13.1.13

And she will be loved, chapter 7.


 Antes de nada, quiero dar las gracias de nuevo a la gente que me lee, aunque sea poquita, es suficiente para que mis ganas de seguir escribiendo sigan ahí.
En esta novela, Jasmine es "la mala" por así decirlo. Pero no la he puesto así por nada en particular, Jasmine Villegas me parece una chica increíble, y siempre me pareció que ella y Justin hacían muy buena pareja :3

-Justin-
Ya he perdido la cuenta, de cuantas veces me he entregado a ella. Digo entregarme a ella, porque cada vez que me acuesto con Jasmine, ella domina la situación. No se ni como lo hace, pero consigue hacerme olvidar hasta mi nombre. Me he aprendido de memoria ya todo su cuerpo, sé donde tiene cada lunar, cada marca.
Puedo decir, que al fin, he conseguido sacar a Angie de mi cabeza. Ya me da igual, solo me importa Jasmine. Bueno, Jasmine, y unas cuantas más. Porque desde luego, no ha sido la única que ha pasado por mi cama en estos meses. Jasmine me ha cambiado totalmente. He dejado de ser el chico dulce, y entregado totalmente al amor. Ahora soy algo así como un depredador. Sí me gusta una presa, tiene que ser mía. Y da igual cuanto tiempo pase, que no suele  ser mucho. Ninguna se resiste.
Sonrío mientras me da la última punzada de dolor. El tatuador acaba de terminar su trabajo, un tatuaje en el brazo. Es un búho.
Tampoco es que me preocupe demasiado los tatuajes. Cada cosa que me tatúo es porque de verdad tiene un significado para mí. O eso creo, la verdad es que me da lo mismo. Con la cantidad de dinero que tengo, me los puedo borrar todos con láser.
Me hago una foto con el tatuador, que subo a twitter. Tiene millones de RT en menos de un minuto. Da gusto tener estas fans, que me apoyan en todo. Aunque a ratos me cansan, pero se lo debo todo a ellas. Lo menos que puedo hacer es fingir que las amo con todo mi corazón.
Salgo del sitio dónde me han tatuado, y aguanto unos cuantos flashes de paparazzis. Me monto en mi precioso coche deportivo, y arranco.
Conducir rápido me relaja. Me han puesto ya varias multas por exceso de velocidad, pero me la suda. Piso el acelerador a fondo, y sonrío. El motor de mi coche ruge, y yo simplemente disfruto de la velocidad.
Tardo poco en llegar a mi mansión, en la que aparco mi coche. Entro en casa, y sonrío. Hay un bolso encima del sofá, y sé exactamente lo que significa.
Mi móvil suena. "Mamá". Hace mucho que no hablo con ella.
-¿Sí?
-Hola, Justin.
-Hola, mamá.
-Te echo de menos, hijo.
Decido no contestar a eso. No me apetece ponerme sentimental. Mi madre suspira, cansada, y prosigue.
-Te llamo para recordarte algo.- dice ella.
-¿Qué?
-Dentro de una semana empiezas la gira.
Resoplo. ¿Me llama para eso?
-Mamá, amor de mi corazón, llevo varios meses ensayando coreografías, y haciendo pruebas de sonido. Preparando Believe Tour. No hace falta que me lo recuerdes.- resoplo.
-¿Sabes que conlleva empezar Believe Tour?- me pregunta. ¿A dónde quiere llegar esta mujer con todo esto?
-¿Dar mucho amor a mis fans?.- río, pensando en el doble sentido de la frase.
-No.
-Mamá, estoy muy perdido. ¿De qué va todo esto?
-En dos semanas empiezas Believe Tour, y en dos semanas vas a ver a Angie. Hace muchísimos meses que no hablas con ella... ¿No deberías llamarla, y preguntarle que qué tal?
Duele. La herida que mi madre acaba de abrir escuece. Y recuerdo el dolor de perderla, pero en un instante lo he desechado. No. Angie es pasado. Jasmine es el presente. Bueno, Jasmine y cualquier otra tía dispuesta a pasar la noche conmigo. No creo que Angie sea de esas, así que no. No me importa.
-Mamá, ya sabes que opino del tema. Si quiere, que venga a Believe Tour, y ya veremos.- cuelgo el teléfono antes de que ella pueda tan siquiera replicar.
Tiro el móvil al lado del bolso, y subo las escaleras hacia las habitaciones.
En mi habitación, hay una chica con el pelo negro, y ondulado. Es Jasmine. Me la sé de memoria. Se está peinando. Me acerco por detrás y le beso el cuello. En menos de un minuto, ya estamos en la cama, y empieza a arrancarme la ropa. Dios mío, como me pone esta chica. Me besa salvajemente, y esta vez, no le dejo dominar la situación. No. Hoy la voy a hacer mía. No voy a dejarla dominar la situación. La dejo debajo de mi, y empiezo a arrancarle la ropa. Creo que rompo algo. La ropa vuela, y acaba en Dios sabe dónde.
Y como siempre, acabo olvidándome de todo. Esta vez, solo me centro en sus uñas, arañándome la espalda. Me pierdo en ella, de nuevo.

-Angie-
Un beso más. Él ríe, y yo me sonrojo. ¿Quién me hubiera dicho a mi, que sería tan feliz algún día?
-Eres preciosa cuando te sonrojas.- me acaricia las mejillas, que adquieren aún más color. Yo le beso la nariz, y él ríe, de nuevo. No me cansaré jamás de oír esa risa, y menos aún de ser yo la causa.
-Te quiero.- susurro. Siento sus labios contra los míos, y sonrío. Nada puede ir mejor. Ha sido el mejor verano de toda mi vida.
Abro los ojos, y me encuentro con los suyos. Azules. Esos ojos azules, que tanto me matan. Los ojos con los que tanto soñé, y ahora los tengo justo delante de mi.
-Júramelo.- dice él, en mis labios. Me besa la mandíbula, acto seguido.- Di "Chris, te juro que te quiero."
Yo río, y me acerco a su oído.
-Te juro que te quiero, Chris.-hago una pausa. -Te quiero hoy, mañana... Siempre.
Él me sonríe. Y antes de poder volver a besarnos, mi móvil suena. Como sea Hayley, dispuesta a cortarnos el rollo, la mato. Sonrío a Chris, y descuelgo.
-¿Sí?
-Hola, Angie.
-¿Quién es?
-Oh, por favor. ¿Ya ni te acuerdas de mi?- dice una voz.
-¿Usher?
-Veo que no me has olvidado.- ríe él. Usher es como mi tío, uno de los mejores amigos de mi madre.
-¡Claro que no!- sonrio. Chris me mira, risueño. Se ha acostumbrado a esto de que me suene el teléfono, y pueda ser mi madre, o Lady Gaga. - ¿Cómo va todo?
-Perfecto, ¿y tú?
-Muy bien.- sonrío.
-Te llamo por algo, Angie.- dice él, algo más serio.
-¿Por qué?- digo, preocupada.
-¿Sabes qué mes será en dos semanas?
-No...- digo, pensativa.- Si. Septiembre.
Puto Septiembre. Cuantas ilusiones tuve contigo, cuanto soñé contigo. ¿Y en qué ha quedado eso? En nada.
-Pues exacto. Septiembre.- hace una pausa.- ¿Vas a venir a Believe Tour?
-No lo sé, Usher.
-Necesito una respuesta.- dice él, suspirando.- Si te sirve algo, van los chicos de One Direction a varios conciertos, hasta más o menos Enero.
"¿One Direction? Siempre me ha hecho ilusión coincidir más con ellos. Alguna vez los he visto, y he hablado con ellos. Parecen majos."
-Bueno.
-Angie, de verdad que necesito ya la respuesta.
Suspiro. "Me apetece viajar. Pero tendré que soportar a Bieber. Pero bueno, que más da. Pero, ¿y Chris?" Algo en mi me dice que debo ir, así que contesto.
-Alli estaré.
-Muy bien, Angie. Nos vemos pronto.
Cuelgo.
-¿Qué pasa, cariño?
-Septiembre.
Chris me mira sin entender. Pero ya se lo expliqué hace tiempo, cuando empezamos a salir, hace varios meses, a finales de Abril. Así que de pronto abre mucho los ojos.
-Vas... Vas a ir a Believe Tour.- me mira, severo.- ¿Después de todo lo que él te ha hecho?
-Chris, puede que no entiendas esto.- suspiro.- Pero algo en mi me dice que debo ir a Believe Tour.
Él suspira.
-Si es lo que te dice tu interior, debes hacerlo.
Y entiendo en ese momento por qué me enamoré de él. Le beso, con mucha fuerza. Intentando transmitirle que la distancia no es el olvido, que yo le quiero de todas formas, aunque haya un océano de por medio, aunque pasen muchos meses.
Estoy segura de que debo ir, pero echarle de menos me da miedo, así que una lágrima se desliza por mi mejilla. Dos. Tres.
-No es lógico que seas tú la que llore, amor.- murmura él, y caza las lágrimas con los labios.
-Me da miedo echarte de menos.- sollozo.- Y no es lógico, porque soy yo la que decido irme.
-Angie...- susurra él. Adoro cuando mi nombre se desliza así por sus labios.- Distancia y tiempo, no importa. O lo que se nos ponga en contra.
Yo sonrío, y me abrazo a él. Me siento segura en sus brazos. Y esa sensación de seguridad, solo me la transmitía alguien. Justin. Pero él quedó en el olvido ¿no?
-Voy a esperarte aquí, Angie.
-¿Siempre?
-Siempre, nena.
Sonrío. Me acuerdo que una vez le dije que no me llamara pequeña. Es una gilipollez, pero así me llamaba Justin y me traía demasiados malos recuerdos.
Nos vamos del Parque Google. Es curioso, paso la mayor parte de mi tiempo en ese parque. Nos montamos en su coche, y arranca.
-¿Quieres quedarte a comer en casa?- le pregunto. Él ríe, y mira a la carretera.
-¿A tu madre no le importará?
-Para nada.- sonrío. Mi madre está encantada con que salga con Chris. Dice que es un chico encantador.
-Me parece perfecto.- me coge la mano.
Podría afirmarlo, o incluso jurarlo. Estoy totalmente enamorada de Chris Sandler.
Llegamos en media hora a casa, y mi madre nos recibe en el jardín. Está arreglando las plantas. Mi madre y su obsesión por tenerlo todo perfecto.
-¡Hola, cariño!- dice alegre, y me da un beso.
-Hola, mamá.
-Buenas tardes, señora Farrell.
-Oh, por favor, Chris.- dice ella, riendo.- No me hagas sentir vieja, llámame Ella.
Chris ríe con mi madre y asiente. Entramos en casa. Mi madre ha preparado una ensalada de las suyas, que daría para alimentar a un ejército hambriento. Y eso que sólo somos dos en casa, en este caso tres. Luego ha hecho pasta al pesto, una de sus especialidades.
Chris nos ayuda a poner la mesa, y al cabo de un rato, nos sentamos.
-¿Podremos con toda esta ensalada?- digo yo, con el tenedor en la mano. Tengo hambre.
-Podemos intentarlo.- sonríe mi madre. Los tres atacamos a la fuente con ensalada, y la verdad es que está buenísima. Las ensaladas en verano son de lo mejor que hay. Acabamos con toda la ensalada, y luego mi madre saca otra fuente a rebosar de pasta.
-Ella...¿Tu quieres que tu hija engorde o algo?- dice Chris. Yo le miro riendo.
-Hombre, está delgada.- dice mi madre, fijando la vista en mi. Mi novio hace lo mismo.
-¡Oye, menos mirar!- chillo yo, mientras me río a carcajadas.
-Que le vamos a hacer cariño, estás muy buena.- dice Chris, y me da un pico cariñoso. Mi madre sonríe. A cualquier madre, quizás le molestaría que su hija y su novio se besaran en la mesa. Pero mi madre no es así, está feliz de verme feliz.
Le doy un golpe en el hombro a Chris, y nos servimos la pasta. Está deliciosa, como la mayoría de las cosas que cocina mi madre. Es curioso, es una mujer ocupada, con un trabajo que le ocupa mucho tiempo, pero siempre tiene tiempo de cocinar cosas deliciosas.
-Voy a reventar.- suspiro.
-Yo también estoy lleno.- dice Chris, sonriente.
-¡No!- dice mi madre.- ¡Si he hecho un postre especial!
Chris y yo nos miramos como diciendo: "Oh, oh... ¿Qué habrá hecho esta mujer?" Mi madre desaparece en la cocina, y presenta ante nosotros una tarta de chocolate, gigante.
-¡DIOS MÍO, MAMÁ!- digo yo, asombrada. Mi novio se ha quedado sin palabras.- ¿Cómo vamos a comernos todo esto?
-Fácil, con una cuchara.
Y de nuevo, atacamos a la tarta de chocolate, hasta que no podemos más. Guardamos los restos en el frigorífico, y ayudamos a mi madre a recoger.
Me voy con Chris a mi habitación, y nos tumbamos juntos en la alfombra.
-Solo nos quedan dos semanas.- suspiro yo.
-Te voy a echar tanto de menos, mi vida.- susurra él, jugando con mi pelo.
-Yo también. Son muchos meses.
-¿Dónde empieza el Tour?
-En Glendale, Arizona. Luego Las Vegas, y más tarde volveré aquí, a Los Ángeles. Más tarde, Fresno, Oakland, Portland...- y sigo diciendo una lista de ciudades.
Estaremos hasta el 27 de Enero en Estados Unidos y Canadá. Luego volaremos a Reino Unido, Portugal, España, Italia, Alemania...
Es una de las cosas que me hace ilusión de Believe Tour. Voy a viajar por el mundo, voy a visitar muchísimos lugares.
Un pensamiento llega a mi cabeza.
Tengo que aprovechar estas dos semanas con Chris.

1 comentario:

  1. como siempre me encanta esta novela! espero que angie y justin vuelvan a estar bien jeje gracias por subir cielo(L)

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