16.3.13

And she will be loved, chapter 39.


-Angie-
Abro un ojo, y veo en el despertador que son las once de la mañana. Aunque no tengo demasiados motivos para empezar otro día deprimente, aparto las mantas y sábanas que me cubren, y salgo de la cama. Miro el calendario que hay encima del escritorio, y tacho un día. Ya sólo quedan 121 días. Un suspiro que amenaza con romperme el corazón más de lo que ya está se me escapa. Me alejo del calendario, y cojo mi teléfono.
H: Hola, pequeña. Si no soy demasiado malo en matemáticas, allí debe ser la hora de despertarse, ¿no? Bueno, solo quiero decirte que te echo de menos, y que me llames cuando te despiertes. Te quiero xx.
El WhatsApp de Harry es de hace cinco minutos, así que mientras los sentimientos en mi cambian a felicidad por escucharlo, marco su número. Los tonos suenan, hasta que oigo la preciosa voz de Harry al otro lado.
-¡PEQUEÑA!- chilla él, y yo me emociono.
-¡AMOR!- grito yo.- ¡Te... te echo mucho de menos!
-Yo también cielo, yo también.- suspira él. Una duda me asalta de pronto. Con el cambio horario, si aquí son las once, en Nueva York...
-Espera un momento.- digo, preocupada.- ¿Qué hora es allí?
-¡Las siete de la mañana!- dice, riendo.
-¿Y QUE HAGO YO LLAMÁNDOTE?- exclamo.- ¡Tendrías que estar durmiendo!-
-Ay, que tonta eres.- ríe él.- Llevo despierto más de una hora, los ensayos de hoy son por la mañana y teníamos que hacer un montón de cosas antes.
-Menos mal.- resoplo, aliviada.
-Angie, ¿leíste la carta?- dice él, en voz baja.
-Sí, Harry. La leí ayer.- digo, sonriente. Miro por la ventana de mi cuarto.
-¿Y qué...?- pregunta él, pero le interrumpo.
-Que te quiero, mucho. Muchísimo. Que ahora ya no son 122 días, son 121. La distancia no me importa, y el tiempo tampoco. Estaré aquí, esperándote sin que nada cambie, hasta que vuelvas.- suelto todo de un tirón.
-Ay, amor.- dice él. Noto su sonrisa al otro lado.- Te adoro, ¿vale? Que no se te olvide.
-No voy a olvidarlo.
-Tengo que dejarte, pequeña. Hablamos luego, o cuando quieras. Mándame un whatsapp a cualquier hora ¿sí?- dice él, y oigo ruido de gente por detrás de él.
-Vale, cielo. Te quiero.
-Te quiero.
Soy la primera en colgar. Dejo el iPhone encima de la mesa, y suspiro de nuevo. La llamada me ha renovado las energías. Otro mensaje me llega, pero esta vez no es de Harry. Es de Nicole.
N:¡Tengo un plan para hoy! ¿Quedamos en Trafalgar Square en una hora?
Contesto, con rapidez. Tengo ganas de salir un rato con Nicole.
A: ¡Por supuesto! Me llevo a Kris, que si no se me deprime en casa. ¡En una hora nos vemos! xxx
Entro en el vestidor, canturreando algo. Elijo http://www.polyvore.com/determinate/set?id=41849315, con una chaqueta y un cazadora negra.
-¿Angie?- me llama Kris, desde su cuarto.
-¡Arréglate, nos vamos por ahí con Nicole!- le digo.
-¡Perfecto, necesito salir un rato!
La veo elegir unos vaqueros claros, un jersey marrón, y unas botas parecidas a las mías pero en marrón.
-Kris, ¿estás mejor que ayer?- le pregunto, preocupada.
-Bastante mejor.- sonríe ella.- Acabo de hablar con Liam.
-A mi Harry también me ha llamado.- sonrío. Ella se acerca a mi y me da un abrazo de "buenos días" luego, entra en su cuarto y se viste. Yo prefiero vestirme en el vestidor. Cuando estoy a punto de quitarme el pijama, reparo en que hay un armario más del cual no me fijé el otro día. Lo abro, y son todo cajones. ¿Qué habrá? ¿Joyas?
Suelto una risita cuando descubro que es ropa interior. Kris entra de nuevo, y se queda mirando el armario.
-¿Qué hay, que te ríes tanto?- se acerca, y se queda con la boca abierta.- ¡DIOS! ¿Ropa interior?-
Yo asiento riéndome, y decido estrenar un conjunto negro muy mono.
-Y mi pregunta es, ¿cómo sabían que tenemos la misma talla?- dice Kris, recelosa.
-Estos dos imbéciles han traficado con información de nuestra ropa interior.- río yo, y Kris ríe conmigo. Luego vuelve a su cuarto. En cinco minutos estamos vestidas y arregladas. Salimos de casa andando, ya que estamos bastante cerca de Trafalgar Square.
