6.1.13

And she will be loved, chapter 2.


-Justin-

La veo acercarse al sauce. Está preciosa, como siempre. Tiene las mejillas un poco sonrojadas, supongo que ha venido corriendo. Dios, que preciosa es.
¿Puedo confesaros algo? Llevo enamorada de ella un año. Un puto año. No sabéis lo mucho que duele, tenerla lejos, y verla una vez cada varios meses. Hablo casi todos los días con ella, por skype, teléfono o lo que sea, pero no es lo mismo que tenerla al lado. Que tocarla, que oler su perfume. Aunque sé perfectamente cuando voy a decírselo todo. Cuando se venga conmigo de gira. En Septiembre. Entonces, voy a conquistarla. Y no va a poder resistirse. O eso espero.
Cuando sé que no puede verme, que estoy fuera de su campo de visión, me acerco a ella y le tapo los ojos. Vuelvo a oler ese perfume que echaba tanto de menos. Huele a frutas exóticas. Me acerco a su oído, y susurro:
-Hola, preciosa. Llegas tarde.
Pone sus frías manos sobre las mías, que cubren sus ojos. Un escalofrío me recorre la columna, e intento tranquilizarme, mentalmente. Retira mis manos de sus ojos, y se gira, lentamente. Me mira a los ojos un instante, luego sonríe, y grita:
-¡JUSTIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIN!
Yo sonrío, y ella se abraza a mi. Yo la estrecho entre mis brazos, fuertemente. No aguantaba ni un día más sin verla. Sin abrazarla. Casi le monto un pollo al pobre Scooter, mi manager, porque no quería darme unos días de descanso para verla.
-Te he echado mucho de menos, Angie. Mucho.- le beso la mejilla, luego la nariz, y luego la frente. Ella se ríe. Me muero por darle un beso en los labios, pero no quiero adelantarme. Tengo que esperar a Septiembre. Sí, eso será lo mejor. Creo.
-Cielo, hace solo tres meses que no me ves...- ella se ríe. Como adoro esa risa.-¿Tanto me echas de menos?-
-¡Ni te imaginas cuanto!- exclamo.- Me muero de ganas de que te vengas conmigo de gira.
-Lo que nos queda. Es en Septiembre, y estamos en Febrero.- se ríe, burlándose de mi.
-¡Cállate, tonta! Si lo dices así, parece una jodida eternidad...- Ella vuelve a reírse, y me besa la mejilla.
-¿Qué vamos a hacer hoy?
Yo no le contesto, simplemente le cojo la mano, y la arrastro conmigo. Corremos por el parque. Veo algún que otro flash. Malditos paparazzi... Corremos, y llegamos a mi coche. Le abro la puerta, y ella se mete dentro. Rodeo el coche, y entro al otro lado.
-¡Esto se considera secuestro!- refunfuña ella. Yo sonrío, y arranco mi precioso Lamborghini. El motor ruge, y salimos a toda velocidad. Salimos de Los Ángeles, y eso es como un milagro, ya que suele haber mucho tráfico.
-En serio, Justin ¿a dónde vamos?
Yo vuelvo a reír, y no le contesto. Conduzco, a toda velocidad. Al cabo de una hora, llegamos a la playa.
-¿A la playa? ¿Me traes a la playa en invierno? Tu cada día estás peor.- gruñe.
-Eres una quejica.- río.
-Y tu un capullo. Me has secuestrado.
-Te recuerdo que has venido tu solita conmigo.
-Imbécil.- ríe ella.
Caminamos por la arena. No hace nada de viento, y el mar está tranquilo. Si no hiciera frío, haría un buen día para bañarse. Caminamos, y ella sigue quejándose. Al final, llegamos a una pequeña cabaña de madera. Entramos dentro, y ella se queda maravillada.
Hay un montón de lucecitas rodeando la pequeña estancia, y una mesa en medio, con comida. Encargué esto, y está todo como yo quería. También hay un sofá, y una televisión.
-¿Qué hacemos aquí?- dice ella sonriendo, y se quita el abrigo.
-Ver una película, luego comer, y aún no se me ha ocurrido que haremos luego.- me río, y ella conmigo. Se acerca trotando a la pila de películas al lado de la televisión, y elije una. Cartas Para Julieta. La pone, y se sienta en el sofá, yo a su lado. Apoya la cabeza en mi hombro, y yo sonrío. La película es una historia de amor, y a ella le encanta. Pero cuando vamos por la mitad, me percato en que se ha quedado dormida. Suelto una risita ahogada. Dormida, está preciosa. Es como la octava maravilla. Le acaricio el pelo, mientras ella respira tranquila.
Gruñe, y apoya la cabeza en mis piernas. Está profundamente dormida, y no se me ocurre otra cosa que empezar a cantarle una canción mía. Be Alright. No lo sabe, pero en realidad esa canción la escribí para ella.
-Angie-
Oigo a Justin, pero no sé que hace. ¿Está cantando? Sí, canta. Canta Be Alright. Esa canción es preciosa. Abro los ojos lentamente, y me encuentro con sus ojos dorados. Sus preciosos ojos dorados. Me sonríe. Y siento algo parecido a lo que sentí cuando Chris me sonrió, hace un rato.
Me siento confusa. Entonces, ¿Justin también me gusta? No entiendo nada, no entiendo mis pensamientos. Y de pronto, él se acerca a mi, y sigo sin entender nada. Pero me doy cuenta de que una parte de mi me grita que le bese. Me doy cuenta de que tengo unas ganas locas de besarle. Noto como mi corazón adquiere una velocidad fuera de lo normal cuando acorta distancias.
¿Va a besarme?, o mejor dicho ¿voy a besarle? Y cuando mi cabeza sigue gritándome esa pregunta, me percato en que nuestros labios se rozan. Y de pronto, me encuentro besandole. Con ganas, con muchas ganas. Como si ambos estuviéramos esperando ese beso desde hace mucho tiempo. Muerde mi labio inferior, con suavidad. Yo sonrío en sus labios, y noto como su lengua toca la mía. Y ambas emprenden una lucha. Sé que no voy a poder parar de besarle, parece como si su boca tuviera una sustancia adictiva, como una droga. Una parte de mí empieza a gritarme "¡Angie! ¿Qué haces? ¡Para! ¡A ti te gusta Chris, no Justin! ¿O te gusta Justin? No, entonces no pares. Pero es que esto no puede ser bueno, ¡para!" Interrumpo el diálogo con mi cabeza cuando noto que él se separa. Está confuso. Y entonces, no entiendo nada.
-Angie, yo....

1 comentario: