2.2.13

And she will be loved, chapter 23.


-Harry-
Pasamos la mayor parte de la tarde en el jardín, viendo Nueva York. Charlando. Sintiéndonos lejos del mundo.
-¿Te apetece un baño?- le susurro.
-¿En el jacuzzi?
Yo asiento.
-No tengo traje de baño...- suspira ella.
-Eso tiene solución, ven conmigo.
La cojo en brazos, y la llevo hasta la habitación. Subo las escaleras con ella, y le señalo una bolsa.
-Me he tomado la libertad de comprarte un bikini.- le susurro.- Te espero aquí, cámbiate en el baño.
Ella asiente, y coge la bolsa. Cierra la puerta a sus espaldas, pero me sonríe antes.
Suspiro. Todo va a la perfección. Quiero que todo sea perfecto hoy, me gustaría mucho pasar la noche con ella... y que nos acostáramos. No hablo de sexo. Hablo de hacer el amor con ella.
Me quito la ropa, y me pongo un bañador que he colado a última hora en una mochila que me he traído. Abro uno de los armarios del baño, y me encuentro en uno pétalos de rosa, frescos. Bueno, es lo más cursi de este mundo, pero los echo en el agua del jacuzzi. Mientras estoy girado hacia los armarios, buscando toallas, oigo la puerta del baño. Ella sale, con el bikini puesto, y el pelo recogido en un moño alto. Está preciosa. Ví ese bikini azul, y supe que le quedaría perfecto. Me acerco a ella, y le beso la mejilla. No quiero forzarla a nada.
Me sorprende el ver que ella gira la cara, y me besa en los labios, con pasión. Con fuerza. Me dejo llevar por el beso, por ella.
Luego, nos metemos en el jacuzzi.
Ella apoya la cabeza en el borde, y suspira, sonriente. Yo me acerco a ella, y le beso la mandíbula, y el cuello. Suelta una risita. Abre sus preciosos ojos, y los fija en los míos. Su mano se sitúa en mi abdomen, y empieza a acariciarme los abdominales. Cierro los ojos, y junto mis labios con los suyos.
-Quiero que todo sea perfecto.- le confieso, mientras sus manos me recorren el torso.
-Contigo, todo es perfecto.- susurra ella, en mi oído.
Mi corazón vuelve a ir a toda hostia. Me pasa siempre que me toca, siempre que me mira, o que me besa. No quiero imaginarme que haré esta noche si lo hacemos. Igual acabo rompiendo la cama, como Edward Cullen en Amanecer Parte 1. No sé hasta dónde puede llegar mi autocontrol.
-Te quiero.- le susurro yo.
-Te amo.- afirma ella. Yo le beso, otra vez un beso interminable. Se me vuelve a parar el tiempo, y no quiero separarme de ella.- Harry, para, para...
Se ríe, y me empuja un poco del pecho.
-Deja algo para esta noche.- susurra.
¿Para esta noche? ¿Cómo? ¿He oído bien? ¿Quiere... hacer el amor conmigo? Noto que me muero de felicidad ahí mismo. Ella ríe ante mi cara de felicidad, y me acaricia los rizos. Es la única persona de este mundo a la que se lo permito. Nos miramos a los ojos, y conectamos. Como siempre.
La verdad es que me pongo a pensarlo, y la conozco desde hace escasos dos meses. Pero la verdad es que si ahora mismo me dejara, no tendría ni idea de qué hacer. No sabría vivir sin ella. Porque cada vez lo tengo más claro, quiero pasar el resto de mi vida con Angie.
Entre besos, caricias, abrazos y risas, se hace de noche. Cuando bajamos al jardín, vuelve a haber una temperatura muy buena. Aún así, ella se pone un jersey. Los del hotel nos han preparado una cena con velas. El jardín está precioso, lleno de velas, y Nueva York al fondo, iluminado con millones de luces.
-Bueno, pequeña, ¿lo has pasado bien
-Perfectamente.- dice ella, sonriente.- Ha sido un día perfecto. Aunque claro, si contamos con que lo he pasado con un chico perfecto, no es díficil que el día haya sido perfecto.
Sonrío ante el cumplido, y le acaricio la mejilla. Estoy a punto de quemarme el brazo con una vela.
-¡AY!- grito.
Ella empieza a reírse.
-¡Eres tonto!
La miro, fingiendo que estoy dolido.
-¿Sí? ¿Soy tonto?
Ella sigue riendo, y yo me levanto de la silla. Empiezo a hacerle cosquillas, y ambos caemos al suelo. Yo encima de ella, riendo. Rodamos por el suelo.
-¡HAROLD! ¡PARA! ¡QUE PARES!- me grita, mientras se retuerce, sometida a mis cosquillas.- ¡NO PUEDO RESPIRAR!
-¡Te pasa por llamarme tonto! Retíralo.- digo, riendo.
-¡Vale! ¡Vaaa...le! ¡LO RETIRO!- grita, y yo dejo de hacerle cosquillas. Me separo, y ella jadea. Me río de su expresión de ahogamiento.
-Casi me matas.- protesta ella.
Yo me acerco a ella, y le beso, para pedirle perdón.
Ocurre algo rarísimo. En ese beso, algo se prende. Algo muy fuerte, y ambos lo notamos. Sube la temperatura demasiado rápidamente. Nuestros labios no pueden separarse. No quieren.
Rodamos por el suelo, hasta que vuelvo a quedar encima de ella. Recorro su cuello, y muerdo su clavícula., y ella jadea. Me acaricia el pelo.
-Harry...
Levanto la cabeza, y la miro. Me mira con una sonrisa de felicidad.
-¿Qué pasa, pequeña? ¿Voy muy rápido?
Ella niega con la cabeza, y se incorpora.
-Vamos dentro.
-¿Qué pasa?- pregunto, preocupado.
-Quiero hacer el amor contigo, Harry.- susurra ella, pegando su frente a la mía.
Siento como mi corazón vuelve a acelerarse.
-¿Estás... segura?
Ella ríe, de una forma deliciosa.
-Por supuesto... ¿Y tú eres el que ya lo ha hecho? Pareces más nervioso que yo.
Le sonrío, y vuelvo a besarla. Me las ingenio para cogerla en brazos, y ella enrolla sus piernas en mi cintura. Se ocupa de besarme el cuello.
Avanzo hasta la suite, e intento abrir la cristalera. Pero los labios de Angie recorriendo mi cuello no me dejan concentrarme.
-Angie... Para un momento, no puedo abrir la puerta.- digo yo.
Ella ríe, y se separa de mi cuello. Abro la puerta, y avanzo con ella en brazos, mientras me muerde el cuello. Abro con un golpe de mi espalda las puertas talladas del dormitorio.
Avanzo hasta la cama, y empujo a Angie hacia ella. Ella cae, y me agarra el brazo en el último momento. Caigo encima de ella. Empieza a desabotonarme la camisa, y acabo arrancándomela yo mismo. No quiero esperar. Quiero que sea mía, ya, definitivamente.
Al cabo de pocos minutos, nos quedamos en ropa interior. Me separo, y veo el conjunto verde esmeralda que le he comprado esta misma mañana. Le queda perfecto. Ella abre los ojos, y me mira. Me atrae a ella y susurra:
-Te amo.
Cierro los ojos, y vuelvo a besarla, mientras le desabrocho la falda y la tiro a Dios sabrá donde. Sus manos recorren mi abdomen, y yo le acaricio el pelo. Otro beso más, un juego de lenguas más. La temperatura sube, y sube, y mis pantalones vuelan hacia el mismo lugar que su falda.
Me tomo un momento, y miro su sonrisa.
-Pequeña... ¿estás segura?- le susurro, mientras ella me acaricia la espalda.
-Estoy segura.- susurra ella.- Quiero que seas tú.
Y entonces no aguanto un segundo más. Quiero poseerla, hacerla mía. Y quiero hacerlo bien. Me retiro un momento, y saco de la mochila un envoltorio plateado. Ella ríe, y me mira.
-Buena idea, Harold.
-Supongo que no querrás un hijo mío.- le espeto, sonriente.
-¿Quién te ha dicho que no?
La callo con un beso, y le desabrocho el sujetador. Luego nos deshacemos de los demás, y me coloco la protección.
Veo como aprieta los labios cuando entro en ella, suavemente.
-Tranquila, mi vida.- le susurro.- Ahora tienes que relajarte, no voy a hacerte daño.
Le murmuro miles de "te quiero" al oído, mientras el placer me llena. Oigo como suelta pequeños gemidos. No quiero hacerle daño, pero no puedo evitar subir el ritmo, poco a poco. Sus jadeos en mi oído, y sus gemidos me hacen excitarme más y más. Y juntos, a la vez, alcanzamos la cima.
Me retiro de ella, feliz por haberla acompañado en su primera vez.
-¿Qué tal... he estado?- jadea ella. Yo sonrío, y le beso en los labios.
-Perfecta.
-Mejoraré.
-Es imposible mejorar la perfección.- susurro, y entierro la cabeza en su pelo.
-Harry...- susurra. Yo la miro.- Te quiero.
Yo sonrío, y le beso la mejilla.
-Te amo, pequeña. Te amo.
Nos quedamos dormidos, abrazados.

-Narrador-
Se hace de noche en Nueva York. Los chicos de One Direction están en el motor home. Demasiado callados. Cada uno está en lo suyo.
Niall está devorando un sándiwch de varios pisos, y está concentradísimo. Cuando come, no se preocupa de nada más. Es la solución a sus problemas.
Zayn, por su parte, está mirándose al espejo, y pensando en como le quedaba mejor el pelo, si con la mecha rubia, o sin ella. También piensa en hacerse un nuevo tatuaje. En la muñeca, ¿o en el tobillo?
Louis reposa en su cama, mirando al techo. Sonríe pensando en que él le dio la idea a Harry de llevar a Angie a ese hotel en el que están ahora. Solo espera que se lo estén pasando bien, y que mañana vuelvan felices. Es esencial, si Harry volviera triste, el concierto podría ser un desastre. Además, le gusta ver al pequeño de One Direction feliz. Y con Angie, Harry es irremediablemente feliz.
Liam está mirando el teléfono. Habla con Kristen por WhatsApp, como todas las noches desde que la besó. La echa muchísimo de menos.
L: Te echo tanto de menos. Daría lo que fuera por llenarte de besos.
K: Entonces... ¿Me echas de menos, Lee-Yum?
L: Más de lo que puedo llegar a soportar.
K: Abre la puerta del motor home, entonces.
A Liam se le para el corazón al leer el último mensaje. Sin pensarlo, se levanta de un salto ante la mirada atónita de sus compañeros. Abre la puerta del motor home, y grita de felicidad.
Kristen está allí. Sonrojada, delante de su motor home. Con los ojos brillantes, y los labios entreabiertos. Sus labios piden a gritos un beso. O dos. O millones.
Liam la estrecha entre sus brazos, y susurra:
-Mi niña, mi niña, mi niña.
Los chicos de One Direction se asoman, y al ver el momento, cierran la puerta, algo poco típico. Les dejan solos.
Kristen suspira, y solloza.
-No aguantaba un día más sin verte, Liam.- dice ella, mirándole a los ojos. Él coge su cara con suavidad entre sus manos, y recoge las lágrimas de emoción de ella, con los labios. Luego, le besa las mejillas, los párpados, la frente, la mandíbula, las comisuras de los labios, la barbilla, la nariz... Como si no quisiera dejar ni un espacio de la cara de su chica sin besar.
-Maldita sea, Liam, bésame ya.- susurra ella, desesperada. Una risa se desliza por los labios de Liam, justo antes de lanzarse a los labios de Kristen. Ella le recibe, hambrienta. Ambos están hambrientos de besos, de amor. Las manos de él, recorren la espalda de ella, y las de ella reposan en los hombros de él.
Se besan. Mucho rato. Pero Kristen se separa, y abraza con fuerza a Liam.
-Te quiero.- murmura ella.
-Sabes perfectamente que yo más.
-Yo no sé nada, solo que te quiero.
-Yo más.- susurra él, juguetón, en el oído de ella.
-Que n...- dice Kristen, antes de verse interrumpida por los labios de Liam, que chocan contra los suyos. Esos labios que tanto deseaba besar.
Se funden en millones de besos, y el tiempo pasa. Pero ellos no se inmutan.

Lo único que saben es que se quieren. Lo demás, carece de importancia.

Hooooooooli, amadas lectoras. BUENO, CHANCHANCHANCHANNNNNNNNNNNN, llegó el ansiado momento (no creo en absoluto que sea ansiado JAJAJAJA pero en fin) Angie y Harold han hecho el amor *aplausos* Bueno, y Kristen y Liam se han reencontrado *OOOOOOH* Adelanto que Bieber va a empezar a aparecer en los siguientes capítulos, y digamos que va a tener más trascendencia JIJIJIJI.
Quiero dedicarle este capítulo a Mrs. Payne, por escucharme siempre, y por estar ahí incondicionalmente. Love uuuu, Laura.

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