3.3.13

And she will be loved, chapter 36.


-Angie-
"Atención, abrochénse los cinturones, vamos a comenzar el descenso hacia San Antonio, Texas. Son las 14.00, hora local. La temperatura es de 9ºC. Esperamos que hayan tenido un vuelo agradable, y que vuelvan a volar con nosotros pronto. Feliz estancia." 
Los toquecitos de Niall en mi hombro, y la chillona voz de la azafata acaba por despertarme. Me estiro en mi asiento, con pereza, y me froto los ojos. Luego, me giro hacia mi derecha, y le doy un pico a Harry, que me susurra un "buenos días, pequeña." No le contesto, pues cuando mi cerebro vuelve a funcionar con normalidad, e intento ordenar mis pensamientos después de dormir, los nervios se apoderan de mi. Hoy veré a Justin, y le diré que no voy a quedarme en BTour con él, que me vuelvo a Londres. A saber como acabaremos. Posiblemente, yo llorando, y él suplicándome un por qué. Niall se fija en como me tiembla, las manos, y me susurra:
-Eh, Farrell, tranquilízate. Todo irá bien.
Ójala tenga razón. La verdad es que pensaba pasar el viaje pensando en qué voy a decirle a Bieber, dado que le parecerá bastante estúpido que me vaya de BTour, ya que él va a Europa a finales de Febrero. Pero tengo una razón de peso, los chicos se van de gira por Estados Unidos, cuatro meses a finales de Febrero. Quiero estar con ellos hasta que se vayan.
En unos veinte minutos, salimos del avión, y nos metemos en una furgoneta con los cristales tintados. Los chicos vienen de incógnito. La furgoneta arranca, rumbo al estadio dónde tendrá lugar la actuación de esta noche.
En el interior de la furgoneta, se respira la tensión. Todos parecen estar cansados de este rollo con Bieber.
-Me parece injusto que os preocupéis por mi, por esto.- protesto yo.
-Entiende que ahora eres parte de esta familia. Tenemos que preocuparnos por ti, Angie.- me dice Louis, sonriente.
-Además, si Bieber se pasa ¡le pegamos! Somos siete contra uno.- exclama Liam, que parece que es el que tiene los ánimos más altos.
-Liam, cielo, el perfil de chico malo no te pega nada.- le dice Kris, burlándose de él. Liam se cruza de brazos, ofendido. Pero al minuto, él y Kristen se están besando. Duran bastante poco enfadados.
Yo sigo con mi ataque de nervios crónico, y un nuevo síntoma es que me tiembla una pierna, como con un tic. Harry se da cuenta, y pone su mano en mi rodilla, cesando momentáneamente el temblor.
-Cariño, todo va a ir bien.- me susurra, y apoya sus labios en mi frente. Es como si me hubiesen dado un tranquilizante. Consigue que me relaje un poco.
La furgoneta para, y yo me mentalizo de que tengo que salir ahí, y aclarar esto, para evitar futuros problemas. Cojo aire, y abro la puerta. Bieber me espera, y nada más verme salir, corre hacia mi, y me abraza, levantándome del suelo.
Esto va a ser más difícil de lo que pensaba.

-Justin-
Entonces, veo una furgoneta entrar en el recinto. De ella, sale Angie, mi Angie. Lleva el pelo suelto, y se le alborota ligeramente con la brisa. Me encuentro con su mirada, y corro hacia ella, levantándola en volandas.
-¡Angie!- exclamo, sonriente. Veo, detrás de ella, como Harry aprieta los dientes y decido alargar el abrazo para que se muera un poquito de celos.
-Justin... ¿podemos hablar?- pregunta ella, separándose de mi. Detecto un matiz en su voz que no me gusta demasiado. Decido pasarlo por alto, pero hace que salte más de una alarma de "peligro" en mi cabeza. La arrastro hasta detrás de mi motor home, ignorando totalmente el destino de 1D y Kristen.
-¿Qué pasa, enana?- pregunto. Ella está mirando al suelo, pero levanta la cabeza al oír mi voz. Su mirada es fría, y de nuevo me temo que algo no va bien.
-No voy a quedarme en BTour.- dice, sin vacilar. Como si hubiera estado ensayando esa frase durante mucho tiempo. Como si la que hablara no fuera ella, fuera una máquina.- Me voy a Londres.-
Me tomo unos minutos para asimilar el dolor que me producen sus palabras. Siento un puñal en la espalda, atravesándome el cuerpo hasta el pecho. La miro a los ojos, dolido.
-¿Por qué?- pregunto, masticando las palabras.
-No quiero que mi relación con Harry se deteriore. Si él vuelve a Londres, y yo me quedo aquí, supondrá que en vez de estar cuatro meses separada de él, serán cinco. Además, le dará un ataque de celos, y mi corazón estará en riesgo alto de romperse.-
Quiero gritarle que lo que debe hacer es cortar con ese imbécil que va a acabar rompiéndole el corazón como hizo con Taylor Swift hace menos de un año. Recuerdo cuando Tay me llamó, llorando, para contármelo. No quiero verla sufrir a ella como sufrió una de mis mejores amigas. Yo puedo hacerla feliz, más feliz de lo que el ricitos la hará nunca.
-Angie, escúchame.- le imploro, respirando con fuerza para evitar perder los nervios.- Si ellos se van de gira cuatro meses, vuestra relación va a deteriorarse aún más. Que más dará un mes más...-
-No da igual, Justin. A mi no me importa quedarme en Londres cuatro meses esperándole. Lo que no quiero hacer es quedarme aquí este mes, hasta que ellos se vayan.- me dice ella.
-¿Y por qué, Angie? No lo entiendo, joder.- grito yo, perdiendo los estribos. Ella suspira.
-Porque si yo me quedo aquí, al final la gente acabará pensando que estamos saliendo. Y yo... yo no quiero serle infiel a Harry. No quiero que seas una tentación... así que me alejo.- dice ella, entrecortadamente.
Sonrío, con algo de ego. Así que ese es el problema, soy una tentación para ella.
-¿Eso lo sabe él?- digo, acercándome a ella. Ella retrocede como un animalillo asustado.
-No, le he dicho que es que no te mereces ni una sola oportunidad más.- dice ella, escondiendo una sonrisa.- Y es la verdad.
-Sabes que en realidad si que me darías más oportunidades, ellos te han convencido de que no me merezco más. Pero me merezco más que él, Angie.- digo, refiriéndome a Harry. Me mira con seriedad, con esos ojazos marrones, y yo paro de acercarme.
-Justin, no intentes que elija entre tú y él, porque sabes que me iría con Harry, y no quiero hacerte más daño.
-El daño ya está hecho, y sigues haciéndomelo.- susurro yo, mirando al suelo.
-Tú también me has hecho mucho daño, Justin.
-Angie, joder, ¿por qué no lo entiendes? Estoy enamorado de ti, lo he estado siempre. Y te garantizo que voy a esperarte, voy a luchar por ti hasta el último aliento.-
Ella me mira, y niega con la cabeza.
-Justin, yo... yo quiero a Harry. Es una de las pocas cosas que tengo claras en esta vida.- asegura ella, y lo dice en serio. Pero ya he pensado demasiadas veces que iba a perderla para siempre, y nunca ha sido así. Voy a permitirme el lujo de creer que voy a poder recuperarla, cueste lo que cueste.
La miro, con los ojos vidriosos por el daño que me hace escucharla decir esto.
-Y yo lo respeto. Solo te digo que yo te quiero, más de lo que él te querrá jamás.- digo yo.
-Tú no me conoces, Bieber. No nos conoces.- dice una voz. Veo como Styles sale de detrás de un motor home, y se acerca a Angie, que se aferra a él, como si se tratara de su salvación. Le miro con odio, y resoplo.
-No quiero conocerte a ti, a ella la conozco más de lo que tú te imaginas.- le bufo, y él pone a Angie detrás de él, como para protegerla. ¿De qué, de mi?
-Bieber, te guste o no, ella está conmigo. Y si es así, es porque ella lo ha elegido, yo no la he obligado.- me dice él, con seriedad. Me duele admitirlo, pero tiene razón. Si Angie está con él, es porque ella así lo ha querido. Pero no por mucho tiempo, estoy seguro.
-Eres con lo que ella ha tenido que conformarse.- le suelto, y ocurre algo que desde luego no me esperaba. Angie sale de detrás de Harry, y me suelta la bofetada más dolorosa de toda mi vida. No por el golpe en si, si no porque me vuelve a dejar claro que salga de su vida de una vez.
Pero bueno, yo soy un tío de retos. Never say never, right?

-Angie-
Después de pegarle una bofetada a Bieber, salgo como un cohete corriendo, entro en mi motor home, lleno mis maletas con mi ropa, y salgo con ellas a los diez minutos. Las meto en la furgoneta, y corro al estadio. Al menos, si me voy de BTour, quiero despedirme de Nicole.
Al entrar, la veo en pista, está hablando animadamente con las otras.
-¡Nicole!- grito. Ella se gira sonriente, y corre hacia mi. Nos abrazamos, y después, le cuento todo lo que ha pasado desde que nos vimos por última vez. Añado también, que me voy de BTour.
-¿Cómo que te vas?- pregunta ella, sorprendida.- ¡Pero si la gira europea empieza en Londres el mes que viene!-
-Ya, pero Harry y los chicos se van de gira a finales del mes que viene. Si me quedo, en vez de no verle en cuatro meses, serán cinco. No sé si lo soportaré.- suspiro yo. Ella asiente, como aprobando mi decisión.
-Pero cuando llegue a Londres, ¡tú y yo nos vamos de fiesta, y de compras!- exclama, y me abraza. Yo río, abrazándola.- Se te echará de menos, Angie.
-Me ves en un mes y medio, tonta.- sonrío.
-¡Te llamaré en cuanto aterrice!
Así, me despido de Nicole, que vuelve a los ensayos. Me despido de Ryan Good, Alyson, Scooter...
Niall, Zayn, Louis y Harry ya han acabado sus maletas, y están esperando apoyados en la furgoneta.
-¿Estás bien, Angie?- me pregunta Zayn, ante la atenta mirada de los otros tres.
-Me he quitado un peso de encima.- resoplo, y Harry suelta una carcajada.
-¡Ya te digo, después de la bofetada que le has soltado, te has debido quedar muy bien!- me dice, abrazándome, mientras los demás me miran.
-¿LE HAS PEGADO?- chilla Louis, y me arranca de los brazos de Harry. Me ahoga en un abrazo, y grita en mi oído- ¡ANGELA FARRELL, ERES MI ÍDOLA!
-¡No ahogues a mi novia!- exclama Harry, doblándose de la risa. Louis me suelta, y le mira con asco fingido.
-Antes me querías más, Styles.
-Siempre te he querido y siempre lo haré, Tommo.- dice Harry, teatralmente, cogiendo la cara de Louis entre sus manos.
-Oh, Harreh.
-Oh, Lou.
Pegan sus frentes, pero se separan al segundo, riéndose como dos críos. En ese momento, Kris y Liam salen del motor home con las maletas, que meten en el gigantesco maletero de la furgoneta. Tenemos el día libre hasta la 1 de la mañana, ya que nuestro vuelo sale a las 2 de la mañana. Por votación popular, decidimos comer en un restaurante chino. Sólo Niall y yo sabemos comer con palillos, así que promete ser un espectáculo de los buenos.
Al salir de la furgoneta para entrar en el restaurante, nos vemos acorralados por un grupo de paparazzis, que nos hacen fotos y preguntas indiscretas. Nos libramos a base de algún empujón disimulado, y sólo recibimos insultos. Entramos, y nos sientan en una mesa apartada.
-No tienen respeto por nada ni nadie.- dice Liam, frustrado. Kris le acaricia el pelo, intentando que no piense demasiado en ello.
-A mi me tocan la moral, sólo hacen preguntas indiscretas.- refunfuña Zayn.
-Ya sabíamos que esto pasaría, chicos. Es una de las desventajas de ser famosos.- dice Louis, tranquilizando a los chicos.- Ahora, vamos a disfrutar de la comida, y a olvidarnos de esos gilipollas.
Pedimos arroz, tallarines, rollitos de primavera, pato, verduras en salsa de soja, sopa de algo raro, y por supuesto, té chino para beber. Pedimos raciones dobles, llevamos sin comer nada desde el desayuno del avión. Mientras esperamos, los chicos hablan de la gira, y Kristen y yo charlamos de nuestras cosas.
La mayoría se rinden y piden tenedor cuando nos sirven el arroz, pero Niall tiene un dominio del arte de los palillos, que come el que más.
Comemos sin sobresaltos, y devoramos todo lo que nos traen. Luego, atacamos la carta de postres, pidiendo los 17 postres de la carta. Cuando nos los sirven, Kris y yo nos miramos con algo de culpabilidad.
-Esto debe engordar muchísimo.- suspira ella.
-No cabré por la puerta a este paso, verás.- suspiro yo.
-¿Sois tontas o qué? ¡Si estáis perfectas!- nos regaña Niall. Al final, nos convencen de comer postres, que se acaban en minutos.
Pagamos y salimos del restaurante. Nos metemos en la furgoneta, y decidimos ir a un parque a pasar la tarde, hasta la hora de cenar. Así que vamos hasta el parque más desierto que encontramos, y nos atrincheramos allí. Niall, Louis y Zayn juegan al fútbol con una pelota que han encontrado entre los arbustos. Yo por mi parte, me dispongo a disfrutar de los besos de Harry. Veo a Kris y a Liam abrazados en el suelo, mirando al cielo. Para ser enero, hace muy buen día, casi primaveral.
Harry extiende su abrigo en el suelo, y nos tumbamos en él. Me acaricia el pelo, y susurra la pregunta que no quiero oír:
-¿Qué harás cuando yo me vaya de gira, pequeña?-
Cierro los ojos con fuerza. Solo de pensar, que voy a pasar cuatro meses sin tenerle a mi lado, hay algo en mi interior que se rompe.
-No... ¿no hay ninguna posibilidad de que vayamos con vosotros?- pregunto, en voz baja, temiéndome la respuesta. Él se toma varios minutos hasta que me contesta.
-Paul, nuestro mánager, nos ha dicho que no es buena publicidad que vengáis con nosotras. Que esta gira hay que dedicarla totalmente a la música y a las fans.- murmura.- He tenido varias peleas con él por eso. Me dedicaría totalmente a la música si cantara con el corazón. Y mi corazón está dónde tú estás, pequeña.-
Suspiro, y me acurruco más en él.
-No quiero que te vayas, Harry.
-Angie... vamos a dejar el tema hasta que de verdad quede poco tiempo. Aún nos queda un mes y medio. No quiero que lo pases mal, ¿vale?- me dice, y sin darme tiempo a decirle que ya lo estoy pasando mal, me posa en el suelo, y se coloca encima de mi, para seguidamente acariciar mis labios con los suyos. Me da otro de sus besos, sin prisa. Un beso dulce, que hace que note una felicidad creciente en el pecho. Es como alcohol de ese que bebes cuando quieres olvidar. Aparta de mi esos pensamientos de  "¿y qué haré cuando él se vaya?". Sus besos, y su mano derecha acariciándome la cintura requieren ahora el cien por cien de mi atención. Me estremezco, y suelto una risita cuando noto su mano fría debajo de mi camiseta. Dejo que mis dedos disfruten con el tacto de sus rizos, y él sonríe.
-Te quiero ¿lo sabes?- murmura.
-Creo que algo me habías contado sobre eso.
Ríe, y se aparta de encima de mi. Miramos al cielo, que tiene algunas nubes pintadas en él. Oigo los gritos de los demás jugando al fútbol, ya que Kris y Liam también se han unido.
-¡Eh, parejita feliz, uniros al juego!- nos grita Kris, y yo suspiro.
-Mira, otros como tú, que ignoran que es la intimidad.- le digo a Harry, que se ríe conmigo. Luego, se levanta, y me ayuda a incorporarme. Corremos con todos, y nos ponemos a jugar al fútbol, como si nos disputáramos el Mundial.

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