Al llegar, veo a una chica rubia, con la melena muy larga y lisa. Va subida en unos taconazos impresionantes, y está mirando su móvil.
-¡NICOLE!- grito, sonriente. Ella levanta la vista, y nos ve. Se acerca rápidamente, a pesar de sus tacones.
-¡Hola, preciosas!- exclama, alegre. Las tres nos abrazamos.- ¿Qué tal lleváis lo de los chicos?
-Bueno, cuatro meses es mucho tiempo, pero podremos con ello.- dice Kris, suspirando. Yo asiento.
-Así me gusta, ahora vamos. ¡Necesito mucha ropa!- dice Nicole, sonriente.
Caminamos con tranquilidad hacia la zona comercial. La primera tienda es de ropa informal: sudaderas, vaqueros, alguna falda, jerseys... Nos dividimos, y quedamos en los probadores en un rato. Por mi parte, encuentro unas mallas con estampado geométrico de las que me enamoro perdidamente. Cojo un vestido básico beige, varias faldas y alguna camiseta. En los probadores me esperan Kris y Nicole, cargadas con ropa. Nos metemos en un probador, y empezamos a probarnos las toneladas de ropa. Cuando Nicole se quita la camiseta, me fijo en que lleva un tatuaje en la zona de los riñones.
-¿Y ese tatuaje?- pregunto, mientras me pongo una falda.
-Oh, es de hace poco, ¿os gusta?- dice ella, sonriente.
Kris se acerca, y lo lee en voz alta.
-"Stay stong, you're beautiful." ¿Tiene algún significado en especial?- pregunta.
-Me encanta esa falda, Angie. Cómpratela.- dice, mirándome.- Es que vosotras no sabéis nada de mi pasado oscuro.
-¿Pasado oscuro?
-Fui bulímica de adolescente, pero consiguieron pararme a tiempo. En el instituto sufrí acoso escolar, y lo único que me sacaba de todo eso era la danza. Mi profesor de danza, Joe, fue el que denunció mi caso de acoso, y el que se dio cuenta de que era bulímica. Me salvó la vida.- dice, con una sonrisa amarga.
Kris y yo la abrazamos. Cuando alguien te cuenta algo así, no sabes muy bien como reaccionar, ni qué hacer. Luego, seguimos probándonos ropa, y acabamos saliendo de la tienda con varias bolsas cada una. Vamos a una zapatería, donde Kris y yo nos compramos unos botines planos muy monos, y Nicole se encapricha de unas plataformas preciosas. Al salir, acabamos en una cafetería, en la que nos tomamos un café caliente.
-Lo he dejado con Ray.- confiesa Nicole, removiendo su café.- Me he cansado de que nuestra relación fuera exclusivamente sexo.
-La verdad es que...- dice Kris, pero se interrumpe. Mira algo o alguien justo detrás de mi, con la mandíbula tensada. De pronto, alguien me toca el hombro. Me giro, y me encuentro de cara con unos ojos dorados. Inconfundibles. Inolvidables. Irresistibles. Antes de que pueda reaccionar, me da un beso en la mejilla que acaba en la comisura de mis labios. Nicole y Kristen lo miran, alucinadas. Ambas me instan a que no le haga caso, pero me hundo en esos jodidos ojos.
-Justin.- resoplo, apartando la vista.- ¿Qué cojones haces aquí?
-Tengo que hablar contigo, Angie. Por favor.- suplica él.
-No.
-Angie, por favor. Necesito solo una oportunidad más.
Me veo superada una vez más por la situación, así que actúo como una cobarde. Salgo corriendo, sin una palabra. Corro sin parar hasta llegar a casa, en la que me encierro. Me tumbo en el sofá, mirando el techo. Mi móvil vibra, avisándome de que tengo un Whatsapp. Una, dos, tres, cuatro, cinco. Diez veces.
J: Angie, estoy en la puerta.
J: Por favor, ábreme. Arreglemos esto.
J: Angie, te lo pido de rodillas si hace falta.
J: Ya sé que he sido un maldito capullo, y que te he prometido muchas veces que he iba a cambiar, y luego lo he jodido. Pero esta vez es la definitiva.
J: Sé que podemos arreglarlo.
J: No lo hagas tan difícil, Angie.
J: No quiero perderte, otra vez.
J: Angie...
J: Por favor, enana. Déjame arreglarlo. 
J: Ábreme, por favor. Por favor...
Decido acabar con esta mierda de una vez, así que me levanto y me dirijo hacia la puerta. Abro la puerta, y dejo que pase hasta el salón, que él mismo encuentra. Cierro, y me dirijo yo hasta el salón. Me siento a la mayor distancia posible de él en el sofá.
-¿Y bien?- pregunto, algo arisca.
-He sido un egocéntrico y un capullo.
-No me jodas, ¿en serio?- digo yo, con ironía.- Que novedad.
-No me hagas esto más difícil, Angie.- suplica él, poniendo su mano en mi rodilla. Se me corta la respiración.
-Te has ganado tú solito que esto sea así de difícil, Justin.- le espeto, cogiendo su mano, y poniéndola en su rodilla.
-Joder, intenta entenderme. Me es muy difícil verte con Harry, siendo que yo... Que yo estaba enamorado de ti antes.- suspira.
-No me lo demostraste, Justin.- resoplo.- Entiéndeme tú ahora. Me has hecho sufrir demasiado en estos meses, ahora no puedo perdonarte porque sí.  Y además, tu numerito al anunciarte que me iba de BTour fue bastante lamentable, para qué mentirte.
-Me diste una bofetada.
-Te la merecías.- le espeto.
-¿Y me merezco que me trates así, ahora, Angie? Piénsalo de verdad.- se acerca peligrosamente a mi, y yo le pongo las manos en el pecho.
-Para.- le pido.- Y sí, te lo mereces.
-¿Quieres de verdad que pare, Angie?
-¿Ves?- protesto.- ¡Esa faceta egocéntrica y prepotente no sirve de nada para ganar puntos!
Él baja la cabeza.
-¿Y cómo gano puntos?
-De ninguna forma. Estoy con Harry, ¿recuerdas?- resoplo, harta de tener que recordárselo.
-Alguna manera habrá...- suspira.
-Quiero que vuelva mi Justin. Este Bieber no me gusta. Solo te digo eso.
-¿Y si vuelve, ganaré puntos?
-Sí, pero no va a volver. Lo tengo comprobado.- digo yo, seria.
En ese momento, Kris y Nicole entran en casa. Kris entra soltando gritos.
-BIEBER, TE QUIERO FUERA DE MI CASA EN UN MINUTO.
-¿Vas a obligarme, o qué?- pregunta él, mirándola.
-Como no desaparezcas en treinta segundos, me encargaré de arruinar tu carrera. Les contaré a tus fans todo lo mal que se lo has hecho pasar a Angie. No quiero volver a verte por aquí, Bieber. Estás avisado.- dice ella, con mucha seriedad. Él resopla, y suelta acto seguido un gruñido. Se levanta, y la mira, desafiándola.
-No tienes ni idea de nada, Jones.
-Tengo más idea de la que te crees, Bieber. Una de las ideas más claras es que Angie no va a volver a pasarlo mal por tu culpa, ya tiene bastante con lo que tiene.- Le empuja hasta la puerta, y consigue echarlo.
-¡Estoy harta de él!- exclama, de nuevo en el salón.
-Vamos a olvidarlo, anda.- resopla Nicole, que me abraza.
-¿Hacemos algo de comida, y así nos distraemos?- pregunto, débilmente. Ellas asienten, y nos ponemos a hacer pasta carbonara para tres.

-Justin-
Llego frustrado al hotel, después de haber huido de varios paparazzi y varias fans. Subo hasta la habitación, donde Ryan y Alfredo están viendo la televisión.
-¡Hombre, Biebs!- exclama Fredo, cuando me ve aparecer. Yo gruño, y me tiro de cara en la cama, hundiendo la cabeza en la almohada.
-Tío, ¿qué pasa?- pregunta Ryan, acercándose a mi.
-Estoy harto de no conseguir nada de Angie.- digo, soltando un quejido.- Lo único que consigo es que me diga que tengo que cambiar.-
-Igual tiene razón, Biebs.- murmura Fredo.- En estos meses has cambiado mucho... y no sé si eso es bueno.
-Joder, tío ¿tú también?- digo.
-Tío, yo solo digo que quizás Angie tenga razón y sea ya hora de cambiar el chip en serio.- dice él.
-A ver, Bieber.- carraspea Ryan, para hacerse notar.- ¿Tú la quieres?
-Más que a mi vida.- afirmo.
-¿Harías todo por ella?
-Todo y más.- suspiro.
-Pues entonces ya sabes que hacer. Cambia. Porque no solo va a ser bueno para vuestra relación, va a ser bueno para ti.
-Pero joder, ¿en qué tengo que cambiar?- digo, frustrado.
Ryan me pone una libreta de hotel y un bolígrafo en el regazo, y comienza.
-Antes estabas más con las fans, y les hacías más caso.- dice.
-Antes eras más en plan adorable. No pierdas tus puntos de "chico malo" porque a las chicas les encanta. Pero tienes que pulir tus salidas prepotentes, porque eso te quita muchos puntos.- sigue Fredo.
-Antes no ibas a por Angie a cuchillo. Simplemente pasabas tiempo con ella, porque era tu mejor amiga, y tu mayor apoyo.- dice Fredo, de nuevo.
-¿Me estáis diciendo...- me veo interrumpido por Ryan.
-... qué para ganártela de nuevo, tienes que volver a ganarte su amistad? Sí, Bieber, eso es.- dice Ryan, resolviendo todo.
La verdad es que tiene bastante sentido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario