla. estaría así todo el día, toda mi vida. Ójala pudiera congelar este momento, y dejarlo en "replay". Levanto la mirada, y veo en el reloj que son las diez y media: Hora de entrenar con Fredo.
Me levanto con todo el sigilo posible y ella deja escapar un gruñido de satisfacción, para después seguir durmiendo. Sonrío sin querer, y me visto de deporte, cogiendo ropa para luego en una bolsa. Arranco una hoja de una libreta que me encuentro por ahí, y escribo una nota que dejo encima de la cama.
"Buenos días, preciosa. Cuando leas esto con cara de sueño, posiblemente yo esté lejos, muy lejos. No era mi intención irme, pero créeme, debía hacerlo. No volverás a verme, jamáJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAAJJAJAJAJA. No temas, no voy a irme a ninguna parte demasiado lejos de ti por mucho tiempo ahora que por fin te tengo. No te voy a dejar escapar, espero que tu tampoco me dejes escapar a mi. Estoy en el gimnasio con Fredo, entrenando. Cuando vuelva, nos iremos a comer por ahí, los dos solos. Ponte guapa (más de lo habitual, cosa bastante difícil) Te quiero mucho, shawty."
Conteniendo la risa, salgo de la habitación sin hacer ruido. Al llegar al gimnasio con sonrisa de subnormal, Fredo me somete a un interrogatorio más duro que el entrenamiento en si.

-Angie-
Correteo por la habitación con una sonrisa de niña pequeña en la cara. Tarareo casi sin quererlo "Give Me Love" de Ed Sheeran, mientras busco qué ponerme para salir a comer con Justin. Su nota de "buenos días" ha sido una buena forma de empezar el día. Y bueno, dormirme en sus brazos fue una buena forma de acabar el día ayer. Quizás esos sean los motivos por los que mi estado de ánimo ha mejorado notablemente. Quizás también sea porque Justin se declaró ayer, me besó, y me hizo sentir especial.
Después de mucho rebuscar, me decido por http://www.polyvore.com/fall_in_love/set?id=76191718. Mientras me peino, frente al espejo del baño, me doy cuenta de que el molesto dolor en el pecho que apareció ayer, y que se venía manifestando desde mi ruptura con Harry, ha desaparecido casi totalmente. Ayer, cuando estuve con Justin, ni siquiera lo sentí. Justin es mi cura personalizada para el desamor, confirmado.
Al acabar de arreglarme, y antes de subirme en los tacones, me siento en la cama y abro mi cuenta de Twitter.
Un momento.
¿Por qué mi TL y mis interacciones están llenas de muchos Justin Bieber? ¡Me llegan unas 48730947029 menciones al minutos de mucha gente, todos llamados 'Justin Bieber' al minuto!
Me dedico a investigar, y al final descubro que las beliebers han decidido gastarle una broma a Justin, ya que son listas y se han dado cuenta de que Justin lleva una muy mala temporada. Todas han disfrazado su cuenta, igual que la de Justin, copiándole la biografía, el encabezado y la foto. Esta fandom es increible. Han movilizado a unas 36 millones de beliebers, para hacer sonreír a su ídolo. Sin poder dejar de sonreír, tuiteo: "Todo mi twitter está plagado de 'Justin Bieber' ¡son muchos! ¡Sois las mejores, beliebers! #swaggie #muchlove."
En ese momento, Justin entra en la habitación, con el iPhone en la mano y cara de susto fingida. Yo contengo la risa, y me pongo seria.
-Cariño, ayúdame. Todo twitter es yo.- ríe, y yo le miro, seria.
-No puedo ayudarte, lo siento.
-¿Por qué?- dice, asustado de pronto.
-¡Porque yo también soy Justin Bieber!- río yo, y él me saca la lengua. Nos reímos como dos tontos, hasta que él para, acercándome a él.
-Entonces, ¿te importaría darte un beso?- dice él, con una sonrisa sugerente.
-¿Darte? ¿A ti? Es verdad, yo soy tu... oh.- sonrío, y acerco mis labios a los suyos, para luego darle un beso. Otro beso que me acelera el pulso, y me quita el poco dolor que me quedaba en el pecho. Al separarse, me susurra:
-Estás preciosa ¿lo sabías? Ahora, vámonos. Tengo una reserva para dos en un restaurante que te va a encantar.-
Me coge de la mano, y salimos corriendo, con él guiándome. Huimos de los paparazzis, de sus preguntas entrometidas, y sus ganas de fastidiarnos el día. Hoy, la verdad, es que nada puede con nosotros. Incluso posamos para alguna foto, para que nos dejen en paz. Cuando al fin nos quedamos solos, caminamos con tranquilidad hasta un edificio oscuro, moderno. Justin me sonríe, antes de conducirme dentro, con él.
Es un restaurante llamado "The Hall", en el que las paredes del comedor son una enorme cristalera, con vistas a Viena. Cuando vamos a sentarnos, el maître (el jefe de camareros) nos detiene.
-¿Desearían los señores tomarse una copa en la terraza antes de comer?-
Justin me mira, buscando mi aprobación. Yo asiento, sonriente.
-Perfecto, tomaremos... ¿champán?
-Champán, sí.- asiento yo y el maître nos dirige a la terraza. Es blanca, con tumbonas, sillas de mimbre, césped artificial, y unas vistas preciosas a Viena. Me acerco al borde, y Justin me abraza por detrás, contagiándome su sonrisa.
-¿Te gusta?
-Me encanta. Gracias por traerme aquí, Justin.- le digo, girando la cabeza para mirarle- Veo que tienes una afición por las alturas.-
-¿Lo dices por la Torre Eiffel?- pregunta él, besándome la nariz. Yo asiento, intentando evitar soltar una risita tonta.- Me gustan las alturas, aquí arriba me siento libre... intocable.-
Me giro totalmente, y le paso los brazos por las caderas. Miro al suelo, evitando sin saber por qué su mirada. Él me llama:
-Eh.
-¿Qué?- digo, perdiéndome en sus bonitos ojos nada más levantar la vista.
-Te quiero tanto...- suspira él, y me besa de nuevo. Le sigo el beso, irradiando felicidad, hasta que un ligero carraspeo nos interrumpe. Un camarero joven nos ha traído el champán, y parece sentirse algo culpable por su interrupción.
-Lo... lo siento. Solo vengo a informarles de que el dueño del restaurante ha cerrado el restaurante al público hasta esta noche para que ustedes disfruten de un poco de intimidad.- dice, de carrerilla. Justin y yo le sonreímos.
-Dígale que muchas gracias de nuestra parte, ¿qué champán nos ha traído?
-Moet & Chandon, señor.- dice el camarero, algo más calmado.
-Perfecto, entraremos en un rato a comer.
-No tengan prisa.- nos dice él, y se retira casi corriendo. Yo suelto una carcajada.
-Pobre chico, creo que se sentía culpable por interrumpirnos.- río, mientras Justin me alcanza mi copa de champán.
-Pues habrá que continuar lo que estábamos haciendo antes de que nos interrumpiera.
-¿Va usted a obligarme, señor Bieber?- le digo, llevándome la copa a los labios.
-Créame que lo hará por voluntad propia, señorita Farrell.- dice él, que espera impaciente a que acabe de beberme el sorbo de champán para besarme. Yo lo hago todo lo lento que puedo, y él suelta un gruñido de frustración.- Oh, venga, Angie. No seas cruel.-
Río, triunfante, y lo cojo del cuello de la camisa, pegando sus labios a los míos. El beso es acelerado, como una búsqueda del tesoro, en la que ninguno de los dos quiere dejar ningún hueco de la boca del otro sin explorar. Simplemente, me deja sin aliento.
Después, nos hacemos una foto para Instagram, y entramos al restaurante, dispuestos a disfrutar de la comida, que es perfecta en todos los sentidos.

-Harry-
Nueve días. Hace nueve días que le mandé un mensaje a Angie, y no recibí respuesta. Nueve días durmiendo mal, despertándome por la mañana sabiendo que ya no la tengo. Que ya no es mía, que su corazón ya no me pertenece. Nueve días, lamentándome por ser tan celoso. Nueve días de angustia.
"Nueve días, y los que te quedan, Styles" me dice mi conciencia, en un intento por desanimarme más de lo que ya estoy. Suspiro, intentando hacer que se calle. Cojo mi iPhone, y entro en Twitter. No hay nada interesante, así que me dirijo directamente a los Trending Topics. Uno de ellos es #WeLoveJangie. ¿Jangie? Eso me suena a Angie... y Justin. Rezo mientras abro el TT, para que no sea lo que estoy pensando. El tuit más citado dentro del TT es un enlace a instagram de Bieber, en el que pone:
"La vista de Viena desde aquí es preciosa, @angiefarrell, pero desde luego no se compara a ti (enlace de instagram que como comprenderéis no existe) :)"
Abro la foto, y los veo allí, juntos, abrazados, con una ciudad que supongo que es Viena detrás. El mundo se me cae encima, al ver los brazos de Bieber rodeando la cintura de ella, y la cabeza de Angie reposando en el hombro de él.
En ese momento, Louis entra en la habitación, con su sonrisa habitual, me revuelve llos rizos y se sienta a mi lado para cotillear que estoy mirando. Su sonrisa mengua hasta convertirse en una mueca cuando ve la foto de Angie y Justin.
-Lo siento mucho, Hazza.- dice él.
-No lo sientas, tú no tienes la culpa.- digo, suspirando.- En cambio, yo si.
-Deja de torturarte a ti mismo, Harry. Lo que pasó, pasó y punto. Déjalo ya, por favor, Odio verte así.- dice Louis, poniéndome una mano en el hombro.
-¿Tú crees que queda alguna posibilidad de recuperar a Angie?- digo, esperanzado.
Louis, sin embargo, niega con la cabeza, suspirado.
-Creo que alguien se te ha adelantado en eso de "recuperar a Angie", Harry.- dice él, mirándome y bajando la vista luego hacia mi móvil. Lo peor es que tiene razón.

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